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Cien años de soledad



Cien años de soledad es una novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982. Es considerada una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal, así como una de las obras más traducidas y leídas en español.[1]​ Fue catalogada como una de las obras más importantes de la lengua castellana durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Cartagena de Indias en marzo de 2007.[2]​ Fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del periódico español El Mundo,[3]​ en la lista de los 100 libros del siglo XX del diario francés Le Monde y en los 100 mejores libros de todos los tiempos del Club de libros de Noruega.[4]

La primera edición de la novela fue publicada en Buenos Aires en mayo de 1967 por la editorial Sudamericana,[5]​ con una gran acogida por parte de la crítica y del público, y tuvo una edición total inicial de 8000 ejemplares. Hasta la fecha se han vendido más de 30 millones de ejemplares y ha sido traducida a 35 idiomas.[1]

La novela Cien años de soledad fue escrita por Gabriel García Márquez durante dieciocho meses,[6]​ entre 1965 y 1966 en la Ciudad de México, y se publicó por primera vez a mediados de 1967 en Buenos Aires.[7]​ La idea original de esta obra surge en 1952 durante un viaje que realiza el autor a su pueblo natal, Aracataca, en compañía de su madre.[8]​ En su primer libro, La hojarasca, hace referencia por primera vez a Macondo, y varios de los personajes de esta obra aparecen en algunos de sus cuentos y novelas anteriores.[9]​ Gabriel García Márquez inicialmente le presentó Cien años de Soledad a Carlos Barral, quien a mediados de los años 60 dirigía la que en ese entonces era la editorial de vanguardia en lengua castellana Seix Barral de Barcelona, pero recibió una desalentadora respuesta: «Yo creo que esa novela no va a tener éxito. Yo creo que esa novela no sirve», aunque también se ha dicho que el editor nunca llegó a leerla.[10]​ Después del rechazo inicial, García Márquez envió el manuscrito a la Editorial Sudamericana de Buenos Aires, donde Francisco Porrúa, su director, decidió publicarla de inmediato: «No se trataba de llegar al final para saber si la novela se podía publicar. La publicación ya estaba decidida con la primera línea, con el primer párrafo. Simplemente comprendí lo que cualquier editor sensato hubiera comprendido en mi lugar: que se trataba de una obra excepcional».[11][12]

En un comienzo, pensó en titular su novela La casa, pero se decidió por Cien años de soledad para evitar confusiones con la novela La casa grande, publicada en 1954 por su amigo, el escritor Álvaro Cepeda Samudio. La primera edición de Cien años de soledad fue publicada el 5 de junio de 1967 por la editorial Sudamericana de Buenos Aires, donde fueron enviados los originales por correo, divididos en dos partes pues, debido a las dificultades económicas, el escritor no pudo pagar el primer envío completo.[6]​ Sin embargo, respecto a lo antes dicho y contradiciendo la anécdota fomentada por el propio García Márquez, el editor argentino que recibió la novela, Paco Porrúa, le aseguró a Xavi Ayén, periodista e investigador catalán, que recibió la novela entera en un solo paquete. [13]

La novela fue dedicada por su autor a Jomi García Ascot y esposa, María Luisa Elío.[6]​ Ambos eran escritores, amigos de García Márquez, inmigrantes en México (como el propio autor) y le brindaron un importante apoyo durante la difícil época que vivió mientras escribía el libro.[14]

El libro se compone de 20 capítulos no titulados, en los cuales se narra una historia con una estructura no lineal, puesto que los acontecimientos del pueblo y de la familia Buendía, así como los nombres de los personajes, se repiten una y otra vez, fusionando la fantasía con la realidad. En los tres primeros capítulos se narra el éxodo de un grupo de familias y el establecimiento del pueblo de Macondo, desde el capítulo 4 hasta el 16 se trata el desarrollo económico, político y social del pueblo y los últimos cuatro capítulos narran su decadencia.

Una de las ediciones más relevantes es la edición del libro en el año 2007, publicada conjuntamente por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española para rendir un homenaje a su autor, con motivo de sus 80 años de edad y de cumplirse 40 de la publicación del libro.[15]​. En ocasión de esa edición de 2007, Nicolás Pernett estimó que ya existían para entonces más de cien ediciones y 50 millones de ejemplares vendidos.

El libro narra la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en el pueblo ficticio de Macondo.[16]

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que se casaron llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la región de que su descendencia podía tener cola de cerdo. En una pelea de gallos en la que resultó muerto el animal de Prudencio Aguilar, este, enardecido por la derrota, le gritó a José Arcadio Buendía, dueño del vencedor: «A ver si ese gallo le hace el favor a tu mujer», ya que la gente del pueblo sospechaba que José Arcadio y Úrsula no habían tenido relaciones en un año de matrimonio (por el miedo de Úrsula de que la descendencia naciera con cola de cerdo). José Arcadio Buendía reta en duelo a Prudencio y lo mata al atravesarle la garganta con una lanza. A partir de entonces, el fantasma de Prudencio lo atormenta apareciéndose repetidas veces en su casa tratando de cerrar la herida mortal con un tapón de esparto. A causa del acoso del fantasma de Aguilar, José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán deciden irse a la sierra. En medio del camino, José Arcadio Buendía tiene un sueño en que se le aparecen construcciones con paredes de espejo y, preguntando su nombre, le responden "Macondo". Así, despierto del sueño, decide detener la caravana, hacer un claro en la selva y habitar ahí.

El pueblo es fundado por diversas familias dirigidas por José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, quienes tuvieron tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta (nombres que se repetirán en las siguientes generaciones). Buendía se interesa en las novedades que traen los gitanos al pueblo (teniendo una amistad especial con Melquíades, quien muere en variadas ocasiones y que sería fundamental para el destino de la familia), y termina su vida atado al castaño hasta donde llega el fantasma de su antiguo enemigo Prudencio Aguilar. Úrsula es la matriarca de la familia, quien vive más de cien años cuidando de la familia.

El pueblo poco a poco va creciendo y se establecen allí habitantes del otro lado de la ciénaga.[17]​ Con ellos se incrementa la actividad comercial y la construcción en Macondo. Inexplicablemente llega Rebeca, a quienes los Buendía adoptan como hija. Por desgracia, llegan también con ella la peste del insomnio y la peste del olvido causada por el insomnio. La pérdida de la memoria obliga a sus habitantes a crear un método para recordar las cosas y José Arcadio Buendía empieza a etiquetar todos los objetos para recordar sus nombres; no obstante, este método empieza a fallar cuando las personas también olvidan leer. Un día, regresa Melquíades de la muerte con una bebida que restablece la memoria, y en agradecimiento es invitado a quedarse a vivir en la casa. En esos momentos escribe unos pergaminos que solo podrían ser descifrados cien años después.

Cuando estalla la guerra civil, la población toma parte activa en el conflicto al enviar un ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano Buendía a luchar contra el régimen conservador. En el pueblo, mientras tanto, Arcadio (nieto del fundador e hijo de Pilar Ternera y José Arcadio) es designado por su tío jefe civil y militar, y se transforma en un brutal dictador que es fusilado cuando el conservadurismo retoma el poder.

La guerra continúa y el coronel Aureliano se salva de morir en varias oportunidades, hasta que, fatigado de luchar sin sentido, arregla un tratado de paz que durará hasta el fin de la novela. Después de que el tratado se firma, Aureliano se dispara en el pecho, pero sobrevive. Posteriormente, el coronel regresa a la casa, se aleja de la política y se dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en su taller, al terminar cierta cantidad, volvía a fundir los pescaditos en oro, volviendo a empezar desde cero en un ciclo interminable.

Aureliano Triste, uno de los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía, instala una fábrica de hielo en Macondo, deja a su hermano Aureliano Centeno al frente del negocio y se marcha del pueblo con la idea de traer el tren. Regresa al cabo de poco tiempo, cumpliendo con su misión, la cual genera un gran desarrollo, ya que con el tren, llegan también el telégrafo, el gramófono y el cine. Entonces el pueblo se convierte en un centro de actividad en la región, atrayendo a miles de personas de diversos lugares. Algunos extranjeros recién llegados empiezan una plantación de banano cerca de Macondo. El pueblo prospera hasta el surgimiento de una huelga en la plantación bananera; para acabar con ella, se hace presente el ejército nacional y los trabajadores que protestan son asesinados y arrojados al mar.

Después de la Masacre de los Trabajadores del Banano, el pueblo es asediado por las lluvias que se prolongan por cuatro años, once meses y dos días. Úrsula dice que espera el final de las lluvias para finalmente morir. Nace Aureliano Babilonia, el último miembro de la línea Buendía (inicialmente referido como Aureliano Buendía, hasta que más adelante descubre por los pergaminos de Melquíades que su apellido paterno es Babilonia). Cuando las lluvias terminan, Úrsula muere y Macondo queda desolado.

La familia se ve reducida y en Macondo ya no se acuerdan de los Buendía; Aureliano se dedica a descifrar los pergaminos de Melquíades en el laboratorio, hasta que regresa de Bruselas su tía Amaranta Úrsula, con quien tiene un romance. De este, Amaranta Úrsula queda embarazada y tiene un niño que al nacer se descubre con cola de cerdo; ella muere desangrada después del parto. Aureliano Babilonia, desesperado, sale al pueblo llamando de puerta en puerta, pero Macondo ahora es un pueblo abandonado y solo encuentra a un cantinero que le ofrece aguardiente, quedándose dormido. Al despertar se acuerda del niño recién nacido y corre a buscarlo, pero a su llegada encuentra que se lo están comiendo las hormigas.

Aureliano recuerda que esto estaba predicho en los pergaminos de Melquíades. Con vientos huracanados asediando Macondo y el lugar en el que estaba presente, termina de descifrar la historia de los Buendía que ya estaba allí escrita con anticipación, encontrando que al terminar de leerlos, finalizaría su propia historia y con él, la historia de Macondo, el cual sería arrasado por el viento y borrado de cualquier memoria humana... «porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra».

Durante la novela, todos sus personajes parecen que están predestinados a padecer de la soledad, como una característica innata de la familia Buendía.[18][19]​ El pueblo mismo vive aislado de la modernidad, siempre a la espera de la llegada de los gitanos para traer los nuevos inventos; y el olvido, frecuente en los acontecimientos trágicos recurrentes en la historia de la cultura que presenta la obra.

Principalmente se hace evidente la soledad en el coronel Aureliano Buendía, ya que su inhabilidad para expresar el amor hace que se marche a la guerra dejando hijos por diversos lugares de madres diferentes; en alguna ocasión solicitó trazar un círculo de tres metros a su alrededor para evitar que se le acercaran y después de firmar la paz, se dispara en el pecho para no tener que afrontar su futuro, con tan mala fortuna que no logra su propósito y pasa su vejez en el laboratorio de alquimia elaborando pescaditos de oro que deshace y rehace en un pacto honrado con la soledad. Otros personajes como el fundador de Macondo, José Arcadio Buendía (quien muere solo, atado a un árbol), Úrsula (quien vive la soledad en la ceguera de su vejez), José Arcadio (hijo del fundador) y Rebeca (quienes se marchan a habitar solos en otra casa por haber "deshonrado" a la familia), Amaranta (quien permanece y muere soltera y virgen), Gerineldo Márquez (quien espera una pensión que nunca llega y el amor de Amaranta), Pietro Crespi (quien se suicida ante el rechazo de Amaranta), José Arcadio Segundo (quien desde que vio un fusilamiento nunca tuvo relación con nadie y pasó sus últimos años encerrado en el cuarto de Melquíades), Fernanda del Carpio (quien fue criada para ser reina y la primera vez que sale de su casa es a los 12 años de edad), Remedios 'Meme' Buendía (la cual fue enviada a un convento, en contra de su voluntad, pero completamente resignada luego de la desgracia que sufrió Mauricio Babilonia y se condena al eterno silencio), y Aureliano Babilonia (quien pasa encerrado en el cuarto de Melquíades; e incluso hubo un momento en que habitó completamente solo en la casa de los Buendía, después del asesinato del último José Arcadio y antes de la llegada de Amaranta Úrsula) entre otros, sufren las consecuencias de su soledad y abandono.

La razón primordial por la cual sus personajes terminan solos es su incapacidad de amar o sus prejuicios, lo cual se rompe con el matrimonio de Aureliano Babilonia y Amaranta Úrsula, que provocan un final lúgubre en la historia en el cual el único hijo procreado con amor es devorado por las hormigas. La estirpe estaba condenada a cien años de soledad, por lo cual no podían amar. Hay un caso excepcional que es el de Aureliano Segundo con Petra Cotes, quienes se aman, pero nunca tienen un hijo. La única opción que tenía un miembro de la familia de tener un hijo con amor era tenerlo con otro miembro de la familia, que fue lo que aconteció con Aureliano Babilonia y su tía Amaranta Úrsula, y además este único ser engendrado con amor estaba destinado a morir y con ello acabar con la estirpe.

Alejo Carpentier, en su prólogo a El reino de este mundo (1949), hace una diferencia entre el realismo europeo o decimonónico y lo distingue de lo que él llama "lo real maravilloso" que habla de la realidad hispanoamericana, en contraste con la categoría llamada realismo mágico que según Barcia es una particular forma de percepción y expresión estética de la realidad hispanoamericana, esta última siendo una categoría estético-literaria.[20]​ Para el mismo García Márquez, Cien años de soledad es la mejor expresión del realismo mágico pues se reconocen los rasgos distintivos, por ejemplo: una aclimatación de lo insólito, percibido como inserto en la realidad.[21]​ Esta presencia no es percibida como anormal o alteradora del orden; en cambio, es vista como asombrosa y atractiva, y no como atemorizante, como ocurren con lo fantástico. [20]

Las relaciones entre parientes se marcan dentro del mito del nacimiento de un hijo con cola de cerdo; a pesar de ello, estas son presentes entre diversos miembros de la familia y diversas generaciones a lo largo del relato.

La historia comienza con la relación entre dos primos: José Arcadio Buendía y Úrsula, quienes crecieron juntos en la antigua ranchería, y tienen referencia de unos tíos suyos que tuvieron un hijo con cola de cerdo.[22][23]​ Posteriormente José Arcadio (hijo del fundador, a quien en la novela se diferencia del padre nombrándolo siempre sin el apellido) se casa con Rebeca, hija adoptiva de José Arcadio Buendía y Úrsula, en una supuesta relación de hermanos. Cuando llega inesperadamente José Arcadio a la casa se enamoran instantáneamente y se casan, cosa no aprobada por la familia, especialmente Úrsula, que lo considera una traición. Aureliano José se enamora de su tía Amaranta en una relación frustrada, llegando a proponerle matrimonio, pero es rechazado. Finalmente se presenta la relación entre Amaranta Úrsula y su sobrino Aureliano, quienes desconocen su parentesco debido a que Fernanda del Carpio, abuela de Aureliano y madre de Amaranta Úrsula, ocultó la verdad del origen de él, afirmando que había sido encontrado en una canastilla que flotaba en el río.

Puede hacerse una asociación con pasajes de la Biblia y la tradición católica, como su evolución desde la creación (Génesis) hasta la destrucción (Apocalipsis). Se hace referencia por la similitud del relato a hechos como la Asunción de la Virgen María por la elevación de Remedios la bella,[24]​ al Éxodo a través de la travesía realizada por las familias fundadoras desde la Guajira por la sierra hasta llegar a la ciénaga, al Diluvio universal a través de las lluvias que asedian a Macondo durante casi 5 años, a las plagas cuando la población sufre de insomnio y de amnesia y al pecado original con el castigo temido por el incesto.

Hay múltiples muestras del catolicismo romano en la obra, en personajes como Fernanda y su padre, la "misa mayor" en que esta convirtió el comer donde los Buendía, el San José de yeso repleto de monedas de oro, o como cuando el padre Nicanor Reyna llega a Macondo a oficiar la boda entre Aureliano Buendía y Remedios Moscote y encuentra que el pueblo vive en pecado, sujeto a la ley natural, sin bautizar a los hijos ni santificar las fiestas, y decide quedarse para evangelizarlo. Es entonces cuando se construye la iglesia del pueblo, atrayendo fieles con la exhibición de la levitación que lograba tomando chocolate.

En Cien años de soledad se utiliza una técnica narrativa que recurre a un tono, un espacio y un ritmo novelesco particulares. En conjunto, estos tres elementos permiten que el lector se familiarice con facilidad en la historia.

El tono narrativo es claramente definido por una tercera persona o narrador pasivo heterodiegético (externo a la historia) u omnisciente, el cual va relatando los acontecimientos sin formular juicios y sin marcar una diferencia entre lo real y lo fantástico. Desde el principio, el narrador conoce la historia y la cuenta en forma imperturbable y con naturalidad, incluso en aquellos episodios en los que se relatan sucesos trágicos. Esta distancia frente a los hechos permite mantener una objetividad del narrador a lo largo de la obra.

El espacio novelesco es el universo mostrado por el narrador, en el cual transcurren los acontecimientos. Macondo nace y muere en la obra, en donde se incluyen los personajes y en el cual se observa que todo lo que ocurre externamente es menos denso y consistente dentro del relato.

Cabe decir, que el mensaje de esta historia es muy claro pero a la vez complejo, el mundo en sus orígenes era un mundo de paz y tranquilidad pero, con el transcurso de los años, se va destruyendo con la tecnología. Cuando el gobierno y la autoridad, quien antes era José Arcadio Buendía, tratan de organizar el pueblo traen consigo la destrucción de sí mismos y lo único que logran es transformar aquel pueblo que alguna vez era un paraíso.

Podemos afirmar esto, cuando se dice que nadie había muerto en Macondo pero desde que la disputa entre liberales y conservadores llega y la fuerza militar aparece, Macondo se ve envuelto en un caos de matanza total.

La historia transcurre en un pueblo llamado Macondo, creado por Gabriel García Márquez. Es aquí donde suceden los hechos, que si bien se apoyan de hechos reales, se transforma en ideal por la fantasía del autor, donde todo es posible: seres más que centenarios, lluvias que duran más de cuatro años, apariciones y diálogos con muertos, alfombras que vuelan, etc.

En sus comienzos, Macondo, era un "mundo ideal", un paraíso: "Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos".

"En pocos años, Macondo fue la aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus 300 habitantes. Era de verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto".

Pero en el transcurso de la historia este mundo de realidades mágicas se ve afectado cuando entra "el mal" en Macondo, las guerras civiles, la fiebre del banano, la llegada de gente de distintos lugares a raíz de la empresa bananera, el odio político, pobreza, las matanzas, las sequías, la llegada del ferrocarril, lo que solo trae desgracias y muertes. Así, lo imaginario y lo real se enlazan con la historia de Colombia y con los males que afectan a toda Latinoamérica. Y terminando con el exterminio total de la aldea Macondo.

"Macondo estaba en ruinas. En los pantanos de las calles quedaban muebles despedazados, esqueletos de animales cubiertos de lirios colorados, últimos recuerdos de las hordas de advenedizos que se fugaron de Macondo tan atolondradamente como habían llegado". "Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros...".

Finalmente el ritmo narrativo le imprime a la historia un dinamismo que se complementa con el tono. En pocas palabras el narrador cuenta muchas cosas, condensando la información y mostrando los detalles esenciales de la historia.

A lo largo de la obra se recurre a diversas figuras literarias:

La novela está ambientada en Macondo, lugar ficticio que refleja muchas de las costumbres y anécdotas vividas por García Márquez durante su infancia en su pueblo natal, Aracataca, en la Costa Caribe de Colombia. El sentido multifacético del tiempo que discurre entre lo eterno, lo lineal y lo cíclico y una prosa rítmica cercana a la tradición oral le confieren a la novela su carácter distintivo de mito críptico que llevó a los críticos a considerarla una de las obras fundacionales del género literario conocido como realismo mágico.

Las referencias de la novela ubican a Macondo en algún lugar de la Costa Caribe colombiana entre la Ciénaga Grande de Santa Marta y la Sierra Nevada de Santa Marta sin costa sobre el mar, zona correspondiente a los municipios de Zona Bananera y Aracataca (población de origen del autor).[25]

Cien años de soledad puede ubicarse en la historia de Colombia entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX, época claramente reconocible por las guerras civiles que se dieron durante toda la segunda mitad del siglo XIX que enfrentaron a los nacientes partidos liberal y conservador, los cuales debatieron las ideologías de régimen federalista y centralista en el país. Durante la Regeneración, el presidente Rafael Núñez promulga la constitución de 1886, la cual establece un régimen centralista en materias principalmente política y económica,[26]​ iniciando por entonces la república conservadora (que se prolonga hasta 1930) y teniendo como principal detractor a Rafael Uribe Uribe, quien lidera la guerra civil de 1895 y la Guerra de los Mil Días (1899-1902). García Márquez reconoció que el general Uribe Uribe fue el inspirador del personaje del coronel Aureliano Buendía.

En 1906 se construye el ferrocarril que conectaba a Santa Marta y Ciénaga (Magdalena)[27]​ y por entonces se establece en el país la compañía United Fruit Company para la explotación bananera,[28]​ situación que trae un rápido desarrollo a la región. El trato inhumano a los trabajadores obligó a organizar una huelga en noviembre de 1928 que desencadenó los acontecimientos conocidos como la Masacre de las Bananeras, narrada en la novela. Las tertulias de los cuatro discutidores (Alfonso, Álvaro, Germán y Gabriel) y el sabio catalán (Ramón Vinyes) se dieron en la Barranquilla de principios de los años 1950, cuando García Márquez trabajó en el diario El Heraldo.

A pesar de estar ubicada en un marco histórico reconocible, la historia parece estática ya que ocurren acontecimientos que se repiten en forma cíclica una y otra vez. Gabriel García Márquez dotó de cierta personalidad a los personajes que aparecen al principio de la obra, personalidad que se ve reflejada en cada nuevo personaje que nace y adopta el mismo nombre de su antepasado, como en el caso de los Aurelianos y los José Arcadios.[29]​ Esta misma característica se presenta en otras situaciones como las relaciones incestuosas y los destinos solitarios de sus protagonistas, en un círculo vicioso que solo termina cuando el pueblo entra en decadencia y se acerca el fin de la familia Buendía.

Patriarca de la familia Buendía y fundador de Macondo. A sus 19 años se casa con su prima, Úrsula Iguarán. Es una persona de carácter fuerte, de voluntad inamovible, de gran fortaleza física, con ilusiones extravagantes, gran interés por la ciencia, la mecánica y la alquimia, idealista y aventurero. Abandona con su familia el antiguo pueblo en que habitaban a consecuencia del hostigamiento del fantasma de Prudencio Aguilar, a quien José Arcadio había asesinado.

Debido a su fuerte inclinación por la ciencia y su espíritu de explicarse a sí mismo ciertos misterios, socializa con los gitanos, consolida una gran amistad con el líder de esa tribu nómada, Melquíades. Más tarde, Melquíades habría de influir mucho en todo el linaje de la familia Buendía debido a muchos aspectos, los daguerrotipos o los pergaminos por mencionar algunos.

Termina amarrado a un árbol debido a su demencia y, posteriormente, muere. Se queda en una habitación eterna junto a su rival de toda la vida, Prudencio Aguilar. Cuando se va, llueven flores amarillas.

Prima y esposa de José Arcadio Buendía. Además de ser el motor espiritual de la familia, es su cabeza económica. Se caracteriza por ser una mujer emprendedora y trabajadora que, con su esfuerzo y prósperas empresas, empuja hacia adelante a toda la familia Buendía. Posee un comportamiento fuerte y busca el bienestar de todos; pero sufre constantemente al ser la «voz de la razón de una familia de locos», como ella lo afirma. Es una mujer parsimoniosa y nunca se rinde ante las adversidades que azotan a la familia Buendía. Ella había de influir mucho en los pensamientos y decisiones que más tarde emprenderían los miembros de la familia. En sus últimos años, de ser una mujer fuerte y vivaz, pasa a ser el objeto con que se divertirían Aureliano y Amaranta Úrsula. Durante el diluvio, poco a poco sucumbe a la demencia senil y pierde completamente la vista; sin embargo, siempre mantiene el espíritu que la caracteriza. Vive aproximadamente 120 años de edad. Durante su entierro, un calor sofocante invade Macondo.

Es el primogénito de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía, tiene una gran fuerza de voluntad, heredada de su padre, y una forma de ser impulsiva. Tiene una relación con una amiga de la familia mucho mayor que él, Pilar Ternera, pero la abandona después de dejarla embarazada. Deja su familia por la atracción que siente hacia una joven gitana, pero regresa sorprendentemente muchos años después como un hombre mujeriego, corpulento, hablando en lenguaje de marineros, con niños-en-cruz y tatuado, afirmando en su jerga que ha navegado por los mares del mundo y ha dado la vuelta al planeta 65 veces. Se casa con Rebeca y, a causa del escándalo, terminan por vivir alejados de la familia. Después empieza a trabajar las tierras adyacentes a su casa y luego a usurpar las mejores tierras de sus vecinos en Macondo. El robo es legalizado por su hijo Arcadio, al crear una oficina de registros mientras tuvo el cargo de jefe civil y militar, pero las tierras son devueltas muchos años después por su hermano Aureliano a sus propietarios originales. La muerte de José Arcadio no fue jamás esclarecida: algunos suponen que fue asesinado por su esposa Rebeca después de regresar de cacería, la mayoría, que fue un suicidio bajo las mismas circunstancias; la sangre de su cuerpo recorre en un hilo todo el pueblo hasta llegar a la casa de la familia, donde se encontraba su madre Úrsula, quien recorre el camino en sentido contrario, hasta dar con el cuerpo de su hijo. El olor a pólvora de su cuerpo permanece años en Macondo, incluso después de ser enterrado, hasta que los ingenieros de la industria bananera tapan su tumba con un caparazón de hormigón.

Es el segundo hijo de la familia y la primera persona que nace en Macondo. Tiene la mentalidad y naturaleza filosófica de su padre, puede pronosticar acontecimientos, posee una extraña manera de ser solitario y retraído, aunque de un carácter implacable. En su niñez tenía el poder de mover objetos y suscitar situaciones similares a fenómenos paranormales. Aprende de su padre la metalurgia y la platería, y se dedica a fabricar pescaditos de oro como oficio. Tiene un hijo con Pilar Ternera, a quien llamarán Aureliano José. Se casa con Remedios Moscote, una niña de apenas nueve años de edad, de quien enviuda poco después de casado. Viendo la trampa de su suegro, Apolinar Moscote, durante las elecciones, se une al partido liberal cuando comienza la guerra civil, como coronel al mando de las fuerzas revolucionarias, en una mezcla de pasión por las armas y las ciencias. Pelea contra el gobierno conservador en 32 guerras civiles (las cuales pierde todas), y lleva su lucha hasta América Central, desde donde impulsaba un proyecto para derrocar todos los gobiernos conservadores del continente. En distintas ocasiones evitó la muerte y el fusilamiento (momento al cual se hace alusión en muchos momentos de la obra, como en el principio). Incluso sobrevivió a un suicidio, al dispararse en un punto de su pecho pintado por un médico que adivinó sus intenciones ante su petición, punto en el cual no salía afectado ningún órgano vital. El médico consideró esta acción «su obra maestra». El coronel tuvo 17 hijos con 17 mujeres distintas durante la guerra. Luego de padecer el dolor y las penurias emocionales que le trae la guerra, pierde todo interés en la batalla, firma un tratado de paz (el tratado de Neerlandia) y regresa a casa. Durante su vejez, pierde toda capacidad de emoción y de memoria, dedicando todos los días a su vieja labor de fabricar pescaditos de oro en su antiguo taller de platería; revela así su dolor más grande, la incapacidad de amar. Muere mientras orinaba, después de sentarse a la puerta de la casa y ver pasar un desfile, en un breve párrafo que no aporta más detalles. Fue el único a quien Fernanda no hizo blanco de sus berrinches. Es el más profundo ejemplo de soledad en la obra.

El coronel, junto con Gerineldo Márquez, aparece mencionado en la novela Crónica de una muerte anunciada. De acuerdo con lo afirmado por García Márquez en el libro El olor de la guayaba, el coronel Aureliano Buendía es una alusión al general Rafael Uribe Uribe,[30]​ tanto por el físico del coronel, que corresponde completamente al del general (contextura delgada y ósea, bigote afilado, mirada penetrante), como por ser ambos liberales y por el hecho de que perdieron todas las guerras civiles que iniciaron (15 el general y 32 el coronel). Tanto el coronel Aureliano Buendía como el general Rafael Uribe Uribe se unieron al federalismo triunfante en América Central en busca de adeptos para desarrollar un plan continental de derrocamiento de regímenes conservadores. Ambos, además, renunciaron a la guerra como medio para resolver los conflictos políticos y sociales del país. A diferencia del coronel, Uribe Uribe murió asesinado.

La hija menor de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, Amaranta, creció en compañía de Rebeca; no obstante, sus sentimientos por su hermana adoptiva cambian ante la aparición de Pietro Crespi en la vida de los Buendía, ya que ambas se interesan en él durante su adolescencia y nace entonces una rivalidad entre ellas. Amaranta rechaza a cualquier hombre que la busque, incluyendo a Pietro Crespi, quien la corteja después de que Rebeca lo deja, pero lo rechaza de tal modo que hace que el italiano se suicide por ella. Tiene un breve romance con su sobrino Aureliano José, a quien ella crio luego de que su hermano se fuese a la guerra, y en un intento final por dejar su soledad, toca al nieto de su sobrino José Arcadio (hijo de Fernanda y Aureliano Segundo) de forma inapropiada cuando tiene tres años de edad, fue también pretendida por el mejor amigo de Aureliano, Gerineldo Márquez. Muere soltera y virgen después de haber tejido y deshecho, durante poco más de cuatro años, su propia mortaja. Es un ejemplo de una mujer que rechaza el amor porque tiene miedo de enfrentarse a su propio corazón.

Rebeca es una niña huérfana que llega a Macondo, tras un pronóstico hecho por Aureliano Buendía, desde la población de Manaure en compañía de unos traficantes de pieles, cuando tenía unos 11 años de edad, tras perder a sus padres, cuyos huesos conserva en un talego. Trae una carta en la que se explica que era hija de unos primos de Úrsula Iguarán en segundo grado llamados Nicanor Ulloa y Rebeca Montiel, a quienes ni esta, ni su esposo recuerdan. Rebeca tiene el hábito de comer tierra y cal de las paredes. Lo hace a escondidas, de donde se deduce que sus padres o los que la criaron la han reprendido por ello. También tiene la costumbre de chuparse el dedo, incluso hasta su adultez. A ambos hábitos retorna cada vez que sufre una crisis emocional. Al regreso de José Arcadio, cuya hombría le causa una tremenda conmoción, rechaza a su prometido Pietro Crespi y quien al lado de José Arcadio le parece un «currutaco de alfeñique», por quien se había trenzado en un duelo a muerte con su hermanastra Amaranta. Luego de casarse con José Arcadio, ambos son desterrados por Úrsula de la casa por la «inconcebible falta de respeto» que habían cometido. Después de la extraña muerte de su esposo, ya que el autor no revela al culpable en ningún momento e incluso se insinúa la posibilidad de que la misma Rebeca sea la asesina, Rebeca se encierra y vive en soledad y amargura con su criada, Argénida, por el resto de su vida. Solo se vuelve a saber de ella cuando su sobrino Aureliano Triste la encuentra al entrar a su casa; y cuando muere, muchos años después, decrépita, padeciendo de tiña y chupándose el pulgar.

Hijo de Pilar Ternera y José Arcadio, él siempre pensó que sus padres eran José Arcadio Buendía y Úrsula. Al nacer, Úrsula no quería aceptarlo, pero José Arcadio Buendía lo acogió, le dio el apellido y lo llevó a vivir en la casa. Úrsula accedió con la condición de que no se le revelase su origen. Es un impulsivo profesor de escuela, pero asume el liderazgo de Macondo cuando el coronel Aureliano Buendía se marcha y le encomienda esta misión. Se convierte en un dictador utilizando a sus alumnos como ejército personal. Es fusilado por el capitán Roque Carnicero cuando el régimen conservador asume el poder de Macondo.

Hijo de Pilar Ternera y el coronel Aureliano Buendía. Al contrario de su medio hermano Arcadio, que nunca se enteró ser hijo de Pilar Ternera, Aureliano José conoció su verdadero origen. Acompaña a su padre en algunas guerras, pero regresa al pueblo debido a que está enamorado de su tía Amaranta, quien lo crio desde que nació, y quien lo rechaza. Aureliano José muere al recibir un disparo de un capitán conservador de la guardia durante la guerra, Aquiles Ricardo, al rechazar que lo cateen en la entrada del teatro, aunque iba desarmado.

Durante sus 32 guerras civiles, el coronel Aureliano Buendía tuvo 17 hijos con 17 mujeres diferentes, con las que estuvo solo una noche. Esto lo explica el autor debido a una creencia, según la cual, las mujeres jóvenes eran enviadas a acostarse con los soldados para tener hijos fuertes que mejoraran la raza, y la casa de los Buendía es visitada por 17 madres diferentes solicitando a Úrsula Iguarán bautizar a sus hijos. Úrsula los bautiza a todos ellos con el nombre de Aureliano y el apellido de sus respectivas madres, ya que nunca fueron reconocidos por su progenitor. Más tarde, todos los hijos regresan a la casa de los Buendía dos veces: en la primera, Aureliano Triste se queda en Macondo y en la segunda, lo hace Aureliano Centeno. En una tercera ocasión, llegan a Macondo, Aureliano Serrador y Aureliano Arcaya; finalmente son asesinados por el gobierno o por los "gringos", supuestamente debido a una amenaza del coronel. Son identificados por haber sido señalados con la cruz de Miércoles de Ceniza en sus frentes, que nunca pudieron borrarse. Aureliano Amador sobrevive a las matanzas tras esconderse en la selva de la sierra, y muchos años más tarde, siendo un anciano, regresa a la casa, encontrándose con Aureliano Babilonia y José Arcadio, quienes no lo conocían y lo echaron creyendo que era un vagabundo, entonces dos agentes de la policía que lo persiguieron durante años lo mataron de dos tiros de mauser en la cabeza.

Remedios es hija de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad, de quien heredó su belleza, sin embargo es considerada la mujer más hermosa del mundo y por eso cuatro hombres mueren trágicamente al tratar de poseerla, pues ella se mantiene ajena a las cosas convencionales. Era la única persona que el coronel Aureliano Buendía consideraba lúcida en esa casa a pesar de que todos los demás la daban por discapacitada mental, ya que habían de cuidarla para que no dibujara animalitos en las paredes con una varita embadurnada de sus heces y comía con las manos sin usar los cubiertos, además de otras excentricidades. Su olor (un olor inconfundible, desesperante) y presencia trastornaban a los hombres (ajenos a su familia, excepto los 17 Aurelianos) de Macondo y la plantación bananera. Se dice que tenía poderes de muerte ya que todos los hombres que la pretendían terminaban muriendo. Una mañana, Remedios asciende en cuerpo y alma al cielo ante la mirada de Fernanda quien siente envidia y se muestra disgustada porque se lleva sus sábanas.

José Arcadio Segundo es el hermano gemelo de Aureliano Segundo, hijo de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad. Úrsula cree que ambos fueron intercambiados en su infancia, ya que José Arcadio comienza a mostrar las características de los Aurelianos de la familia, al crecer siendo una persona pensativa y calmada. En su infancia presenció un fusilamiento, y por eso quedó siempre con el terror de que lo enterraran vivo. Después empezó a ayudar en misa al padre Antonio Isabel, quien lo inició en las peleas de gallos. Hizo el primer y único navío que hubo en Macondo, en el cual trajo las matronas francesas. Juega un rol importante en la huelga de los trabajadores de las bananeras y es uno de los dos sobrevivientes de la masacre (el otro era un niño que llevaba en sus brazos durante la proclamación del decreto que permitía la masacre). Después de ello, dedica el resto de sus días al estudio de los manuscritos de Melquíades, y tutor del pequeño Aureliano. Afirma hasta el fin de sus días "Los mataron a todos. Eran más de tres mil, y los tiraron al mar". Muere al mismo tiempo con su hermano gemelo.

De los dos hermanos, Aureliano Segundo es el más bullicioso e impulsivo, como todos los José Arcadios de la familia. Toma a Petra Cotes como su amante, aun durante su matrimonio con Fernanda del Carpio, a quien conoce en el carnaval sangriento. Mientras vive con Petra, nota que su ganado se reproduce sin control, y con eso vive en tiempos de abundancia, al punto de tapizar paredes con billetes. Después del diluvio, su fortuna desaparece. Trata durante mucho tiempo de encontrar el tesoro que Úrsula escondió hasta que apareciera su dueño, sin conseguirlo, por lo que dedica sus últimos años de vida a rifar los pocos animales que vivieron después del diluvio, con el objetivo de que su hija Amaranta Úrsula pueda ir a estudiar a Bruselas. Muere al mismo tiempo con su hermano. Durante el funeral se confunden, sus cuerpos son intercambiados, y uno es enterrado en la tumba del otro.

Meme es la primera hija de Fernanda del Carpio y Aureliano Segundo. Es enviada a la escuela para aprender a tocar el clavicordio y se gradúa. Mientras se dedica a este instrumento con una 'disciplina inflexible', también disfruta de las fiestas y las exhibiciones siguiendo los excesos de su padre. Conoce y se enamora de Mauricio Babilonia, un aprendiz de mecánico de los talleres de la compañía bananera siempre rodeado de mariposas amarillas. Sin embargo, cuando Fernanda descubre que han tenido relaciones sexuales, solicita al alcalde una guardia nocturna en la casa, con el pretexto de que le robaban las gallinas, la cual le dispara a Mauricio Babilonia durante una de sus visitas nocturnas y lo deja inválido, y envía a Meme al convento, sin notificarlo a Aureliano Segundo. Meme permanece muda por el resto de su vida, no por el trauma que le causó, sino como signo de rebelión y determinación. Algunos meses más tarde, se entera de que está embarazada y tiene un hijo, a quien las religiosas llaman Aureliano en honor a su abuelo. Este hijo será llevado a Macondo gracias a una religiosa del convento, quien habló con Fernanda del Carpio. Renata muere anciana en un tenebroso hospital de Cracovia, sin pronunciar nunca ni una sola palabra, pensando siempre en Mauricio Babilonia.

José Arcadio, llamado igual a sus predecesores de acuerdo con la tradición familiar, tiene la personalidad de los Arcadios anteriores. Era lívido, lánguido, de mirada atónita y labios débiles, las manos pálidas, con nervaduras verdes y dedos parasitarios, solía tener insomnios asmáticos. Es criado por Úrsula Iguarán, su tatarabuela, quien quiere que se convierta en papa con el objeto de que termine convirtiéndose en un hombre virtuoso, absolutamente alejado de las cuatro calamidades que Úrsula pensaba que habían hecho caer en desgracia a su familia (la guerra, los gallos de pelea, las mujeres de mala vida y las "empresas delirantes"), de forma que pudiese dedicar su vida a restaurar el prestigio de su familia. Para ello, desde niño Úrsula le enseñó (sin que fuese realmente necesario, ya que desde muy joven demostró sentir miedo por ellas) a tener miedo de las cuatro calamidades. Le inculcaba, por ejemplo, que si se acostaba con una mujer de la calle contaminaría su sangre (y más aún, que si se acostaba con una mujer de la casa tendría descendientes con cola de puerco); que si se dedicaba al negocio de los gallos de pelea causaría la muerte de personas inocentes y se sentiría culpable por el resto de su vida; que si simplemente tocaba un arma de fuego quedaría condenado a veinte años de guerra; y que si se embarcaba en empresas "delirantes" sólo conseguiría terminar infeliz y demente. Úrsula también lo obligaba a dormir confinado en un rincón de su habitación sobre un taburete, diciéndole que solo allí estaría a salvo de los fantasmas que rondaban por la casa desde el atardecer, y vigilado por santos de yeso, con la advertencia de que, si durante la noche se llegaba a portar mal de cualquier modo, los santos de yeso le dirían a Úrsula las cosas malas que hubiese hecho, de modo que siempre se quedaba dormido inmóvil y sudando de miedo, y casi siempre tenía pesadillas durante la noche. Y como parte final de su rutina diaria, cada mañana, Úrsula lo obligaba a salir al patio para convertir su cuerpo en el un papa; lo peinaba como a un papa, lo bañaba con Agua de Florida para que su cuerpo y ropas siempre tuvieran la fragancia de los de un papa, cortaba y pulía sus uñas y manos para que fuesen tan pulcras y limpias como las de un papa, y frotaba sus dientes con polvo de carbón para que su sonrisa se volviese radiante como la de un papá. Esto dura hasta que un día se le ofrece a José Arcadio la oportunidad de estudiar un seminario para pulir sus conocimientos para convertirse en papa, para lo cual es enviado a Roma, pero tan pronto como llega allí abandona el seminario y comienza a sostener toda una farsa epistolar para convencer a su madre de que sus estudios en el seminario iban a la perfección, que culmina con la muerte de su madre. Al volver de Roma se hace de la casa de los Buendía, desprecia al joven Aureliano, quien se enclaustra estudiando los pergaminos de Melquíades y evitando a José Arcadio. Es un hombre desagradable, egocéntrico, con manías de hombre noble y con el gusto de tener compañías cuestionables. Estaba necesitado de dinero no solo para vivir sino para mantener la casa arreglada. Desafortunadamente y por casualidad descubre el tesoro tan celosamente escondido por su tatarabuela: "no tuvieron que encender el foco, les bastó con levantar las placas del rincón donde siempre estuvo la cama de Úrsula, allí estaban los tres sacos de lona cerrados con alambre, y dentro de ellos, los siete mil doscientos catorce doblones de a cuatro, que seguían relumbrando como brasas en la oscuridad" "el hallazgo del tesoro fue como una deflagración" José Arcadio comienza a derrocharlo en fiestas ostentosas y ridículas en compañía de niños y adolescentes que al igual le servían de sirvientes y se ocupaban de su aseo personal: "En varias ocasiones se metieron en la albarca, para jabonarlo de pies a cabeza, mientras él flotaba bocarriba pensando en Amaranta". Eventualmente se llega a dar un acercamiento entre él y Aureliano Babilonia, el sobrino que desprecia, a quien considera dejarle un negocio, con el oro que encontró, porque tenía planeado irse a Nápoles antes de Navidad. Desafortunadamente antes de poder partir, José Arcadio fue ahogado en la alberca del baño de la casa por cuatro niños a quienes había expulsado y azotado previamente en el último "saturnal", luego del asesinato, se llevaron los tres sacos de oro que solo ellos y la víctima sabían dónde estaban escondidos. Aureliano encerrado en su cuarto no se dio cuenta de nada.

Amaranta Úrsula es la hija menor de Fernanda y Aureliano Segundo. Tiene las mismas características de Úrsula (la matriarca), quien muere cuando ella es solo una niña. Nunca se entera de que el niño enviado a la casa de los Buendía es su sobrino, hijo de Meme, con quien tuvo un niño, no como los demás, sino fruto del amor.

Luego de pasar su niñez en un convento de Bélgica, regresa de Europa con su esposo, Gastón, trayendo una gran jaula con medio centenar de canarios, con los que esperaba repoblar de aves a Macondo, que ya no tenía, y con una vitalidad y emprendimiento increíbles, pero insuficientes para rescatar la casona de la familia Buendía de su abandono. Gastón volvió a Bruselas por cuestión de negocios esperando un aeroplano que había adquirido y tomó de modo indiferente la noticia sobre el romance de su esposa con Aureliano Babilonia. Muere desangrada por el parto de su único hijo, Aureliano, que representaba el fin de la estirpe Buendía.

Aureliano es el hijo de Renata Remedios Buendía (Meme) y Mauricio Babilonia. Es enviado a la casa y escondido del resto del mundo por su abuela, Fernanda, quien inventa la historia de que fue encontrado flotando en una canastilla y lo esconde en el taller de platería, aunque su abuelo lo descubre tres años después. Su personalidad es similar a la del coronel Aureliano Buendía. Apenas alcanza a conocer a Úrsula, quien muere durante su infancia. Es el hombre más sabio de toda la estirpe, que conoce todo sin tener una razón para ello (como él decía, "todo se sabe"). Entabla una gran amistad con José Arcadio Segundo, quien le relata la verdadera historia de la masacre de la compañía bananera. Mientras que otros miembros de la familia se marchan y regresan, Aureliano permanece en la casa. Solo se aventura en el pueblo vacío después de la muerte de Fernanda. Pasó toda su infancia y adolescencia encerrado leyendo los escritos de Melquíades y tratando de descifrar sus pergaminos. Muchas veces se le aparece el fantasma del gitano Melquíades (de quien tenía recuerdos previos al momento de su nacimiento), quien le da las pistas para poder ubicar los libros que le permitirían descifrar los pergaminos. En la librería del sabio catalán conoce a sus cuatro amigos: Álvaro, Alfonso, Gabriel y Germán. Comienza a visitar burdeles. Se enamora de Amaranta Úrsula, con quien comienza a mantener una relación clandestina pero cuando se va Gastón pueden amarse en libertad. Es el gran ejemplo de amor en la obra. Durante mucho tiempo sospechan que son hermanos. Tienen un hijo, a quien llaman Aureliano (a pesar de que Amaranta Úrsula quería que fuera Rodrigo), que nace con cola de cerdo. Amaranta Úrsula muere, y Aureliano sale al pueblo, preso del dolor que le causa su muerte. En ese momento grita a los cuatro vientos: "los amigos son unos hijos de puta", una frase que demuestra la gran reflexión de la soledad en su corazón. Cuando vuelve a la casa, ve que su hijo Aureliano está muerto y que está siendo devorado por todas las hormigas del mundo y entonces recuerda el epígrafe de los manuscritos de Melquíades: "El primero de la familia está atado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas", y se da cuenta de que en esos pergaminos está escrito todo el destino de la familia Buendía. Sin ninguna dificultad, descifra los pergaminos en voz alta encontrando los primeros indicios de su existencia en su abuelo cuando buscaba a Fernanda del Carpio, el instante de su concepción por Mauricio Babilonia y Meme en el baño de la casa de los Buendía y se da cuenta de que Amaranta Úrsula Buendía era su tía, mientras Macondo comienza a ser destruida por el viento, porque según el autor "estaba escrito que la ciudad de los espejos (o espejismos) desaparecería de la faz de la tierra y borrada de la memoria de los hombres en el momento que Aureliano Babilonia descifrara la última página de los pergaminos, pues las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra". En este punto al personaje se le llama con el apellido de su progenitor y concluye la novela.

Hijo de Aureliano Babilonia y su tía, Amaranta Úrsula, nació con cola de cerdo, tal y como Úrsula pronosticó que ocurriría, y representa el final de la familia Buendía. Su madre desea que se llame Rodrigo, pero en contraposición, su padre quiere que se lo nombre Aureliano, de acuerdo con la tradición familiar de los Buendía. Como toda la familia estaba condenada a cien años de soledad, no podrá sobrevivir, por lo que muere devorado por las hormigas coloradas que habían invadido la casa durante el diluvio, tal como lo predecía el epígrafe de los pergaminos de Melquíades: "El primero de la estirpe está amarrado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas".

Remedios es la hija menor del corregidor del gobierno conservador en Macondo, Apolinar Moscote. Es una preciosa niña de ojos verdes y piel de lirio de apenas 9 años. Aureliano se enamora de ella a pesar de su niñez, por lo que la boda se debe posponer hasta cuando ella alcanza la pubertad. Se gana el cariño de la familia Buendía debido a sus perseverantes y dóciles maneras, por lo que su nombre es utilizado en las próximas generaciones. Muere muy joven con dos gemelos en el vientre. Su muerte hace sentir culpable a Amaranta, ya que esta ruega para que suceda algo que impida el matrimonio entre Rebeca y Pietro Crespi. Úrsula ordena un luto severo de puertas cerradas y sin hablar en voz alta durante un año y ubicó un daguerrotipo de Remedios que habría de estar alumbrado para siempre.

Fernanda es la cachaca de la historia. De carácter oscuro, triste, afectado y caprichoso, con ínfulas de grandeza y de pertenecer a la realeza. Es muy religiosa, rayando en el fanatismo, hizo del acto de comer en la cocina una "misa mayor" en el comedor principal. Conserva el hablar "viciado" y "anacrónico" de los habitantes de la región andina o interior de Colombia, de donde es oriunda. Hija de una familia noble pero empobrecida, dedicó su infancia y adolescencia a estudiar en un convento, donde fue preparada para ser reina. Cuando terminó sus estudios, su madre ya había muerto y en adelante siguió viviendo silenciosamente con su padre, Fernando del Carpio, mientras sobrevivía con la confección de palmas fúnebres, hasta que Aureliano Segundo llegó para casarse con ella luego de que ella y su caravana irrumpieran en los carnavales de Macondo, donde la reina era Remedios, la bella, y la caravana llegó anunciando a Fernanda del Carpio como la mujer más bella del mundo. Se casa con Aureliano Segundo a pesar de que este sigue viviendo con su concubina, Petra Cotes. Su llegada a la casa de los Buendía marca el principio de la decadencia de Macondo. Su carácter es además dominante, neurótico y perfeccionista, con el que logró imponer su voluntad en la casa de los Buendía (aunque nunca se metió con el coronel Aureliano Buendía por temor). Hace todo lo posible para ocultar al mundo sus defectos, porque no soporta ser imperfecta. Al descubrir los amores de su hija Meme con Mauricio Babilonia, hace que este sea baleado por la autoridad, a raíz de lo cual queda inválido y tenido para siempre por ladrón de gallinas. Demostrando su lado desalmado, destierra a su hija a un convento del interior del país, donde Meme decide no volver a decir una sola palabra y termina su vida en completa soledad, en un tenebroso hospital de Cracovia. En sus últimos días vive sola en la casa con Aureliano Babilonia, su nieto a quien nunca quiso ni reconoció. Muere cuatro meses antes de que su hijo José Arcadio volviera de Roma.

Era un vecino del antiguo pueblo de José Arcadio Buendía, quien lo asesina como consecuencia de un pleito entre los dos durante una pelea de gallos. Su fantasma termina por hacer que José Arcadio Buendía y Úrsula abandonen el pueblo y funden Macondo.

Melquíades es uno de los gitanos que visita Macondo cada año en el mes de marzo, trayendo elementos innovadores de diversos lugares del mundo y vende muchos nuevos inventos, incluyendo dos imanes (que José Arcadio Buendía adquirió pensando en hacerse millonario al creer que atraerían el oro), una lupa gigantesca (que José Arcadio Buendía pensó usar como un arma de guerra) y un laboratorio de alquimia, entablando una gran amistad con él. Su origen no es aclarado en la novela, aunque hablaba y escribía sánscrito, que era su lengua materna, además del castellano, pudiéndose suponer que era nativo del subcontinente indio. Más tarde, los gitanos reportan que Melquíades muere en Singapur tras una epidemia, pero repentinamente regresa a vivir con la familia Buendía (porque según él "no soportaba la soledad de la muerte"). En unos pergaminos escribe en su idioma materno versos cifrados en los que predice la historia de la familia Buendía, los cuales son descifrados por Aureliano Babilonia cien años después.

Pilar es una alegre, sabia y decidida mujer que llega a Macondo junto a sus padres en la expedición que funda el pueblo. Se convierte en la concubina de los hermanos José Arcadio y Aureliano, a cada uno de los cuales les da un hijo, Arcadio y Aureliano José (quien terminó entregando la casa de los Buendía), respectivamente. Pilar lee y predice el futuro en las cartas, y luego es la regenta de un prostíbulo. Llega a vivir más de 140 años y la entierran en un gran hueco sentada en su mecedora. Amante y la mejor consejera de los Buendía.

Santa Sofía es la mujer de Arcadio (no su esposa, ya que nunca se casaron). Hija de un tendero, se vuelve amante de Arcadio a petición de Pilar Ternera, luego de que Arcadio empieza a perseguirla sin saber su vínculo de sangre. Madre de Remedios, la bella (nombre puesto en contra de la última voluntad expresada por Arcadio, sin embargo coincidiendo con su último pensamiento) y los gemelos José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo. Desempeña un papel secundario en la novela, realizando los oficios domésticos durante el tiempo en el cual Úrsula está enferma. Tiene la facultad de "no existir sino en el momento preciso", y en su juventud era muy hermosa y de ella hereda su belleza Remedios. Se marcha durante los últimos años de la existencia de Macondo, al no poder combatir el inminente desastre natural que estaba consumiendo la casa de los Buendía.

Padres biológicos de Rebeca Buendía, sus restos se encontraban en un talego de lona que traía Rebeca cuando llegó a Macondo, son enterrados junto a la tumba de Melquíades.

Pietro es un músico y comerciante italiano quien llega a instalar la pianola que animaría la inauguración de la casa de los Buendía. También para la fiesta enseña los bailes de moda a Rebeca y a Amaranta. Luego de un corto viaje a Italia, regresa para quedarse en Macondo atraído por Rebeca, establece una escuela musical y hace donaciones al único templo católico del pueblo para terminar su construcción. Se compromete con Rebeca, pero Amaranta, quien también está enamorada de él, le hace la vida imposible a Rebeca, incluso amenazándola de muerte para evitar su matrimonio con el italiano. Cuando Rebeca lo deja para casarse con José Arcadio, Pietro corteja a Amaranta, quien tiempo después de haber aceptado su amor se venga de él rechazándolo cruelmente. Desanimado por la pérdida del amor de ambas hermanas, Crespi se suicida cortándose las venas a navaja el día de todos los muertos, en el escritorio de la trastienda.

El mejor amigo del coronel Aureliano Buendía, y su mano derecha en la guerra. Estuvo enamorado toda su vida de Amaranta, y pese a que mantuvieron una especie de noviazgo, ella lo rechazó. Murió de viejo durante el diluvio pensando en Amaranta y esperando la pensión vitalicia que nunca llegó.

Petra es una decidida y generosa mulata, amante de José Arcadio Segundo y de Aureliano Segundo (de ambos al mismo tiempo, dado que no los distinguía; eran gemelos idénticos, hijos de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad), pero quedándose finalmente con Aureliano Segundo. Continúan viéndose, incluso después del matrimonio de Aureliano Segundo, quien finalmente se va a vivir con ella. Esto amarga a su esposa, Fernanda del Carpio, por el resto de su vida. Cuando Aureliano y Petra hacen el amor, sus animales mejoran su fecundidad y se reproducen a una tasa asombrosa, pero los animales mueren durante el diluvio que dura casi cinco años. Petra hace dinero con la venta de boletas para rifas, y provee canastas de alimentos para Fernanda y su familia después de la muerte de Aureliano Segundo. Aureliano Segundo y ella consideraban a Fernanda "la hija que nunca tuvieron".

Mr. Herbert es un estadounidense que llegó un día a la casa de los Buendía para almorzar. Después de comer bananos (guineo o plátano) por primera vez, gestiona el establecimiento de una compañía para la explotación de la plantación bananera en Macondo. La compañía del plátano es traída por Mr. Brown, su presidente. Meme le ofrece su amistad a Patricia, su hija. Cuándo José Arcadio Segundo colabora en la huelga de los trabajadores de la compañía, les tienden una trampa a los huelguistas y disparan contra ellos en la estación del pueblo, amontonando los cadáveres en un tren y arrojándolos secretamente al mar. José Arcadio segundo, y el niño de siete años que cargó en sus hombros mientras se leía el decreto que permitía la ejecución y Aureliano Babilonia, de quien José Arcadio Segundo era tío abuelo, fueron los únicos que sabían que a los huelguistas los habían fusilado en complicidad con la compañía bananera. Mr. Brown condena el diluvio que duró 4 años trayendo consigo la decadencia de Macondo.

Mauricio es un audaz y honesto aprendiz de mecánica de los talleres de la compañía bananera. Aparentemente desciende de los gitanos, y tiene la característica excepcional de ser constantemente seguido por enjambres de mariposas amarillas. Mauricio comienza una relación apasionada con Meme, hasta que Fernanda los descubre. Mauricio continúa ingresando furtivamente a la casa para visitarla, hasta que la guardia del alcalde solicitada por Fernanda le dispara confundiéndolo con un ladrón de gallinas (todo predispuesto por Fernanda) y pasa el resto de su vida inválido. Meme queda embarazada de Mauricio Babilonia y el hijo, Aureliano Babilonia, es criado secretamente en casa de los Buendía. Muere viejo y solo, sin una sola queja pensando siempre en Renata Remedios, repudiado por el pueblo como ladrón de gallinas y sin poderse deshacer de las mariposas amarillas que lo siguieron hasta la muerte.

Gastón es un aviador y aventurero belga, esposo de Amaranta Úrsula. Se casan en Europa y se establecen en Macondo. Gastón es unos quince años mayor que Amaranta Úrsula. Cuando se da cuenta de que su esposa piensa quedarse en Macondo, arregla que le envíen un avión para realizar un servicio de correo aéreo, pero el avión es enviado por error a Tanganyika, donde se lo entregaron a la dispersa comunidad de los Makondos. Cuando le escribe a Amaranta Úrsula para informarle que volverá a Macondo, Amaranta le responde con una carta contradictoria en que le reiteraba su amor y sus ansias de volver a verlo, al mismo tiempo que confesaba su amor por Aureliano Babilonia. Gastón toma la noticia con naturalidad, enviándoles una carta deseándoles felicidad y, seis meses después, solicita el envío de su velocípedo, debido a su valor sentimental.

Era bisnieta del negro antillano más viejo que quedaba vivo en los tiempos en que Aureliano Babilonia comenzó a recorrer el pueblo luego de la muerte de José Arcadio. Era el único que recordaba al coronel Aureliano Buendía, por lo que se hicieron amigos. Luego de su muerte, Aureliano siguió teniendo contacto con Nigromanta, una negra grande que preparaba caldos. Mantienen una relación más o menos estable, pero solo porque Aureliano no soportaba no poder estar sin Amaranta Úrsula. Tiempo después presta el mismo servicio a Gabriel. Nigromanta es una referencia a la Negra Eufemia, famosa proxeneta de Barranquilla a mediados del siglo XX.

Era el anciano que atendía la tienda donde Aureliano compró los libros necesarios para descifrar los pergaminos de Melquíades, en el rincón del pueblo frente al cual se descifraban los sueños en los tiempos de la compañía bananera. Su librería estaba compuesta por libros muy antiguos, y prácticamente nadie lo visitaba, a excepción de Aureliano Babilonia y sus cuatro amigos. Su principal actividad en Macondo consistió en escribir tres cajones de libros. Era tan fuerte la nostalgia que volvió a su pueblo natal, pero ahí tuvo la nostalgia de Macondo, y esta nostalgia doble lo confundió tanto que perdió el sentido de la realidad. Por un tiempo mantuvo correspondencia con Aureliano y Gabriel, hasta que un día llegó una carta que Aureliano no quiso leer, en la cual se informaba su muerte. De este personaje es la famosa frase: "Toda primavera antigua es irrecuperable".

El sabio catalán es un homenaje al escritor Ramon Vinyes, importante figura de la intelectualidad barranquillera, alrededor de quien giraron las actividades intelectuales del Grupo de Barranquilla, junto con el escritor José Félix Fuenmayor.

Cuatro amigos de Aureliano Babilonia a quienes conoce en la tienda del sabio catalán. Se entretienen haciendo debates sobre literatura y yendo a los burdeles (el de las niñas que se acostaban por hambre o "El niño de oro", de Pilar Ternera). De los cuatro, el más cercano a Aureliano es Gabriel, ya que es bisnieto de Gerineldo Márquez (quien había sido amigo del coronel Aureliano Buendía) y por lo mismo es el único que cree fielmente en las historias que cuenta Aureliano de su pariente el coronel Aureliano Buendía y sobre la masacre de la compañía bananera. Cuando el sabio catalán les aconseja irse de Macondo, Álvaro toma un tren sin regreso; Alfonso y Germán desaparecen inexplicablemente; mientras que Gabriel se queda un tiempo más en Macondo, siendo "atendido" por Nigromanta y por Mercedes, su novia que trabajaba en la botica. Finalmente, Gabriel gana un pasaje a París en un concurso y Aureliano se queda solo.

Estos personajes son un homenaje de García Márquez a sus amigos del Grupo de Barranquilla: Álvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas. Gabriel es una alusión a sí mismo.

Llega a Macondo como corregidor del gobierno, pero siempre es tratado como una autoridad decorativa. Tiene 7 hijas, de las cuales una se casa con Aureliano (Remedios) y otra con el hermano menor de Pietro Crespi. Trata de volver conservador a Aureliano, quien, en cambio, se convierte en ferviente liberal.

La redacción de la novela demandó al autor 18 meses de trabajo en su casa de la Ciudad de México, desde octubre de 1965, pero puede afirmarse también que su génesis concluyó el 5 de junio de 1967, fecha de la publicación por Editorial Sudamericana de Buenos Aires. Tiempo antes de comenzar la redacción de Cien años de soledad, el cronista de la literatura latinoamericana Luis Harss preparaba un libro sobre los 9 principales escritores latinoamericanos y poco después, habiendo apenas leído algunos libros del poco conocido en ese entonces Gabriel García Márquez, decidió hacer su libro sobre 10 escritores, incluyéndolo. En ese momento Francisco Porrúa de la editorial Sudamericana contactó a García Márquez con la intención de publicar sus libros, pero el escritor colombiano ya los tenía comprometidos y le ofreció el que había comenzado a escribir. Cerraron el contrato y poco a poco los capítulos fueron enviados desde México a la editorial en Argentina.

La novela fue un éxito, el tiraje inicial fue de 8 000 ejemplares, los cuales se vendieron en los primeros 15 días.[31]​ Fue necesario hacer otro tiraje de 10 000 ejemplares que también se vendieron muy rápido, así pronto se realizaron contratos para su traducción a otros idiomas. Se han vendido más de 30 millones de ejemplares en los cerca de 40 idiomas a los que ha sido traducida.

Desde su publicación en 1967, Cien años de soledad ha sido objeto de múltiples críticas e interpretaciones desde diversas culturas a las cuales ha llegado esta obra.

En el ámbito latinoamericano, el escritor y Premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa, quien publicó en 1971 el libro García Márquez: historia de un deicidio en donde analiza su obra, afirma que Cien años de soledad es «una de las obras narrativas más importantes en nuestra lengua» y destaca la ambición del autor por crear «un mundo vasto, aprisionando tantas cosas y tan diversas dentro del espacio novelesco»; el escritor uruguayo Mario Benedetti calificó en 1972 a Cien años de soledad como «una empresa que en su mero planteo parece algo imposible y que sin embargo en su realización es sencillamente una obra maestra», afirmando que Macondo hasta antes de esta obra era una imagen de Colombia, pero después de ella se transformó en América Latina.[9]​ Por su parte, el escritor chileno y ganador del premio Nobel de Literatura Pablo Neruda llamó a esta obra «El Quijote de nuestro tiempo».

Uno de sus principales críticos en la edición inglesa es el escritor y periodista estadounidense Norman Mailer, quien afirmó que en este libro Gabriel García Márquez «creó cientos de mundos y personajes en una obra absolutamente sorprendente».[32]​ Por su parte, en la edición francesa, el novelista tunecino Hubert Haddad, quien ha analizado la obra de García Márquez, calificó esta novela en el género de memorias del autor, ya que sus relatos rememoran el entorno en donde creció.

Otros personajes reconocidos han opinado acerca de Cien años de soledad. Tal es el caso del pintor español Pablo Picasso, quien afirmó que con esta novela sintió un gran impacto que no sentía desde hace muchos años con una obra literaria, y el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, quien manifestó que este ha sido su libro favorito.

En 1969, el escritor venezolano Luis Cova García, en su análisis comparativo “Coincidencia o plagio”, publicado en la revista hondureña Ariel, afirmó haber comprobado que la historia de José Arcadio Buendía, el patriarca de la familia, había sido plagiada por Gabriel García Márquez de La busca del absoluto, de Honoré de Balzac. En 1971, el premio Nobel de literatura Miguel Ángel Asturias tomó como base el análisis de Cova para no otorgarle a García Márquez el premio literario Gran Águila de Oro de la ciudad francesa de Nancy, del que era jurado. Asturias hizo la afirmación al periodista Ramón Chao, quien la publicó en el semanario Triunfo de Madrid, causando revuelo internacional y opiniones mayormente en contra de la acusación de plagio. En 2002, el escritor Fernando Vallejo también adhirió a la tesis de plagio.[33][34][35]

En alemán,fue traducida en 1970 con el título Hundert Jahre Einsamkeit por Curt Meyer-Clason, quien cuenta con un extenso historial de obras traducidas desde español y portugués, entre cuyos autores se destacan Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, César Vallejo y Rubén Darío.

En catalán, Cent anys de solitud fue traducida en 1970 por Avel·lí Artís-Gener, para la editorial Edhasa, Barcelona.

La versión checa, Sto roků samoty apareció en 1971, traducida por Vladimír Medek.[36]​ Hay 6 reediciones posteriores.

Tras varias versiones que infringían los derechos de autor, finalmente en 2011 salió la primera traducción autorizada al chino, obra del catedrático de la Universidad de Pekín Fan Ye (范晔).[37]​ La labor de traducción de la novela, cuyo título es "百年孤独",[38]​ le tomó cerca de un año.[39]​ La editorial Thinkingdom Media Group Ltd. pagó los derechos de edición para un tiraje inicial de 300 mil ejemplares y prometió utilizar todos los recursos jurídicos para retirar las versiones piratas.[40]​ Tan solo en sus primeros seis meses vendió más de un millón de ejemplares.[41]

En danés, la novela fue traducida con el título "Hundrede års ensomhed" por Merete Knudsen.[42]

La primera traducción al eslovaco con el título Sto rokov samoty es del 1969 y la segunda del 1973. En 1999 fue traducida por Ivan Puškáč, las siguientes ediciones son del 2004 y del 2008. La banda musical eslovaca Desmod tiene una canción titulada Sto rokov samoty (Cien años de soledad).

La primera traducción de Cien años de soledad en Yugoslavia apareció en esloveno en 1970, bajo el título Sto let samote.

La traducción de Cien años de soledad al idioma esperanto fue obra del periodista y filólogo español Fernando de Diego, realizada en 1992 bajo el título Cent jaroj da soleco. Dicho escritor es reconocido por su labor de traducción a dicho idioma de diversas obras de la literatura universal, entre las cuales es posible mencionar El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Veinte poemas de amor y una canción desesperada y La familia de Pascual Duarte, entre otras.

En el idioma francés, la traducción fue obra de los filólogos Claude y Carmen Durand en 1968, publicada por la editorial Editions du Seuil de París, y ha tenido diversas ediciones;[43]​ su título en francés es Cent ans de solitude. Los esposos Durand han traducido también obras de otros autores latinoamericanos, como Isabel Allende.

La versión en húngaro, titulada Száz év magány, es una traducción por Vera Székács que ha sido objeto de grandes elogios. Se editó con prólogo (que constituye un breve análisis de la obra y su lugar en la literatura latinoamericana) de Katalin Kulin. Fue publicada en 1971, con gran éxito, por la editorial Magvető ("Sembrador") en su serie Világkönyvtár ("Biblioteca Mundial").

La traducción de Cien años de soledad al inglés fue realizada por el reconocido catedrático Gregory Rabassa en 1970. García Márquez se pone en contacto con Rabassa por recomendación de Julio Cortázar después de su trabajo de traducción de Rayuela. Su trabajo con la novela de García Márquez le dio fama al recibir elogios del propio autor, hasta el punto de afirmar en diversas oportunidades que prefiere esta versión a su original.[44][45]

En este idioma, la novela bajo el título One Hundred Years of Solitude, ha logrado posicionarse en la lista de los libros más vendidos,[46]​ atrayendo el interés de los lectores y editores anglosajones e incluso observando influencias de esta obra en escritores contemporáneos.

Una de las primeras traducciones publicadas fue la italiana, realizada por Enrico Cicogna en 1968 y publicada en mayo por la Casa Editorial Feltrinelli, con el título Cent'anni di solitudine. Cicogna se ha convertido en traductor oficial de las obras de García Márquez al italiano, interpretando y expresando en forma adecuada sus narraciones.

En Japón, la novela fue publicada por primera vez por la editorial Shinchōsha (新潮社), en 1972, bajo el título de Hyaku-nen no Kodoku[47]​ (百年の孤独), traducida por Tadashi Tsuzumi (鼓 直). La misma editorial reeditó la obra en 1987, 1999 y 2006. Tsuzumi también ha traducido El Otoño del Patriarca (族長の秋, Zokuchō no Aki),[48]​ publicada en 1983, además de otras obras de autores latinoamericanos como Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias o Jorge Luis Borges.

En Polonia la novela fue traducida en 1974 por la filóloga Grażyna Grudzińska y la traductora Kalina Wojciechowska, bajo el título Sto lat samotności. La primera edición fue publicada por la editorial Państwowy Instytut Wydawniczy, pero ediciones más recientes (la última, vigésima edición, de mayo de 2007) han sido publicadas por la editorial Muza SA. Grażyna Grudzińska es catedrática, profesora de la Universidad de Varsovia; Kalina Wojciechowska ha traducido también otras importantes obras de literatura española e inglesa como, por ejemplo, los libros de Miguel de Unamuno y William Faulkner.

En Rusia la novela fue traducida en 1970 por Nina Butyrina y Valery Stolbov, bajo el título Сто Лет Одиночества. En 2014 una otra traducción, por Margarita Bylinkina, fue publicada.

La traducción al serbocroata fue publicada en Belgrado en 1973. La versión lingüística era el serbio, pues la traductora era serbia. Sin embargo, la primera versión era en alfabeto latino; la segunda versión, en alfabeto cirílico, fue publicada por la misma editorial en 1978.

En 2006, fue publicada, en Zagreb, una nueva traducción en croata.

En Ucrania la novela fue traducida por Petro Socolovsquii, bajo el título Сто років самотності, y publicada en 2004..

El compositor de música vallenata Félix Carrillo Hinojosa tradujo la obra a idioma wayuunaiki, para lo cual se reunió un grupo de nativos integrantes de la comunidad wayú tanto colombianos como venezolanos.[49]​ La obra, cuyo título es Poloojikiijuyajünainamuiwawaa,[50]​ fue publicada por la editorial Iguaraya y cuenta con un prólogo escrito por el propio Gabriel García Márquez.

La originalidad de esta obra se hace evidente en la trascendencia que ha tenido para la literatura universal. La novela es considerada referente del llamado boom latinoamericano y del realismo mágico, y diversos escritores que han sido fieles a este mismo estilo como Isabel Allende. Después de Cien años de soledad se suscita una escuela macondiana que tuvo repercusión en países tan lejanos como en la India, con el escritor Salman Rushdie.

Esta obra literaria ha inspirado a otras expresiones artísticas como la música; las canciones Roderigo, de la banda Seven Mary Three; The Sad Waltzes of Pietro Crespi, de Owen; Banana Co., de Radiohead; Banana Co, de Belaya Gvardiya; Macondo, del cantante mexicano Óscar Chávez; Macondo Express, Il ballo di Aureliano, Remedios, la bella y Cent'anni di solitudine, del grupo italiano Modena City Ramblers, se basan en la novela.

La obra se representó en la pieza teatral One Hundred Years of Solitude (百年の孤独) del grupo japonés Tenjō Sajiki en 1981 y posteriormente se adaptó en la película Farewell to the Ark (さらば箱舟) dirigida por el japonés Terayama Shūji en 1984.[51]​ En 2005 la televisión húngara realizó un documental basado en el libro Cien años de soledad (Száz év magány, en húngaro), bajo la dirección de Peter Gothar, el cual fue filmado en Cartagena de Indias, dentro de la serie de televisión denominada "A Nagy Könyv" (Grandes libros).[52][53]

Por iniciativa de Pedro Sánchez, alcalde de la población natal de Gabriel García Márquez, Aracataca, en 2006 se realizó una consulta popular para cambiar el nombre de la población (el cual la identifica desde 1915) por Macondo, como en la obra. Después de una marcada abstención la iniciativa fue negada ya que requería de 7500 votos a favor, y solamente se registraron 3596 electores.[54]

Durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española el 26 de marzo de 2007 en Cartagena de Indias se llevó a cabo un gran homenaje a Gabriel García Márquez y su obra al cumplirse los 40 años de publicación de Cien años de soledad.[55]​ Asistieron a dicho evento el rey de España Juan Carlos I, su esposa, la reina Sofía, el expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, el presidente de Panamá Martín Torrijos, el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton y varios escritores, entre muchos otros invitados ilustres, quienes elogiaron la obra de García Márquez. Además, la Real Academia Española, junto con la Asociación de Academias de la Lengua Española, por considerarla "parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos" y teniendo en cuenta la acogida que había tenido dos años antes la edición de Don Quijote de la Mancha que las academias promovieron con motivo de su IV centenario, lanzaron ese mismo año una edición popular conmemorativa con texto revisado por el propio Gabriel García Márquez y textos introductorios a la obra de García Márquez de la mano de Álvaro Mutis, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Víctor García de la Concha y Claudio Guillén.[15][56]​ El 6 de marzo de 2013 se lanzó la primera edición del libro electrónico para comprar y descargar, que fue publicada por la editorial Leer-e en formato Kindle y ePub.[57]​ La Feria Internacional del Libro de Bogotá, que en cada edición tiene un país invitado de honor en su 28ª versión realizada entre el 21 de abril y el 4 de mayo de 2015 tuvo como invitado especial a Macondo, como homenaje a la obra de Gabriel García Márquez.[58]

En marzo de 2019, Netflix anunció la compra de los derechos del libro para su adaptación en una serie en la plataforma, aunque tanto el autor como sus hijos se habían negado previamente a que esta obra se transformara para las pantallas.[59]​ En junio del 2022, luego del anuncio de Netflix, el primer llamado a la acción para presentar el casting se hizo por la productora Dynamo a través de un sitio web. En ese espacio se da a conocer que muy pronto iniciarán las audiciones y mientras eso pasa el aspirante debe ir preparando un video. Además, ese escenario estará disponible únicamente por un mes y los interesados pueden tener o no experiencia en el universo de la interpretación.[60][61]

La obra ha pasado a ser parte de la cultura popular latinoamericana, haciéndose referencias a menudo a Macondo, el pueblo ficticio en el que se desarrolla la novela. En 1969, apenas publicada la novela, el compositor peruano Daniel Camino Diez Canseco gana el Festival de la Canción de Ancón (Perú) con la cumbia «Los cien años de Macondo» que es una síntesis de distintos sucesos de la obra y sus personajes;[62]​ igualmente por esa época la colombiana Graciela Arango de Tobón compuso «Me voy pa' Macondo», y ambas canciones fueron popularizadas por el cantante Rodolfo Aicardi con el grupo "Los hispanos" de Colombia y por otros varios músicos que produjeron versiones en todo el mundo y en otros idiomas.

En varias localidades españolas tales como Granada,[63]Rota,[64]Salamanca[65]​ o Ávila[66]​ se han abierto bares temáticos llamados "Macondo".

En la localidad española de Cáceres existe una calle llamada "Calle de Cien años de soledad", así como varias calles con nombres de diversos protagonistas: "Calle Coronel Aureliano Buendía", "Calle José Arcadio Buendía", "Calle Pilar Ternera", etc.[67]

En el videojuego World of Warcraft existe una misión otorgada por un personaje no-muerto llamada "100 años de soledad" haciendo referencia a dicho título. [68]

La película Encanto de Walt Disney Studios, esta inspirada en el realismo mágico de Gabriel Garcia Marquez conteniendo algunos guiños a Cien Años de Soledad como las Mariposas Amarillas que aparecen a lo largo de la película [69]

Cien años de soledad recibió el Premio Rómulo Gallegos en Venezuela en 1972[70]​ y el Premio al mejor libro extranjero (Prix du Meilleur Livre Étranger) en Francia en 1969.[71]​ Adicionalmente, Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982 por su obra completa, además de poseer el récord del libro más vendido editado originalmente en castellano.

La obra fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del periódico español El Mundo elaborada en 2001,[3]​ en la lista de los 100 libros del siglo XX del diario francés Le Monde de 1999 y en la lista de los 100 mejores libros de todos los tiempos del Club de libros de Noruega elaborada en mayo de 2002.[4]

Las primeras pruebas de galeras de la novela Cien años de soledad con correcciones manuscritas de Gabriel García Márquez para la primera edición del libro fueron declaradas como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional en la categoría de Patrimonio Inmaterial de Colombia a través de la resolución 1109 del 19 de julio de 2001.[72]



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