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Escuadrón 731



War flag of the Imperial Japanese Army.svg Ejército Imperial Japonés

El Escuadrón 731 fue un programa encubierto de investigación y desarrollo de armas biológicas del Ejército Imperial Japonés, que llevó a cabo letales experimentos médicos sobre humanos vivos durante la segunda guerra Chino-japonesa (1937-1945) en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Fue responsable de algunos de los más horribles crímenes de guerra cometidos en la época moderna. Oficialmente conocido por el Ejército Imperial Japonés como el Laboratorio de Investigación y Prevención Epidémica del Ministerio Político Kempeitai, fue inicialmente instaurado como una sección política e ideológica de la policía militar Kempeitai. Fue formado con la intención de contrarrestar la influencia político-ideológica de los enemigos y reforzar el sistema de unidad militar.

El escuadrón fue camuflado como un módulo de purificación de agua situado en el distrito de Pingfang, al noreste de la ciudad china de Harbin, parte del gobierno títere de Manchukuo. Operó a través de la propaganda política japonesa y como un emblema ideológico de la rama política del ejército llamada Kōdōha (Partido Bélico). En la primera fase, esta sección actuó en contra de la propaganda comunista, pero extendió sus responsabilidades en otras direcciones, tanto en Japón como en el extranjero.

Se convirtió en un equivalente aproximado del SS nazi. Promovió la creencia en la supremacía racial japonesa, teorías racistas, contraespionaje, investigación, sabotaje político e infiltración en las líneas enemigas. También ha sido ligado con la policía militar de Manchukuo, el servicio de inteligencia manchú, la policía manchú ordinaria, Comités Manchúes, partidos nacionalistas manchúes regionales y el destacamento del Servicio Secreto Japonés en Manchukuo.

Hasta diez mil personas, tanto civiles como militares, de origen chino, coreano, mongol y ruso fueron objeto de la experimentación dirigida por el Escuadrón 731.[1]​ Algunos prisioneros de guerra estadounidenses y europeos igualmente murieron a manos del Escuadrón 731.[2]​ Aparte de eso, el uso de armas biológicas desarrolladas por el programa de armamento bioquímico del Escuadrón 731, resultó en decenas de miles de muertes en China – posiblemente hasta doscientas mil víctimas según algunos cálculos.[3]

El Escuadrón 731 fue uno de los muchos destacamentos usados por las Fuerzas Armadas japonesas para la investigación sobre agentes biológicos para la guerra; otras unidades tácticas y administrativas fueron el Escuadrón 516 (Qiqihar), el Escuadrón 543 (Hailar), el Escuadrón 773 (Songo), el Escuadrón 100 (Changchun), el Escuadrón 1644 (Nankín), el Escuadrón 1855 (Pekín), el Escuadrón 8604 (Cantón), el Escuadrón 200 (Manchuria) y el Escuadrón 9420 (Singapur).

Muchos de los científicos implicados en el Escuadrón 731 continuaron con sus prominentes carreras en política, educación, negocios y medicina. Algunos fueron arrestados por las fuerzas soviéticas y procesados en los juicios sobre crímenes de guerra de Jabárovsk; otros que se rindieron a los estadounidenses recibieron amnistía a cambio del acceso a la información que habían recopilado.[4]

Debido a su brutalidad, las acciones del Escuadrón 731 han sido denunciadas hoy en día por las Naciones Unidas como crímenes de guerra.

En 1932, el Chūjō (Teniente General) Shirō Ishii fue puesto al mando del Laboratorio de Investigación del Ejército sobre Prevención Epidémica. Él y sus hombres construyeron el campo de prisioneros Zhong Ma (cuyo edificio principal fue conocido a nivel local como la Fortaleza Zhongma), una prisión experimental ubicada en el poblado Bei-inho, a 100 km al sur de Harbin. Las vías ferroviarias manchúes, fueron colocadas para el transporte de materiales y equipamiento. Ishii organizó al grupo secreto de investigación «Unidad Tōgō», para la coordinación de estudios químicos y biológicos. Una fuga de reos en 1934 y una explosión en 1935 (presunto ataque), obligaron a Ishii a suspender las operaciones de la Fortaleza Zhongma. Posteriormente, Ishii se trasladó a Pingfang, aproximadamente a 24 km al sur de Harbin, para instalar un complejo nuevo, de mayores dimensiones.[5]

Más tarde esta unidad fue incorporada al Ejército de Kwantung como el Departamento de Prevención Epidémica, pero fue dividida simultáneamente en la «Unidad Ishii» y la «Unidad Wakamatsu», con un comando central en Hsinking. A partir de 1941, todas estas unidades fueron conocidas colectivamente como el Departamento de Prevención Epidémica y Purificación de Agua del Ejército de Kwantung o Escuadrón 731 como sobrenombre. Ellos tuvieron el respaldo de los Cuerpos Imperiales de la Juventud, la Universidad de Investigaciones Japonesa y el Kempeitai. Algunas fuentes los relacionan con el zaibatsu Mitsui, monopolio del cultivo de amapola en Manchukuo (para la producción de heroína).

El Escuadrón 731 estaba compuesto por ocho divisiones:

Durante la segunda guerra sino-japonesa, un proyecto médico especial con el nombre clave de «Maruta», utilizó a humanos para hacer experimentos. Los sujetos de prueba (militares y civiles) fueron reunidos de la población de los alrededores y en ciertos casos eran aludidos eufemísticamente como «troncos» («maruta», 丸太).[6]​ Este término, originado de una «broma» por parte del personal debido al hecho de que la información oficial sobre el establecimiento ofrecida a las autoridades locales, fue que se trataba de un aserradero. Entre los sujetos de prueba, aparte de hombres y mujeres de edad adulta, se encontraban niños, ancianos y mujeres embarazadas. Muchos experimentos y vivisecciones fueron realizadas sin el uso de anestésicos sobre los brazos y piernas de las víctimas, porque se creía que podían influir en los resultados o que eran innecesarios porque los individuos se encontraban atados.[6]

Los científicos japoneses realizaron pruebas sobre los prisioneros centrándose en torno a la peste bubónica, cólera, viruela, botulismo y otras enfermedades.[14]

Estos experimentos indujeron al desarrollo de la bomba de bacilos defoliantes y la bomba de pulgas, usada para esparcir la peste bubónica.[15]​ Algunas de estas bombas fueron diseñadas con cuerpos de cerámica (porcelana), una idea propuesta por Ishii en 1938.

Estas bombas posibilitaron a los soldados japoneses el lanzar ataques biológicos, contaminando los cultivos, embalses, manantiales y otras áreas con carbunco, pulgas infectadas de peste, tifoidea, disentería, cólera y otros agentes patógenos mortales.

Además de esto, provisiones de alimentos contaminados y hasta ropa fueron dejados caer desde aeronaves dentro de áreas de China no ocupadas por las fuerzas militares japonesas.

La base del Escuadrón 731 ocupaba 6 km² y consistía en más de ciento cincuenta edificios. Las instalaciones fueron muy bien diseñadas, siendo difíciles de destruir. Algunos edificios satelitales del Escuadrón 731 aún existen y están abiertos al público, mientras que en otros funcionan fábricas de diversas empresas chinas.

El complejo contiene en su interior varias fábricas. Allí había alrededor de cuatro mil quinientos recipientes que se utilizaban para criar a las pulgas, seis calderas gigantes para producir diversas sustancias químicas y alrededor de mil ochocientos contenedores para producir agentes biológicos. Aproximadamente 30 kg del bacilo de la peste bubónica se podían producir en varios días.

Toneladas de estas armas biológicas (y algunas químicas) fueron almacenadas en varios lugares del noreste de China durante el transcurso de la guerra.

El intento japonés de destruir la evidencia del establecimiento después de ser desintegrado el escuadrón falló debido a que los restos dañaron de vez en cuando a civiles, incluso aún recientemente.

En agosto del 2003 fueron hospitalizadas veintinueve personas después de que un grupo de constructores de Heilongjiang desenterrara unos proyectiles químicos que habían sido enterrados profundamente en el suelo hacía más de cincuenta años.

Esta era una zona de pruebas al aire libre ubicada a 120 km de la instalación de Pingfang.

El comando central de la «Unidad Wakamatsu» (Escuadrón 100) estaba bajo el mando del veterinario Yujiro Wakamatsu. Esta instalación se dedicó al estudio de vacunas para proteger los recursos animales japoneses y, especialmente, a la guerra biológica veterinaria. Las enfermedades fueron probadas para su uso en contra de los caballos soviéticos y chinos y otros tipos de ganado. Además de estas pruebas, el Escuadrón 100 dirigió una fábrica de bacterias para producir los patógenos requeridos por otras unidades. Las pruebas de sabotaje biológico fueron también gestionadas en este establecimiento: desde venenos hasta destrucción química de las cosechas.

Ésta era la comandancia del Escuadrón 1855. Era también una rama experimental ubicada en Chinan, Hebei. La peste bubónica y otras enfermedades fueron estudiadas extensivamente en estas instalaciones.

Esta fue la comandancia de la «Unidad Tama» (Escuadrón 1644). Esta sección condujo proyectos y operaciones comunes con el Escuadrón 731.

El cuartel general de la «Unidad Nami» (Escuadrón 8604). Esta instalación encabezó la experimentación sobre privación de alimentos y agua a humanos, así como la transmisión hídrica del tifus. Además, esta instalación sirvió como la principal granja de ratas para aprovisionar a las unidades médicas con los vectores de la peste bubónica para los experimentos.

Formado en 1942, por Naito Ryoichi, el Escuadrón 9420 tuvo aproximadamente mil trabajadores con base en la Universidad Médica Raffles. El escuadrón fue comandado por el General de División Kitagawa Masataka y apoyado por las comandancias meridionales del Ejército Imperial Japonés.

Había dos principales subunidades: la «Unidad Umeoka», especializada en paludismo, y la «Unidad Kono», que se ocupaba de la peste bubónica. Además de los experimentos con enfermedades, esta instalación sirvió como uno de los principales centros de captura y disección de ratas.

Una fábrica altamente confidencial en la isla Ōkunoshima produjo las armas químicas para las unidades militares y médicas japonesas. Comenzando con la producción de gas mostaza en 1928, la fábrica continuó ligada a la elaboración de armas químicas tales como fosgeno, lewisita, y cianógeno. Durante los años 30, al empeorar la guerra en China, la isla en donde se hallaba la fábrica fue borrada de la mayoría de los mapas para fortalecer la confidencialidad y la seguridad.

Esta unidad fue asociada directamente con el Escuadrón 731 y trabajó principalmente en la investigación de la peste.

Esta sección, con sede desconocida, era otra unidad que trabajó directa y extensivamente con el Escuadrón 731.

Fueron unidades especiales guiadas por el hermano mayor de Shiro Ishii y solamente atendido por personal de la ciudad natal de Ishii. Operaron por separado de las organizaciones médicas regulares como investigadores y solucionadores de problemas.

Unidades con especiales y desconocidas asignaciones en Manchuria y el continente asiático. Se ha insinuado que la investigación nuclear fue dirigida en Manchuria hacia el final de la guerra por esta división.

Las operaciones y los experimentos continuaron hasta el final de la guerra. Shirō Ishii deseaba utilizar las armas biológicas en el conflicto del Pacífico desde mayo de 1944, pero sus tentativas fracasaron en varias ocasiones por la pobre formulación de planes y la intervención aliada. Con la invasión rusa de Manchukuo y Mengjiang en agosto de 1945, la unidad tuvo que abandonar su trabajo deprisa. Los miembros y sus familias huyeron a través de Manchuria y China para volver a Japón.

Ishii ordenó a cada integrante del grupo «llevar el secreto hasta la tumba», amenazando con encontrarles si fallaban e impidiendo a cualquiera que trabajase en puestos públicos en Japón. Fueron repartidas ampolletas con cianuro de potasio, para emplearse en caso de que capturaran al personal restante.

Los encargados de confianza de las tropas japonesas de Ishii dinamitaron las instalaciones en los días finales de la guerra para destruir la evidencia de sus actividades, pero la mayoría estaban tan bien construidas que sobrevivieron un tanto indemnes, quedando como testimonio de lo que sucedió allí.

Después de que Japón se rindiera a los aliados en 1945, Douglas MacArthur se convirtió en comandante supremo de las fuerzas aliadas, reconstruyendo Japón durante la ocupación aliada.

Al final de la guerra, éste concedió secretamente inmunidad a los médicos del Escuadrón 731 a cambio de proveer a los Estados Unidos sus datos de investigación sobre la guerra biológica. Los Estados Unidos creía que los datos de la investigación tenían valor porque los aliados nunca procesaron o condenaron públicamente tales experimentos en humanos, debido a la aversión moral y política. Estados Unidos tampoco deseó que otras naciones, como la Unión Soviética, adquirieran los datos sobre armas biológicas, sin mencionar las ventajas militares de tal investigación.[16]

El Tribunal de los crímenes de guerra de Tokio se había enterado solamente a través de una referencia sobre los experimentos japoneses con los «sueros infectados» en civiles chinos. Esto ocurrió en agosto de 1946 y fue denunciado por David Sutton, ayudante del fiscal chino.

El consejero japonés de defensa Michael Levin argumentó que la acusación fue vaga y sin corroboración, siendo anulada por el presidente del tribunal, William Webb, por la carencia de evidencias. El tema no fue investigado más allá por Sutton, que estaba probablemente enterado de las actividades del Escuadrón 731. Se cree que su referencia a esto en el juicio pudo haber sido accidental.

Aunque públicamente silenciado, en el incidente de los juicios de Tokio la Unión Soviética le dio seguimiento al caso y procesó a doce líderes y científicos del Escuadrón 731 y sus unidades filiales: el Escuadrón 1644 en Nankín y el Escuadrón 100 en Changchun, todos en los Juicios de Jabárovsk. Entre esos criminales de guerra se encontraban el general Otozō Yamada, el comandante en jefe de un millón de soldados japoneses que ocupaban Manchuria.

Muchos prisioneros de guerra soviéticos capturados por Japón y civiles rusos, incluyendo mujeres y niños, fueron asesinados en experimentos químicos y biológicos del Escuadrón 731, junto con chinos, coreanos, mongoles y cautivos de otras nacionalidades. El juicio de los autores japoneses que fueron capturados fue llevado a cabo en la ciudad de Jabárovsk, en el Extremo Oriente ruso cerca de la frontera con China nor-oriental, en diciembre de 1949. Una transcripción parcial muy larga de los procedimientos del juicio fue publicada en diversos idiomas al año siguiente por una agencia periodística moscovita en idiomas extranjeros, incluyendo una edición en inglés: Materials on the Trial of Former Servicemen of the Japanese Army Charged with Manufacturing and Employing Bacteriological Weapons (Moscow: Foreign Languages Publishing House, 1950). Este libro sigue siendo un recurso invaluable para los historiadores sobre la organización y las actividades de los intentos de guerra biológica. Curiosamente, ninguna de las ediciones en idiomas extranjeros de este libro tenían algún dato sobre su número de tiraje - solamente la edición rusa dice que cerca de cincuenta mil copias fueron publicadas. El abogado que llevaba el caso en los juicios de Jabárovsk fue Lev Smirnov, que había sido uno de los querellantes soviéticos de los juicios de Núremberg contra los doctores nazis que habían cometido atrocidades humanas en experimentaciones similares en los campos de exterminio como Auschwitz y Dachau.

Los galenos y oficiales del Ejército Imperial Japonés que habían perpetrado las atrocidades del Escuadrón 731 recibieron sentencias de 2 a 25 años de reclusión en campamentos de trabajo, por parte de la corte de Jabárovsk. Todos los médicos consiguieron amnistía.



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