Tradición cristiana es una denominación polisémica que se aplica a cualquier tradición del cristianismo.
Una parte de ella son los distintos rituales de culto (rito latino, rito mozárabe, copto, maronita, oriental, etc.) Con los sucesivos cismas y condenas mutuas como herejías, se produjo la división distintas denominaciones cristianas.
Como tradiciones eclesiásticas hay todo tipo de cuestiones relativas a la economía eclesiástica (la relación de la Iglesia con la pobreza y la limosna), el cobro de diezmo y primicias, la propiedad eclesiástica o bienes de la Iglesia -especialmente el papel de la Iglesia en la sociedad feudal durante la Edad Media y el Antiguo Régimen: las manos muertas hasta la Reforma protestante o la Revolución liberal que realiza la desamortización en los países católicos, el señorío eclesiástico y el abadengo hasta la supresión de los señoríos-, el presupuesto de culto y clero a cargo de los Estados -desde algunos Concordatos del siglo XIX- o la asignación tributaria -en algunos países en la actualidad- ), cuestiones identificativas, como los hábitos religiosos y la tonsura, o más profundos, como el celibato sacerdotal, los votos monásticos y las distintas formas de vida religiosa y vida consagrada.
Otra parte son todo tipo de prácticas piadosas entre el conjunto de los fieles (oraciones, peregrinaciones, veneración de reliquias cristianas, etc.), especialmente a las de la religiosidad popular (piedad popular, despreciada como superstición o valorada como factor de identidad social) y de formas de vivencia personal y social de la religión en el cristianismo.
Especialmente importantes son las celebraciones de los sacramentos en los momentos de tránsito entre etapas de la vida (bautizo, primera comunión y conceptos en torno a la educación, boda y conceptos en torno a la sexualidad, entierro y conceptos en torno a la muerte), además de los patronazgos de oficios, instituciones, localidades y naciones, las festividades y la influencia del cristianismo en todo tipo de instituciones.
En su aspecto de creencias y de creación literaria, y en tanto se diferencia o incluso opone al dogma oficial, las tradiciones cristianas pueden denominarse como "mitología cristiana": los diferentes relatos de la vida y milagros de Cristo, especialmente cuando se oponen a los Evangelios canónicos (los Evangelios apócrifos y otros relatos), además de los relatos de las vidas y milagros de los santos recogidos en todo tipo de hagiografías. Especial difusión alcanzó la Leyenda Áurea de Jacopo da Vorágine.
Diferente sentido tiene el concepto teológico, en el catolicismo, de Sagrada Tradición, o Tradición Apostólica.
No deben confundirse ambos conceptos con el tradicionalismo cristiano o los cristianos tradicionalistas (véase tradicionalismo, fundamentalismo cristiano, integrismo, ultramontanismo, catolicismo tradicionalista, etc.), posturas religiosas o socio-religiosas aplicadas especialmente en ámbitos políticos.
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