x
1

Comercio árabe de esclavos



La historia del comercio árabe de esclavos está relacionada con la práctica de la esclavitud en el mundo islámico, principalmente en Asia Occidental, África del Norte, África Oriental y algunos lugares de Europa (como la península ibérica, el sur de Italia durante el período de dominación musulmana, o el Imperio otomano) y actualmente en algunos países musulmanes del Sahel. El comercio árabe de esclavos se concentraba en los mercados esclavistas de Oriente Medio y el norte de África. Los esclavos con los que se comerciaba no estaban limitados a ningún tipo de color, etnia o religión, y entre ellos se incluían árabes y bereberes, especialmente en los primeros tiempos de la esclavitud musulmana.

Posteriormente, durante los siglos VIII y IX, en la época del califato islámico, la mayoría de los esclavos musulmanes eran obtenidos principalmente a partir de los pueblos eslavos (de donde derivaría la palabra esclavo en varios idiomas) de la Europa Oriental, (llamados Saqaliba por los musulmanes), persas, turcos, pueblos de las montañas del Cáucaso, como los georgianos, armenios y circasianos, así como pueblos de Asia Central, Escandinavia, bereberes del norte de África y otros pueblos de origen variado, como pueblos negros de origen africano.

A partir del siglo XVIII los esclavos del mundo musulmán llegaron mayoritariamente del sur del Sahara, y especialmente de África Oriental, hasta que la esclavitud fue oficialmente abolida a finales del siglo XIX.[1][2][3][4]​ No obstante, la esclavitud todavía sobrevive actualmente en el mundo musulmán de forma mucho más limitada o camuflada bajo prácticas abusivas o clandestinas en los países árabes del Golfo Pérsico, donde llegan mujeres y niños de los antiguos Estados soviéticos, Europa Oriental, el Lejano Oriente, África, el sur de Asia y otras partes de Oriente Medio.[5][6][7]

Todas las sociedades musulmanas han sido esclavistas, desde Arabia al este de África, de Persia a Indonesia o la antigua España islámica.[cita requerida] Algunos Estados musulmanes como el Imperio otomano, el Kanato de Crimea y Sokoto fueron sociedades basadas en la esclavitud. Se calcula que unos 10-18 millones de subsaharianos fueron vendidos en países musulmanes.[8][9]​ Entre el año 1530 a 1780, alrededor de 1,25 millones de europeos fueron esclavizados en el norte de África[10]​ y otros 2-3 millones de eslavos fueron vendidos por el Kanato de Crimea, en donde el 75% de la población estaba compuesta por esclavos.[11][12]​ En una sola razia, en el año 1769 fueron capturadas unas 20 000 personas en una de las últimas cometidas por Crimea.[13]

A pesar de la abolición de la esclavitud, cientos de personas siguen siendo esclavizadas por musulmanes en diferentes países. Tan sólo en 2014, más de 260 niñas fueron vendidas en el norte de Nigeria por islamistas. Las razias también son frecuentes en Kenia, en donde otras 12 mujeres fueron raptadas el mismo año.[14][15]​ Otros 35 000 cristianos son actualmente esclavos en Sudán, en donde se siguen los preceptos de la sharia.[16][17]

Los historiadores estiman que entre 11 y 18 millones de africanos negros fueron esclavizados por los mercaderes árabes y llevados hasta el mar Rojo, el océano Índico y el norte del Sahara en el período comprendido entre 650 – 2014,[18][19][20][21]​ comparados con los entre 9 400 000 a 14 millones de africanos que fueron llevados a América entre los siglos XVI–XIX.[22]

Desde la España musulmana, los árabes realizaban periódicas incursiones o aceifas para saquear y arrasar los reinos ibéricos cristianos del norte de la península, consiguiendo botín y esclavos. Por ejemplo, en una incursión realizada contra la ciudad de Lisboa en el año 1189, Yaqub al-Mansur, califa de los Almohades, se apoderó de 3000 cautivos entre mujeres y niños, mientras que su gobernador en Córdoba, en un ataque posterior contra la ciudad de Silves en 1191, se apoderó de otros 3000 esclavos cristianos.[23]

Los árabes también esclavizaron a un número sustancial de europeos. Según Rober Davies entre 1−1 250 000 europeos fueron capturados por los corsarios berberiscos, vasallos del Imperio otomano y vendidos como esclavos entre los siglos XVI y XIX.[24][25]​ Estos esclavos eran capturados principalmente de las poblaciones costeras de Italia, España, Portugal, Francia y en menor medida de lugares más lejanos como Inglaterra, los Países Bajos, Irlanda y excepcionalmente en lugares tan apartados como Islandia y Norteamérica. El impacto de los ataques berberiscos y otomanos fue devastador. Francia, Inglaterra y España perdieron miles de barcos, y muchas poblaciones costeras fueron casi abandonadas por sus habitantes. Las incursiones de los piratas otomanos desanimaron el asentamiento en la costa hasta el siglo XIX.[26][27]

La guerras de los turcos otomanos en el este de Europa, así como los ataques de los mongoles y tártaros en el oriente europeo también llevaron a muchos esclavos europeos al mundo musulmán.[28][29][30]

El comercio “árabe” u “oriental” de esclavos, en algunas ocasiones también es conocido como comercio “islámico”, pero la esclavitud en el mundo árabe no tenía un imperativo religioso, según el profesor Patrick Manning. Sin embargo, según la doctrina islámica, si una población no musulmana se niega a adoptar el Islam y también se niega a pagar la yizia, el impuesto de protección, entonces se la considera en guerra con la Ummah, la comunidad musulmana y por lo tanto, según la sharia o ley islámica, es lícito tomar esclavos de esa población no musulmana. El uso del término “comercio islámico” o “mundo islámico” ha sido discutido por algunos musulmanes, pues considera el África subsahariana fuera del Islam y reduce las fronteras del mundo musulmán.[31]​ Los difusores del Islam en África a menudo adoptaban una actitud cautelosa en el proselitismo, debido a que reducía la reserva potencial de esclavos.[32]

Desde un punto de vista occidental, el comercio árabe de esclavos seguía dos rutas principales durante la Edad Media:

El comercio árabe de esclavos es anterior a la aparición del Islam y duró más de un milenio. Como se ha mencionado, todavía continúa hoy, mucho más reducido y bajo otras formas mucho más limitadas, en algunos lugares.[36][37][38]​ Los comerciantes árabes trajeron africanos a través del océano Índico desde los territorios actuales de Kenia, Tanzania, Sudán, Eritrea, Etiopía y otros lugares de África Oriental hasta los actuales Irak, Irán, Kuwait, Turquía y otros lugares de Oriente Medio.[39]​ y el sur de Asia, (principalmente Pakistán y la India). Al contrario que el comercio trasatlántico de esclavos al Nuevo Mundo, los árabes llevaron esclavos africanos solo al mundo musulmán, que en su momento de mayor auge se extendía desde Al-Ándalus, en la península ibérica, en el oeste hasta la India y el oeste de China por el este.

La historia del comercio de esclavos ha dado lugar a numerosos debates entre los historiadores. Por una parte, los especialistas no consiguen consensuar un número aproximado de los africanos que fueron transportados a la fuerza lejos de sus hogares; es una cuestión difícil de resolver debido a la carencia de estadísticas fiables; no existe un censo sistemático de África en la Edad Media. El material de archivo del comercio de esclavos trasatlántico entre los siglos XVI y XVIII puede parecer una fuente útil, pero los libros de registro a menudo fueron falsificados. Los historiadores tienen que utilizar documentos narrativos imprecisos para hacer estimaciones aproximadas con cautela: Luis Felipe de Alencastro, afirma que entre los siglos VIII y XIX 8 millones de esclavos fueron capturados en África y llevados a través de las Rutas Occidental y Oriental hasta el mundo árabe.[40]

Olivier Pétré-Grenouilleau ha realizado una estimación de 17 millones de africanos esclavizados en el mismo período en la misma zona, sobre la base de la obra de Ralph Austen.[41]Paul Bairoch sugiere una estimación de 14-15 millones de africanos sometidos al comercio árabe de esclavos, frente a 11 millones de esclavos que llegaron a América a través del comercio trasatlántico realizado por europeos y americanos.[42]

Otro obstáculo para elaborar la historia del comercio árabe de esclavos son las limitaciones de las fuentes existentes. Existen documentos de culturas no africanas, escritos por árabes, pero que sólo ofrecen una perspectiva incompleta y a menudo condescendiente sobre el fenómeno. Durante algunos años se han realizado importantes esfuerzos para elaborar investigaciones historiográficas sobre África. Gracias a los nuevos métodos y perspectiva los historiadores pueden utilizar la contribución de ciencias como la arqueología, numismática, antropología, lingüística y demografía para compensar las inexactitudes de los registros escritos.

El comercio de esclavos africanos por parte de los propios africanos había sido una práctica endémica en África durante miles de años antes de que europeos o árabes llegaran al continente. En África, los esclavos propiedad de africanos a menudo eran capturados mediante incursiones o como resultado de las guerras tribales y con frecuencia eran explotados en trabajos manuales por parte de sus captores. Los esclavos a menudo eran intercambiados entre los pueblos africanos a cambio de bienes o servicios.

El comercio árabe de esclavos de África Oriental es uno de los más antiguos, remontándose al siglo VIII e incluso quizás siglos anteriores.[43]​ Los esclavos varones a menudo eran convertidos en eunucos y utilizados como servidores, soldados o trabajadores por sus amos, mientras que las esclavas de todo tipo eran compradas y vendidas en los países árabes y oriente como concubinas y sirvientas. Los comerciantes árabes, africanos y orientales participaban en la captura y transporte de esclavos a través del desierto del Sahara y el océano Índico hasta Oriente Medio, Persia y la India.

Desde aproximadamente el siglo VII hasta la década de 1960, el comercio árabe de esclavos continuó bajo una forma u otra. El sultán de Marruecos Ismael ibn Sharif “El Sanguinario” (1672-1727) tenía una guardia personal de 150 000 esclavos negros, llamada la Guardia Negra, con la que mantenía la sumisión de su reino.[44]​ Relatos y referencias históricos mencionan con frecuencia la presencia de esclavos entre las propiedades de la nobleza de Arabia, Yemen y otros países árabes hasta la década de 1920.[43]​ En 1953, los jeques de Catar que acudieron a la coronación de la reina Isabel II del Reino Unido tenían esclavos entre sus servidores, y seguían teniéndolos en una nueva visita en 1958.[45]

Hacia la década de 1950 la población de esclavos de Arabia Saudí se estimaba en unas 450 000 personas –aproximadamente el 20% de la población.[46][47]​ Se estima que hasta 200 000 mujeres y niños negros de Sudán fueron esclavizados durante la Segunda Guerra Civil Sudanesa.[48][49]​ La esclavitud en Mauritania fue oficialmente abolida por leyes sucesivas en 1905, 1961 y 1981,[50]​ pero no fue criminalizada hasta agosto de 2007.[51]​ Se estima que hasta 600 000 mauritanos negros (un 20% de la población del país) se encuentran actualmente trabajando en situación de esclavitud debido a deudas que no pueden afrontar.[52]

El comercio árabe de esclavos en el océano Índico, el mar Rojo y el mar Mediterráneo es muy anterior a la llegada significativa de europeos al continente africano.[43][53]​ Los descendientes de los esclavos africanos llevados a Oriente Medio por el comercio de esclavos todavía viven allí en la actualidad y son conscientes de sus orígenes africanos.[54][55]

Estas fuentes están clasificadas en orden cronológico. Los eruditos y geógrafos del mundo árabe viajaron por África desde la época de Mahoma en el siglo VII.

La religión del islam apareció en el siglo VII y en los siglos siguientes se difundió rápidamente a través del ámbito mediterráneo, extendida por los árabes tras la conquista del Imperio persa sasánida y de los territorios del Imperio bizantino, entre los que se incluían extensos territorios en Oriente Medio, el Norte de África y la península ibérica, donde destruyeron el reino visigodo. En estos territorios habitaban muchos y diversos pueblos. La religión y la cultura islámica unificaron estos territorios hasta cierto punto, introduciendo la lengua árabe y una misma moneda el dinar, en las transacciones comerciales. La ciudad santa de La Meca, en Arabia, era entonces, como ahora, el principal centro religioso del islam y el centro de peregrinación para todos los musulmanes, sin importar sus orígenes.

Según Bernard Lewis, el Imperio árabe fue la primera civilización verdaderamente universal, que por primera vez unió a pueblos tan diversos como los chinos, los indios, los pueblos de Oriente Medio y el norte de África, los africanos negros y los europeos blancos.[56]

Las conquistas de los ejércitos árabes y la expansión del Islam que los seguía siempre resultó en la captura de prisioneros de guerra que posteriormente eran liberados o convertidos en esclavos o Raqeeq y servidores en lugar de ser considerados prisioneros como ordenaba la tradición islámica en las guerras. Cuando eran convertidos en esclavos, tenían que ser tratados de acuerdo con la ley islámica o sharia que era la ley del mundo islámico, especialmente durante la época del califato omeya y del califato abásida. Según la ley islámica, a los esclavos se les permitía ganar su sustento si así querían, de lo contrario, era deber de sus dueños proporcionárselo. No podían ser obligados a ganar dinero para sus amos a menos que existiera un acuerdo entre amo y esclavo. Esta relación aparece recogida en la jurisprudencia islámica. Si el esclavo aceptaba el trato podía utilizar el dinero que ganaba para comprar su emancipación, que tenía que quedar registrada en forma de un contrato entre esclavo y amo. Esta relación recibe el nombre de mukataba en la jurisprudencia islámica. Los musulmanes creen que los amos de esclavos en el islam deben realizar la mukataba lo cual es solo, por consenso, una recomendación,[57]​ y aceptar una petición de mukataba por parte de un esclavo no es obligatoria para los amos.[58]​Aunque el dueño del esclavo no tenga que respetar la mukataba, era considerado loable hacerlo,[59]​ tal y como dicta el Corán, azora 24 (An-Noor), aleya 33:

El tejido de la civilización islámica consistía en una red bien desarrollada de ciudades y centros comerciales con un mercado (zoco o bazar) en su centro. Estas ciudades estaban interconectadas por un sistema de caminos que recorrían regiones semiáridas o desiertos. Las rutas eran recorridas por convoyes y los esclavos negros formaban parte de este tráfico de caravanas.

El Corán, el profeta Mahoma y la gran mayoría de los ulemas, juristas y teólogos musulmanes, consideran que toda la humanidad tiene un origen común y rechazan la idea de que determinados grupos étnicos sean superiores a otros, pero sí establece la superioridad del musulmán sobre el infiel, lo cual se evidencia por los miles de esclavos que poseyó Mahoma en vida.[56]​ Según los hadices, Mahoma declaró:

A pesar de esto, la legalidad de la esclavitud en el islam, junto con el ejemplo del Profeta Mahoma, que él mismo compró, vendió, capturó y poseyó esclavos, puede explicar por qué la esclavitud persistió hasta el siglo XIX en muchos lugares (y en la actualidad en algunos países). El impulso para la abolición de la esclavitud solo vendría en gran parte de las potencias coloniales. La sunna revela la extensión del tráfico de esclavos de Mahoma y sus seguidores,[61]​ así como reglas claras de su esclavitud. Sahih Muslim en los siguientes hadices nos cuenta:

Además de la Sunna, el Corán también incita a la decapitación y/o esclavitud de los infieles:

A pesar de estas afirmaciones religiosas, los árabes desarrollaron varios prejuicios étnicos debido a diversas razones, principalmente sus extensas conquistas y el comercio de esclavos;[56]​ la influencia de la idea de Aristóteles de que determinados grupos étnicos eran esclavos por naturaleza, lo que influyó en varios filósofos musulmanes como Al-Farabi y Avicena, especialmente con respecto a los pueblos turcos y negros;[56]​ y la influencia de ideas judeocristianas sobre divisiones entre la humanidad debido a la descendencia de los tres hijos de Noé. El Talmud babilónico afirma que los descendientes de Ham fueron maldecidos con la piel negra y Ham, hijo de Noé, aparece como un hombre pecador y sus descendientes como hombres degenerados.[63]​ Sin embargo, los prejuicios étnicos entre algunos árabes, principalmente de la élite, no se limitaba a los pueblos negros o de piel oscura, sino también hacia los pueblos “rojizos” y de piel clara (como persas, turcos y europeos), mientras que los árabes se consideraban a sí mismos como un pueblo atezado.[64]

Al-Jahiz, un autor musulmán del siglo IX, árabe africano y nieto de un esclavo zanj (bantú)[65][66][67]​ escribió un libro titulado Risalat mufakharat al-Sudan 'ala al-bidan [Tratado sobre la superioridad de los negros sobre los blancos], en el que afirma que los negros:

Y además:

Al-Jahiz también afirmaba en su Kitab al-Bukhala [Libro de la Avaricia] que:

Sin embargo, esta crítica de Al-Jahiz debe entenderse limitada a los zanj y no a la totalidad de los negros, posiblemente como resultado de las revueltas zanj en su nativo Iraq.[70]

Este sentimiento fue recogido en el siguiente pasaje del Kitab al-Bad' wah-tarikh (vol. 4) del autor árabe medieval Al-Muqaddasi:

Por lo que se refiere a los zanj, son gente de color negro, narices chatas, pelo rizado, y poco raciocinio o inteligencia.[70]

Ibn al-Nafis también describe a los habitantes de Sudán y la costa zanj (la costa oriental africana y de donde procede el nombre de Zanzíbar), entre otros pueblos, como individuos de inteligencia “escasa” y que:

En el siglo XIV un considerable número de los esclavos del mundo islámico procedía del África subsahariana, lo que incrementó los prejuicios hacia los negros en las obras de varios historiadores y geógrafos árabes. Por ejemplo, el historiador egipcio Al-Abshibi (1388-1446) escribió: Se dice que cuando el esclavo negro está saciado, fornica, y que cuando está hambriento, roba.[72]

Los prejuicios de los eruditos y geógrafos árabes de esta época llevaron a muchos árabes a adoptar ciertas actitudes racistas que permanecieron hasta los siglos XVIII y XIX.[73]​ Aunque los prejuicios contra los individuos de piel negra o excesivamente oscura ya existían en el mundo árabe en el siglo XV, no serían tan graves como en los siglos siguientes. En las traducciones antiguas de Ibn Khaldun, por ejemplo en La Negrolandia de los árabes examinada y explicada.[74]​ una obra que fue escrita en 1841 reuniendo fragmentos de traducciones antiguas que no formaban parte de la literatura colonial posterior los africanos negros aparece con una perspectiva generalmente más positiva.

En el norte de África, durante el siglo XIV, el sociólogo árabe Ibn Khaldun escribió en Muqaddimah:

Ibn Khaldun sugiere un vínculo entre el declive de Ghana y el ascenso de la dinastía de los almorávides. Sin embargo, existen pocas evidencias de que los almorávides conquistaran Ghana.[75][76]​ aparte del conflicto paralelo con Tekrur, que estaba aliado con los almorávides y que finalmente fue absorbido por ellos.

Ibn Khaldun atribuía las extrañas prácticas y costumbres de los africanos negros al clima cálido del África subsahariana y dejó claro que no se debía a ninguna maldición sobre su linaje, considerando la teoría de los hijos de Ham como un mito.[77]

La actitud crítica de Ibn Khaldun hacia los árabes ha llevado a Mohammad A. Enan a sugerir que el autor pudo haber sido un bereber que se hizo pasar por árabe para ascender socialmente, pero Muhammad Hozien ha respondido a esta teoría afirmando que ni Ibn Khaldun ni nadie en su familia afirmó ser bereber ni siquiera cuando los bereberes estaban en el poder.[78]

Ibn Battuta, un viajero y geógrafo bereber del norte de África durante el siglo XIV, en su viaje al oeste de Sudán, quedó impresionado con varios aspectos de la vida cotidiana de sus habitantes. Battuta visitó varios lugares de África Oriental habitados por zanj y sostuvo varias descripciones positivas sobre el pueblo negro.[70]

Ibn Battuta también parece relativamente impresionado con algunos aspectos del Imperio Mali del oeste de África, que visitó en 1352, escribiendo sobre sus habitantes:

Además, Ibn Battuta escribió muchos comentarios positivos sobre el pueblo del Imperio Mali, incluyendo lo siguiente:

Otra de las buenas cualidades [de la gente de Malí] es su interés por aprender el sublime Corán de corazón… Un día me encontré con un atractivo joven que vestía con lujosas ropas y en sus pies tenía una pesada cadena. Le dije al hombre que estaba conmigo: «¿Qué ha hecho este joven?, ¿Ha matado a alguien?» El joven escuchó mi comentario y se rió. Me dijeron: «Ha sido encadenado hasta que se aprenda el Corán de corazón».

Los comentarios de Ibn Batuta contrastan enormemente con los de otros muchos autores árabes con respecto a los negros. Sin embargo, muchos de los comentarios exagerados están recogidos a partir de comentarios de oídas e incluso perpetuados por los propios africanos en un intento de mantener aislados sus países y economías, además que Ibn Battuta es el único autor árabe medieval que viajó realmente al este y el oeste de África y dejó testimonio escrito de ello.[70]

En abril de 1998, Elikia M’bokolo escribió en el periódico Le Monde diplomatique: «El continente africano fue sangrado de sus recursos humanos de todas las formas posibles. A través del Sahara, a través del mar Rojo, desde los puertos del océano Índico y a través del Atlántico. Como mínimo diez siglos de esclavitud han servido para el beneficio de los países musulmanes (del siglo VIII al XIX).» Y continúa: «Cuatro millones de esclavos fueron vendidos a través del mar Rojo, otros cuatro a través de los puertos suahili del océano Índico, y quizás hasta 9 millones a través de las rutas de caravanas del Sahara, y entre 11 y 20 millones (dependiendo del autor) a través del océano Atlántico».[80]

En el siglo VIII el norte de África estaba dominado por árabes y bereberes: el islam se extendió hacia el sur a través del río Nilo y las rutas del desierto.

La dinastía salomónida de Etiopía a menudo exportaba esclavos nilóticos de sus provincias en la frontera occidental, o de provincias musulmanas conquistadas o reconquistadas.[82]​ Los sultanatos de Somalia y Afar, así como el sultanato de Adal también vendían esclavos.[83]​ Los árabes también disponían de centros esclavistas a lo largo de la costa suroriental del océano Índico, y muy especialmente el archipiélago de Zanzíbar, junto a la costa de la actual Tanzania. África Oriental y el océano Índico continuaron siendo una zona importante para el comercio de esclavos de Oriente hasta bien avanzado el siglo XIX. David Livingstone y Stanley se encontraban entre los primeros europeos que penetraron en el interior de la cuenca del Congo y descubrieron el alcance del comercio de esclavos. El esclavista Tippu Tip extendió la influencia de su comercio por el centro de África. Después de que los europeos se asentaron en el golfo de Guinea, la ruta de esclavos a través del Sáhara se volvió menos importante. En Zanzíbar la esclavitud no fue completamente abolida hasta 1897 bajo el reinado del sultán Hamoud ibn Mohammed.

Zanzíbar tras su caída bajo dominio del sultán de Omán en 1698 se convertiría en uno de los principales puertos de exportación de esclavos por parte de los musulmanes. El tercer pilar de su economía eran los esclavos, lo que dio a Zanzíbar un lugar importante en la trata de esclavos por parte de los árabes, el equivalente del Océano Índico del comercio triangular más conocido. Como en toda sociedad islámica, en Zanzíbar la esclavitud estaba sujeta a la ley sagrada islámica, la Sharia.[84]​ El sultán omaní de Zanzíbar controlaba una parte sustancial de la costa africana de los Grandes Lagos, conocida como Zanj, así como extensas rutas de comercio interior. Sus rutas llegaban al interior del continente, como nos cuenta Livingstone en la Masacre de las Mujeres Manyuema en Nyangwe. Tres hombres de Dugumbé ben Habib estaban disparando contra las mujeres en el mercado de Nyangwe. 15 de julio de 1871. Nyangwe (actualmente Maniema en el este de la República Democrática del Congo) fue uno de los principales estados de comercio de esclavos en el este del Congo, controlado por los árabes Zanzíbar / Omaní y el pueblo swahili. Según los diarios manuscritos originales de Livingstone el 15 de julio de 1871, los esclavistas árabes masacraron a 400 mujeres y niños congoleños en un par de horas.[85]

Los musulmanes establecieron guarniciones en Zanzíbar, Pemba y Kilwa. La cúspide del dominio árabe llegó durante el reinado del sultán Seyyid Said (más plenamente, Sayyid Said bin Sultán al-Busaid), quien en 1840 trasladó su capital de Mascate en Omán a Stone Town. Estableció una élite gobernante árabe y alentó el desarrollo de plantaciones de clavero, utilizando esclavos de la isla. El comercio de Zanzíbar cayó cada vez más en manos de comerciantes del subcontinente indio, a quienes Said alentó a establecerse en la isla. Después de su muerte en 1856, sus hijos lucharon por la sucesión. El 6 de abril de 1861, Zanzíbar y Omán fueron divididos en dos principados separados. Majid bin Said de Zanzíbar (1834 / 5-1870), su sexto hijo, se convirtió en el Sultán de Zanzíbar, mientras que el tercer hijo, Sayyid Thuwaini bin Said al-Said, se convirtió en el Sultán de Omán.

De todas las formas de actividad económica en Zanzíbar, la esclavitud era la más rentable y la gran mayoría de los negros que vivían en la isla eran esclavos capturados en el África Oriental o descendientes de esclavos de África Oriental.[86]​ Los esclavos eran traídos a Zanzíbar en dhows, en los cuales muchos eran embarcados dentro del navío como fuera posible sin consideración a la comodidad o la seguridad. La mayoría no sobrevivieron al viaje a Zanzíbar. Los que lograban llegar a la isla, eran desnudados completamente, limpiados, sus cuerpos cubiertos con aceite de coco y obligados a usar pulseras de oro y plata que llevaban el nombre del comerciante de esclavos. En ese momento, los esclavos eran obligados a marchar desnudos en fila por las calles de Stone Town, custodiados por fieles esclavos que llevaban espadas o lanzas hasta que alguien mostrara interés en la posesión. Un capitán de una nave propiedad de la Compañía de las Indias Orientales que visitó Zanzíbar en 1811 y fue testigo de estas marchas escribió acerca de cómo un comprador examinó a los esclavos:

Cada año, unos 40.000-50.000 esclavos eran llevados a Zanzíbar. Alrededor de una tercera parte trabajaría en las plantaciones de clavo y coco de Zanzíbar y Pemba, mientras que el resto era exportado a Persia, Arabia, el Imperio Otomano y Egipto. Las condiciones de las plantaciones eran tan duras que alrededor del 30% de los esclavos morían cada año, por lo que era necesario importar otro lote de esclavos. Los árabes de Omán que gobernaban Zanzíbar tenían en las palabras del diplomático estadounidense Donald Petterson una "cultura de la violencia" donde la fuerza bruta era la solución preferida a los problemas y la crueldad extravagante era una virtud.[86]​ La familia gobernante al-Busaid se caracterizó por las querellas fratricidas, ya que era común que el hermano asesinara a su hermano, lo cual era típico de la aristocracia árabe, donde era aceptable que los miembros de la familia se asesinasen para ganar tierras, riquezas, títulos y esclavos. Los visitantes de Zanzíbar mencionaban a menudo la "brutalidad chocante" con que los amos musulmanes trataban a sus esclavos africanos, que estaban tan intimidados en la sumisión que nunca se intentó una revuelta de esclavos en Zanzíbar. La crueldad con que los amos árabes trataron a sus esclavos negros dejó atrás un legado de odio, que estalló en la revolución de 1964.[86]

El Sultán de Zanzíbar controlaba gran parte de la costa africana de los Grandes Lagos, conocida como Zanj, así como rutas comerciales que se extendían mucho más allá en el continente, hasta Kindu, en el río Congo. En noviembre de 1886, una comisión fronteriza germano-británica estableció el Zanj como una franja ancha de diez millas náuticas (19 km) a lo largo de la mayor parte de la costa de los Grandes Lagos de África, que se extiende desde Cabo Delgado (ahora en Mozambique) hasta Kipini en Kenia), incluyendo Mombasa y Dar es Salaam, y varias islas del Océano Índico costa afuera. Sin embargo, de 1887 a 1892, todas estas posesiones continentales fueron perdidas ante las potencias coloniales del Reino Unido, de Alemania, y de Italia, con Gran Bretaña ganando el control de Mombasa en 1963.

A finales de 1800, el sultán de Zanzíbar también adquirió brevemente el control nominal sobre partes de Mogadiscio en la región del Cuerno al norte. Sin embargo, el poder sobre el terreno permaneció en manos del somalí sultanato Geledi (que, también dominando la región de Shebelle en el interior de Somalia, estaba en su cénit). En 1892, Ali bin Said arrendó la ciudad a Italia. Los italianos finalmente compraron los derechos ejecutivos en 1905, e hicieron de Mogadiscio la capital de la recién establecida Somalia Italiana.

Zanzíbar era famoso en todo el mundo por sus especias y sus esclavos. En el siglo XIX, Zanzíbar aún era conocida en todo el mundo por las palabras de Petterson: "Una tierra legendaria de especias, un vil centro de esclavitud, un lugar de origen de expediciones en el vasto, misterioso continente, la isla fue todo esto durante su apogeo en la última mitad del siglo XIX. Fue el principal puerto de África de los Grandes Lagos de comercio de esclavos, y en el siglo XIX tanto como 50.000 esclavos estaban pasando por los mercados de esclavos de Zanzíbar cada año. (David Livingstone calculó que 80.000 africanos murieron cada año antes de llegar a la isla). Tippu Tip fue el esclavista más notorio bajo varios sultanes, y también comerciante, propietario de plantaciones y gobernador. Las especias de Zanzíbar atrajeron a barcos de tan lejos como Estados Unidos, que estableció un consulado en 1837. El interés temprano del Reino Unido en Zanzíbar fue motivado tanto por el comercio como por la determinación de poner fin al tráfico de esclavos. En 1822, los británicos firmaron el primero de una serie de tratados con el sultán Said para frenar este comercio, pero no fue hasta 1876 que la venta de los esclavos finalmente se prohibió. Bajo fuerte presión británica, la trata de esclavos fue abolida oficialmente en 1876, pero la esclavitud misma permaneció legal en Zanzíbar hasta 1897.

A diferencia del comercio atlántico de esclavos, los musulmanes no mantenían registros fiables. Se ha estimado que durante los doce siglos desde 750 al siglo XX (la esclavitud continuó clandestinamente en esta área hasta bien entrado el siglo XX y más allá), casi 17 millones de africanos esclavizados fueron comerciados hacia Medio Oriente, el Norte de África y la India, muchos de ellos desde Zanzíbar.[87][88]​ Tan sólo en el siglo XIX, medio millón de esclavos pasarían por Zanzíbar rumbo a Oriente.[89]

La esclavitud existía desde hacía muchos siglos en el Imperio de Malí y las comunidades y reinos circundantes. La esclavitud siguió existiendo después de la caída del Imperio de Malí, siendo una parte significativa de las economías de las comunidades Tuareg, Mandé y Fulani. Con el caos tras la caída del Imperio de Malí, las incursiones de esclavos y la trata de esclavos aumentaron significativamente en toda la región.

La venta y el comercio de esclavos en el siglo XIX fue regulada a menudo por los códigos legales islámicos permitiendo el comercio entre las diversas comunidades en el área. La esclavitud no se practicaba de manera uniforme y existía una variedad de formas de servidumbre con distinciones a menudo hechas entre diferentes tipos de esclavos: por ejemplo, entre personas compradas o capturadas y personas nacidas en un hogar y también una distinción entre los que cuidaban los rebaños y aquellos que se ocupan de las tareas domésticas. El reino Songhai bajo el gobierno de Askia Mohammed utilizó esclavos como soldados.

La esclavitud no era tan importante en algunas comunidades, mientras que en algunas en la parte meridional de la actual Malí tenían pocos o ningún esclavo .[90]​ Sin embargo, en muchas partes de la actual Malí, la mano de obra esclava era un pilar clave del sistema económico y se basaba ampliamente en ella. Esta dependencia de la mano de obra esclava fue señalada por los primeros administradores franceses del territorio cuando los franceses tomaban el control de la zona en la década de 1890 como un asunto crítico.[91]

Los franceses tomaron el control sobre la región en la década de 1890 y establecieron una administración limitada como parte de la África occidental francesa. En 1905 cuando los franceses publicaron un decreto formal que puso fin a la esclavitud en toda el África occidental francesa, incluida la zona para convertirse en el país de Malí. A lo largo del África occidental francesa, casi un millón de esclavos respondieron a esto alejándose de sus amos y estableciéndose en otra parte. En la década de 1920, la mayoría de los hogares tuareg todavía tenían esclavos que cuidaban de la casa y los animales.[92]

Con la llegada del Islam al África central, la yihad en contra de los pueblos animistas creó una nueva frontera de esclavitud basada en la Sharia. En 1900, el califato de Sokoto tenía "por lo menos 1 millón y tal vez 2,5 millones de esclavos", sólo superado por el sur americano (que tenía cuatro millones en 1860) en tamaño y entre todas las sociedades modernas de esclavos.

Kanem-Bornu bajo Aluma era fuerte y rico. Los ingresos del gobierno provinieron del tributo (o del botín, si los recalcitrantes tenían que ser conquistados), las ventas de esclavos y los derechos y la participación en el comercio transahariano. A diferencia de África occidental, la región de Chad no tenía oro. Aun así, era central para una de las rutas transaharianas más convenientes. Entre el lago Chad y Fezzan había una secuencia de pozos y oasis bien espaciados, y desde Fezzan había conexiones fáciles con el norte de África y el mar Mediterráneo. Muchos productos fueron enviados al norte, incluyendo natrón (carbonato de sodio), algodón, nueces de cola, marfil, plumas de avestruz, perfumes, cera y cueros, pero los más importantes de todos eran los esclavos. Tanto es así, que durante los siglos XVI y XVII, los comerciantes de esclavos musulmanes comenzaron a atacar la región de la actual República Centroafricana y sus cautivos eran enviados a la costa mediterránea, a Anatolia, a Arabia o a los puertos y fábricas de esclavos a lo largo de la costa de África Occidental.

La trata de esclavos representó la principal fuente de ingresos para el estado de Bornu hasta 1898. Las regiones orientales de la República Centroafricana nunca se han recuperado demográficamente del impacto de las incursiones del siglo XIX hacia el Sudán y aún tienen una densidad de población de menos de 1 persona / km².[93]​[34]

Con la conversión del cristianismo al Islam de la población de la actual Sudán, se funda el sultanato azul o de Sennar. La economía del sultanato dependía del papel desempeñado por los Funj en la trata de esclavos, por lo que se hizo todo lo posible para monopolizar la trata de esclavos hacia Egipto, sobre todo a través de la caravana anual de hasta mil esclavos. Este monopolio fue más exitoso en el siglo XVII, aunque todavía funcionó en cierta medida en el siglo XVIII.

En el apogeo de su poder a mediados del siglo XVII, Sannar paró el avance hacia el norte del pueblo nilótico Shilluk por el Nilo Blanco y obligó a muchos de ellos a someterse a la autoridad Funj. El rey Baadi Abu Dign, que reinó de 1635 a 1671, atacó a los negros de Shilluk y tomó un gran número como esclavos. Los Shilluks en aquella época habitaban el país a ambos lados del Nilo Blanco al sur de Kawa. Desde allí invadió las montañas de Tagale y destruyó el Kordofán, donde de nuevo tomó un gran número de esclavos. En su vuelta a Sennar construyó varias aldeas en ese distrito para sus presos. Los prisioneros nombraron estos pueblos igual que los suyos natales, de ahí el número de aldeas ahora cerca de Sennar con nombres similares a los de Jebel Nuba, Tagale y otros distritos del Kordofan. Con el tiempo estos esclavos suministraron a los reyes Fung reclutas para sus ejércitos. Durante siglos, el sultanato llevaría a cabo razias en contra de la vecina Etiopía.

Los esclavos eran utilizados como soldados desde época del reinado de Badi III (r 1692-1711). Más tarde, esclavistas egipcios comenzaron a asaltar el moderno Sudán del Sur. En particular, el gobernante Muhammad Ali de Egipto intentó construir un ejército de esclavos de Sudán del Sur con la ayuda de los esclavistas nubios. Los intentos de prohibir la esclavitud fueron luego intentados por las autoridades británicas coloniales en 1899, después de que conquistaran la región. A pesar de ello, según el explorador británico (y abolicionista) Samuel Baker, que visitó Jartum en 1862 seis décadas después de que los británicos declararan el comercio de esclavos ilegal, el comercio de esclavos era la industria "que mantuvo Jartum como una ciudad bulliciosa". Baker describió la práctica del asalto a aldeas africanas del sur por los esclavistas de Jartum: Un grupo armado navegaría por el Nilo, encontraría un poblado africano conveniente, lo rodearía durante la noche y atacaría justo antes del amanecer, quemando cabañas y disparando. Las mujeres y los adultos jóvenes serían capturados y atados con "bastones bifurcados sobre sus hombros", mano atada al poste delante, niños atados a sus madres. Para hacer "la aldea tan pobre que los habitantes supervivientes fueran fuerza para colaborar con los esclavistas en su próxima excursión contra aldeas vecinas", la aldea sería saqueada de ganado, grano, marfil, con todo lo demás destruido.

A finales del siglo XIX, dos tercios de la población de Jartum eran esclavos, según el historiador Douglas H. Johnson. Durante la década de 1870, las iniciativas europeas contra el tráfico de esclavos causaron una crisis económica en el norte de Sudán, precipitando el surgimiento de las fuerzas mahdistas. La victoria de Mahdi creó un estado islámico, que rápidamente restableció la esclavitud.

Sudán sigue siendo un país esclavista, con el surgimiento de nuevas olas de esclavitud desde 1983 con la Segunda Guerra Civil Sudanesa entre el Norte y el Sur. Se trataba de un gran número de "sudaneses" africanos", principalmente Dinka, Nuer y Nuba del Sudán central", capturados y vendidos "(o explotados de otras maneras)" por "árabes" del norte de Sudán. Según los informes, el problema de la esclavitud empeoró después de que el gobierno militar respaldado por el Frente Islámico Nacional asumió el poder en 1989, cuando el gobierno de Jartum declaró la yihad contra la oposición no musulmana en el sur. A los Baggara también se les dio la libertad "de matar a estos grupos, saquear sus riquezas, capturar a los esclavos, expulsar a los demás de los territorios y asentar sus tierras".

El Código Penal de Sudán de 1991 no enumeró la esclavitud como un crimen, pero el Estado de Sudán ha ratificado la Convención sobre la Esclavitud, la Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, la Trata de Esclavos y las Instituciones y Prácticas Similares a la Esclavitud y es parte Al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP). Sin embargo, según el imán del movimiento Ansar y ex primer ministro, Sadiq al-Mahdi, la yihad

Human Rights Watch [16] y Amnistía Internacional informaron por primera vez sobre la esclavitud en Sudán en 1995 en el contexto de la Segunda Guerra Civil Sudanesa. En 1996 aparecieron dos informes más, uno de un representante de las Naciones Unidas y otro de reporteros del Baltimore Sun, uno de los muchos "relatos extensos de incursiones esclavistas" en Sudán proporcionados por los medios de comunicación occidentales desde 1995.

Human Rights Watch y otros han descrito la forma contemporánea de la esclavitud en Sudán como principalmente el trabajo de la milicia armada respaldada por el gobierno de las tribus Baggara que atacan a civiles-principalmente del grupo étnico Dinka de la región meridional de Bahr El Ghazal. Los Baggara capturaron niños y mujeres que fueron llevados al oeste de Sudán y en otros lugares. Fueron "forzados a trabajar gratis en hogares y en campos, castigados cuando se niegan, y abusados físicamente y a veces sexualmente". El gobierno de Sudán "armó y sancionó la práctica de la esclavitud por parte de esta milicia tribal", conocida como muraheleen, como una forma de bajo costo de debilitar a su enemigo en la Segunda Guerra Civil Sudanesa, el rebelde Movimiento Popular de Liberación de Sudán / Ejército (SPLM / A), que se pensaba que tenía una base de apoyo entre la tribu Dinka del sur de Sudán.

Según un informe de 2002 del Grupo Internacional de Personas Eminentes (actuando con el estímulo del Departamento de Estado de los Estados Unidos), tanto las milicias respaldadas por el gobierno como los rebeldes (encabezados por el SPLA) han sido declarados culpables de secuestrar a civiles, Preocupación particular "fueron los incidentes ocurridos" en conjunción con ataques de milicias pro-gubernamentales conocidas como murahaleen en aldeas en áreas controladas por el SPLA cerca de la frontera entre el norte y el sur de Sudán ". El Grupo concluyó que "en un número significativo de casos", el secuestro es la primera etapa de "un patrón de abuso que cae bajo la definición de esclavitud en la Convención Internacional sobre la Esclavitud de 1926 y el Convenio Suplementario de 1956".

Las estimaciones de los secuestros durante la guerra oscilan entre 14.000 y 200.000. Una estimación (de Jok Madut Jok) es de 10-15.000 esclavos en Sudán "en cualquier momento", el número permaneciendo más o menos constante a medida que los esclavos van y vienen -como los cautivos escapan, tienen su libertad comprada o son liberados como no aptos para el trabajo , más se capturan. Hasta 1999, el número de esclavos mantenidos por el esclavista después de la distribución del botín de guerra humano era generalmente "tres a seis y rara vez superó diez esclavos por captor ". Aunque el comercio de esclavos moderno nunca se acercó a la escala de la esclavitud nilótica del siglo XIX, algunos Baggara "operaron como intermediarios para convertir a los cautivos en esclavos", vendiendo esclavos "en puntos dispersos por todo Sudán occidental" y "hasta Kharoum". Ilegal y altamente impopular a nivel internacional, el comercio se hace "discretamente", y se mantiene a un "nivel mínimo" para que "la evidencia sea muy difícil de obtener". "Los propietarios de esclavos simplemente niegan que los niños del sur que trabajan para ellos son esclavos".

Según un informe del 25 de enero de 1999, en noticias de CBS, los esclavos se han vendido por $ 50 cada uno.

Escribiendo para The Wall Street Journal el 12 de diciembre de 2001, Michael Rubin dijo:

Muchos esclavos liberados mostraban señales de palizas, quemaduras y otras torturas. Más de tres cuartas partes de las mujeres y niñas esclavizadas informaron de violaciones.

Mientras que las organizaciones no gubernamentales discuten sobre cómo poner fin a la esclavitud, pocos niegan la existencia de la práctica. ... [E] estimaciones del número de negros ahora esclavizados en Sudán varían de decenas de miles a cientos de miles (sin contar los vendidos como trabajo forzado en Libia).

Si bien hay pocos datos de la cifra exacta de las personas que fueron esclavizadas por musulmanes en la India, se sabe que hasta 80 millones fueron asesinados en la conquista islámica de este subcontinente.

Probablemente los factores más importantes que contribuyeron al suministro de esclavos indios para su exportación a los mercados de Asia Central en este período serían las conquistas militares y la yizia impuesta por los gobernantes musulmanes en el subcontinente. Los primeros invasores árabes al Sindh en el año 700, el ejército de Muhammad bin Qasim esclavizaron a miles de prisioneros indios, incluyendo a civiles y soldados.[94][95]​Según el historiador persa Firishta, después de la captura de Thanesar por el imperio gaznávida (c. 1014), «el ejército del Islam trajo a Ghazna cerca de 200 000 esclavos y un rico botín, por lo que la capital parecía una ciudad india, ningún soldado quedó sin riqueza o sin esclavos» y en seguida, el Sultan Ibrahim llevó a cabo una razia sobre Multan, en el norte de India, capturando otros 100 000 esclavos.

Levi señala que estas cifras no pueden ser totalmente descartadas o dadas como exageraciones, ya que se basan en informes de observadores contemporáneos. A principios del siglo XI, Tarikh al-Yamini, el historiador árabe Al-Utbi registró que en el año 1001 los ejércitos de Mahmud de Ghazni conquistaron Peshawar y Waihand (capital de Gandhara) tras la Batalla de Peshawar (1001), "en medio de la tierra del Hindustan", y capturó a unos 100 000 niños.[96][97]​ Más tarde, después de su duodécima expedición a la India en el año 1018/19, se reporta que Mahmud regresó con un número tan grande de esclavos que su valor se redujo a sólo entre dos a 10 dirhams por cada esclavo. El precio era tan bajo, según cuenta Al-Utbi, «mercaderes venían de ciudades distantes a comprarlos, por lo que todo el país (Asia Central), Jorasán, Iraq estaban plenas de ellos, tanto el delgado, como el moreno, los ricos y los pobres, se mezclaban en una esclavitud común» . Elliot y Dowson nos hablan de «500 000 esclavos, hombres y mujeres hermosos».[98][99][100]​ Más tarde, en época del sultanato de Delhi (1206-1555), hay referencias de tan abundantes disponibilidad de esclavos indios, que sus precios eran bajos. Levi lo atribuye a los vastos recursos humanos de la India, en comparación con sus vecinos del norte y del oeste (la población india del imperio mongol era entre 12 a 20 veces la de Turan e Irán al final del siglo XVI[101]​Muchos de estos esclavos indios fueron reservados para su uso en el subcontinente, pero su disponibilidad en cantidades considerables contribuyeron en gran medida a su asequibilidad, lo que aumentaría su demanda en los mercados internacionales.

Durante la Edad Media los mercaderes de esclavos de Oriente compraban en Europa. Los mercaderes daneses tenían bases en la región del río Volga y vendían eslavos a los mercaderes árabes. Las esclavas circasianas eran una presencia frecuente en los harenes y muchas odaliscas (de la palabra turca odalik que significa doncella) de esa región aparecen en las pinturas orientalistas. Los esclavos no musulmanes eran valorados en los harenes para cumplir diversas funciones (guardianes, servidores, músicos, bailarines, enanos, concubinas). En el Imperio Otomano, el último esclavo negro adquirido se llamaba Hayrettin Effendi, procedía de Etiopía y fue liberado en 1918. Los esclavos de origen eslavo que llegaban a Al-Ándalus, eran vendidos por los varegos, que los vendían en Oriente. Eran destinados a la guardia de emires y califas y gradualmente asumieron funciones importantes en el ejército andalusí (se convirtieron en saqaliba) e incluso recuperaron taifas tras la guerra civil que se produjo tras la caída del califato andalusí. Las columnas de esclavos destinados a los grandes harenes de Córdoba, Sevilla y Granada eran organizadas por mercaderes judíos de los países germánicos y del norte de Europa que no estaban bajo el control del Imperio Carolingio. Estas columnas atravesaban el valle del Rin hasta llegar a las tierras al sur de los Pirineos. Fue entonces que el vocablo "esclavos" se separó del nombre étnico "eslavos".

Existen también evidencias históricas de musulmanes del norte de África que realizaron incursiones para capturar esclavos en la Europa cristiana, principalmente en la costa del Mediterráneo, pero llegando tan lejos como a las islas británicas e Islandia (como aparece mencionado en el libro White Gold de Giles Milton). La mayoría de los esclavos que circulaban por el mar Mediterráneo eran mayoritariamente europeos entre los siglos VII – XV.[102]​ Los piratas berberiscos continuaron capturado esclavos en Europa, y muy ocasionalmente en Norteamérica, entre los siglos XVI –XIX.

Los esclavos también llegaban al mundo árabe a través de Asia Central, principalmente esclavos de origen turco o tártaro. Muchos de estos esclavos eran destinados a ejércitos y unidades de élite.

Las rutas de caravanas, consolidadas en el siglo IX, recorrían los oasis del Sahara; el viaje era difícil e incómodo debido al clima y la distancia. Desde la época romana, largos convoyes habían transportado esclavos así como toda clase de productos. Para protegerse contra los ataques de los nómadas del desierto, los esclavos se utilizaban como escolta. Cualquiera que redujera el ritmo de la marcha de la caravana era asesinado.

Los historiadores saben menos sobre las rutas marítimas. A partir de la evidencia de documentos ilustrados y relatos de viajeros, parece que los comerciantes viajaban en dhows o jalbas, barcos árabes para el transporte en el mar Rojo. Atravesar el océano Índico requería mejor organización y recursos que el transporte terrestre. Los barcos que partían de Zanzíbar, hacían escala en Socotra o Adén antes de dirigirse al golfo Pérsico o a la India. Los esclavos eran vendidos en lugares tan lejanos como la India, o incluso China: Existía una colonia de mercaderes árabes en el puerto de Cantón desde finales del siglo VIII. Serge Bilé cita un texto del siglo XII que cuenta que la mayoría de las familias enriquecidas de Cantón tenían esclavos negros que consideraban salvajes y demonios debido a su aspecto físico. Aunque los mercaderes chinos de esclavos negros (Seng Chi[104]​) los compraban a intermediarios árabes o los capturaban directamente en zonas costeras de la actual Somalia, los somalíes locales –conocidos como Baribah y Barbaroi por los geógrafos árabes y griegos respectivamente (ver Periplo del Mar de Eritrea),[65][66][105]​ también capturaban, poseían y comerciaban con esclavos ellos mismos[106]​ —pero no entre ellos.[107]

La mano de obra esclava de África Oriental se extraía exclusivamente de los zanj, principalmente pueblos negros de habla bantú que vivían a lo largo de la costa oriental africana en una zona que abarca aproximadamente la moderna Tanzania, Mozambique y Malaui.[65][67]​ Durante siglos los zanj fueron vendidos como esclavos por los comerciantes árabes de todos los países costeros del océano Índico. Los califas Omeyas y Abasíes reclutaron muchos esclavos zanj como soldados, y en una fecha tan reciente como el 696 sufrieron revueltas de los esclavos zanj contra sus amos en Irak. Antiguos textos chinos también mencionan la llegada de embajadores de Java que regalaron al emperador de China dos esclavos Seng Chi y los esclavos Seng Chi llegaban con frecuencia a China desde el reino hindú de Srivijaya en Java.[104]

Los esclavos a menudo eran intercambiados por productos diferentes: en Sudán se los cambiaba por tejidos, baratijas y otros bienes. En el Magreb eran cambiados por caballos. En las ciudades del desierto se los cambiaba por piezas de tela, cerámica, cristal veneciano, “cuentas de esclavo”, tintes y joyas. El comercio de esclavos negros formaba parte de una red comercial diversa. Junto con monedas de oro, conchas cauríes del Océano Índico o los canarios del Océano Atlántico que se utilizaban en toda el África subsahariana.

Los africanos esclavizados eran vendidos en las ciudades del mundo musulmán. En 1416 al-Maqrizi contó cómo los peregrinos que venían de Takrur (cerca del río Senegal) habían traído 1700 esclavos con ellos a La Meca. En el norte de África los principales mercados de esclavos se encontraban en Marruecos, Argel, Trípoli y El Cairo. Las ventas se celebraban en lugares públicos o zocos. Los compradores potenciales examinaban cuidadosamente la mercancía: comprobaban el estado de salud de los esclavos que a menudo eran expuestos desnudos y con las manos atadas. En El Cairo las ventas de eunucos y concubinas se celebraban en casas privadas. Los precios varíaban en función de la calidad del esclavo.

A pesar de la presión de Occidente, durante el siglo XX y el siglo XXI la esclavitud se ha seguido practicando en varios países en donde la influencia occidental es casi nula y se siguen los preceptos del Corán, aunque a un nivel mucho más reducido. En países como Malí, Sudán y Nigeria la esclavitud sigue siendo practicada a pesar de las denuncias ante organismos internacionales.

En varios países del golfo Pérsico la esclavitud sigue siendo practicada de forma encubierta, a menudo sobre inmigrantes ilegales y en condiciones clandestinas, ante la pasividad e incluso la connivencia de las autoridades locales.

En los últimos años, según algunos estudiosos, se ha producido una «tendencia preocupante» con la «reapertura» de la cuestión de la esclavitud por parte de algunos estudiosos conservadores de la rama salafista.[109]​ En 2003 un jurista de alto nivel de Arabia, el Sheik Saleh Al-Fawzan, emitió una fetua afirmando que:

Atacó a los eruditos musulmanes que mantenían una opinión diferente de la siguiente manera: «Son ignorantes, no eruditos... Ellos no son más que escritores. Quien diga tales cosas es un infiel». En el momento de la fetua, al-Fawzan era miembro del Consejo Superior de los Clérigos, el máximo órgano religioso de Arabia Saudita, un miembro del Consejo de los edictos religiosos e Investigación, el Imán de la mezquita Príncipe Mitaeb en Riad, y profesor de la Universidad Islámica Imán Mohamed Bin Saud, el principal centro wahabí de aprendizaje en el país.

El 14 de abril de 2014, 230 chicas nigerianas (musulmanas y cristianas) fueron vendidas por unos 12 USD en el norte de Nigeria. Los responsables pertenecían al grupo terrorista islámico Boko Haram, en áreas del antiguo califato de Sokoto. El 24 de junio otras 60 fueron raptadas en Nigeria, probablemente con el mismo objetivo.[14]​ Otras 12 mujeres sufrieron las misma suerte en junio del 2014 en Kenia.[15]​ Aproximadamente unas 2000 mujeres han sido utilizadas como esclavas sexuales en esta región.[111]

Refugiados del África subsahariana camino a Europa son comerciados por musulmanes en pueblos de Libia como Agadez. Dos gobiernos rivales, una franquicia del Estado Islámico e innumerables milicias musulmanas locales que compiten por el control de un vasto y escasamente poblado territorio inundado de armas, han permitido que los traficantes florezcan en Libia desde la caída del régimen de Gadafi, controlados solo por las actividades de sus rivales criminales. Los esclavos proceden de países de África occidental, entre ellos el Senegal, Guinea Bissau, Gambia, Liberia y Nigeria, y describen un sistema controlado por los libios, pero a menudo funcionando diariamente por sus compatriotas, que se han incorporado al comercio o han sido cooptados como guardias.

Según relatos de personas que han logrado escapar a la esclavitud libia, los captores buscaban trabajadores especializados entre los nuevos esclavos, y vendían electricistas, fontaneros, mecánicos y otros a compradores que los necesitaban para sus comercios en particular. Otros son subastados como jornaleros o, a menudo, simplemente como fichas de negociación. En sombrías prisiones privadas, sus captores los obligan a llamar a sus familias de África Occidental, exigiendo rescates de cientos de dólares.[112][113]

Tras la guerra islámica que sacude Libia, los mercados musulmanes de esclavos venden hombres del África Subsahariana por 400 euros o menos.[114]

El grupo musulmán somalí Al-Shabab ocasionalmente captura mujeres del norte de la vecina Kenia, las cuales son obligadas a convertirse en las "esposas" de los militantes al-Shabab, al parecer, mientras que otras son mantenidas como esclavas sexuales en burdeles.[115]

The Economist informó que el "Estado Islámico" había capturado a "unas 2.000 mujeres y niños", vendiéndolos y distribuyéndolos como esclavos sexuales. Matthew Barber, un estudioso de la historia yazidi en la Universidad de Chicago, declaró después haber compilado una lista de 4.800 mujeres y niños yazidíes capturados, y estimó que el número total podría ser de hasta 7000.[116]

https://digitalcollections.nypl.org/items/510d47dc-47b5-a3d9-e040-e00a18064a99



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Comercio árabe de esclavos (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!