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Juan de la Cierva



¿Qué día cumple años Juan de la Cierva?

Juan de la Cierva cumple los años el 21 de septiembre.


¿Qué día nació Juan de la Cierva?

Juan de la Cierva nació el día 21 de septiembre de 1895.


¿Cuántos años tiene Juan de la Cierva?

La edad actual es 129 años. Juan de la Cierva cumplió 129 años el 21 de septiembre de este año.


¿De qué signo es Juan de la Cierva?

Juan de la Cierva es del signo de Virgo.


¿Dónde nació Juan de la Cierva?

Juan de la Cierva nació en Murcia.


Juan de la Cierva y Codorníu (Murcia, 21 de septiembre de 1895-Croydon, 9 de diciembre de 1936)[1]​ fue un inventor y científico aeronáutico español, ingeniero de caminos, canales y puertos y aviador. Inventó el autogiro, aparato precursor del actual helicóptero.

Hijo del abogado criminalista, político y empresario Juan de la Cierva y Peñafiel, que llegó a ser ministro en varias ocasiones y alcalde de Murcia, y de María Codorníu Bosch. Su abuelo materno fue el destacado ingeniero de montes Ricardo Codorníu. Desde su infancia destacó su interés por el mundo de la aviación, y junto a su amigo Tomás de Martín-Barbadillo construyó pequeños modelos capaces de volar.[cita requerida]

Al estallar la guerra civil, De la Cierva ayudó a las fuerzas sublevadas para que éstas consiguieran el avión De Havilland DH.89 Dragon Rapide en el que el general Franco voló desde Gando (Gran Canaria) a Tetuán (Marruecos español) para tomar el mando del ejército del norte de África.[2]​ Sin embargo, nunca habló directamente con el que luego sería el dictador Francisco Franco, sino que el contacto se produjo a través del corresponsal de ABC en Londres, sin que se haya confirmado nunca si Juan de la Cierva era conocedor del destino del avión, máxime cuando falleció en diciembre de 1936 y llevaba años viviendo en Londres y alejado de la política nacional. Su hermano Ricardo fue fusilado por milicias republicanas en las matanzas de Paracuellos.[3]

En 1954 le fue otorgado, con carácter póstumo, el título de conde de la Cierva.[4][5]

Junto con dos compañeros, José Barcala, antiguo compañero de estudios, y Pablo Díaz, hijo de un carpintero, fundó la sociedad B.C.D., cuyas siglas correspondían con las iniciales de sus tres apellidos, que fue pionera en el desarrollo aeronáutico dentro de España, y gracias a su capacidad, en 1912, contando sólo con dieciséis años, Juan de la Cierva logró construir y hacer volar un avión biplano, que recibió la designación BCD-1,[6]​ y fue apodado el Cangrejo, con piloto (el francés Mauvais) y pasajero a bordo.[7]

Mientras que el avión es una aeronave de alas fijadas al fuselaje, el autogiro inventado por La Cierva tiene alas fijadas a un rotor. El autogiro hace su irrupción en el panorama de la aviación sólo veinte años después de la invención de los hermanos Wright.

Juan de la Cierva construyó en Madrid en 1920 su primer autogiro, el Cierva C.1, utilizando fuselaje, ruedas y estabilizador vertical de un monoplano francés Deperdussin de 1911, sobre el que montó dos rotores cuatripalas contrarrotatorios coronados por una superficie vertical destinada a proporcionar control lateral; la planta motriz era un motor Le Rhône de 60 CV. El aparato no llegó a volar, pues el rotor inferior giraba a menos velocidad de la prevista, y el efecto giroscópico y la asimetría de la sustentación hicieron volcar el aparato. A este primer autogiro siguieron dos construcciones también fallidas, el C.2 y el C.3, en las que el inventor intentó, infructuosamente, resolver el problema de la diferencia de sustentación entre la pala que avanza y la que retrocede. Sin embargo, en las pruebas del C.2 se consiguieron algunos saltos de unos dos metros, lo que apuntaba a la viabilidad del invento. El problema de la sustentación del rotor no se resolvería plenamente hasta el prototipo C.4, en el que La Cierva incluyó su revolucionaria idea de articular las palas del rotor en su raíz.

Los primeros ensayos del modelo C.4, construido en 1922 conforme a los nuevos principios, fueron infructuosos. Para su definitiva resolución, la Cierva realizó una completa serie de ensayos en el túnel de viento de circuito cerrado del aeródromo de Cuatro Vientos (obra de Emilio Herrera), por aquel entonces el mejor de Europa. El nuevo aparato corregido se probó exitosamente en enero de 1923 en el aeródromo de Getafe pilotado por el teniente Alejandro Gómez Spencer. Aunque dicho vuelo consistió únicamente en un «salto» de 183 m, demostró la validez del concepto. A finales del mes, el C.4 recorrió en cuatro minutos un circuito cerrado de 4 km en el aeródromo de Cuatro Vientos, a una altura de unos 30 m. La planta motriz del C.4 era un motor Le Rhône 9Ja de 110 CV. En julio de 1923 se utilizó el mismo motor en el C.5, que voló en Getafe. A partir de ese momento, La Cierva, que había financiado a sus expensas sus experimentos anteriores, contó para sus trabajos con una subvención del gobierno español.

En 1926, con el apoyo financiero de James George Weir, industrial y aviador escocés, creó en el Reino Unido la sociedad Cierva Autogiro Company para el desarrollo del autogiro, produciendo varios modelos en ese país.

Falleció el 9 de diciembre de 1936 con cuarenta y un años de edad, al estrellarse en el despegue, en el aeropuerto de Croydon, el Douglas DC-2 de KLM en vuelo regular Londres-Ámsterdam en el que viajaba.[1]

Desde el año 2001 el Ministerio de Educación y Ciencia de España otorga el Premio Nacional de Investigación Juan de la Cierva dedicado a la transferencia de tecnología. El objetivo de los Premios Nacionales de Investigación es el reconocimiento de los méritos de los científicos o investigadores españoles que realizan «una gran labor destacada en campos científicos de relevancia internacional, y que contribuyan al avance de la ciencia, al mejor conocimiento del hombre y su convivencia, a la transferencia de tecnología y al progreso de la Humanidad».

Además del premio nacional de investigación que lleva su nombre, en 2004 el Ministerio de Educación y Ciencia de España inició un programa de contratación de investigadores doctores bajo el nombre de Programa Juan de la Cierva, gracias al cual centenares de investigadores españoles y extranjeros desarrollan su actividad.[8]

La Asamblea Regional de Murcia aprobó que el nuevo Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia llevara el nombre de Juan de la Cierva con los votos a favor de PP y Ciudadanos y el voto en contra de PSOE y Podemos que aseguraron que se trataba de un colaborador de Franco. Esta oposición fue muy contestada por expertos y ciudadanía que defendían la imposibilidad de considerar franquista a quien había colaborado con la República, nunca tuvo contacto con Franco, no combatió durante la Guerra civil ni vivía en España desde que estalló la Guerra hasta su fallecimiento en un accidente unos meses después. El 15 de enero de 2019 se inauguró el nuevo aeropuerto sin que pudiera llamarse oficialmente Juan de la Cierva al no haber sido aprobado todavía el citado nombre por parte de Aviación Civil.[9]

La memoria de Juan de la Cierva se mantiene viva en varias ciudades con las que tuvo relación:



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