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Primera División de España 1983/84



La temporada 1983/84 de la Primera División de España de fútbol corresponde a la 53ª edición del campeonato. Se disputó entre el 3 de septiembre de 1983 y el 29 de abril de 1984.

El Athletic Club revalidó el título conseguido la temporada anterior. Con ocho campeonatos, los vascos igualaron al Atlético de Madrid como tercer equipo más laureado de la historia de la liga española, por detrás del Real Madrid (20 títulos) y el F. C. Barcelona (9 títulos).

Esta temporada, además, el Athletic ganó la Copa del Rey, logrando el doblete por quinta vez en su historia. Como vencedor de ambas competiciones, fue automáticamente proclamado campeón de la Supercopa de España.

Tomaron parte en la competición de dieciocho equipos. El Cádiz CF, el RCD Mallorca y el Real Murcia ascendieron de Segunda División para reemplazar a los descendidos U. D. Las Palmas, RC Celta de Vigo y Racing de Santander.

La Primera División de España 1983/84 fue organizada por la Real Federación Española de Fútbol. Tomaron parte dieciocho equipo de toda la geografía española, integrados en un grupo único. Siguiendo un sistema de liga, se enfrentaron todos contra todos en dos ocasiones -una en campo propio y otra en campo contrario- sumando un total de 34 jornadas. El orden de los encuentros se decidió por sorteo antes de empezar la competición.

La clasificación final se estableció con arreglo a los puntos obtenidos en cada enfrentamiento, a razón de dos por partido ganado, uno por empatado y ninguno en caso de derrota. Los mecanismos para desempatar la clasificación, si al finalizar el campeonato dos equipos igualaban a puntos, fueron los siguientes:

El equipo que más puntos sumó al final del campeonato fue proclamado campeón de liga y obtuvo el derecho automático a participar en la siguiente edición de la Copa de Europa.

Los tres mejores calificados, al margen de los clasificados para la Copa de Europa (el campeón de liga) y la Recopa de Europa (el campeón de la Copa del Rey), obtuvieron una plaza para participar en la próxima Copa de la UEFA. Un cuarto equipo español, el campéón de la Copa de Liga, también accedió a este torneo continental.

Por su parte, los tres últimos clasificados descendieron a Segunda División, de la que ascendieron, recíprocamente, tres equipos.

La liga 1983/84 presentó pocas diferencias respecto a la anterior temporada. Se repitió el mismo desenlace, con el Athletic Club y el Real Madrid jugándose el título en la última jornada, esta vez en competencia también con el F. C. Barcelona.

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Tampoco hubo movimientos importantes en el mercado de traspasos. Los éxitos recientes de la Real Sociedad y el Athletic Club, con jugadores de la casa, llevaron a los equipos a mirar a la cantera a la hora de reforzarse.[1]​ El caso más significativo fue el del Real Madrid, cuyo filial, que llevaba años destacando, se proclamó campeón de Segunda este año. A lo largo de la temporada Di Stéfano echó mano de varios de los jóvenes integrantes de la llamada «Quinta del Buitre», como Martín Vázquez, Sanchís y Butragueño, así como «Chendo». También el Barcelona confió en los canteranos Clos y Rojo como únicos refuerzos y el único fichaje del campeón fue recuperar al cedido Endika. Con ellos, Elduayen en la Real Sociedad, Fernando en el Valencia CF, Miquel Soler en RCD Español o Eusebio y Fonseca en el Real Valladolid, fueron algunos de los descubrimientos de esta temporada.

La liga arrancó muy igualada. El Atlético de Madrid fue el único equipo que pudo asentarse, inicialmente, en el liderato, aprovechando la irregularidad mostrada por el resto de favoritos. El primer gran duelo de la temporada tuvo lugar en la cuarta jornada, con la visita del Athletic Club al Camp Nou. El F. C. Barcelona mostró sus aspiraciones al título goleando por 4-0 al vigente campeón. Pero el encuentro estuvo marcado, sobre todo, por la polémica entrada de Goikoetxea a Diego Armando Maradona, que dejó al argentino fuera de combate durante tres meses. El colegiado, Jiménez Madrid, sancionó la infracción con cartulina amarilla, pero luego, el Comité de Competición suspendió al defensa vasco durante 18 partidos. Un duro castigo que las apelaciones consiguieron rebajar a siete jornadas.

La goleada encajada y la sanción a Goikoetxea desestabilizaron a los leones, que no encontraron el rumbo durante varias semanas, recibiendo otros cuatro goles en su visita al Sevilla FC. Tampoco encontró la estabilidad el Barcelona que, a pesar de la victoria ante el Athletic, sufrió un duro varapalo en la octava jornada, al sucumbir contra el Real Madrid en el Camp Nou.

El Madrid parecía encontrar el camino tras un mal inicio: una humillante goleada en Málaga por 6-2 en la 2ª jornada, una derrota en el Bernabéu ante el Valencia CF en la 3ª jornada y otro traspié en Zaragoza en la 6ª jornada. Tras la victoria en el Clásico, los blancos dieron un nuevo golpe de efecto, goleando en el derbi madrileño (5-0) para desplazar al Atlético del liderato.

Una semana más tarde, la clasificación daba un nuevo vuelco: el Real Madrid salió del Sánchez Pizjuán con cuatro goles en el zurrón y el Atlético recuperó el liderato. Pero la siguiente jornada vivió un nuevo cambio de líder. El Barcelona se encaramó al primer puesto goleando en el Luis Casanova (2-4) y aprovechando que el Atlético fue apabullado por el sorprendente CD Málaga (5-1). Los de la Costa del Sol se situaban colíderes, empatados a puntos con los barcelonistas.

En la 12ª jornada el Real Madrid se situó como líder en solitario. Con cuatro victorias y un empate ante el Athletic, los blancos se mantuvieron en cabeza hasta el final de la primera vuelta. Los leones fueron subcampeones de invierno con un punto de desventaja respecto al líder. A cuatro quedaba el F. C. Barcelona y a cinco el Real Zaragoza. Cerraba los puestos de UEFA el CD Málaga, convertido en la gran revelación. Otra de las sorpresas la primera vuelta fue el recién ascendido Murcia. Los pimentoneros fueron el equipo que más tardó en caer, aguantando invictos hasta la octava jornada.[2]​ Todo lo contrario que otro novato, el RCD Mallorca, que no conoció la victoria hasta la 16ª jornada,[3]​ finalizando la primera mitad del campeonato como farolillo rojo.

El Athletic empezó con fuerza la segunda vuelta. Sacando el máximo provecho al fútbol resultadista de Clemente, basado en la defensa y el contragolpe, los vizcaínos encadenaron cuatro victorias por la mínima y se auparon al liderato, aprovechando el desliz del Real Madrid ante el Betis (4-1).

Pero en la 21ª jornada los vascos se vieron sorprendidos por el F. C. Barcelona. Los catalanes, capaces de lo mejor y de lo peor, venían de empatar en casa con el colista Mallorca, pero vencieron al líder en San Mamés, con dos dianas de Maradona.[4]​ Una nueva derrota bilbaína, la siguiente jornada en el Calderón, daba vida a la liga: Barça y Atlético se habían subido al carro de la lucha por el título y el Real Madrid recuperaba el liderato remontando en el último minuto, en Cádiz, un partido que perdía por 2-0, con dos goles de un joven debutante: Emilio Butragueño.[5]

Con gran dificultad, el Real Madrid fue sacando adelante sus partidos, superando también el escollo del F. C. Barcelona con un gol de Santillana a diez minutos del final. Pero los tropiezos ante Atlético y Sevilla permitieron al Athletic Club darle caza, y ambos llegaron empatados a 41 puntos al duelo de la 30ª jornada.[6]​ Los madrileños se adelantaron en San Mamés por medio de Stielike, pero los locales remontaron gracias a Goicoetxea y Dani en el último suspiro.[7]F. C. Barcelona y Atlético de Madrid aprovecharon para recortar distancias con la cabeza, apurando sus opciones al título. Aunque, a falta de cuatro jornadas, el Athletic, que contaba con la ventaja de dos puntos y el goal average, parecía el principal favorito.

Nada más lejos de la realidad. Los rojiblancos se dejaron dos puntos en su visita al inexpugnable Benito Villamarín y el Real Madrid, que ganó al Real Murcia, le igualó en puntos. También ganó el Barcelona, que seguía recortando distancias con la cabeza, mientras que el Atlético quedó totalmente descartado de la lucha con una sorprendente derrota ante un Cádiz CF desahuciado.[8]

Ninguno de los tres aspirantes falló en la antepenúltima jornada. El Athletic logró una sufrida victoria ante el CD Málaga (2-1), el Real Madrid ganó en Gijón con un gol de Stielike en el último minuto y el Barcelona solventó sin problemas ante la UD Salamanca. En la penúltima jornada estuvo a punto de saltar la sorpresa en Valencia, pero Noriega, con un gol a cinco minutos del final, logró dos puntos de oro para el Athletic. Nada cambió, porque el Barcelona ganó el derbi y el Real Madrid se impuso, aunque con muchos apuros, al Real Valladolid. De este modo, Athletic Club y Real Madrid llegaban a la jornada de clausura empatados a puntos, pero con el average favorable a los primeros. Y, un punto por detrás, el F. C. Barcelona, esperando la carambola.

Como un año antes, el título volvió a decidirse en una jornada final de infarto. El Real Madrid jugaba en Sarriá ante un RCD Español sin alicientes. Por el contrario, el Athletic debía ganar en el derbi a una Real Sociedad que aspiraba a una plaza para la Copa de la UEFA. El F. C. Barcelona también tenía un desplazamiento complicado al Vicente Calderón. Los azulgrana fueron los primeros en marcar, aunque pocos minutos después el Atlético hizo el empate.

San Mamés estalló en el minuto 18, cuando el central Liceranzu abrió el marcador. Antes del descanso, Lobo Carrasco adelantó nuevamente al F. C. Barcelona, en un triunfo, por el momento, estéril. A los diez minutos de la reanudación, saltó la sorpresa en Sarriá, con el gol del españolista Orejuela. Bilbao festejó el título hasta que, en el minuto 68, Pedro Uralde empató para la Real Sociedad. En ese momento, la combinación de resultados hacía campeón al Barça, una alegría que solo duró dos minutos, hasta que Butragueño empató en Sarriá transformando un controvertido penalti. Se producía un triple empate, beneficioso para los intereses blancos, que fueron virtualmente campeones durante diez minutos. En el minuto 79', Bilbao estalló con un cabezazo de Liceranzu a la red donostiarra. Un gol histórico porque, además de ser el número 3.000 del Athletic en Primera, le dio su octavo título de liga. La emoción se mantuvo al máximo hasta el final, porque Butragueño, nuevamente de penalti, adelantó a su equipo en Sarriá, pero en Bilbao ya no se movió el marcador.

Todo quedó como estaba, y el Athletic Club fue nuevamente campeón gracias al gol average particular con el Real Madrid. El F. C. Barcelona fue tercero, con un punto menos, y el Atlético de Madrid, a pesar de la derrota, ya hacía semanas que se había asegurado la cuarta plaza, con acceso a la Copa de la UEFA.

Diez días antes de finalizar la liga, Athletic y Barcelona se habían clasificado para la final de la Copa del Rey, lo que permitía al quinto clasificado en liga acceder a la Copa de la UEFA; una plaza que se disputaron los irregulares Real Betis y Real Sociedad. Los verdiblancos fueron el único equipo invicto en casa, pero solo sumaron seis puntos en sus desplazamientos. Por su parte los donostiarras, que empezaron la temporada en puestos de descenso, remontaron tras encadenar once jornadas invictos en la segunda vuelta. En la jornada de clausura, el Real Betis, fiel a su trayectoria, perdió en su visita a Valladolid, pero se benefició del resultado del derbi vasco para conservar la quinta posición.

Por la cola, RCD Mallorca, Cádiz CF y UD Salamanca, que ocuparon durante prácticamente toda la temporada las posiciones de descenso, perdieron la categoría matemáticamente varias jornadas antes de finalizar la liga.

Juan Gómez, Juanito, (Real Madrid) y Jorge da Silva (Real Valladolid) compartieron el Trofeo Pichichi al máximo goleador del torneo. Ambos lo ganaron por primera y única vez en su carrera, siendo además el Polilla el primer futbolista uruguayo en conseguirlo.

El Polilla Da Silva tuvo un inicio goleador arrollador, con cinco tantos en las tres primeras jornadas. Luego, decayó su ritmo anotador y se vio superado en la segunda vuelta por Juanito, cuyos goles decisivos mantuvieron vivo al Real Madrid en la lucha por el título. Pero el delantero de Fuengirola se lesionó en San Mamés y se perdió las dos últimas jornadas de liga. En la penúltima, Da Silva igualó sus 17 goles, pero una suspensión por acumulación de amonestaciones le impidió superarle en la última jornada.

El guardameta del F. C. Barcelona, Francisco Javier Urruticoechea, Urruti, logró el trofeo al portero menos goleado del campeonato.

A partir de esta temporada, el trofeo estrena nuevas normas. La cifra mínima de partidos disputados para optar al premio se incrementa de 22 a 28. Además, a partir de este año únicamente se consideran computables aquellos partidos en los que el guardameta permanezca 60 minutos, o más, en el terreno de juego.

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Resumen estadístico de la temporada.[10]

Un total de 32 árbitros -uno menos que la campaña anterior- pitaron en la Primera División 1983/84.[11][12]​ Seis colegiados causaron baja con respecto a la temporada 1982/83: Díez Frías, Esquerdo Guerrero, Jaramillo y Riera Morro -todos ellos descendidos a Segunda División-, junto con los retirados Fandos Hernández y Pinter Pastor.[13]​ Sus puestos fueron ocupados por seis ascendidos de la categoría de plata: Jaime David Bayarri Ribeles, Francisco Casajuana Rifà, Francisco Ceballos Borrego, Tomás Jiménez Moreno, José Mauro Socorro González y Anastasio Mayoral Cedenillas. Todos ellos debutantes en la categoría excepto Mayoral Cedenillas, que ya había pitado en Primera las temporadas 1979/80 y 1980/81.[14]

PA = Partidos arbirtados; 1 = Partidos con victorial local; X = Partidos con empate; 2 = Partidos con victoria visitante; TA = Tarjetas amarillas mostradas; TR = Tarjetas rojas mostradas; TRD = Tarjetas rojas directas mostradas; Pen = Penaltis señalados

Como en temporadas anteriores, cada club pudo recusar un máximo de cuatro colegiados, evitando así su arbitraje a lo largo de todo el campeonato. De los 32 árbitros de la categoría, 19 fueron recusados, como mínimo, por algún club, siendo Guruceta Muro y Álvarez Margüenda los más vetados, al ser evitados por cuatro clubes.[15]




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