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Revuelta del Rif (1958-1959)



La Revuelta del Rif fue un levantamiento en la región magrebí del Rif que tuvo lugar entre 1958 y 1959, cuyo origen estaba en unas protestas contras las políticas gubernamentales y la marginación que sufría la región.[2][3]

La revuelta fue sofocada mediante el bombardeo aéreo de la región con napalm, fósforo blanco y bombas de fragmentación, llevado a cabo por un embrionario Ejército marroquí y dirigido por oficiales franceses. A la cabeza del ejército, y supervisando las operaciones, se encontraba el entonces príncipe heredero Mulay Hasan (futuro Hassan II), acompañado de Mohammed Ufqir. La represión dejó un saldo de varios miles de rifeños muertos.[1]​ La represión de esta revuelta suele citarse como episodio inicial de los llamados Años de plomo en Marruecos.

Con la independencia de Marruecos en 1956, los territorios de los antiguos Protectorados francés y español se reagruparon para formar el Reino de Marruecos. Para los rifeños, habitantes del antiguo Protectorado español, la incorporación al nuevo país en 1956, supuso un gran choque cultural, económico y político.

Desde las montañas norteñas, se percibió por parte de sus habitantes, que volvían a ser colonizados, esta vez, por políticos marroquíes desde Rabat, especialmente por el partido político Istiqlal. El descontento se fue generalizando hasta desembocar abiertamente en una revuelta.

Las protestas se originaron por el cierre de la frontera argelina a la inmigración rifeña, a lo que se unía el fuerte descontento por la total ausencia de representantes rifeños en la Administración marroquí.[3]​ De hecho, entre algunos círculos rifeños empezó un Programa de 18 puntos del antiguo caudillo Abd el-Krim.[4]

En agosto de 1958, en Tetuán aparecen varios carteles, dando vivas al Dictador español Francisco Franco, y en Tánger los carteles subversivos atacan al rey Mohamed V y ensalzan la figura de Gamal Abdel Nasser, el presidente de Egipto y por aquel entonces una figura famosa en el Mundo árabe. En Rabat, el Gobierno intenta calmar los ánimos, nombrando jefe del Ejército marroquí del norte, a un antiguo héroe marroquí de la guerra civil española, el general Mohammed ben Mizzian. Las cabilas van más allá del mero descontento y reclaman abiertamente la independencia: las de Beni Urriaguel, Beni Esnasse y Temsaman comienzan a armarse. La aparición de una bandera española en Tizzi Ifri será el pretexto escogido por el Gobernador marroquí de la zona para denunciar a los rebeldes rifeños como traidores a Marruecos.[cita requerida] Varios residentes rifeños en Melilla son acusados por la prensa marroquí de tráfico de armas y el gobierno español teme que las plazas españolas de Ceuta y Melilla se vean afectadas por la revuelta rifeña, por lo que su actitud es de concordia con las autoridades marroquíes.[cita requerida]

Abdelkhalek Torres, líder nacionalista rifeño, pronunció un violento discurso por Radio Tetuán en el que criticó al gobierno marroquí considerándole culpable del caos económico, del paro y de la miseria del Rif.[cita requerida]

Mizzian y el Ministro de Defensa marroquí, acuden a entrevistarse con los rebeldes. Entre otras reivindicaciones, las tribus exigen la salida de tropas extranjeras, el regreso de Abd el-Krim, la desaparición del Partido del Istiqlal en la zona rifeña, creación de empleo y la reducción de impuestos.

El 25 de octubre de 1958, las oficinas del Istiqlal en Imzouren son tomadas al asalto por una turba, y los soldados gubernamentales allí presentes son masacrados; Es el comienzo de una sublevación que ha tomado la forma de una revuelta en toda regla.[1]​ Durante este mes de octubre se producirán continuos actos de sabotaje en la zona, y el Gobierno marroquí detiene a varios líderes rifeños. También los estudiantes rifeños declaran la huelga en protesta por implantarse el bachillerato francés y la supresión del sistema de estudio español, herencia del antiguo Protectorado. La principal lucha tendrá lugar durante el invierno de 1958-1959.[5]

A finales de enero de 1959 un Ejército marroquí al mando del príncipe Muley Hassan, y compuesto por más de 30.000 hombres, desembarcó en Alhucemas y Tánger.[1][6]​ Rápidamente se ocupan estas ciudades, así como Chauen y Tetuán. Con la experiencia de la revuelta de 1921, Ufqir y Hassan saben que una avance por tierra sería un baño de sangre. En febrero de 1959, la aviación real bombardea indiscriminadamente a los aduares y los lugares de refugio de los rebeldes con bombas de fragmentación, napalm y fósforo [cita requerida]. Con el apoyo de la aviación real, las tropas marroquíes vuelven a ocupar las montañas del norte; en pocas semanas la revuelta ha sido sofocada.

El héroe de la guerra del Rif, Abd el-Krim desde su exilio en El Cairo exhortaba a los rifeños para que continuasen con la lucha hasta conseguir la libertad del Rif. [cita requerida] Mientras tanto, el Gobierno marroquí protesta formalmente ante el Gobierno español porque los guerrilleros rifeños utilizan armas de fabricación española y se sospecha que son apoyados por los antiguos colonizadores.

La supresión de la revuelta no significó la pacificación de la zona, dado que al terminar ésta dio comienzo una larga represión y el antecedente de lo que serían los años de plomo marroquíes. Transcurrido más medio siglo, a pesar del largo tiempo transcurrido, la revuelta todavía permanece en el ideario colectivo rifeño.[7]



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