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La Betulia liberata



La Betulia liberata (en español, Betulia liberada), K. 118/74c, es un oratorio escrito por Wolfgang Amadeus Mozart en el año 1771 durante el período que permaneció en Padua cuando volvía de Venecia a Salzburgo. En este momento, el compositor contaba con la edad de quince años, y está basado en un texto de Metastasio, que a su vez se basa en la historia de Judit y Holofernes del Libro de Judit.

Es el único oratorio que compuso Mozart, fue encargado por Giuseppe Ximenes, príncipe de Aragón. Estilísticamente, es similar a las obras de Leonardo Leo y Johann Adolph Hasse. Consta de dos partes y consiste en una sucesión de dieciséis arias con partes a solo o corales, escritos para solistas, coro y orquesta. No fue interpretado en vida del compositor.

Los israelitas se han refugiado en Betulia para resistir el asedio de un ejército asirio. A fin de conocer mejor a su enemigo, Holofernes, caudillo de los asirios, pregunta a Achior, quien se familiariza con los israelitas y Achior responde que estos no pueden ser vencidos mientras se mantengan fieles a su dios. Holofernes, que no admite otro dios que Nabucodonosor hace desterrar a Achior a Betulia.

En Betulia Ozias se rebela. Hay quien cree que con tal de evitar los terribles efectos del asedio asirio (corte del suministro de agua, etc.) sería mejor someterse que continuar resistiendo. Ozias pide cinco días más; seguramente Dios los salvará. Judit, cuando oye esto, interrumpe su luto por su marido Manasses, que había muerto de una insolación mientras vigilaba la cosecha de cebada, para hacer comprender a Ozias y a los betulianos que es un error desesperar de la gracia de Dios y desafiarlo poniéndole límites. Y les dice que ha pensado un plan arriesgado para poner fin al asedio; hace falta que se encuentren con ella en la puerta esa misma tarde.

En la puerta, Ozias se sorprende de ver a Judit pródigamente vestida, perfumada y enjoyada. Anuncia que sale de la ciudad acompañada tan solo de una sirvienta. Ozias se horroriza de pensar qué puede pasar, pero decide confiar en Judit y se despide de ella.

A pesar de que se están muriendo de hambre, Ozias y Achior sacan energía para entrar en una discusión teológica. Achior no puede entender por qué Ozias y los israelitas están contentos de creer en un solo Dios; Ozias se opone a la idea de que un dios solo puede ser perfecto si es único. Amital entra, todavía preocupado por la moral en Betulia. Los interrumpe una gran commoción a la puerta: Judit ha vuelto.

Judit explica que durante la noche fue al campamento de los asirios y fue aceptada en la tienda de Holofernes. Allí esperó mientras su enemigo comía y se emborrachaba en el estupor. Después de cogerle la espada le cortó la cabeza en dos golpes. No se ahorra ningún detalle escabroso: "El tronco separado cayó a tierra sangriento. Cubrí la cabeza semiviva temblando bajo la mano que la aguantaba". Para probar la verdad de su historia de repente saca la cabeza cortada, de una bolsa que llevaba su sirvienta. Achior lo reconoce al momento y se desmaya, pero enseguida se recupera y repudia su religión politeísta. De esta manera se llega a un fin en que el pueblo de Betulia canta un coro de plegaria a su Dios.[1]



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