La Quintrala es una miniserie de televisión chilena basada en la biografía de la terrateniente colonial, Catalina de los Ríos y Lisperguer, producida por Televisión Nacional de Chile y emitida desde el 30 de abril al 2 de julio de 1987.
Escrita por Telmo Meléndez, con la colaboración de Erika Ortega, con la dirección general de Vicente Sabatini, bajo la producción ejecutiva de Sonia Füchs.
Protagonizada por Raquel Argandoña, narra vida de Catalina de los Ríos y Lisperguer, conocida popularmente como La Quintrala, quien fue una dama de la aristocracia santiaguina del siglo XVII, acusada de asesinatos y brujería.
Su grabación fue entre junio y septiembre de 1986 en la Hacienda San Vicente (actual Instituto Agrícola Pascual Baburizza) de Los Andes, Región de Valparaíso, cuya ambientación estuvo a cargo del escenógrafo Pedro Miranda. La música es del compositor Tomás Lefever.
Según el guion del escritor y periodista chileno Telmo Meléndez, se relata la vida de Catalina de los Ríos y Lisperguer, un personaje histórico que en la serie se presenta como una cruel y poderosa hacendada del Siglo XVII.
Esta miniserie de sólo diez capítulos que originalmente fue grabada en 1986 y transmitida en 1987 y hoy es una de las más recordadas por los televidentes. Ello, porque era la primera vez que se llevaba a la televisión la historia de "La Quintrala", una mujer considerada como maligna y endemoniada que logró ser interpretada magistralmente por Raquel Argandoña.
Catalina de Los Ríos y Lisperguer vivió entre 1600 y 1665 en Santiago de Chile, durante La Colonia. Se dice que era una mujer que poseía poderes sobrenaturales y que tenía pactos con el demonio. Era pelirroja y vestía como hombre. Todos la llamaban La Quintrala, apodo que se debía a su pelo rojizo, el que era asociado al fruto de ese color del árbol denominado quintral.
Era la época en que los mapuches habían destruido todas las ciudades al sur del río Bío Bío, quedando sólo en pie Chillán, Concepción, Santiago, La Serena y Valparaíso. Quienes sobrevivieron a estas luchas (españoles y sus descendientes), llegaron huyendo de la zona central, tratando de reconstruir ahí la reciente Colonia.
La historia fue ambientada en el siglo XVII, una época donde Santiago veía surgir la vida social en plena Plaza Mayor de Santiago, la que fue recreada en una hacienda de Los Andes, Región de Valparaíso, a cargo del escenógrafo de TVN, Pedro Miranda.
Ambientada en el naciente Chile del siglo XVII, la historia se centra en un período de la vida de La Quintrala, que es el más potente en cuanto al ejercicio del poder y a todas las diabluras que hizo. Catalina de los Ríos y Lisperguer (Raquel Argandoña) es una mujer más de veinte años que se ha mantenido soltera, porque ella no acepta que nada ni nadie le diga lo que tiene que hacer.
Los Lisperguer son una de las familias más poderosas en el Santiago de aquella época, pero en la ciudad se dice que ha establecido un pacto con el Diablo y que comete diversos crímenes, además del sacrilegio de expulsar de su casa al Cristo de Mayo, imagen religiosa muy venerada en el Chile del siglo XVII.
Criada por su abuela Águeda Flores (Malú Gatica) y por su empleada Rufina (Loreto Valenzuela), Catalina se convirtió en una hermosa mujer, que cautivaba e intimidaba a los hombres de la región por su extrema belleza e indomable personalidad. Pero al único hombre que Catalina respeta es a Fray Juan de la Puente (Nelson Brodt), el fraile de la ciudad que defiende y perdona todos sus aterrantes castigos y crueldad ante los enemigos de ella.
La Quintrala gozaba de mala fama, se le acusa de haber asesinado a su padre, Gonzalo de los Ríos (Carlos Matamala), dándole un pollo envenenado en su lecho de enfermo, de haber azotado a los esclavos y asesinar a sus amantes. Esta malvada mujer se mueve con total seguridad e impunidad, en un mundo violento, dominado por soldados, y bajo la atenta y castigadora mirada de la Real Audiencia.
Sin embargo, sus romances clandestinos con Juan de Moya (John Knuckey), y varios amantes, y su casamiento con Alonso de Campofrio y Carvajal (Exequiel Lavandero) cuya familia era descendiente de los Nobles Roco de los Condes de Urgel y la Casa de Barcelona.
Cuando el agustino Fray Juan de la Fuente visita la hacienda, Catalina, ya anciana (María Teresa Fricke) ya rrepentida, pide confesar sus crímenes y sus actos diabólicos, mientras el pueblo saquea su hacienda.
Esta miniserie ha sido retransmitida en tres oportunidades:
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