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Byron



¿Qué día cumple años Byron?

Byron cumple los años el 22 de enero.


¿Qué día nació Byron?

Byron nació el día 22 de enero de 1788.


¿Cuántos años tiene Byron?

La edad actual es 236 años. Byron cumplió 236 años el 22 de enero de este año.


¿De qué signo es Byron?

Byron es del signo de Acuario.


¿Dónde nació Byron?

Byron nació en Londres.


George Gordon Byron (Londres, 22 de enero de 1788-Mesolongi, 19 de abril de 1824), conocido como lord Byron, fue un poeta del movimiento del romanticismo británico, considerado por algunos uno de los mayores poetas en la lengua inglesa y antecedente de la figura del poeta maldito. Debido a su talento poético, su personalidad, su atractivo físico y su vida de escándalos, fue una celebridad de su época. Fue sexto barón de Byron.

Byron fue hijo del capitán John Byron «Mad Jack» y de su segunda esposa, lady Catherine Gordon. Su abuelo fue John Byron, también llamado «Foulweather» (‘Mal tiempo’), vicealmirante británico que navegó por todo el mundo. Su padre, John Byron, falleció en 1791 en la localidad de Valenciennes (Francia) cuando George tenía tres años. La muerte de John tuvo lugar en una pequeña residencia propiedad de su hermana, adonde había huido tiempo atrás de sus acreedores y del terrible temperamento de su esposa. En su estancia allí, el padre mantuvo a varias amantes y derrochó a su antojo lo que le quedaba del dinero de la familia. Así, a esa edad y en compañía de su madre en Aberdeen, George heredó de su progenitor poco más que deudas y los gastos de su funeral. No obstante, si la herencia material del padre fue poco más que un disgusto para el hijo, no se puede decir lo mismo de la herencia espiritual, ya que el joven conservaría su amor por la belleza, el culto a la galantería, y su inclinación hacia la vida licenciosa. De su madre, en cambio, heredaría la dulzura y el cariño que esta le ofreció, pero también su atroz temperamento.

Byron nació con una deformidad en el pie derecho, que era zambo. Era patihendido, lo que significa que tenía los dedos del pie hacia adentro. Byron siempre apostó a que tal deformación había sido debida a la mojigatería de su madre, quien rechazó asistencia médica en el parto. Debido a esta anomalía, su padre dijo que jamás llegaría a andar. Pero el pequeño Byron, que tuvo que calzar un zapato ortopédico durante toda la infancia, se rebeló a la creencia del padre y aprendió a correr antes que a caminar, y aun cuando anduvo cojo, presumía de andar más rápido que muchos. Al alcanzar la juventud, sus maneras y modales le sirvieron para disimular su cojera, haciéndola parecer un caminar excéntrico y al mismo tiempo distinguido.

Byron tuvo que soportar muchas burlas y rechazos por su cojera. No obstante, con el tiempo aprendió a defenderse bajo la máxima de que «cuando un miembro se debilita siempre hay otro que lo compensa», palabras a las que en su vida siempre haría honor. Además de la cojera sufrió mucho por el frío, ya que sus huesos siempre fueron frágiles, algo que le causaba gran malestar.

La relación de sus padres, que marcó a Byron de forma importante, podría definirse como tempestuosa. Si bien Byron jamás pudo considerar a su padre como un auténtico amante de su madre, esta, a pesar de su rencor por lo ilícito de la vida de su marido, se volvió triste e inconsolable tras su pérdida. Byron describiría la relación que vivió con su madre Catherine como una aventura de golpes y besos. Catherine llamaba con frecuencia al pequeño Byron: cojo bribón o pequeño diablo, mientras él la llamaba vieja o la viuda. Pese a esta relación de amor-odio, Byron diría posteriormente que su madre fue la única que lo entendía.

Cuando cumplió la edad de nueve años, su madre lo puso en manos de una joven institutriz y enfermera escocesa, devota calvinista, llamada Mary Gray. Esta lo inició en la lectura de la Biblia y en el sexo, ya que en aquel entonces, pese a su corta edad, tuvo sus primeras relaciones sexuales con Mary. Junto a ella pasó el verano en el valle del Dee, en una casa de campo cercana a Abergeldie, y contempló las aficiones alcohólicas y orgiásticas de Mary Gray. De aquella época, además del mundo que se le descubrió a través de la sexualidad con la joven Mary Gray, a quien guardaría para siempre a fuego en su memoria, Byron recordó también la belleza de las montañas septentrionales escocesas, la cual admiró durante su estancia e indagó en sus recovecos a diario en sus continuas escapadas, a pesar de su latente cojera.

Byron no guardó recuerdo amargo de aquellas primeras relaciones sexuales y lecturas religiosas, ni contó al respecto que le hubieran perjudicado de modo alguno. Contrariamente, afirmó que la experiencia en el valle del Dee le ayudó a madurar y comprender de forma precoz el sentimiento de la melancolía.

Esto ocurrió mientras vivía en la ciudad escocesa de Aberdeen, donde se inició en latín e historia con la ayuda de un preceptor presbiteriano hasta su entrada en la Aberdeen Grammar School. Mientras cursaba el cuarto grado en la histórica escuela, fue requerida su presencia en Inglaterra debido al fallecimiento de su tío abuelo lord William Byron, quinto barón de Byron.

Una vez allí, con la muerte de su tío abuelo, se le reconoció su aristocracia, y aunque nunca le tuvo excesivo aprecio al título que le correspondía, la experiencia le hizo ampliar sus horizontes y creyó crecer de golpe al imaginarse en un futuro en la Cámara de los Lores. Madre, hijo e institutriz fueron a vivir a la recién heredada Newstead Abbey, la cual, para su sorpresa, frente a sus aspiraciones de nueva riqueza, estaba cargada de deudas y en muy mal estado. Su madre contrató para gestión y administración de bienes al abogado londinense John Hanson, quien se haría cargo de los asuntos familiares hasta que el pequeño George contase con la edad suficiente. Byron recordaría gratamente que esta fue la mejor residencia que tuvo. Allí conoció y se enamoró de su prima Mary Duff, quien lo rechazó por ser un chico muy joven para ella. Este hecho lo dejó desolado y lo animó a realizar sus primeras composiciones.

Cabe decir que el tío abuelo de George había pasado los últimos años de su vida viviendo casi como un ermitaño, actitud que no iba acorde con los años que vivió antes de su reclusión. De esos años se recuerda que lo llamaban el Villano y que también los vivió de un modo bastante licencioso. Entre sus acciones destaca el intento de asesinato de su esposa lanzándola a un lago tras una discusión doméstica. De este hombre heredó George su título familiar y sus deudas.

El pequeño Byron fue enviado al colegio del doctor Glennie, en Dulwich. Allí sus estudios se vieron interrumpidos constantemente por las manías de su afectada madre, quien continuamente irrumpía en su estancia para llevarlo consigo durante largos periodos. Durante esta época es cuando Byron lee una de sus obras predilectas, Las mil y una noches. Ya era un ávido lector desde hacía años.

Pero en 1801, gracias en parte a una pensión de trescientas libras que había recibido la madre del joven por parte del rey, Byron fue admitido en Harrow, donde completaría sus estudios primarios.

En 1803 tuvo su primera tragedia amorosa al morirse su prima Margaret Parker, de la que también estaba enamorado.

En 1805 se trasladó a la Universidad de Cambridge. Aquí, además de ser un brillante estudiante, destacaría por sus trajes extravagantes y su vida licenciosa y despilfarradora. Como en el colegio no se permitían perros ni gatos, él, amante de los animales, decidió tener un oso como mascota. Pese a ello, se ganó el sobrenombre de buen chico y tuvo grandes amigos, como lord Broughton y John Hobhouse, quien sería líder del Partido liberal. Byron ya era un gran aficionado a escribir versos en esta época y aprendió boxeo y esgrima, llegando a ser un gran experto en ambas artes de lucha gracias a sus amigos Jackson y Angelo. Dejaría la universidad por falta de dinero y se mudaría a la calle Picadilly 16 de Londres, en donde fue amante de una prostituta. Luego, ya sin dinero, volvería con su madre a Southwell y se dedicaría en cuerpo y alma a la poesía. Ese año publicó su primer libro de poesías titulado Composiciones fugaces, gracias a una amiga suya, Elisabeth Pigot, la cual le pasó a limpio sus escritos y los editó. Sin embargo, el párroco de la zona no dejó que saliera a la venta y lo quemó porque en uno de los poemas salía mal parada una tal Mary.

En 1807 se publicó en la prestigiosa revista Edinburgh Review su libro de poemas Horas de ocio, que suscitó dispares opiniones. Ante las críticas siempre respondía de forma combativa o escribiendo una nueva obra. En 1809 ocupó un escaño en la Cámara de los Lores, escribió la sátira Bardos ingleses y críticos escoceses y emprendió un viaje de dos años por diversos países de Europa. Inició el viaje por España, en donde le cautivó la belleza de las españolas (escribió el poema La chica de Cádiz) y tuvo una entrevista con el General Castaños en plena Guerra de la independencia. Viajó también por Portugal, Albania, Malta y Grecia, en donde atravesó el Helesponto a nado, junto con su amigo Hobhouse, y donde escribió las sátiras Hints from Horace y La maldición de Minerva. También estuvo en Turquía, donde intentó descubrir Troya. Durante estos viajes tuvo varias relaciones, tanto con mujeres como con hombres. En 1811 murieron su madre y dos de sus amigos en tan solo un mes. Dichas pérdidas influyeron mucho sobre su ánimo, ya que se obsesionó con la muerte. En esta época se refugió en su medio hermana Augusta Leigh, manteniendo una relación con ella. Como consecuencia se le acusó por incesto (ella estaba casada y en la primavera de 1814 dio a luz a su tercera hija, Medora, rumoreándose que era de Byron y no de su esposo).[1]

La publicación en 1812 de los dos primeros cantos de Las peregrinaciones de Childe Harold, poemas que narran sus viajes por Europa, lo llevaron a la fama. Además, realizó otra serie de obras como El Giaour, La novia de Abidos, El corsario y Lara, estableciendo lo que se llamó el héroe de Byron. Por esta época conoció al que sería su biógrafo Thomas Moore. También fue famosa su aventura con la aristócrata lady Caroline Lamb. Byron fue poco querido por los demás componentes de la nobleza por sus continuos amoríos y críticas (como al duque de Wellington). Incluso fue insultado públicamente en la cámara de los Lores, a causa de haber defendido el ludismo y a los católicos. Pero a él realmente le importaba muy poco e incluso le gustaba que lo odiaran pues, en su opinión, también lo temían. En 1815, año en que publicó Melodías hebreas, se casó con Anna Isabella Noel Byron, a quien le dijo en la noche de bodas: «Te arrepentirás de haberte casado con el diablo». En su luna de miel, cuando pasaban por un pueblo, sonaron las campanas por un fallecido, a lo que Byron dijo: «Seguro que esas campanas tocan por nosotros», dando a entender el poco futuro de la relación al ser personalidades poco afines. Tras conocerse que Byron no le era fiel, Anna Isabella lo abandonó en 1816 tras dar a luz a la única hija legítima del poeta, la genial matemática Augusta Ada. Los rumores sobre sus relaciones incestuosas con su medio hermana Augusta (con la que se rumoreaba que tuvo una hija, Medora), sus poemas antipatrióticos, su acusación de sodomía y las dudas sobre su cordura provocaron su ostracismo social. Amargado profundamente, Byron abandonó Inglaterra en 1816 y nunca volvió.

A partir de 1816 comenzaría una suerte de viajes por casi toda Europa que no acabarían hasta su muerte. En 1816 llegó a visitar Waterloo, lugar turístico por excelencia en aquella época, cuando tan sólo hacía un año desde que se celebró allí la famosa batalla.

En el año de 1816 se trasladó a Suiza y estuvo viviendo algún tiempo junto a Percy Shelley, Mary Shelley y su médico personal John William Polidori (Byron fue muy propenso a las enfermedades y fue otra de las causas de sus depresiones). En una tormentosa noche de verano de 1816 se reunieron los cuatro en la Villa Diodati, alquilada por Byron, y decidieron escribir relatos de terror dignos de aquella noche lúgubre. Inspirados ambos en la personalidad de Byron, Mary Shelley escribió Frankenstein y Polidori su relato El Vampiro. En su estancia suiza Byron redactó El prisionero de Chillón, El himno a la belleza intelectual, El sueño y Estancias a Augusta.

Desde 1817 hasta 1822 estuvo viajando por Italia, recorriendo ciudades como Pisa, Génova y Roma, donde tuvo una aventura con Margarita Cogni y vivió en el palacio Nani-Mocenigo. La residencia fue casi un harén para él y frecuentó las tertulias de las condesas Benzoni y Albrizzi. En 1821 participó en la revuelta de los Carbonarios en Rávena y se enroló en los movimientos contra el papa (publicó por entonces su obra crítica La profecía de Dante) y contra Austria. También llegó a vivir un tiempo en Venecia, donde según fanfarroneaba tuvo 250 relaciones sexuales con mujeres, y donde vivió con la condesa Teresa Guiccioli, recién separada de su anciano marido. Edgar Allan Poe, el escritor estadounidense, se basó en esa relación para escribir "La Cita", un relato gótico de 1834.

Se apasionó con la lectura del Fausto de Johann Wolfgang von Goethe, escritor a quien admiraba y con quien se carteó varias veces. Esta admiración era recíproca, ya que Goethe escribió que Byron era «el poeta del presente». A finales de 1821 escribió Manfredo, influido por el Fausto de Goethe y los parajes montañosos de Suiza; acabó varios cantos de su Don Juan y creó un periódico con Percy Shelley llamado El Liberal. Lord Byron admiraba a los generales Páez y Bolívar (a una goleta suya la llamaba «Bolívar») y estuvo a punto de enrolarse en unos de los tantos contratos que se hacían en Londres para ir a combatir en la guerra de independencia de Venezuela.[cita requerida] Seguramente lord Byron conocía las hazañas de estos aguerridos militares por boca de los expedicionarios que regresaban a Europa, por sus escritos, narraciones o por comentarios de la prensa de la época.[cita requerida]

En abril de 1822 murió su hija ilegítima Allegra (nacida de su relación con Claire Clairmont, hermanastra de Mary Shelley) cuando apenas había cumplido cinco años y a la que Byron tenía gran aprecio. Además, mientras hacía un viaje junto a su gran amigo Percy Shelley en goleta (la de Byron se llamaba «Bolívar» y la de Shelley «Don Juan»), este último murió en un naufragio ocurrido el 8 de julio junto a su amigo, el capitán Williams. En septiembre se instaló en Génova, ya que quiso dedicarse a la política sin éxito.

En marzo de 1823 lo designaron miembro del Comité de Londres para la independencia de Grecia, y se marchó allí en 1824 desde Génova en la goleta Hercules para luchar por la independencia del país, entonces parte del Imperio otomano. Allí escribió su última composición A mis treinta y seis años; dio 4000 libras y se le designó un regimiento; contactó con los bandidos de Suliotas; fue recibido como un héroe por los griegos, quienes querían hacerlo comandante, y planeó un ataque junto con el príncipe Alexandros Mavrokordatos, pero se desanimó pronto al descubrir las rencillas por el poder de los distintos grupos griegos. Mavrokordatos y Byron planeaban atacar la fortaleza de Lepanto (Naupacto) en manos de los turcos, en la desembocadura del Golfo de Corinto. Byron empleó a un maestro de fuego para preparar la artillería y formó parte del ejército rebelde bajo su propio mando, a pesar de su falta de experiencia militar. Antes de que la expedición pudiera zarpar, el 15 de febrero de 1824, cayó enfermo y la sangría que se le practicó lo debilitó aún más[2]​. Se recuperó parcialmente, pero el 10 de abril de 1824 sufrió un ataque epiléptico y enfermó de un resfriado violento, que la sangría terapéutica, hecha por insistencia de sus médicos, solo agravó. Los médicos le prescribieron unas sangrías, a las que él se negó. Días después, extenuado por la enfermedad y llamándolos asesinos, permitió a los médicos sacarle toda la sangre que desearan. El 16 de abril practicaron la primera sin buen resultado. Al día siguiente realizaron otras dos. Este tratamiento, realizado con instrumental médico no esterilizado, pudo haberle provocado sepsis. Contrajo una fiebre violenta y murió en Missolonghi el 19 de abril[2]​sin haber cumplido su sueño de independencia griega. Testigos presenciales aseguraron que, en total, le habían extraído unos dos litros de sangre, aproximadamente..

Goethe escribió ante la noticia de su muerte: «Descansa en paz, amigo mío; tu corazón y tu vida han sido grandes y hermosos».

Un suburbio de Atenas fue llamado Vyronia en su honor.

Su cuerpo fue trasladado por Edward Trelawny, también implicado en la causa griega, y enterrado en la iglesia de Santa María Magdalena de Hucknall, Nottinghamshire (cerca de Newstead Abbey), junto a su madre.[3]​ En la abadía de Westminster, en el llamado Rincón de los Poetas, solo se encuentra un monumento conmemorativo inaugurado en 1969, ya que en la época de la muerte de Byron no se permitió su enterramiento en la abadía por su dudosa moralidad. Abierto su ataúd en 1938, se comprobó el buen estado general del cuerpo primitivamente embalsamado y llevado originariamente a Inglaterra en una cuba de coñac presentando únicamente las extremidades signos de descomposición. Su rostro perfectamente conservado, congelado su semblante en una serena sonrisa, reflejaba de manera reconocible sus facciones plasmadas en docenas de cuadros y grabados, y su cabello mostraba un color grisáceo como única muestra del paso del tiempo.

Byron fue un escritor prolífico. En 1833 su editor John Murray publicó 17 volúmenes sobre toda su obra, incluyendo la biografía de Thomas Moore. Su gran obra, Don Juan, un poema de 17 cantos escrito en ottava rima, fue uno de los más importantes poemas largos publicados en Inglaterra, desde El paraíso perdido de John Milton. Don Juan incluye elementos satíricos, polémicos y profundas reflexiones filosóficas e influyó a nivel social, político, literario e ideológico. Su recepción fue controvertida, ya que fue acusado de inmoralidad. El poema, al igual que Las peregrinaciones de Childe Harold, se caracteriza por la carismática personalidad del narrador, que aúna el texto y a menudo recurre a digresiones. Don Juan sirvió de inspiración para los autores victorianos y quedó inacabado debido a la prematura muerte de Byron.

Influyó en los autores románticos del siglo XIX, sobre todo por sus héroes o antihéroes (véase: Héroe de Byron). Sus personajes presentan un idealizado pero defectuoso carácter cuyos atributos incluían:

Las obras Las peregrinaciones de Childe Harold, Lara, Manfredo y Don Juan contienen ciertos aspectos y referencias autobiográficas.[cita requerida]

También escribió poemas poemas breves como Oscuridad, que tiene un tono apocalíptico inspirado por las consecuencias de una erupción del volcán Tamora; poemas líricos como Ella camina en belleza; pequeños poemas narrativos como El Prisionero de Chillon; y otros más extensos de evidente contenido polémico como The Vision of Judgment, un texto en el que caricaturiza y critica duramente a Robert Southey.

En la España absolutista del rey Fernando VII y en una América hispana que luchaba por su emancipación, la vida y obra de Byron tuvieron una gran influencia y sirvieron de inspiración a los poetas del Romanticismo.

Fue un autor admirado por muchos de sus contemporáneos, como Goethe, Alphonse de Lamartine, Jan Potocki, y por otros de generaciones inmediatas, como Edgar Allan Poe (quien basó muchas de sus Narraciones extraordinarias en personajes de Byron), Gustavo Adolfo Bécquer, Mijaíl Lermontov, Alejandro Pushkin, José Mármol, Víctor Hugo, Alejandro Dumas y Charles Nodier.

Lord Byron tuvo un particular magnetismo personal. Consiguió la reputación de no ser convencional, de ser excéntrico, polémico, ostentoso y controvertido. Muchos han atribuido sus capacidades extraordinarias a un trastorno bipolar, también conocido como síndrome maníaco-depresivo. Siempre fue ácido y cruel. Se inclinó por los desheredados, los marginados, los miserables como los corsarios y los cosacos, y todo lo demás era hipocresía: nobleza, sociedad, etc. Siempre defendió a los más débiles y a los oprimidos, por lo que apoyó a España frente a la invasión napoleónica, a la independencia de las naciones suramericanas y, por supuesto, a la libertad de su querida Grecia. Fue un gran admirador de Rousseau. Tuvo gran afición por la compañía de los animales, como por su perro Terranova «Boatswain», en cuya tumba escribió:

Byron, mientras estudiaba en Cambridge, guardó un oso en una institución en donde estaban prohibidos los animales domésticos. En otras épocas de su vida tuvo de compañía a un zorro, monos, loros, gatos, un águila, un halcón, gallinas de Guinea, un cuervo, un tejón, gansos, una grulla egipcia y una garza.

Byron está considerado como la primera celebridad tal y como se concibe el término modernamente. Su imagen de héroe fascinó al público[4]​ y su propia esposa Annabella acuñó el término byromanía para referirse a la expectación y conmoción que causaba allá donde iba,[4]​ que se parecía a la que puedan provocar las estrellas del pop o el rock actuales. La autoconciencia de su imagen personal y su capacidad de autopromoción hizo que, por ejemplo, diera instrucciones a los artistas que lo retrataban para que nunca lo representaran en actitud sedentaria o pasiva, con una pluma o un libro en la mano (que era la imagen prototípica de los escritores), sino como un hombre de acción.[4]​ Con el tiempo, Byron intentó apartarse de su exposición pública, que tanto había promovido en su primera época.[5]

La quema de las memorias de Byron en las oficinas de su editor John Murray un mes después de su muerte, y la supresión de los detalles de la bisexualidad de Byron en documentos alusivos a él, hicieron que sus biografías posteriores dieran una imagen distorsionada del personaje. Hasta fecha tan tardía como 1950 no se autorizó al académico Leslie Marchard a dar detalles sobre las relaciones homosexuales de Byron.[6]

La refundación de la Sociedad de Byron en 1971 reflejó cómo pervivía la fascinación por Byron y su obra.[7]​ La sociedad organizó numerosas actividades y publicó una revista anual. Pronto el número de sociedades byronianas llegó a 36, extendidas por todo el planeta. Todos los años organizan una conferencia anual en la que se reúnen.

Byron ejerció una gran influencia en la literatura y el arte. En su momento fue considerado el poeta más importante del mundo[5]​ y su reputación e importancia se mantiene. Su personalidad y sus escritos también inspiraron a numerosos compositores: hay más de cuarenta óperas inspiradas en sus obras y al menos tres óperas con el propio Byron como personaje principal (una de ellas Lord Byron de Virgil Thomson). Los versos de Byron fueron puestos en música por compositores románticos como Felix Mendelssohn, Carl Loewe o Robert Schumann. Uno de sus sus mayores admiradores fue Hector Berlioz, cuya música refleja la influencia de Byron, especialmente en su sinfonía con viola solista Harold en Italia,[8]​ obra basada en Las peregrinaciones de Childe Harold.

El primer libro en el que Byron aparece como personaje de ficción fue en una novela escrita por su examante Lady Caroline Lamb, titulada Glenarvon y publicada en 1816.[4]

El poeta español Gaspar Núñez de Arce publicó en 1879 un extenso poema titulado Última lamentación de Lord Byron.[9]

El cuento de Manly Wade Wellman The Black Drama,[10]​ publicado originalmente en la revista Weird Tales, cuenta el redescubrimiento de una obra perdida de Lord Byron que, según esta ficción, fue plagiada por Polidori en El Vampiro.

Byron es uno de los personajes de la novela Jonathan Strange y el señor Norrell (2004) de Susanna Clarke.[11]

Es uno de los personajes principales en la novela "El Fuego" de Katherine Neville (2008).

Aparece como un vampiro, antagonista de Jane Austen (ella misma recreada como vampira) en la novela Jane Bites Back (Ballantine Books, 2009) de Michael Thomas Ford.[12]

En el libro "Misguided Angel" de Melissa de la Cruz, Lord Byron es mencionado por miembros de la Conspiración. De acuerdo con algunos de sus integrantes, Lord Byron fue un Sangre Azul que gozaba de morder a mujeres humanas que luego no podían dejar de pensar en él. También se le atribuye la creación del Conde Drácula como una forma de crear mitos que le impedían a los mortales identificar a los verdaderos vampiros como él.

El relato Leche (2016) de Óscar Esquivias evoca la estancia de Byron y Polidori en la Villa Diodati.[13]

Los amores entre Byron y lady Caroline Lamb se recrearon en la película Lady Caroline Lamb (1972), en la que el papel de Byron estaba interpretado por Richard Chamberlain. La película fue dirigida por Robert Bolt.[14][15]

En 1986, Gabriel Byrne interpreta a Byron en la película Gothic, basada en el encuentro con Percy y Mary Shelley, Polidori y Claire del verano de 1816 en Villa Diodati.[16]

En 1988, se estrenó la película española Remando al viento, dirigida por Gonzalo Suárez y con el actor británico Hugh Grant en el papel de Byron.[17]

El director griego Nikos Koundouros dirigió Byron, balanta gia enan daimonismeno (Byron, balada para un poseso, 1992).[18]

En 2017, se estrenó la película Mary Shelley, sobre la vida de la autora de Frankenstein o el moderno Prometeo, y en la cual el papel de Byron es interpretado por el actor inglés Tom Sturridge.



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