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Mad Men



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Mad Men es una serie de televisión estadounidense, perteneciente al género de drama de época, creada y producida por Matthew Weiner. La serie se estrenó el 19 de julio de 2007, en el canal de cable AMC, y fue producida por Lionsgate. Duró siete temporadas y 92 episodios, siendo emitido el último el 17 de mayo de 2015.

Mad Men está situada en los años 1960, inicialmente en la ficticia agencia de marketing Sterling Cooper, en la Avenida Madison, Nueva York, y más tarde en la recientemente creada empresa de Sterling Cooper Draper Pryce (más tarde Sterling Cooper & Partners) situada, a dos avenidas de distancia, en el edificio Time-Life, en la Avenida de las Américas (Sexta Avenida) 1271. Según el piloto de la serie, el término mad men procede del argot acuñado en la década de 1950 por los publicistas que trabajaban en Madison Avenue para referirse a sí mismos. El punto central de la serie es Don Draper (Jon Hamm), director creativo de Sterling Cooper y socio fundador de Sterling Cooper Draper Pryce (más tarde Sterling Cooper & Partners), y la gente que forma parte de su vida, tanto dentro como fuera de la oficina. La trama se centra en el negocio de las agencias, así como en la vida privada de los personajes, y se describen los cambios de humor y las costumbres sociales de los Estados Unidos en la década de 1960.

Mad Men ha recibido la aclamación de la crítica, sobre todo por su autenticidad histórica, estilo visual, diseño de vestuario, actuación, guion y dirección, y ha ganado numerosos premios, entre ellos quince premios Emmy y cuatro Globos de Oro. Es la primera serie de cable básico en ganar el premio Emmy a la mejor serie dramática, y lo ganó en cada una de sus primeras cuatro temporadas en 2008, 2009, 2010 y 2011.[1]​Consagrada como una de las mejores series de televisión de todos los tiempos, en 2013, TV Guide la nombró el sexto mejor drama de todos los tiempos,[2]​ y la Writers Guild Asociation la posicionó en el puesto número 7 en el top "Las 101 series mejor escritas de la historia de la TV".[3]

Don Draper (Jon Hamm) es uno de los mejores publicistas del Nueva York de los 60. Está casado con Betty (January Jones), con la que es padre de dos niños, y trabaja para la agencia Sterling Cooper. Ésta es su historia.

Mad Men representa sectores de la sociedad estadounidense y la cultura de la década de 1960, y destacan el tabaquismo, el machismo, el sexismo, el feminismo, el acoso sexual laboral, el alcoholismo, el adulterio, la homofobia, la misoginia y el racismo.[4][5]​ Los temas de la alienación, la movilidad social y la crueldad también sustentan el tono de la serie. MSNBC señaló que la serie "en su mayoría permanece desconectada del mundo exterior, por lo que la política y las tendencias culturales de la época se ilustran a través de las personas y sus vidas, y no amplios argumentos".[6]​ En efecto, los fenómenos históricos y sociales más famosos son tratados solo de forma indirecta, tangencial y alusiva, no son de ninguna manera indispensables o constituyentes del eje dramático. El creador de la serie, Matthew Weiner, la describió como ciencia ficción en el pasado ya que, así como la ciencia ficción usa un mundo futuro para tratar temas que nos preocupan hoy en día, Mad Men utiliza el pasado para tratar temas que nos preocupan hoy que no discutimos abiertamente.[7]

Mad Men ha animado a mucha discusión sobre el género. El programa presenta una subcultura en la que los hombres, muchos de los cuales están comprometidos o casados, con frecuencia tienen relaciones sexuales con otras mujeres. La mayoría de los personajes masculinos practican el adulterio.[8]

Marie Wilson, en un artículo de opinión en The Washington Post, dijo que "es difícil y doloroso ver la forma en que las mujeres y los hombres se trataban entre sí y con el poder. Es doloroso porque este comportamiento no está tan alejado en nuestro pasado como nos gustaría pensar. Nuestras hijas continuamente reciben los mensajes de que el poder llega a través de los hombres poderosos. Y, por desgracia, ser bonita sigue siendo una cualidad que puede hacerte llegar a la escalera - aunque aun así no te llevará a la cima".[9]

El diario Los Angeles Times dijo que "el sexismo, en particular, es casi asfixiante, y para nada divertido de ver. Pero es la fuerza con la que luchan los personajes femeninos más irresistibles, y la oposición que los define. La interacción con la misoginia cotidiana y condescendencia, dan propósito y forma a los personajes".[10]

En Salon, Nelle Engoron explicó que, si bien Mad Men parece iluminar las cuestiones de género, sus personajes masculinos tienen permitido irse "de rositas" por su consumo de alcohol y el adulterio, mientras que los personajes femeninos infieles a menudo son castigados.[11]

Un columnista de Mrs., Aviva Dove-Viebahn sostiene que "Mad Men abarca la línea entre un retrato matizado de cómo el sexismo y el derecho patriarcal moldean la vida, las carreras y las interacciones sociales en la década de 1960 (y, por extensión, en la actualidad) y una representación glorificada del “trepidante mundo machista de la publicidad en la década de 1960 y todo lo que viene con él”".[12]

Melissa Witkowski sostuvo, en The Guardian, que el ascenso de Peggy fue estropeado porque el programa "implica claramente que ninguna mujer había sido alguna vez una redactora en Sterling Cooper antes de Peggy, pero las circunstancias de su promoción implican que esto se debió a que ninguna mujer había demostrado talento frente a un hombre anteriormente", señalando que el camino profesional de Peggy tenía poco parecido con las historias de mujeres exitosas en publicidad durante la época, tales como Mary Wells Lawrence y Jean Wade Rindlaub.[13]

ABC News señaló que, "como el marco temporal de la serie progresó en la década de 1960, el creador de la serie Matthew Weiner no se contuvo en la representación de un mundo de oficinas abastecidas con bebidas alcohólicas, almuerzos con bebida y cenas empapadas en alcohol". En un incidente en la temporada 2, el ejecutivo de publicidad Freddy Rumsen es enviado a rehabilitación después de orinarse en los pantalones. Don, Betty, Herman 'Duck' Phillips y Roger Sterling fueron señalados por los reporteros de televisión por su consumo excesivo de alcohol. Cerca del final de la sexta temporada Don Draper comienza a darse cuenta de que tiene un importante problema con la bebida. ABC News citó a un especialista en adicciones, quien dijo que "durante los últimos diez años, el alcoholismo ha sido mejor comprendido como una enfermedad. Pero en los años sesenta, el mal comportamiento como resultado de beber en exceso podía ser considerado masculino y hasta romántico, en vez de un uso compulsivo de alcohol a pesar de las consecuencias adversas".[14]​ Un crítico llamó la cuarta temporada un "cuento sobrio de exceso de embriaguez", ya que Don Draper tuvo problemas con su adicción al alcohol.[15]

El diario Los Angeles Times opinó que Mad Men se destaca en las "historias de personajes que luchan por alcanzar la liberación personal en los años agitados antes del advenimiento de las guerras culturales en toda regla".[10]​ Un crítico estaba emocionado de que la cuarta temporada trajo, a través de Peggy, la "introducción de la contracultura (Andy Warhol como el Rey del Pop y Líder de la Banda), con toda la música alta, los porros que circulaban, las películas underground tan presentes en esos tiempos. La visita de Peggy a un loft, con una "amiga" editora de fotografía en la revista Life, la colocó de lleno en el centro de la emocionante creatividad tan extendida en lo clandestino, y también tan rebelde contra lo mainstream". The Huffington Post se centró en una escena en la que "Peggy se une a sus nuevos amigos beatnik en el vestíbulo mientras Pete se queda atrás con los socios de SCDP para disfrutar de su cuenta de $6 millones recién capturada. A medida que se embarcan en sus trayectorias opuestas, la cámara se detiene en sus miradas de complicidad. Aquí es donde encontramos la verdad emocional".[16]

Los comentaristas de televisión han señalado el estudio de la identidad personal de la serie, de manera más significativa a través del fraude de identidad de Don Draper durante la Guerra de Corea en el que asumió la identidad de otro soldado para salir de la guerra. Tim Goodman ha dicho que el tema principal de Mad Men es la identidad. Goodman describió a Don Draper como "un hombre que ha estado viviendo una mentira durante mucho tiempo. Está diseñado para ser un solitario. Y a lo largo de tres temporadas lo hemos mirado llevar esta angustia existencial a través de una vida de cuento de hadas creada por él".[17]​ Para mantener esa identidad, Draper sacrifica la relación con su hermano, quien termina suicidándose, y su primer matrimonio.



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