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Los Planetas (Holst)



The Planets (Los planetas) op. 32, es la obra más conocida del compositor inglés Gustav Holst y fue compuesta entre 1914 y 1916 y presentada en 1918. Es una suite de siete movimientos a cada uno de los cuales Holst le dio el nombre de un planeta y su correspondiente deidad en la mitología grecorromana.

La obra le fue sugerida por su amigo y también compositor Clifford Bax, durante un viaje a Gibraltar en 1912. El compositor se puso a la tarea y completó la suite en los cuatro años que duró la Primera Guerra Mundial. Debemos la primera ejecución de la obra a Adrian Boult el 29 de septiembre de 1918, que desde entonces se convirtió en el director favorito de Holst para esta obra. Dicha primera ejecución (de carácter privado) fue un "regalo" a Holst por su amigo y también compositor Henry Balfour Gardiner.

Está parcialmente inspirada por meditaciones en su propio horóscopo; trata sobre "las siete influencias del destino y componentes de nuestro espíritu". A pesar de ello, el propio Holst declaró que la obra se basaba en la significación astrológica de los siete planetas representados en ella; que no era "música de programa", que en caso de pretender encontrar un "programa", bastaba con los subtítulos de cada sección. Finalmente, declaró que "no había relación alguna con las deidades de la mitología clásica correspondientes a cada planeta”.

The Planets, como reza su subtítulo, es una suite "para gran orquesta". Instrumentos nada habituales, como la flauta baja o el oboe barítono o bajo y unos nutridos efectivos de percusión (bombo, batería, platillos, triángulos, tambor militar, pandereta, gong, campanas, xilófono y glockenspiel, así como dos timbalistas) y metal (6 trompas, 4 trompetas, 3 trombones, bombardino y tuba) forman, entre otros, la nómina de la suite. Es quizás la orquesta más grande empleada jamás por Holst.

La suite está formada por los siguientes movimientos:

Mucho se ha hablado de la "originalidad" de la obra. Más razonable es pensar que la obra está íntimamente conectada con varios autores de su tiempo. Así, por ejemplo, Holst toma prestada de los Nocturnes de Debussy la idea del coro femenino sin texto, para su Neptuno. Igualmente se puede rastrear la influencia de Richard Strauss en su uso del oboe bajo o las tubas wagnerianas; o la del Stravinski de La consagración de la primavera por la incorporación del clarinete bajo y por la similitud de ciertos motivos breves y su tratamiento por ejemplo en pasajes de "Marte". También hay que mencionar aquí al Arnold Schönberg de las "Cinco piezas orquestales, Op. 16".

Desde el punto de vista conceptual, además, deberíamos citar al Elgar de las "Variaciones Enigma" y, de forma más lejana, al Músorgski de los "Cuadros de una exposición" en cuanto a la sucesión de descripciones de caracteres o impresiones.

Marte fue el primer movimiento de la suite en ser terminado, y lo fue tan sólo un mes antes de iniciarse la Primera Guerra Mundial (agosto de 1914). Holst usa aquí la bitonalidad, pero enfrentando brutalmente acordes no relacionados tonalmente entre sí (sol mayor / do sostenido mayor).

Venus representa el contraste a Marte. La indicación adagio y la suavidad de su orquestación se acompañan con intervenciones solistas de trompa (la inicial), violín, oboe, clarinete y violonchelo.

Mercurio es el único movimiento totalmente autógrafo de Holst y fue terminado en 1917. Los otros movimientos fueron orquestados por amanuenses a partir de una primera versión para dos pianos escrita por el propio Holst. Holst usa también para este movimiento la bitonalidad; pero a diferencia de Marte, lo que allí era brutalidad y agresividad, aquí se transforma en agilidad, ligereza y una sensación de fluctuación entre tonalidades.

Júpiter, conjuntamente con Mercurio, se puede considerar el scherzo de la obra, de estructura sonata: así, las secciones de los extremos expresan la alegría bulliciosa y festiva que se supone característica astrológica en cuestión. Al trío del movimiento, la solemne melodía central de aliento brahmsiano, Cecil Spring-Rice le encasquetó un himno según la venerable tradición victoriana de la época: I vow to Thee, my Country. Aunque el himno fue utilizado en las ceremonias del armisticio de la I Guerra Mundial, al propio Holst no le agradó demasiado el resultado. Y como expresa Colin Matthews, editor de la partitura para Eulenburg, "raramente un compositor se ha visto favorecido por la adición posterior de texto para su música".

Saturno no solamente nos describe el carácter "serio, circunspecto y triste" del planeta. Es también la descripción de un ataque provocado por su neuritis, que le afectaba severamente a un brazo. El detalle tendrá su importancia en el momento de dirigir: de resultas de dicha neuritis, los tempi resultaron un poco lentos, lo cual influyó a su vez en las grabaciones de Adrian Boult. Esto es especialmente notable en los movimientos "amplios", como Marte o Júpiter.

Urano debe ser inscrito en la nómina de deudas de Holst. Concretamente, Holst está en deuda con Paul Dukas y su El aprendiz de brujo (L'apprenti sorcier). Las ásperas cuatro notas (sol-mi-la-si, con un salto ascendente de cuarta (mi - la) y descendente de séptima las dos últimas (la-si) que suenan al principio de la pieza serán el hilo conductor a través del cual Holst narrará las peripecias del mago que intenta conseguir que el sortiliegio "funcione". Al final lo "consigue": la sucesión de acordes Fa/Do 7 (metal) y un Mi unísono (cuerda grave) con indicaciones desde fortissimo a pianissimo y el último recordatorio de las cuatro notas (arpa) nos introducen en el siguiente movimiento.

Neptuno, como ya queda dicho, usa un coro femenino sin texto. Pero a diferencia de Debussy, Holst lo ubica tras el escenario, "en una habitación contigua, cuya puerta debe quedar abierta hasta que termine el movimiento y todo quede en silencio" según rezan las indicaciones de la partitura. También es interesante que vuelva al ritmo 5/4, el mismo que Marte, con lo que de algún modo «cierra el círculo».

Aunque Plutón fue descubierto durante la vida de Holst, en 1930, él no mostró interés en escribir un movimiento para este planeta. En 2000, la Hallé Orchestra comisionó al compositor y crítico musical británico Colin Matthews, especialista en la obra de Holst, que escribiera un nuevo movimiento, el octavo, al que Matthews tituló Plutón, el Renovador. Dedicado a Imogen Holst, hija de Gustav Holst, este nuevo movimiento fue estrenado el 11 de mayo de 2000 en Mánchester, por la Orquesta Hallé bajo la dirección de Kent Nagano. Matthews modificó el final de Neptuno y lo convirtió en una transición a Plutón.

El propio Holst adaptó la melodía de la sección central de "Júpiter" en 1921 para encajar con el metro de un poema que empezaba "I vow to thee, my country". Como himno tiene el título de Thaxted, por la ciudad del condado de Essex donde Holst vivió durante muchos años, y también se ha usado para otros himnos, como "O God beyond all praising".[1]

"World in Union", la canción oficial de la Copa Mundial de Rugby desde 1991, usa la misma melodía.

En 2001 el Himno de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, "The Iron Rod", fue adaptado a la melodía de la sección central por Bob Galbraith[2]​ para ser cantada por el Mormon Tabernacle Choir durante la CLXXV Conferencia Semestral de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.[3]

En el álbum Mythodea de Vangelis, dedicado a la misión espacial de la NASA en Marte, el primero de sus movimientos (el más "marciano" de todos) contiene las notas sol-re-do sostenido que enuncian los metales graves al principio del movimiento correspondiente de la suite de Holst.

En el álbum debut de la banda Black Sabbath, el tema que inicia el disco (homónimo a la banda y el disco), tiene como riff inicial el mismo que "Mars". Esto fue reconocido por Bill Ward (baterista de la banda) en el documental de 2011 "Metal Evolution" Episodio 1.[4]

También el grupo Rainbow, de Ritchie Blackmore (exguitarrista de Deep Purple), en el álbum "Down to Earth", comienza la canción "Eyes of the Word" con Don Airey interpretando a los sintetizadores el principio de "Marte, el portador de la guerra".

La canción "Running" del álbum Symphony de la soprano británica Sarah Brightman tiene acordes de "Jupiter".

La canción "The Divine Wings of Tragedy" del álbum homónimo de Symphony X, en su movimiento "In The Room of Thrones" contiene acordes y un ritmo de "Marte, el portador de la guerra", y también en su letra está la frase "The bringer of war".[5]

El grupo King Crimson, en su álbum In the wake of Poseidon de 1970, incluyó una pieza instrumental llamada "The devil's triangle", con influencias muy obvias de "Marte, el portador de guerra". (6)

Notable es la adaptación libre de Isao Tomita de la obra Los Planetas, donde recrea una versión electrónica y sintetizada de la suite dándole un potente matiz futurista. La fecha de publicación de dicho álbum fue el 23 de julio de 1976.

Se comenta mucho que el «estilo» de The Planets influyó de manera decisiva en el de la banda sonora de Star Wars, de John Williams.

6. "The devils's triangle", In the wake of Poseidon, King Crimson, Atlantic Records, 1970



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