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Hermanos de Jesús



Los hermanos de Jesús de Nazaret (Griego: ἀδελφοὶ, translit. adelphoi, lit. 'hermanos') son mencionados en algunos pasajes del Nuevo Testamento, y, especialmente, en los evangelios canónicos —en concreto, dos veces en el Evangelio de Mateo, dos en el Evangelio de Marcos, una en el Evangelio de Lucas y dos en el Evangelio de Juan—. Dado que la existencia de hermanos carnales de Jesús de Nazaret entra en contradicción con el dogma de la virginidad perpetua de María, que mantienen algunas confesiones cristianas, existe un debate entre filólogos e investigadores bíblicos de diferentes confesiones cristianas sobre cómo deben ser interpretados los textos que hacen referencia a los hermanos de Jesús. El debate está muy condicionado por las diferentes creencias religiosas de los participantes.

Desde el punto de vista filológico, no hay razón alguna para suponer que Jesús no tuvo hermanos.[1]​ No puede, sin embargo, excluirse completamente la posibilidad de que se trate de medios hermanos hijos de José de un matrimonio anterior, o de primos. La Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa mantienen la doctrina de la perpetua virginidad de María; los primeros líderes protestantes, incluido el fundador de la Iglesia luterana, Martín Lutero[2]​, y el teólogo reformado Ulrico Zuinglio[3]​, también sostuvieron esto, de la misma manera John Wesley[4]​, uno de los fundadores del metodismo. Juan Calvino también creía que era posible que María permaneciera virgen, pero creía que la evidencia bíblica no era concluyente.[5]​ Los católicos, la mayoría de los anglicanos, luteranos, metodistas y reformados, siguiendo a Jerónimo, concluyen que los adelphoi eran primos de Jesús, hijos de la hermana de María, que a veces se identifica como María de Cleofás, mientras que los ortodoxos orientales, siguiendo a Eusebio y Epifanio, argumentan que fueron hijos de José de un matrimonio anterior. [6][7]​ El resto de las demás denominaciones protestantes no creen en la perpetua virginidad de María sosteniendo que los adelphoi eran hijos de José y María.

En ciertos pasajes del Nuevo Testamento se habla de forma explícita de hermanos (en griego αδελφοί) de Jesús. A continuación se hace mención de estos pasajes con sus respectivas referencias bíblicas:

Los evangelios sinópticos contienen dos pasajes que mencionan a hermanos de Jesús:

El pasaje aparece en los tres evangelios sinópticos: es recogido también en Mateo y en Lucas.

El mismo pasaje aparece también en Mateo donde se mencionan los mismos nombres de los hermanos de Jesús. En cambio, en Lucas se omite la referencia a la madre y los hermanos de Jesús, quien es citado solo como «hijo de José».

En el Evangelio de Juan, mayoritariamente considerado más tardío que los sinópticos, hay también pasajes que hacen referencia a la existencia de hermanos de Jesús:

Los hermanos de Jesús son también mencionados, además de en los evangelios, en otros libros del Nuevo Testamento:

La etimología de la palabra griega para "hermano" (ἀδελφός adelphos) es "del mismo útero", a-delphys,[8]​ aunque en el uso del Nuevo Testamento, el significado cristiano y judío de "hermano" es más amplio y se aplica incluso a miembros de la misma comunidad religiosa.[9]​ En la Biblia, las palabras griegas adelphos y adelphe no estaban restringidas a su significado literal de "hermano" o "hermana", ni tampoco sus plurales.[10]

El término adelphos en sentido literal, se emplea para hacer referencia a un hermano consanguíneo, carnal —los dos progenitores en común— o medio hermano —un solo progenitor en común—. Por ejemplo, el término se utiliza para hacer referencia al parentesco que une a Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo (Marcos, Marcos y Marcos, y correspondientes); y también para la relación entre Antipas y Filipo, quienes, como se sabe por el historiador judío Flavio Josefo, eran ambos hijos de Herodes I el Grande, pero de diferentes madres (Marcos).

El término adelphos en sentido figurado, la palabra se utiliza para hacer referencia a relaciones personales que no son de parentesco: en este sentido, se identifica como hermanos a los seguidores de Jesús (Marcos), a los cristianos (1 Corintios; 1 Corintios) e incluso a todos los seres humanos (Hebreos).[11]

Desde una fecha temprana, hubo diversas discusiones para interpretar si el término griego adelphos —aplicado en estas circunstancias a personas descritas como adelphoi (hermanos) de Jesús — significaba que eran hermanos completos, medio hermanos, hermanastros o primos. Para apoyar su punto de vista, el escritor cristiano del siglo IV, Helvidio, citó a Tertuliano y afirmó que los adelphoi eran hijos de María y José nacidos después de Jesús;[12][13]​ Sin embargo, Jerónimo refutó que Tertuliano “no pertenecía a la Iglesia” y argumentó que los adelphoi eran primos de Jesús.[14]

El término adelphos (hermano en general) es distinto de anepsios (primo, sobrino, sobrina).[15][16]​ En sus escritos cristianos del siglo II, Hegesipo diferenciaba entre los que eran anepsioi o adelphoi de Jesús.[17]​ Sin embargo, el idioma nativo de Jesús y sus discípulos era el arameo (como en Mateo 27:46 ; Marcos 5:41 ),[18]​ que no podía distinguir entre un hermano o hermana de sangre y un primo. El arameo, como el hebreo bíblico , no contiene una palabra para "primo".[19]

En arameo y hebreo, que se inclinaban a usar circunloquios para indicar relaciones de sangre, las personas a las que se hacía referencia como "hermanos de Jesús" no siempre implicaban la misma madre biológica.[10]​ Esta percepción es afirmada por eruditos y teólogos, quienes observan que Jesús fue llamado " el hijo de María", en lugar de "un hijo de María" en su lugar de nacimiento (Marcos 6:3).[20]

En hebreo y arameo no existe una palabra con el significado preciso del español «primo», por lo cual el concepto se expresa recurriendo a circunloquios.

En el hebreo del Antiguo Testamento, la palabra אח ('ah, ‘hermano’) se utiliza en algunos pasajes en el sentido de «primo» o «sobrino». En el Génesis Abrám (Abraham) le dice a Lot: «somos hermanos» (Génesis), cuando en realidad se trataba de su sobrino.[21]​ Son, sin embargo, casos muy excepcionales, y en los que el contexto resuelve la posible ambigüedad. En concreto, solo hay un caso en la Biblia hebrea en que el término tenga el sentido de «primo»: se trata de 1 Crónicas: «Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los hijos de Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres»; aquí son primos los que se casan pero se les llama «hermanos». Cuando se realizó la traducción al griego del Antiguo Testamento, la llamada Biblia de los Setenta (siglos III-I a. C.) se tradujo el hebreo אח por el griego ἀδελφός (hermano). Por ese motivo, la palabra se utiliza, en esa ocasión al menos, con el significado de «primo» en el Antiguo Testamento.

En la época de Jesús, el hebreo no era una lengua hablada, sino solo religiosa y de cultura. La lengua más extendida era el arameo, otra lengua semítica: también en arameo, la palabra para «hermano» (aha) puede utilizarse con el sentido de «primo» o «sobrino».

Una de las primeras interpretaciones que se dio a las referencias a «hermanos de Jesús» los considera hijos del matrimonio formado por sus padres, José y María. Según esta interpretación, después del nacimiento de Jesús, concebido por obra del Espíritu Santo como se relata en Mateo y Lucas, ambos esposos habrían mantenido relaciones conyugales y tenido varios hijos. Jesús sería, entonces, el hermano mayor.

Esta posición fue defendida por Tertuliano en el siglo II, más adelante, en el siglo IV, esta misma idea fue defendida por otro teólogo, Helvidio, que fue refutado por Jerónimo de Estridón.

Esta posición es en la actualidad la dominante entre la mayoría de los cristianos protestantes, aunque solo desde el desarrollo de la teología liberalLutero y otros muchos de los iniciadores de la Reforma fueron defensores del dogma de la virginidad perpetua de María—.

De acuerdo con J.P. Meier desde un punto de vista estrictamente filológico, no existe razón alguna para pensar que los hermanos y hermanas de Jesús no lo sean en el sentido convencional de la palabra, es decir, hijos biológicos de José y de María, y hermanos carnales de Jesús de Nazaret.[22][30]

Para defender el dogma de la virginidad de María, madre de Jesús, antes y después del parto,[31]​ surgió desde fecha relativamente temprana en los autores cristianos la idea de que los «hermanos de Jesús» mencionados en el Nuevo Testamento eran en realidad hijos de un matrimonio anterior de José de Nazaret. Eran, por tanto, hijos biológicos de José, pero no de María, quien habría permanecido virgen hasta su muerte. Desde el punto de vista cristiano, ya que Jesús no fue en realidad hijo biológico de José, sino solo de María, estos hermanos lo habrían sido solo desde el punto de vista legal, como hijos de José, pero no tendrían ningún vínculo de parentesco real con Jesús. Epifanio de Salamis en su obra Panarion menciona que José fue padre de Santiago y de sus tres hermanos (José, Simeón, Judá) y dos hermanas (una Salomé y una María)[32]​ o (una Salomé y una Ana)[33]​ con Santiago siendo el hermano mayor. Santiago y sus hermanos no eran hijos de María, sino hijos de José de un matrimonio anterior. Después de la muerte de la primera esposa de José, muchos años después, cuando tenía ochenta años, "tomó a María (madre de Jesús)". Según Epifanio, las Escrituras los llaman "hermanos del Señor" para confundir a sus oponentes.[34][35]

La idea, sin embargo, es bastante más antigua. Se remonta al menos al siglo II. Está presente ya en un evangelio apócrifo conocido como Protoevangelio de Santiago, en el que se defiende la virginidad de María, antes y después del parto y afirma que José era viudo, con hijos, en el momento en que María le fue confiada a su cuidado.[36]​ También se encuentra en otros evangelios apócrifos del siglo II, como el Evangelio de la infancia de Tomás. Orígenes menciona un Evangelio de Pedro (no está claro si se trata del mismo Evangelio de Pedro del que han llegado hasta nosotros algunos fragmentos), según el cual «los hermanos de Jesús serían los hijos de José, nacidos de una primera mujer que él habría tenido antes de María».[37]

El libro apócrifo La Historia de José el Carpintero, escrito en el siglo V y enmarcado como una biografía de José dictada por Jesús, describe cómo José tuvo una esposa antes de María con la que tuvo seis vástagos, cuatro hijos y dos hijas. Los nombres de los hijos eran Judas, Justo, Santiago y Simón, y los de las hijas eran Asia y Lidia. Según ese relato, los llamados hermanos de Jesús serían hijos de José de un matrimonio anterior.[38]

La Enciclopedia Católica, citando los textos contenidos en los libros apócrifos, escribe que José tuvo seis hijos (2 mujeres y 4 hombres) con un matrimonio anterior a María, quien al quedar viudo desposaría a María:

El Evangelio del pseudo-Mateo, que probablemente fue escrito en el siglo VII, establece que los hermanos de Jesús fueron hijos de un matrimonio anterior de José.

Esta es la posición tradicional en las iglesias orientales, y especialmente en la Iglesia ortodoxa. Desde el punto de vista filológico, es una interpretación posible, ya que, ciertamente, el término griego para «hermano» podía significar también «medio hermano», es decir, persona que, con respecto a la otra, tiene solo un progenitor común. En Marcos, y correspondientes, se usa el término para hacer referencia a dos medio hermanos, Antipas y Filipo, que solo tenían un progenitor en común, el rey Herodes I el Grande.

La interpretación de que los hermanos de Jesús citados en el Nuevo Testamento son en realidad sus primos es bastante tardía. Su principal defensor fue, ya en el siglo IV, San Jerónimo, en su obra Adversus Helvidium (Contra Helvidio),[41]​ que tiene una intención apologética: se trata de refutar la opinión de un autor llamado Helvidio, quien citando a Tertuliano, afirma que los hermanos de Jesús eran hijos biológicos de José y de María. Jerónimo responde que Tertuliano "no pertenece a la Iglesia". Junto con Helvidio, esta enseñanza fue rechazada por Tertuliano y Joviniano, pero defendida por Ambrosio de Milán y Agustín de Hipona.[42]​ Jerónimo centra su argumentación en el uso que del término adelphós se hace en la primera traducción al griego de la Biblia hebrea, la llamada Biblia de los Setenta. Aduce varios ejemplos en que el término adelphós se utiliza para designar relaciones entre tío y sobrino (Abraham y Lot; Jacob y Labán en Génesis), o entre primos (1 Crónicas). Este último es el único caso, en toda la Biblia, en que el término se utiliza, fuera de toda duda, para expresar una relación entre primos.[43]​ Está claro, en cualquier caso, que no es usual el empleo de la palabra adelphós con el significado de primo en la traducción griega del Antiguo Testamento,[44]​ por lo que esta interpretación, común hasta hoy en medios católicos,[45]​ resulta improbable para algunos estudiosos contemporáneos, entre los que se encuentra John P. Meier.[46][47][48][49]

Jerónimo (c.347-420) argumentó que estos adelphós eran hijos de la hermana de María, a quien Jerónimo identificó como María de Cleofás.[12][50]​ El Diccionario Oxford de la Iglesia Cristiana menciona que un erudito moderno, a quien no identifica, ha propuesto que estos adelphós eran hijos de Cleofás (el hermano de José según Hegesipo) y de María, la esposa de Cleofás (no necesariamente refiriéndose a la hermana de la madre de Jesús).[12]

Según los fragmentos existentes de la obra Exposición de los Dichos del Señor del Padre Apostólico Papías de Hierápolis, quien vivió alrededor del año 70-163 d.C., "María la esposa de Cleofás o Alfeo" sería la madre de Santiago el Justo, Simón, Judas (identificado como Judas el Apóstol) y José. Papías identifica a esta "María" como la hermana de María, madre de Jesús, y por lo tanto como la tía materna de Jesús.[51]​ El teólogo anglicano J.B. Lightfoot descartaría la evidencia de Papías como espuria.[52]

Esta es la posición históricamente predominante en la tradición católica y cuenta con algunos defensores en la actualidad, entre los que se cuentan los especialistas que integran la Escuela bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén.[53]

Hay algunos eventos en las Escrituras donde no se muestran los hermanos o hermanas de Jesús, por ejemplo, cuando Jesús se perdió en el templo y durante su crucifixión. Esto se argumenta para apoyar la opinión de que los "hermanos" de Jesús no son hermanos de sangre, aunque algunos lo rechazan.[cita requerida]

Lucas 2: 41–51 informa de la visita de María, José y Jesús al templo de Jerusalén cuando Jesús tenía 12 años, pero no menciona a ningún hermano. Robert Eisenman cree que Lucas trató de minimizar la importancia de la familia de Jesús por cualquier medio posible, eliminando a Santiago y los hermanos de Jesús del registro del Evangelio.[54]​ Karl Keating argumenta que María y José se apresuraron sin dudarlo a regresar directamente a Jerusalén cuando se dieron cuenta de que Jesús estaba perdido, lo que seguramente habrían pensado dos veces antes de hacerlo si hubiera otros niños (hermanos de Jesús) que cuidar.[55]

El Evangelio de Juan registra los dichos de Jesús en la cruz, es decir, el par de mandatos "Mujer, ahí tienes a tu hijo". y "¡Ahí tienes a tu madre!" (Juan 19: 26-27), luego dice "y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa". Desde la época de los Padres de la Iglesia, esta afirmación se ha utilizado para razonar que después de la muerte de Jesús no hubo otros hijos biológicos que cuidaran de María, y que tuvo que ser confiada al discípulo Juan.[56][57][58]​ Constantine Zalalas argumenta que habría sido contra la costumbre judía que Jesús entregara a su madre al cuidado del discípulo si María tuviese otros hijos vivos, porque el hijo mayor siempre asume la responsabilidad de su madre.[59]​ Karl Keating dice: "Es difícil imaginar por qué Jesús hubiera desatendido los lazos familiares y hubiera hecho esta provisión para su Madre si estos cuatro [Santiago, José, Simón, Judas] fueran también sus hijos".[55]​ El papa Juan Pablo II también dice el mandato "¡He ahí a tu hijo!" fue la encomienda del discípulo a María para llenar el vacío maternal dejado por la muerte de su único hijo en la cruz.[60]



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Comentarios
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Alex Enfantocy :
Si estudiamos sin prejuicios las escrituras , entonces , no necesitaríamos de evidencias extras bíblicas para comprender las escrituras ; pero como no estudiamos las escrituras sin prejuicios , buscamos comprenderlas en evidencias extrabiblicas . Las escrituras están claras , somos nosotros los que nos enredamos en todo . Este es el grave problema en el que estamos inmersos ; y lo peor es que no buscamos corregirlo . Yo recomiendo que para comprender las escrituras necesitamos tener un conocimiento básico del hebreo , arameo , griego y de la cultura judía . Ahora , si presindimos de ésto , les aseguro que terminamos confundidos y confundiendo a los demás . Dios los bendiga .
2023-08-13 18:45:19
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