Velilla del Río Carrión es una localidad y municipio en la provincia de Palencia, en la Comunidad autónoma de Castilla y León, España. Está situada en la comarca Montaña Palentina, junto a los límites provinciales de León y Cantabria. Cuenta con una población de 1299 habitantes según el censo del INE de 2018).
Ubicada en el valle del río Carrión, y en el parque natural Montaña Palentina, lo que le confiere una gran riqueza en fauna y flora, el municipio del que es ayuntamiento alberga algunas de las mayores elevaciones de la montaña palentina. Esto convierte su clima en frío y nivoso en invierno y suave en verano.
Existe constancia de que los cántabros, concretamente los tamáricos fueron los primeros pobladores de la zona, fundadores de Tamarica, aproximadamente en el siglo III a. C., que se correspondería con la actual Velilla. Hasta 1949 su nombre fue Velilla de Guardo.
Es una localidad que ha vivido el último siglo bajo la decisiva influencia de la minería del carbón, sumida en un proceso de cierre, lo que ha provocado un brusco descenso de la población. La última industria que se mantuvo fue la central térmica homónima que la empresa Iberdrola tenía ubicada en el municipio, y que cesó su actividad en junio de 2020.
Límites del municipio:
Situada en un valle formado por el río Carrión –que atraviesa la localidad de norte a sur–, Velilla del Río Carrión es puerta de acceso a la Montaña Palentina –primeras estribaciones de la cordillera Cantábrica–, donde se encuentran algunas de sus máximas elevaciones: Espigüete (2450 m) y Pico Murcia (2431 m). La extensión del municipio es de 198,94 km² y la altitud del núcleo urbano de 1121 msnm.
Su situación confiere al pueblo un clima continental-de montaña, con inviernos largos y fríos y abundantes nevadas, y veranos suaves y secos, con temperaturas medias de 19,5 °C en verano y 3,5 °C en invierno (el término municipal). Estos datos sufren sensibles variaciones a medida que se avanza hacia el Norte y aumenta la altitud. Son muy a tener en cuenta los aires fríos procedentes del Norte de los que el pueblo permanece protegido por la barrera de montañas que lo rodean.
Según datos de la estación meteorológica de Velilla, la media anual de precipitaciones es de 1260 mm, que corresponden a 437,9 mm en invierno y 175,8 mm en verano.
Velilla se encuentra englobada dentro de la Mancomunidad de Aguas del Carrión, que regula el abastecimiento del agua en las localidades de la zona.
El río Carrión, que nace dentro del término municipal, concretamente en el espacio conocido como Fuentes Carrionas, es el más importante de la zona. Su principal curiosidad es que a pesar de sus 179 km de longitud todo su recorrido forma parte de la provincia de Palencia, atravesando algunas de sus localidades más importantes como Guardo, Carrión de los Condes y Palencia. De menor importancia son el río Besandino, que vierte sus aguas al Carrión dentro de la localidad y el río Cardaño, también afluente del Carrión. Además existen numerosos arroyos subsidiarios del Carrión dentro del parque natural.
Las especiales condiciones climáticas han propiciado que en este municipio se desarrollen especies endémicas, como una variedad de sempervivum que solo se da en el Espigüete, y que lleva el nombre de Sempervivum Giuseppii. También existe gran variedad de plantas medicinales como la manzanilla, y de setas comestibles muy demandadas como la senderina y la codiciada boletus.
El término municipal de Velilla tiene una superficie de monte de utilidad pública de 19 357 ha, el mayor de la provincia, que agrupa a 3.541 especies arbóreas.
Como resultado de las diversas condiciones climáticas presentes en esta zona, su vegetación presenta una notable variedad, donde nos encontramos encinares y sabinares de sabina albar, así como hayedos, robledales o abedulares, siendo de especial importancia su pinar autóctono de pino silvestre.
Entre 1997 y 2003 se produjeron en el municipio 29 incendios forestales, que supusieron la destrucción de 315 ha, lo que significa el 0,4% de su superficie forestal.
La cabaña ganadera local está compuesta principalmente por ganado ovino y vacuno, sobre todo en las pedanías al norte de la localidad, aunque también tuvo cierta importancia el caprino.
El término municipal es uno de los más extensos de la provincia, y abarca gran parte del parque natural Montaña Palentina, así declarado el 5 de julio de 2000. Entre las principales especies que habitan este espacio cabe destacar el oso pardo, urogallo, lobo, venado, águila real, buitre leonado, y gato montés, algunas de ellas en peligro de extinción. 16 220 ha de la Reserva Regional de Caza Fuentes Carrionas corresponden a Velilla.
Asimismo, el Carrión es rico en la trucha, cuya pesca se desarrolla a lo largo del mismo, donde destacadas personalidades han asistido a practicarla. Existen dos cotos de salmónidos, el P-1 en Cardaño de Abajo, y el P-5 en Velilla.
Durante mucho tiempo se atribuyó erróneamente el origen del nombre Velilla a la ciudad cántabra de Vellica, cuya ubicación correcta se encuentra en Olleros de Pisuerga, lo que descarta cualquier relación entre un nombre y otro.
Existe la teoría de que el topónimo Velilla, formado a partir de Vallella, procede de un diminutivo del latín Vallis, o valle pequeño, bastante razonable teniendo en cuenta la situación de la localidad.
El agregado "de Guardo" fue cambiado en 1949 por "del Río Carrión", al estar desvinculados los ayuntamientos de las dos localidades.
Según el libro "Toponimia palentina: Nuestros pueblos, sus nombres y sus orígenes" (F. Roberto Gordaliza Aparicio, 1993), la toponimia de Velilla del Río Carrión se corresponde con La pequeña villa del río Carrión. En la obra "Palencia en sus topónimos" (Jesús María Merino Agudo, 2002) se identifica como Lugar de vigilancia (en zona) del río Carrión, pues interpreta el topónimo Velilla como "lugar de vigilancia". (Ver sección Bibliografía)
El escudo de Velilla se define así:
La existencia en Velilla y alrededores de importantes culturas del pasado viene auspiciada por el hallazgo en 1890 de una lápida funeraria (que se conserva en la Colección del Marqués de Comillas). Dicha lápida contenía la inscripción: "Cadus Pedaccianus Pentovio Aulcigun amito suo et Amio filio an(norum) XXX.", interpretada como: "Cado Pedacciano erigió este monumento a su amigo Pentovio de la gente de los Avóleigos, y a su hijo Amio de 30 años de edad."
De la primera civilización que se tiene constancia es del pueblo cántabro, ya conocido en el siglo III a. C., un pueblo guerrero compuesto por varias tribus menores, entre ellas los Tamáricos, cuya capital, Tamaria o Tamarica según Plinio el Viejo y Kamárica (debido a un error de transcripción de los códices, según algunos estudios ) según Ptolomeo, se correspondería con la actual Velilla, en cuyo término se encontraban las míticas Fontes Tamarici (Fuentes Tamáricas). Fue Plinio quien narró el maleficio que significaba ver las fuentes por primera vez cuando se encontraban secas, hecho que acompañó la muerte del legado romano Larcio Licinio, que falleció una semana después de haberlas conocido cuando se encontraban sin agua, en el año 70. El historiador Enrique Flórez identificó, hacia 1750, el manantial conocido como La Reana con las Fuentes Tamáricas descritas por Plinio en su Naturalis Historia, XXXI, 23. Durante los veranos de 1960 y 1961 se realizaron trabajos de excavación promovidos por el Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas del Ministerio de Educación Nacional, dirigidos por los arqueólogos Antonio García y Bellido y Augusto Fernández de Avilés (director del Museo Arqueológico Nacional), cuyas conclusiones mostraron total coincidencia con la identificación hecha doscientos años antes por Flórez.
A principios del s. I los cántabros se replegaron hacia el norte por el incontenible avance en la península del Imperio romano a pesar de su tenaz resistencia, que dio lugar a las guerras cántabras. Tamaria fue utilizada como paso y guarnición de la expansión romana para su invasión de la civilización cántabra, y la zona fue dotada de una calzada, ya desaparecida, recordada en la localidad como “Camino Real”. Esta calzada cruzaba el Carrión al nordeste de Vidrieros para remontar el curso del río hasta su origen, en Fuentes Carrionas, donde atravesaba la Cordillera Cantábrica, penetrando por Caloca y Vendejo para descender hasta el fondo del Valle de Liébana. En el año 19 a. C. los cántabros son definitivamente sometidos, pasando a pertenecer a la provincia romana de Tarraconensis. De la época romana, los vestigios arqueológicos que quedan son, aparte de La Reana y la inscripción funeraria, un ara romana y los restos de dos acueductos para la minería del oro, conocidos en la época moderna como "Camino de Los Moros" y "Camino Griego", esculpidos en la roca de las montañas cercanas. La existencia de la guarnición romana viene avalada por los escritos de Plinio y sus citas de visitantes célebres. El nombre asociado a este asentamiento es, según Fidel Fita, Aulcigun o Avolgicorum.
Tras la romanización de Cantabria, no quedan vestigios de ningún tipo de actividad en la zona, seguramente quedó deshabitada, durante las invasiones visigodas y árabes.
No es hasta la segunda mitad del s. IX cuando comienza el movimiento de colonización de las montañas del norte de la península. El norte se repobló con foramontanos, gente venida de las montañas, siendo la cercana localidad de Brañosera, el primer municipio de España, en el año 824. Para ello, se utilizan antiguos asentamientos romanos, ubicándose en primer lugar una iglesia en torno a la cual surge el pueblo. Durante los trabajos de construcción de la central térmica apareció una necrópolis de esta época, que fue completamente destruida por las obras. En 1033, es restaurada la Diócesis de Palencia, a la que se conceden los Señoríos de Buardo, Camporredondo y Alba. Velilla figura como Velliolla en el Becerro de las Behetrías de Castilla, un censo publicado en 1352 que es el primer escrito que hace alusión a la localidad como tal, en la merindad de Saldaña, y donde se edifica la ermita de San Juan en el s. XIII.
Velilla fue señorío de la Casa del Infantado, cuyo Duque, Señor de Guardo, era dueño de las tierras de "La Serna", que dominaban la Reana y la ermita de San Juan. En octubre de 1726 se redactó el contrato por el que el pueblo pagaba tributo a María Francisca de Silva Mendoza y Sandoval, undécima duquesa del Infantado. En esos tiempos habitan Velilla algunas casas nobiliarias (Valdeones, Noriegas) y se encuentra bajo el Señorío de Guardo, siendo su denominación Velilla de Guardo. La Serna fue un lugar decisivo en la historia de Velilla: este inmenso prado era el escenario de todas las faenas agrícolas y el punto de cita donde se desarrollaban todas las costumbres y tradiciones del pueblo. La agricultura y la ganadería eran la base de la economía velillense, pero pasaron a un segundo plano con la llegada de la minería.
La abolición de los señoríos en España fue aprobada en 1811 por las Cortes de Cádiz, por la necesidad de una administración y gestión mejores, y Velilla se convirtió en ayuntamiento, sumándose al mismo varios pueblos vecinos que fueron variando con el paso del tiempo.
Según un documento del archivo del ayuntamiento, en 1814 los datos del pueblo eran los siguientes:
En 1855 el pueblo fue víctima de la epidemia del cólera, que afectó a más de 25 000 personas en toda la provincia.
En el marco de las guerras carlistas, el 4 de agosto de 1869, un contingente de unos cien carlistas, comandado por Pedro Balanzategui (militar y exalcalde de León) y Leoncio González de Granda, llegó procedente de la provincia de León perseguido por la Guardia Civil. En Velilla sus perseguidores les dieron alcance y tirotearon, pero Balanzategui y otros consiguieron escapar y dirigirse a Valcobero, donde fueron definitivamente apresados y fusilados junto al cementerio el 6 de agosto.
A finales del s. XIX, el carbón que albergaban las montañas del municipio comenzó a ser importante para las nuevas industrias, sobre todo para la emergente industria metalúrgica de Bilbao. Comenzaron a llegar del País Vasco los primeros ingenieros y técnicos de minas, buscando la apreciada antracita. Las primeras prospecciones en los montes supusieron una importante alteración de la vida local. La minería del carbón cambiaría totalmente la industria, la demografía y la historia locales.
En 1910 se estableció en el pueblo una Misión de la Congregación, una orden religiosa destinada a la evangelización de los pobres y la formación del clero. La noche del 14 de diciembre de 1912 se produjo el hundimiento del puente romano sobre el Carrión, del que solo quedó en pie un arco, debido a una gran riada. Al producirse este hecho durante la noche, no se produjeron desgracias personales. Estas riadas eran muy comunes hasta la construcción de los embalses que regularon las aguas del río.
Ya en 1920 comienzan las primeras huelgas de la minería en Velilla, Guardo, Las Heras, Villanueva y Cerezal, para protestar por las pésimas condiciones de trabajo y el paupérrimo salario.
En 1929, el ayuntamiento consiguió en propiedad el prado de La Serna, hasta entonces en poder de la Casa del Infantado, pagando 25 pesetas al fisco.
El 4 de agosto de 1930, causó gran revuelo la llegada del Rey Alfonso XIII, que se desplazó a Camporredondo, para inaugurar el Embalse de Camporredondo, oficialmente denominado pantano Príncipe Alfonso. El monarca llegó desde Cervera de Pisuerga, pues veraneaba en Santander, y desde Velilla llegaron Abilio Calderón (entonces Ministro de Fomento) y Carlos Martínez de Azcoitia, alcalde de Palencia Un año más tarde, el monarca tuvo que partir al exilio.
La revolución obrera, que comenzó en Asturias en octubre de 1934, siguió por la cuenca minera de León y llegó hasta el norte de Palencia, iniciándose en Barruelo. El 4 de octubre de 1934, los mineros de Velilla se unieron en Guardo a los de esta localidad, tomando las armas en las últimas horas del día 5 de octubre, y se hicieron con el control de los pueblos. Al ser reducido el contingente destacado en el puesto de la Guardia Civil, los mineros tomaron el mando sin dificultades. El gobierno envió el día 7 a la zona 60 guardias más y media compañía de un batallón del ejército con sede en Palencia. La fuerte resistencia opuesta por los mineros fue respondida con el envío desde la Base aérea de Agoncillo, en Logroño de varios bombarderos, que hicieron capitular a los rebeldes el mismo día 7 de octubre. Muchos huyeron al monte, y la mayoría se entregaron, sufriendo graves represalias.
El 18 de julio de 1936 se produjo el golpe de estado contra el gobierno de la II República, y toda la zona minera del norte de Palencia quedó en manos de las tropas sublevadas tras el levantamiento. A pesar de que la zona estaba ya tomada prácticamente desde la Revolución del 34, se estableció un pequeño frente, localizado en los montes cercanos y en las proximidades de Cantabria. Las organizaciones mineras volvieron a encabezar la lucha para defender a la República, y sus escaramuzas duraron hasta agosto de 1937, en que fueron definitivamente derrotados. La Guerra Civil Española no tuvo demasiada repercusión en el municipio, pero la represión franquista se dejó sentir.
Tras la guerra, la zona sufrió -como todo el país- una pobreza extrema, y una gran represión contra la minería. En 1949 la localidad pasó a denominarse Velilla del Río Carrión, en alusión al río que atraviesa el pueblo. Los veranos de 1960 y 1961 se llevaron a cabo los trabajos de excavación en las Fuentes Tamáricas promovidos por el Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas del Ministerio de Educación Nacional, que culminaron con la declaración de Monumento Histórico para la fuente.
Gracias a la incipiente minería, y a la construcción del embalse de Compuerto en 1960 y, sobre todo, la central térmica en 1964 para aprovechar la producción de carbón de la zona, la población se dobló en 30 años (1980), con la llegada de trabajadores de todas partes de España, gozando de gran prosperidad económica. El momento de máximo esplendor se produce en 1984, coincidiendo la ampliación de la térmica con la máxima actividad de las minas. Esta prosperidad propició la desaparición del histórico prado de La Serna, donde se construyeron un colegio y nuevas viviendas.
La reconversión minera trajo consigo un declive acentuado por la práctica desaparición de la minería al iniciar el s. XXI.
La estructura poblacional de Velilla presenta una pirámide fuertemente envejecida debido sobre todo a la baja tasa de natalidad y a la emigración, motivada ésta en gran parte por la práctica desaparición de la minería, principal recurso económico durante todo el s. XX. La distribución por edades de la misma era la siguiente en 2003:
Población de derecho (1900-1991) o población residente (2001) según los censos de población del INE. Población según el padrón municipal de 2019 del INE.
Las entidades de población que componen el término municipal de Velilla del Río Carrión son las siguientes:
El desarrollo urbanístico de la localidad se produjo en la margen izquierda del río Carrión, a partir del núcleo original, situado en torno a la iglesia y el palacio barroco conocido como Casa del tío Mateón, que junto al ayuntamiento forman la plaza Mayor, en dirección N-S, desarrollándose la calle Mayor hasta su confluencia con la carretera de Palencia a Riaño. Posteriormente se desarrollaron dos barrios en la margen derecha del río, denominados Areños y Las Cortes, que provocaron la construcción de tres pasarelas peatonales, la última de ellas instalada en marzo de 2010, y que es el segundo puente de madera más grande de España.
Hacia 1960 se construyó, a 1 km de la localidad, el Poblado de Terminor, situado junto a la central térmica, para alojar a los ingenieros y especialistas que intervinieron en la construcción de la misma, utilizado después por la empresa Iberdrola como viviendas para sus empleados. El desarrollo posterior se produjo a través de la urbanización del prado de La Serna, donde se construyeron el campo de fútbol, el nuevo colegio público y varios bloques de viviendas.
Según datos del Censo de Población y Viviendas del año 2001, en Velilla del Río Carrión había 1679 viviendas, con la siguiente distribución:
Según este estudio, el 46,1% de las viviendas, están construidas entre 1940 y 1960.
La Reana, como es conocida en la localidad, fue declarada Monumento provincial de interés histórico y artístico por el Ministerio de Educación Nacional el 9 de mayo de 1961, y en 2002 Bien de interés cultural con la categoría de Monumento por la Junta de Castilla y León. La Fontes Tamarici de los Cántabros que habitaban la zona, es un estanque rectangular con tres arcos que tiene la peculiaridad de llenarse y vaciarse de forma inesperada, hecho al que confirió poderes augurales el naturalista y militar romano Plinio el Viejo en su obra Historia Natural con la siguiente cita:
Actualmente solo se conserva un arco de su construcción original, el resto fue restaurado debido a su mal estado en los años 80.
Era un puente de tres arcos, construido en piedra de sillería, sobre el río Carrión, que comunicaba Velilla con la provincia de León. Se hundió en parte la noche del 14 de diciembre de 1912, quedando solo en pie un arco. Al producirse este hecho durante la noche, no se produjeron desgracias personales.
Aunque tradicionalmente ha sido conocido como el Puente Romano, estudios posteriores, como el realizado por el arqueólogo Antonio García y Bellido, durante su estudio de las Fuentes Tamáricas, han sugerido que es una construcción medieval.
En 2008 se reforzó la base del puente con una zapata para evitar el derrumbe del arco que se conserva.
Está localizada en la margen derecha del río Carrión, algo apartada del pueblo. Es una ermita dedicada a la Virgen de Areños, de la que lleva el nombre, patrona de la localidad.
Fue construida a finales del s. XVI, y es un edificio de una sola nave sin excesivo valor arquitectónico. Lo más destacable de su interior son sus bóvedas de crucería. Su principal valor artístico se encuentra en su interior, donde alberga dos retablos, uno salomónico de gran calidad y otro policromado de estilo barroco.
Su elemento más importante es la talla románica en madera policromada que representa a la Virgen de Areños, una imagen de reducidas dimensiones que se aloja en la iglesia parroquial de la localidad, excepto la época comprendida entre el segundo domingo de junio y el último de octubre, en que es ubicada en su emplazamiento original en la ermita. Durante las fiestas patronales en honor a esta virgen, es llevada en procesión hasta la iglesia, donde permanece durante todas las fiestas.
Una parte importante de la población de Velilla desarrolla su actividad laboral en Guardo, donde el tejido industrial y el sector servicios tienen mayor importancia. A continuación se muestra una gráfica con el porcentaje de empleados en cada actividad, correspondiente al año 2001:
Interm. financieros 0,92%
Según la misma fuente, la tasa de desempleo era, ese mismo año, del 16,10%.
La agricultura y la ganadería fueron la principal fuente de subsistencia hasta finales del s. XIX, en que fueron desplazadas por la minería del carbón. Aun así, se mantuvo una importante actividad ganadera durante el s. XX, para comenzar el XXI con una presencia meramente testimonial, con algunas propiedades insignificantes de vacuno y lanar en la localidad. En el resto del municipio, la cabaña vacuna tiene más importancia, debido a la declaración, en 1998, de Marca de Garantía para la Carne de Cervera y Montaña Palentina.
El motor de la economía velillense fue, desde principios del s. XX, la minería, en plena decadencia desde inicios del XXI, cuya última explotación fue el pozoLas Cuevas, propiedad de UMINSA (grupo Victorino Alonso), cerrado indefinidamente desde 2012, manteniéndose en 2013 únicamente la mina de Carbones San Isidro y María con unos 25 mineros, que también cerró sus instalaciones.
La poca rentabilidad de las explotaciones por el sistema tradicional y la proliferación de minas a cielo abierto han ocasionado la recesión de la minería en toda la zona.
La Central térmica de Velilla, propiedad de Iberdrola, estaba constituida por dos grupos térmicos, el Grupo 1, construido en 1964, y el Grupo 2, en 1984, de 154,94 MW y 360,70 MW de potencia nominal, respectivamente. Como combustible empleaba carbón nacional de la zona de Sabero, Guardo y La Pernía, carbón de importación y coque.
En 2008, ajustándose a la nueva normativa de emisión de gases a la atmósfera, se instaló una planta de desulfuración, que reduce en un 97% las emisiones de óxido de azufre procedentes de los gases de combustión y en un 80% las de partículas.
En 2018, Iberdrola anunció que cerraría la central en 2020,
y en junio de ese año procedió a su desconexión.También propiedad de Iberdrola, y con una potencia de 20 000 kW, la central hidroeléctrica conocida como “Salto de Compuerto” aprovecha el agua embalsada del Pantano de Compuerto para la generación de energía eléctrica. El agua es llevada por sistema de gravedad desde el embalse hasta la central -situada junto a la Reana- a través de un túnel que, durante 4,7 km, atraviesa la montaña. Después de pasar por una turbina, es vertida, también de forma subterránea, al río Carrión. La obra fue adjudicada en 1963, y su explotación comenzó en 1967.
El turismo rural está experimentando un notable auge, sobre todo la Ruta de los Pantanos, lo que ha conllevado la apertura de nuevos establecimientos turísticos (hoteles, casas rurales y restaurantes) en el municipio.
La localidad de Velilla disponía, en enero de 2009, de 3 establecimientos con la categoría de hostal-bar-restaurante, 1 con la de hostal-bar, 2 con la de bar-restaurante, y 7 bares.
También hay una amplia red de casas rurales, situadas en las localidades de Velilla, Otero de Guardo, Camporredondo, Cardaño de Abajo y Cardaño de Arriba.
Las carreteras que atraviesan la localidad son:
Siendo los accesos más próximos a autovías:
(Datos GPS)
Velilla cuenta con oficina de Correos, además de 4 antenas de telefonía móvil y cobertura de Televisión Digital Terrestre y ADSL. Dispone, además, de un área Wi-Fi en las inmediaciones del ayuntamiento.
Durante las fiestas patronales de agosto tiene lugar todos los años la Regata Internacional del Carrión (declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional), una de las pruebas más prestigiosas del calendario piragüístico nacional, de la que se llevan disputadas 50 ediciones. Se desarrolla inmediatamente después del Descenso del Sella y su participación es del más alto nivel internacional. Velilla del Río Carrión cuenta con dos clubs de piragüismo Los Delfines del Carrión y el Club piragüismo Fuentes Carrionas.
El club de fútbol del municipio, el C.D. Velilla, llegó a militar en Tercera División en la temporada 1987/88. Cabe señalar como curiosidad, que el entrenador del equipo esa temporada -y que también lo fue del C.F. Palencia- es el actual alcalde, Gonzalo Pérez Ibáñez. Refundado en 2007, el club comenzó a competir en 1ª División Provincial de Aficionados. La temporada 2008/09 consiguió el ascenso a Primera División Regional Aficionados de Castilla y León. El C.D. Velilla dispone también de secciones inferiores.
El club de balonmano de Velilla, el Club Deportivo Balonmano Fuentes Carrionas, creado en marzo de 2008, disputó la liga provincial masculina de León. En la actualidad cuenta con equipos de base hasta categoría juvenil, disputando tanto campeonatos provinciales como autonómicos.
La privilegiada situación geográfica de Velilla le permite disfrutar de una gran cantidad de rutas de senderismo y montañismo, siendo la ascensión al pico Espigüete una de las más apreciadas por los aficionados. Su cara norte es de especial dificultad y varios montañeros han perdido la vida en su afán de escalarlo por esta vertiente.
Desde el ayuntamiento de Velilla se gestionan las necesidades del pueblo y de otras siete localidades más: Alba de los Cardaños, Camporredondo de Alba, Cardaño de Abajo, Cardaño de Arriba, Otero de Guardo, Valcobero y Valsurbio (las dos últimas deshabitadas).
Este ayuntamiento se ha visto muy favorecido por los fondos MINER, subvenciones de la Unión Europea destinadas a impulsar procesos de reindustrialización y mejora de infraestructuras de zonas mineras.
También los impuestos que paga la empresa Iberdrola en concepto de explotación de suelo municipal por las instalaciones que posee en el término suponen importantes ingresos para las arcas municipales.
En las últimas convocatorias de elecciones municipales, en Velilla se registraron los siguientes resultados:
Desde la restauración democrática en España, Velilla ha tenido los siguientes alcaldes:
En los últimos años el ayuntamiento ha recuperado dos tradiciones ancestrales que se habían perdido con el paso del tiempo: los "zamarrones" y el "mayo".
Los Zamarrones: Se produce su aparición el Martes de Carnaval. El zamarrón es un personaje de origen pagano, procedente de la mitología celta prerromana, que fue incorporado a las festividades católicas como representación del jolgorio y de la lujuria. Su vestimenta consiste en un gorro con forma de capirote, un chaquetón largo hecho con la piel de algún animal que está adornado con cencerros, con los que produce un gran alboroto, y alpargatas de cintas. En la mano llevan un instrumento de azote, que suele ser un palo largo, con el que asustan a los vecinos.
El Mayo: La Festividad de los Mayos, conocida en Velilla simplemente como el Mayo se celebra el primer domingo del mes de mayo. Tenía antiguamente connotaciones rituales totémicas a la divinidad primaveral o de los árboles que se han ido perdiendo con el paso de los tiempos. Un grupo de vecinos se reúnen para ir al pinar a cortar el mejor ejemplar, podarlo y transportarlo al pueblo en un tractor, donde es pinado con la ayuda de cuerdas y horquillas y plantado, colocando un premio en su copa. Una vez allí, los mozos intentan trepar hasta la punta por sus propios medios con el fin de conseguir el premio. Una vez que uno lo consigue, se celebra una pequeña fiesta en torno al árbol.
La gastronomía de Velilla viene condicionada por la riqueza de su fauna y flora. En abril de 2008 se celebró la I edición de la Feria de Caza, Pesca y Medio Ambiente, con el objetivo de promocionar los productos locales a nivel nacional. Los platos autóctonos más destacados son los siguientes:
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