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Osvaldo Lira



¿Qué día cumple años Osvaldo Lira?

Osvaldo Lira cumple los años el 11 de febrero.


¿Qué día nació Osvaldo Lira?

Osvaldo Lira nació el día 11 de febrero de 1904.


¿Cuántos años tiene Osvaldo Lira?

La edad actual es 119 años. Osvaldo Lira cumplirá 120 años el 11 de febrero de este año.


¿De qué signo es Osvaldo Lira?

Osvaldo Lira es del signo de Acuario.


Osvaldo Lira Pérez SS.CC. (nacido como José Luis Osvaldo Lira Pérez, Santiago, 11 de febrero de 1904ibíd., 20 de diciembre de 1996) fue un sacerdote católico, filósofo y teólogo chileno. Fue autor de numerosos textos teóricos y relacionados con autores de su disciplina, entre ellos Santo Tomás de Aquino, Ortega y Gasset y Juan Vázquez de Mella. Es conocido por ser uno de los fundadores de la Universidad Santo Tomás, y por su postura anti-democrática, tradicionalista, corporativista y carlista,[1]​ siendo además, una figura prominente entre los intelectuales del conservadurismo chileno en el siglo xx.[2]

Dedicado principalmente a la filosofía,[3]​ Lira estudió en profundidad la escuela neoescolástica, influenciado sobre todo, por el auge del tomismo que vio durante larga estadía en España.[4]

Intentó sentar las bases filosóficas de un "tradicionalismo chileno" teniendo como mayor referente a Vásquez de Mella. Esto, puesto que consideró necesaria la existencia de un pensamiento político propio capaz de refutar los postulados del humanismo cristiano de Jacques Maritain, cuyas ideas ya habían generado un drástico cambio en, por ejemplo, la Falange Nacional. Osvaldo Lira, por sus concepciones orgánicas de la democracia y su rechazo total a la democracia liberal, veía en Maritain un rival a derrotar dentro de su mismo plano de ideas, la escolástica.[5]

Para el académico Renato Cristi Becker, la figura del padre Osvaldo Lira es esencial para comprender el vínculo entre "el pensamiento conservador y la Junta Militar".[6]​ Con Lira, los sectores nacionalistas y corporativistas que históricamente habían obstaculizado la constitución de un frente conservador unido, logran confluir en un bloque de derechas integradas "en torno al programa del gobierno militar".[7]

Junto a Ramón Callís funda en 1952 el Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista,[8]​ de abierta tendencia fascista.[9]

El 11 de febrero de 1904 a las cinco de la mañana[10]​ nació José Luis Osvaldo Lira Pérez en la casa de sus abuelos maternos, en la calle Catedral esquina Amunátegui (Catedral 1390) en la ciudad de Santiago. Sus padres fueron Luis Lira Luco y María Cristina Pérez Valdés,[11]​ ambos devotos católicos. Luis Lira Luco fue tesorero de una institución de caballeros que administraba los hospitales y asilos antes de que surgiera el Ministerio Nacional de Salud.[10]​ Fue este mismo día el de su bautismo[12]​ que se realizó en la parroquia Santa Ana.[11]​ Realizó sus primeros estudios en su hogar, donde aprendió a leer y escribir, además de todo el bagaje de oraciones y devociones de los católicos observantes.[12]​ En su entorno familiar siempre lo llamaron Luis o Lucho.[11]

Osvaldo Lira fue bisnieto del intendente, senador y ministro José Ramón Lira y tataranieto de José Miguel Carrera,[13]padre de la patria y revolucionario liberal chileno.

En 1912, Lira ingresó al Colegio de los Sagrados Corazones, donde estuvo ocho años, destacando como el mejor alumno de su promoción. A sus 14 años de edad cursando el 5º año de humanidades, desarrolló su interés por la religión y la filosofía. Antes de ingresar como postulante en la congregación de los Padres Franceses su padre le solicitó que estudiara en la Universidad, cursando un año la carrera de ingeniería y al año siguiente la carrera de derecho. El 4 de mayo de 1922, a sus 18 años de edad, ingresó en el noviciado de la congregación abandonando los nombres de José Luis para conservar su tercer nombre otorgado en su bautismo, Osvaldo.[12]

En el escolasticado tuvo como profesores a los padres Adalberto Maury y Patricio Logan, quienes fueron claves para su formación sacerdotal. Juan Antonio Widow señalaría que el encuentro con el padre Adalberto sería fecundo, ya que por él «entra en el conocimiento de Santo Tomás de Aquino [y es de este encuentro del que] saldrá el caudal principal de su enseñanza». Y fue así como Osvaldo adquirió, estando aún en el seminario, el hábito de no conformarse con los "manuales ad usum", los que no satisfacían sus inquietudes intelectuales, sino que iba «directamente a la fuente: a las obras del aquinatense».[14]

Estando en el escolasticado fue profesor de castellano y cosmografía en el Colegio de los Sagrados Corazones de Valparaíso. Fue también profesor en el noviciado de sus propios compañeros en el curso de teología cuando el profesor titular, padre Maury, tuvo que ausentarse y fue designado para sustituirle. El 16 de diciembre de 1928, seis años después de haber ingresado en el noviciado, Osvaldo Lira fue ordenado sacerdote,[11]​ y celebró su primera Misa en carácter de tal el 25 de diciembre del mismo año.[12]

Lira inició su carrera docente en los colegios de la congregación ubicados en Valparaíso, Concepción y Santiago, radicándose en esta última en 1934. Durante esta época pudo profundizar sus conocimientos en filosofía, metafísica y teología dogmática.[12]​ En vez de utilizar manuales, impartía clases recurriendo directamente a la Biblia y a las obras de Tomás de Aquino.[11]

En Santiago, Lira conoció a Julio Philippi y Jaime Eyzaguirre, quienes al igual que él compartían posturas conservadoras y opositoras hacia el liberalismo y a la democracia, y en el que colaborarían en un estudio profundo y debates acerca del rol de la Iglesia Católica dentro de la sociedad, específicamente en Chile.

La revista Estudios, fundada en 1932 y que duró hasta 1957, era una publicación del Centro de Estudios Religiosos que estaba vinculada al Partido Conservador y entre cuyos patrocinantes figuraban Ricardo Cox Méndez, Maximiano Errázuriz, Otto Hanish y Ricardo Salas Edwards. En su nota preliminar para un recopilación de escritos de Osvaldo Lira publicados en la revista Estudios, Cristián Garay señala que la mencionada revista fue rescatada del Centro de Estudios Religiosos por Jaime Eyzaguirre, quien tendría el control directo y la separaría del consejo a partir del número 13 correspondiente a noviembre-diciembre de 1933. En esta empresa sería apoyado por un grupo de jóvenes intelectuales católicos, tales como Julio Philippi y Armando Roa. Eyzaguirre permanecería a cargo de la revista hasta el número 244, correspondiente a enero-febrero de 1955.

Fue al tercer año de la publicación, específicamente para el número 24 correspondiente a octubre de 1934, que Lira escribiría en la revista por primera vez, siendo su primera publicación «Ernest Hello y el hombre mediocre».[15]

Fue conocido tanto por tener ideas avanzadas como por tener un tono vehemente, lo que le produjo dificultades con sus superiores en la congregación, sumando a esto la gran popularidad que tenía con sus alumnos; según Gonzalo Ibáñez Santa María, «nadie que le haya conocido ha permanecido indiferente ante él».[17]​ En 1939, once años después de ordenarse sacerdote, años en los que el padre trabajó como profesor para la congregación de los Padres Franceses, Lira decidió abandonar la congregación, considerando integrarse a los benedictinos o incorporarse al clero secular diocesano.[12]

Fue monseñor Pío Fariña, obispo auxiliar de Santiago, quien le incitó a esperar. Un año después, en 1940 se decidió que viajaría a Europa, donde se presentaría ante el Superior General de la congregación. De acuerdo a Julio Retamal Favereau fue decisiva la influencia de «algunos altos dirigentes conservadores que tildaban al padre Lira de avanzado y hasta de comunista»,[12]​ Retamal destaca que luego de este episodio el padre Lira nunca pensó en retirarse de la congregación, a pesar de que éste consideraba que jamás lo alentaron ni se preocuparon por su acción y producción intelectual.[12]

En 1940 viajó a Europa con destino Bélgica donde estuvo con sus superiores, el 15 de mayo se trasladó a España, antes de que Bélgica fuera invadida por los alemanes. En España viviría doce años, desde 1940 hasta 1952, residiendo en Miranda de Ebro y en Madrid, donde continuaría ejerciendo como profesor en los colegios de la congregación en ambas ciudades.[18]​ Fue en este país donde logró completar sus conocimientos de teología escolástica y sobre el tomismo. Lira había escrito artículos para revistas y realizado traducciones de libros de autores católicos, pero fue en España donde escribió sus primeros libros, siendo el primero de ellos sobre un político español con quien el sacerdote compartía su ideal sociopolítico, Vázquez de Mella, titulando al libro Nostalguia de Vázquez de Mella.[12]

Viviendo en España conoció a grandes escritores y músicos, estando entre los primeros Aleixandre, Dámaso Alonso y José María Pemán, y entre los segundos Joaquín Rodrigo, Ataúlfo Argenta y Joaquín Turina.[12]

Durante su residencia en España y luego de publicar su obra sobre el político español Vázquez de Mella el padre Lira escribió otros tres libros: Visión política de Quevedo (1948), La Vida en torno (1949) e Hispanidad y mestizaje (1952). Lira no solo se dedicó a escribir libros relacionados directamente con política, ya que no era su único interés —tal cual lo demostraría con posteriores publicaciones— escribió libros relacionados con el arte y la poesía. Julio Retamal recuerda que el Padre solía visitar el Museo del Prado e ir a exhibiciones pictóricas, y dedicó parte de su tiempo a estudiar tanto la pintura española contemporánea como la poesía, especialmente a Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y Lope de Vega.[12]

Luego de estar cerca de 12 años en España, sus superiores le ordenaron volver a Chile. A su regreso, en 1952, Lira se instaló en Valparaíso y se desempeñó como profesor en el Colegio de los Sagrados Corazones de Valparaíso, ejerciendo paralelamente como profesor de la Universidad Católica de la misma ciudad.[12]

En 1957, Lira regresa a Santiago para establecer su residencia definitiva. En 1960 comenzó a hacer clases en la Pontificia Universidad Católica de Chile como profesor de metafísica, teodicea, ontología, gnoseología y estética en el Departamento de Filosofía (que luego sería llamado Instituto). Su desempeño como profesor en la Universidad fue premiado en 1978 con el nombramiento de Profesor Emérito de la Facultad de Filosofía, y once años después, 1989, se le otorgaría el grado de Doctor Scientæ et Honoris Causa de la misma Universidad.[12]

En 11 de agosto de 1967 alumnos de centro y de izquierda, dirigidos por el presidente de la Federación de Estudiantes (FEUC) se tomaron la Universidad, debido a ello la comunidad docente se reunió para determinar el rumbo a seguir. La Facultad de Filosofía y Educación se reunión en forma extraordinaria en un salón del Colegio de los SS.CC de Alameda, reunión en que el padre Lira estaba decidido a realizar una condena a estos universitarios, y los profesores de esa facultad terminaron condenando los hechos desatados por los estudiantes rebeldes.[12]

Lira también fue contrario a los postulados de la Unidad Popular y el Presidente Salvador Allende, ya que creía que las políticas del gobierno eran contrarias al pensamiento de la Iglesia. Como parte de la oposición, Lira estimaba que Allende «debía retirarse a la vida privada o, si era necesario, debía ser depuesto por las Fuerzas Armadas». Según Julio Retamal, tras el golpe de Estado de 1973, «el mismo 11 de septiembre, el sacerdote hizo lo que el hombre no habría podido hacer y lo que no muchos hicieron: celebró una serie "gregoriana" de misas —a lo largo de varios días— por la salvación del alma del difunto presidente».[12]

La revista Tizona fue fundada por Juan Antonio Widow en 1958, con apoyo de su mentor, el padre Lira, quien eligió el nombre de la publicación. Desde ese año hasta el año siguiente se publicaron cuatro números, y luego reapareció entre 1969 y 1975.

Desde esta «trinchera» —como la llamaba Lira[12]​— pudieron expresar sus opiniones antirrevolucionarias tanto en materias universitarias como en religiosas, políticas y culturales. El grupo editorial y los escritores de la revista estaba constituido por un grupo de amigos cercanos a Lira. Sobre el alcance que tuvo la revista, Julio Retamal diría «que tuvo algún eco en diversos medios, se publicó hasta después del pronunciamiento militar de septiembre de 1973. Luego, por razones estrictamente económicas, se suspendió la publicación».[12]

Además, el sacerdote colaboró con revistas tales como Alférez, Cuadernos Hispanoamericanos, Revistas de Ideas Estéticas, Revista de Filosofía y Finis Terrae.

En 1988 participó de la fundación de la Universidad Santo Tomás, asesorando a su fundador y posterior presidente de la Junta Directiva, Gerardo Rocha.[cita requerida]

En 1994 la Universidad Adolfo Ibáñez en conjunto con la editorial Zig-Zag publicaron el libro Padre Osvaldo Lira: En torno a su pensamiento. Homenaje en sus 90 años". Para su lanzamiento se realizó una ceremonia en el Museo de Artes Decorativas en Santiago el 18 de octubre.[19][20]​ Los artículos fueron escritos por 35 profesores y amigos, entre ellos Julio Retamal Favereau, Rafael Gambra, Enrique Díaz Araujo, Antonio Millán-Puelles, Miguel Ayuso, Alfredo Sáenz, Alejandro Guzmán Brito, Gonzalo Ibáñez Santa María, Juan Vicente Ugarte del Pino, Bernardino Bravo Lira, Cristián Garay Vera y Alberto Falcionelli.

El 20 de diciembre de 1996, Osvaldo Lira falleció en su ciudad natal, Santiago, a los 92 años.

Osvaldo Lira es caracterizado políticamente como simultáneo adherente al tradicionalismo, carlismo y corporativismo,[21]​ ya que fue influenciado por Juan Vázquez de Mella.

Lira inspiró algunos movimientos políticos. Fue asesor y cofundador del Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista,[22]​ movimiento político de carácter nacionalsindicalista y fascista creado en 1949, al que Lira introdujo la doctrina de los cuerpos sociales, promoviendo que estos organismos tengan participación en la estructura política del Estado pero de manera autónoma.[23]

También fue un primer referente de Jaime Guzmán (que en su juventud fue ferviente fascista y carlista[24]​), creador del Movimiento Gremial de la Universidad Católica de Chile,[25]​ y posteriormente fundador del partido Unión Demócrata Independiente (UDI). Lira conoció a Guzmán cuando éste era solo un niño, siendo incluso su acólito en misas, no obstante lo cual, dicha relación e influencia decayó a partir de la participación de Guzmán como líder estudiantil en la Pontificia Universidad Católica, donde concurrió a la fundación del gremialismo[21]​, propuesta ideológica de influencia liberal [26]​ completamente divergente a la posición tradicional.

En sus primeros años como profesor de la Universidad Católica, la Iglesia se reunió para realizar en Concilio Vaticano II, en el cual se tratarían temas pastorales. El Concilio se inició en 1962 y finalizó tres años después. Retamal recuerda que los cambios que más impactaron a Lira «fueron los teológicos y, en menor grado, los litúrgicos».[12]

En cuanto a los cambios teológicos, Lira afirmó que la teología escolástica de Tomás de Aquino fue casi totalmente abandonada por el Concilio, y que ésta dio paso a nuevas teologías evolutivas y cada vez más avanzadas, especialmente de la mano de la teología de la liberación y la teología de la muerte de Dios, lo que se alejaba de la fe tradicional y de la ortodoxia católica. En cuanto a los aspectos litúrgicos se opuso debido a que consideró que atentaban contra la prudencia y la legalidad. Julio Retamal diría que para Lira estos cambios estaban envueltos de «un espíritu fantasioso y antitradicional que afectó radicalmente el sentido sacral y sacrificial de la Misa». Ante estos cambios, Lira continuó enseñando sobre la base de Santo Tomás y la misa la celebraría de la misma forma, como siempre lo hizo. Pero el padre permanecería obedeciendo a la Iglesia y en público celebraría la nueva Misa de Paulo VI.[12]

Con motivo del Concilio y sus reformas se formó la "Asociación Magnificat" en la que el sacerdote actuó como su principal asesor y capellán, la cual fue fundada para preservar la liturgia tradicional, anterior a la nueva del Papa Pablo VI. Según Retamal, Lira «nunca escatimó las críticas a quienes transgredían de manera evidente las normas religiosas dentro de la Iglesia, pero jamás pensó que ésa sucumbiría en su afirmación de la Verdad y su labor salvífica». Según él, Lira continuó combatiendo por la ortodoxia y la tradición, convirtiéndose en el mentor teológico de quienes se resistían a las reformas y revoluciones, pero «se mantuvo firme en la doctrina y supo batallar dentro de las reglas de la disciplina y la obediencia. Ganó las menos veces y perdió las más, pero jamás soñó en abandonar la Iglesia- como tantos de su cofrades religiosos lo hicieron».[12]

En 1969 el Ordinario de Santiago, cardenal Raúl Silva Henríquez, excomulgó al tío de Lira, Salvador Valdés Morandé, por haber realizado fuertes críticas en contra de algunas actuaciones del clero en materias políticas y en otros planos, siendo la más conocida la que realizó en el libro La Compañía de Jesús, ¡Ay Jesús, qué compañía!. Este asunto fue resuelto, pero para Lira era una «señal clara» de hacia dónde querían algunos eclesiásticos que se orientaran «los signos de los tiempos».[cita requerida]

En la revista Estudios, Lira había escrito en numerosas ocasiones su postura a favor del conservantismo corporativista,[27]​ dado a que consideraba que era un sistema de gobierno mejor que el de la democracia, apuntado a que el individuo gozaría de mayor libertad ante la autonomía de los cuerpos intermedios (familia, gremios, comarcas, universidades, empresas, etc) y la preservación de las tradiciones. Junto con ello, manifestaba su rechazo a la idea de que una nación sea gobernada por la mayoría:[28]

Además, Lira se oponía a la democracia liberal porque ésta permite la existencia de partidos políticos y un mayor pluralismo en la sociedad, lo que según él, solo dividiría y destruiría los estamentos y clases sociales, junto con los cuerpos intermedios, provocando, al final, la destrucción de la civilización.[29]

En la actualidad sus Obras Completas están siendo editadas por la Editorial Tanto Monta. Proyecto a cargo de José Antonio Vidal, Ignacio Stevenson y Vicente Cordero[30]​. El año 2019 fueron editados los tomos II y III[31]​ y se contemplan los demás tomos en los siguientes años.[32]



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