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Almeida de Sayago



Puente El Rebollar (Almeida de Sayago)

Almeida de Sayago es un municipio y localidad española de la provincia de Zamora y de la comunidad autónoma de Castilla y León.[2]

Se encuentra ubicado en la comarca de Sayago, al sur de la provincia de Zamora, lindando con la comarca salmantina de Tierra de Ledesma. En su término municipal se encuentran las localidades de Almeida y Escuadro, ambas rodeadas de parajes naturales en los que predomina el paisaje adehesado de encinas centenarias, junto a una numerosa y variada flora y fauna. En sus proximidades se encuentran el embalse de Almendra y el parque natural de Arribes del Duero, dos de los principales enclaves turísticos de su comarca y provincia.[3]

Cuenta con un notable patrimonio, en el que destaca el dolmen del “Casal del Gato” y el manantial de aguas termales de los “Hervideros de San Vicente”, este último origen y razón de ser de su actual balneario.[4]​ Su casco urbano responde al tipismo de la arquitectura rural de la comarca de Sayago, construido en exclusiva con la abundante roca de granito de la zona. De entre sus inmuebles descuella su barroca iglesia parroquial, sus puentes y fuentes —algunos de origen romano— y la sobria facción de su ayuntamiento. Esta es una tierra de antiguas y arraigadas tradiciones populares, con ejemplos históricos como los encierros de “Vacas Bayonas”, el tradicional “Baile de la Bandera” o su antigua romería a la ermita de Nuestra Señora de Gracia, a la sazón patrona de la comarca de Sayago.[5]

El topónimo Almeida se encuentra presente tanto en España como en Portugal. Su etimología es arábiga, aunque los autores no establecen por unanimidad el vocablo árabe del que deriva. Para unos autores, procede de la palabra “almavdat”, nombre árabe con el que se designa el otero o la meseta.[6]​ Para otros deriva de "al meda" o de "talameyda" que significaba "mesa" en una clara alusión a su territorio plano. Otros, sin embargo, opinan que deriva de "atmeidan" que significaría "campo" o "lugar donde corren los caballos", actividad muy común en el pueblo árabe.[7]​ El período de dominación árabe de la península ibérica, dejó numerosos ejemplos de topónimos árabes en la comarca de Sayago (Alfaraz, Cozcurrita, Fariza, Gáname, Tamame o Zafara) y en el resto de la provincia de Zamora (Alcubilla de Nogales, Algodre, Almaraz de Duero, Barrio de Rábano o Venialbo, entre otros).[8]

En el caso de Almeida de Sayago existe además una leyenda popular que aporta una nueva y original justificación sobre el origen de su nombre. Conforme a esta narración, transmitida de generación en generación, Almeida proviene de la expresión “el medio”. El relato habla de la existencia de siete aldeas y un castillo en el que residía un señor feudal al que los aldeanos rendían tributo. Con el tiempo, la armonía de la convivencia de estas aldeas quedó rota por las continuas desavenencias surgidas entre sus habitantes. Para solventar las disputas, se decidió encontrar un lugar céntrico que simbolizara la concordia entre todos y que se denominó “El Medio” y finalmente Almeida. El arraigo de esta leyenda es tan notable en Almeida que el escudo municipal incluye siete cruces en representación de cada una de las siete aldeas originarias.[9][10]

El término municipal de Almeida incluye además la localidad pedánea de Escuadro. El topónimo de esta última población podría tener un origen romanizador, posiblemente relacionado con “ex-cuadro”, en clara referencia al contingente que abastecía a las tropas romanas y que se situaba fuera del campamento militar.[11]

Los gentilicios de las localidades existentes en el municipio son almeidense, para los naturales de Almeida de Sayago, y escuadrinos para los de Escuadro, localidad pedánea de la anterior.

Almeida de Sayago cuenta con escudo heráldico y bandera municipal desde el 17 de agosto de 2000, fecha en la que se publicó en el boletín oficial de la provincia de Zamora la aprobación del acuerdo municipal correspondiente.

Dicho acuerdo fue adoptado en el pleno del Ayuntamiento de Almeida, en sesión ordinaria celebrada el día 29 de julio de 2000 y por unanimidad de los siete concejales que componen la corporación, es decir por la mayoría absoluta del número legal de sus miembros.

El acuerdo se adoptó en el ejercicio de las funciones delegadas por la Comunidad Autónoma de Castilla y León a los Ayuntamientos mediante la Ley 1/1998 de 4 de junio de Régimen Local de Castilla y León y en conformidad con la tramitación del art. 28 de dicha Ley. El escudo heráldico y la bandera municipal aprobada se atienen a las leyes y reglas de heráldica y de vexilología con la siguiente descripción:

Municipio de Roelos

Municipio de Bermillo

Municipio de Fresno

Municipio de Carbellino

Municipio de Peñausende

Municipio de Carbellino

Municipio de Ledesma

Municipio de Alfaraz

Al sur de la comarca zamorana de Sayago, y atravesada por la rivera de Belén, descansa la localidad de Almeida, en medio de una naturaleza prácticamente intacta. Un beneficio obtenido por haber sido una tierra bastante olvidada y a desmano de vías de comunicación importantes. Su suelo granítico, ha marcado su paisaje, singular y relajado en unos casos y agreste y misterioso en otros. Desde el punto de vista topográfico, la zona es una penillanura suavemente ondulada, cubierta en su mayor parte de grandes dehesas de encinas y pequeñas parcelas cerradas por piedras de granito denominadas "cortinos", que están dedicadas por lo general a pastizales. Esa abundancia de granito, por otra parte, impermeabiliza el suelo de tal forma que cuando llueve el agua se almacena en cualquier hondonada del terreno moteándolo de pequeñas y grandes charcas, que se conocen popularmente como "cadozos", y que confieren al paisaje sayagués su principal seña de identidad.[13]

Cuenta con dos paisajes muy diferentes: hacia el este, los terrenos son ondulados y de aprovechamiento agrícola y hacia el oeste, orientadas hacia el río Tormes, el paisaje es rocoso, desnudo y mucho más agreste. En este territorio, de indudable valor natural, el ayuntamiento ha promovido tres rutas para caminar y conocer disfrutando de su término municipal:[14]

El dolmen del Casal del Gato, posiblemente del Bronce Final,[15]​ es una de las primeras referencias conocidas de la presencia del hombre en Almeida. Se encuentra situado a unos cuatro kilómetros al oeste de su casco urbano y aún conserva parte de la galería de acceso, aunque han desaparecido la cámara y el túmulo. De este yacimiento se extrajo un cuchillo de sílex, la hoja de un puñal de cobre, un prisma hexagonal de cuarzo, una escudilla de barro, un hacha de piedra, restos de vaso con decoración incisa y dos cuentas de piedra de color verdoso, todos ellos conservados en el Museo Arqueológico Nacional.[16]

Este dolmen parece tener relación directa con numerosas cazoletas y el manantial de aguas sulfurosas de su entorno inmediato. Las cazoletas son pequeñas incisiones en roca que, en el caso de Almeida, cuentan con una disposición en formación triangular y que incluyen un calendario lunar.[17][18]​ Son semejantes a otras descubiertas en Sayago, muchas de ellas acompañadas de otras en forma de serpiente o incluso de cruz. Se desconoce la razón de ser de las mismas, aunque se les suele atribuir un sentido religioso. Por otra parte, el dolmen parece tener vinculación con el manantial de aguas sulfurosas de “El Hervidero de San Vicente”, dada su cercanía (unos 50 m) y la orientación de entrada al dolmen, dirigida hacia el manantial.[16][19]

Almeida fue cruce de calzadas romanas, ya que en esta localidad confluyen la que unía Villadepera-Ledesma, Zamora-Carbellino y Fermoselle-Almeida. De esta época son testigos también el puente Grande, el del Rebollar y la Fuente Lorenza. Asimismo, en el paraje de El Hervidero existió un asentamiento romano.[20]

Numerosos topónimos y narraciones nos retrotraen a la época de dominación árabe, o a la presencia judía en el denominado barrio del Ghetto, caracterizado por estrechas y tortuosas callejuelas.[21]​ Por otro lado, Almeida, según la tradición, pudo haberse formado tras la unión de siete pequeños asentamientos, todos ellos situados en los alrededores del actual casco urbano. La tradición habla de algunos de estos pueblos, denominados Val de Santa María, Val de Andrés, Val de San Pedro, Santa Elena y Santa Úrsula. En este último, se presume que existió un castro o un castillo.[22]​ Esta arraigada tradición tiene actualmente su reflejo en el escudo del municipio.[21]

Por otro lado, la presumible toponimia arabizante del término Almeida apuntaría a la posible fundación de esta localidad por mozárabes venidos de al-Andalus, dentro del proceso repoblador emprendido por los reyes leoneses, o de una época anterior por la pervivencia de grupos indígenas autónomos que "arabizaron" sus nombres y sus topónimos por influencia de al-Andalus. [23][24]​ En cualquier caso, la primera referencia documental a Almedia se ha datado en el año 1208, periodo que se corresponde con el reinado de Alfonso IX de León.[25]

Con la creación de las actuales provincias en 1833, Almeida quedó encuadrada en la provincia de Zamora, dentro de la Región Leonesa, la cual, como todas las regiones españolas de la época, carecía de competencias administrativas.[26]​ Un año después Almeida fue adscrita al partido judicial de Bermillo de Sayago.[27]

Tras la constitución de 1978, Almeida pasó a formar parte en 1983 de la comunidad autónoma de Castilla y León, en tanto municipio adscrito a la provincia de Zamora.[28]​ En 1983, tras la supresión del partido judicial de Bermillo de Sayago, Almeida fue integrada en el actual Partido Judicial de Zamora.[29]

El municipio ha experimentado una notable pérdida de población durante los siglos XX y XXI. Esta sangría demográfica es consecuencia directa del fenómeno denominado éxodo rural, especialmente virulento en las zonas rurales fronterizas de las provincias de Zamora y Salamanca, como es el caso del municipio de Almeida y, en general, de las comarcas de Sayago y Aliste de la provincia de Zamora.[30]

La línea de tendencia es decreciente, con la excepción de las dos primeras décadas del siglo XX, y con clara continuidad en su caída durante las sucesivas décadas:

Fuente: Instituto Nacional de Estadística de España - Elaboración gráfica por Wikipedia.

La población que emigró de Alfaraz, se dirigió hacia cuatro ámbitos geográficos receptores:

La pirámide de población del municipio de Almeida responde a un modelo ecléctico entre regresivo y desequilibrado. Regresivo por mostrar una clara tendencia de envejecimiento de la población del municipio. Esta afirmación se debe, principalmente y entre otros factores, al notable efecto producido por el éxodo rural y, en general, por la baja tasa de natalidad existente. Desequilibrada en cuanto a su composición por grupos de edad y sexo, siendo especialmente significativo el alto porcentaje de mujeres con edad superior a los 80 años o el de varones en varios de los tramos de edad.

La división de la población en grupos de población activa, tercera edad y menores de edad, nos aporta el dato de que el grupo más numeroso es el de población activa con un 46,57% del total. Sus miembros estarían comprendidos en la franja de edad comprendida entre los 18 y 65 años. No obstante, el envejecimiento del municipio es patente, ya que el 45,13% pertenece a la tercera edad, es decir, a mayores de 65 años. Por último, y con un 8,30%, está el grupo de los menores de edad. Este último dato, pone de manifiesto la reducida posibilidad existente de relevo generacional en el municipio.

Como consecuencia las principales tasas demográficas comparadas de Almeida en 2010, arrojan la siguiente información:[33]

El municipio se divide en dos núcleos de población, que poseían la siguiente población en 2015 según el INE.[34]

El ayuntamiento es el responsable de la vida municipal. Con su plena personalidad jurídica, es el órgano que realiza las funciones de gobierno y administración del municipio. Está presidido por el alcalde, que ostenta la presidencia de la administración local y del pleno municipal, este último formado por los concejales o ediles que, reunidos en pleno, ejercen la potestad normativa a nivel local.

Los miembros del equipo de gobierno municipal, son elegidos mediante sufragio en las elecciones locales convocadas a tal efecto, y en las que el municipio de Almeida se constituye en circunscripción electoral. La siguiente tabla, muestra los resultados de las elecciones municipales de Almeida desde 1999:[35][36]

El personal del ayuntamiento se encuentra dividido en varios grupos, siendo el principal de ellos el correspondiente a funcionarios, compuesto por un secretario-interventor y un auxiliar. Dependiendo de las necesidades, cuenta también con personal laboral consistente en varios operarios y personal técnico para los servicios de comedor social, guardería, educación para adultos y residencia de ancianos.[38]

Ciertos servicios son además proporcionados por la Diputación Provincial de Zamora y, desde 1986, los servicios de abastecimiento de agua son ofrecidos por la mancomunidad Sayagua.

Este municipio cuenta con dos localidades. Al margen del núcleo de población principal, constituido por Almeida, también forma parte de este municipio la pequeña pedanía de Escuadro.

La actividad agropecuaria es la principal fuente de recursos del municipio de Almeida, aunque en el pasado también contó con una notable actividad fabril que actualmente ha ido desapareciendo. En la actualidad repunta el sector del turismo, con la reapertura del Balneario, casas de turismo rural y la señalización de rutas de rutas de senderismo.

Cobra especial interés el dato de que el territorio municipal de Almeida se encuentra incluido dentro de varias denominaciones de origen y marcas de garantía. Este último dato puede otorgar a sus productos agropecuarios un notable valor y reconocimiento. Algunas de estas son la Carne de Ávila,[39]​ el Lechazo de Castilla y León,[40]​ el Queso Zamorano,[41]​ la Harina Tradicional de Zamora[42]​ y la Ternera de Aliste.[43]

Almeida cuenta con un colegio que cubre los servicios de educación infantil y primaria. El centro fue estrenado en el curso 1978-1979, y en 1992 pasó a denominarse “Matilde Ledesma Martín”, en recuerdo de la maestra del mismo nombre, natural de esta localidad, cuya labor educativa dejó un grato recuerdo en sus numerosas promociones de alumnos.[45]​ El colegio es el encargado de cubrir los servicios educativos de infantil y primaria de Almeida y de las poblaciones aledañas de su área de influencia. Esta área incluye las localidades de Alfaraz, Carbellino, Escuadro, Fresno, Mogatar, Roelos, Salce, Tamame, Viñuela de Sayago y las numerosas dehesas anejas como Pelilla, Paredes, Villoria, Soguinos, Macada y Castro. Para abarcar este amplio ámbito territorial, el colegio cuenta con un servicio de transporte con tres rutas de y un comedor escolar.[46]

Existe una línea regular de viajeros que une a Almeida con Zamora, la capital provincial.[63]​ Además, la Junta de Castilla y León ha implementado un sistema de gestión del transporte basado en una petición previa del ciudadano, que se denomina "Transporte a la Demanda" y que se dirige y organiza desde un centro virtual de transporte. Con él se pretende que los vehículos que prestan los servicios regulares lleguen a los pueblos pequeños y alejados, y por lo tanto peor comunicados, cuando sus habitantes realmente lo necesiten. Este servicio, en el caso de los residentes en el municipio de Almeida es cubierto por la línea existente entre Moraleja de Sayago y Bermillo de Sayago.[64][65]

Pintor barroco, reconocido y muy afamado en Salamanca donde tuvo su taller, tras formarse en Valladolid al lado de sus tíos, Santiago y Andrés Villamor, discípulos de Diego Valentín Díaz. Dominaba la técnica de la pintura al fresco, dejando buena muestra de ello en las capìllas de la Virgen del Rosario y del Cristo de la luz en iglesia de San Esteban. Se conservan de él gran cantidad de retratos y temas religiosos en la Universidad salmantina, en varios conventos y parroquias. Está enterrado en la iglesia de Santi-Spíritus. Si son exactos los datos de Ceán Bermúdez, se formó en el estilo amable y preciosista de los discípulos de Valentín Díaz. A estas formas retardatarias, incorpora el dinamismo y color de la escuela madrileña y los aires del barroco internacional, típicos de la pintura de fin de siglo.

Fue secretario de Felipe IV, vicecanciller de las Indias y Regidor y Procurador a Cortes por Salamanca. Caballero de la Orden de Santiago en la que ingresó el 9 de septiembre de 1648. Está enterrado en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Almeida, junto con sus padres, bajo el altar que preside el magnífico óleo de Carreño Mirand titulado “Ntra. Sra. la Virgen del Carmen amparando a Santa Teresa y demás santos y religiosos carmelitas”. Es el padre del poeta Luis Antonio de Oviedo y Herra, primer Conde de la Granja (Madrid, 1636 - Lima 1717). Cursó estudios en la universidad de Salamanca, más tarde ingresó en la milicia, fue nombrado gobernador de Potosí y Caballero de la Orden de Santiago . Sus mejores obras son el poema “Vida de Santa Rosa de Santamaría, natural de Lima” (Madrid 1717 y volumen XXXV de la Biblioteca de Rivadeneyra), en el que abundan no solo noticias de la vida de la Santa, sino de la geografía e historia del Perú y “Poema sacro de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”.

Matilde Ledesma Martín nació un 13 de marzo de 1895 en Almeida. Obtuvo el Título de maestra el 6 de septiembre de 1918, con un sobresaliente. Ejerció la profesión en Robliza de Cojos (Salamanca), durante un curso, hasta que una permuta de puesto con una maestra destinada en Almeida le permitió ocupar una plaza en la escuela de niñas de su añorado pueblo.

Sus excelentes resultados se tradujeron en su nombramiento como directora de su Escuela. Para estimular la autoestima y el espíritu crítico y de superación en sus alumnas, hubo de cuestionar Matilde algunas costumbres discriminatorias y sexistas al uso y ser autodidacta. También las mujeres de humilde origen tenían derecho a ser felices y es por eso que la maestra las animaba a tener aspiraciones y a mostrarse en público, erguidas y naturales. Les llevaba a Zamora a ver como se hacía el periódico, les interesaba en leerlo y discutir sus noticias; escenificó en clase los debates políticos sobre los derechos de la mujer, les mostraba el origen de la electricidad visitando los saltos del Duero.

En 1938, durante la Guerra Civil, de forma arbitraria, fue detenida y presa en la cárcel provincial de mujeres de Zamora. Liberada de nuevo en noviembre de ese mismo año. Al final, el poder y las reiteradas presiones de las autoridades fascistas de Almeida se impusieron sobre las razones educativas y sociales y obligaron a la Comisión Superior Depuradora a emitir la separación de Matilde.

Aun después de eso, para satisfacción de sus alumnas y contrariedad de sus perseguidores, Matilde Ledesma se mantuvo en su puesto de maestra-Directora un año más, de enero de 1939 hasta el 19 de enero de 1940. Y es que la defensa de los padres, la escasez de maestras, los favorables informes de la inspección de educación de Zamora y la activa resistencia de Matilde eran demasiado sólidas como para ser ignoradas, tanto es así que al final lograron que la Comisión Superior Depuradora solicitara a las partes una sanción de compromiso.

Tras muchos tiras y aflojas, se produjo el acuerdo y pudo Matilde elevar al Excmo. Ministro de Educación Nacional, la segunda petición de revisión de su separación definitiva, juntando a los elogiosos informes de la Inspectora Ángeles Antelo y el Inspector Jefe de Educación de Zamora, Sr. Juan Jaén que decía: “debiera de atenderse a lo solicitado por dicha Maestra ya que se trata de una excelente funcionaria (…) perseguida por algún vecino (…) informando a la superioridad de una manera tendenciosa”; el favorable del párroco, Eduardo G., -que haciendo gala de gran hipocresía, venía a decir ahora justo lo contrario que cuatro años antes- y el “neutral” silencio del nuevo ayuntamiento de Almeida.

Tuvo que transcurrir otro año para que, en el cambio de postura del párroco y el mutismo de la corporación, encontrara el instructor de la causa de Matilde motivos para elevar a la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración un informe parcialmente favorable.

Tal como estaba previsto, esta propuesta de sanción fue aprobada por la Comisión de Revisión de Expedientes y en cumplimiento de la misma la maestra estuvo separada de la docencia de enero de 1942 a septiembre de 1944, fecha en que se incorporó como maestra a la escuela de la localidad salmantina de Sepulcro-Hilario.

Seis años estuvo trabajando en ese pueblo, con la esperanza puesta en ver reconocida su razón y restablecida en la plaza de su añorada escuela. Y la oportunidad surgió en enero de 1951, con la jubilación de la Directora de la misma. Para entonces las turbias razones para su separación se habían quedado en evidencia y resultaban tan insostenibles, que hasta la Corporación de Almeida, encabezada por su nuevo alcalde, -otrora concejal acusador-, Juan Ramos, se dispuso a solicitar la rehabilitación plena de la maestra.

Dado que la directa restitución solicitada se podía interpretar como el reconocimiento de lo injusto de la destitución, el Ministerio de Educación denegó la reintegración solicitada y obligó a Matilde a someterse a un concurso de traslados. Como tenía los puntos y méritos necesarios aprobaron su traslado. El puesto de Directora lo alcanzaría dos años después.

Tras dieciséis años de tenaz y cívica lucha junto a sus inspectores y paisanos, Matilde, se impuso a la injusticia y la hipocresía. Pero era, sin duda, un triunfo parcial y doloroso: atrás quedaban el sistema de coeducación republicana, sustituido por un sistema educativo autoritario y clasista y miles de vidas y carreras de las/los mejores maestros definitivamente truncadas. Entre ellas, las de su hermana Brígida y su cuñado José.

Todavía se recuerda en Almeida que tras volver al pueblo, no se oyó a Matilde un comentario contra quienes la habían difamado y agredido con tanta crueldad.

En su nueva etapa, tuvo ocasión Matilde, de poner de relieve su espíritu emprendedor y solidario, reformando las instalaciones de la Escuela de Almeida, para dotarla, en los primeros años sesenta, de una cocina y un comedor escolar. La gente de bajos recursos agradeció mucho el que sus pequeños/as, además de educación, recibieran en la escuela una alimentación de tipo castellano, más variada y completa incluso, que la que la jerarquía establecía y muchas familias podían proporcionarles.

Matilde Ledesma Martín, se jubiló en 1965, con 70 años. Se había mantenido soltera, pero no sola: la enseñanza era su vida y su alumnado, su familia. Había sido la animadora de la Escuela de Almeida, de modo que sus compañeras/os organizaron un homenaje con apoyo de las Instituciones del pueblo pero, una vez más, sus enemigos de siempre lo impidieron. También por esas fechas, la Inspectora Isabel López del Amo, propuso en la Junta Provincial de Enseñanza se concediera a Matilde la Cruz de Alfonso X El Sabio. La respuesta del Delegado de Educación de Zamora fue tajante:“¡No vamos a dar ninguna condecoración a una maestra de izquierdas!” El tiempo no había pasado para esas cosas.

Tras jubilarse continuó fomentando la cultura entre sus paisanos, entre otras cosas, montó y dirigió una biblioteca pública, -que todavía funciona en Almeida-, que completaba con la estimulación a la lectura de los niños, reuniéndoles en sesiones de “cuenta-cuentos”.

Matilde Ledesma falleció el 10 de noviembre de 1975, diez días antes que Franco. Tenía 80 años.

Casi diez años después, -bien entrada la democracia-, cumpliendo el deseo popular, a la Escuela Pública de Almeida se le dio el nombre de Colegio Público de Educación Infantil y Primaria, Matilde Ledesma Martín.

Matilde Ledesma, Fuente: http://www.ecorepublicano.es/2017/09/matilde-ledesma-martin-1895-1975.html



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