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Parque natural de Urkiola



El parque natural de Urkiola[1]​ es un espacio protegido situado en el extremo sur oriental de Vizcaya y norte de Álava en el País Vasco, España. Es una área protegida de 5768 ha que se hallan en el conjunto montañoso que forman las sierras de Aramotz-Eskubaratz, los Montes del Duranguesado y la sierra de Aragio.[2]

Fue declarado "Parque Natural" el 29 de diciembre de 1989 mediante el Decreto 275/1989 y a la sombra de la Ley 4/1989, de 27 de marzo de ese mismo año, de conservación de los espacios naturales y de la flora y fauna silvestres, con el objetivo de la protección de los valores naturales y paisajísticos que tiene haciéndolos compatibles con la explotación agrícola, ganadera y forestal tradicional del lugar.[1][3]​ Se declaró Lugar de Importancia Comunitaria (ES2130009) en diciembre de 1997 integrándose en la Red Natura 2000. El 16 de febrero de 2016 es declarado Zona de Especial Conservación (ZEC), dentro de la Red Natura 2000 por un decreto del Gobierno Vasco.[4]

El puerto de montaña de Urkiola, que forma la carretera BI-623 que atraviesa el Parque por el paraje así denominado, es el corazón del mismo y en él se hallan el centro de interpretación y las instalaciones administrativas y formativas, así como el Santuario de Urkiola y algunos establecimientos hosteleros y de servicios.

La mayor altitud del parque natural es la cumbre del monte Amboto (1337 msnm). Este monte tiene un fuerte significado mitológico al tener en él Mari, principal figura de la mitología vasca, su morada principal. El parque natural de Urkiola junto con el cercano parque natural del Gorbea forman una unidad medioambiental importante.

Urkiola ha sido históricamente una de las rutas de paso entre la cornisa cantábrica y la meseta. Aun cuando la presencia humana ha sido escasa, esta ha sido constante tal y como atestiguan los hallazgos arqueológicos realizados en toda el área del Parque. La mitología vasca asienta en estos lugares a muchas deidades pre cristianas como el caso de Mari y los Gentiles. La llegada del cristianismo reconvirtió estos lugares de culto pre-cristiano en lugares cristianos con la construcción de ermitas y humilladeros. El Santuario de los Santos Antonios Abad y de Padua tomó el relevo de la devoción y espiritualidad del lugar siendo uno de los santuarios más apreciados por los fieles y la población del País Vasco.

Las características del paisaje y el fácil acceso han sido determinantes para el uso lúdico y deportivo del lugar, uso que con el Parque se ha incrementado y racionalizado en aras de la conservación medioambiental. Destaca los itinerarios de montaña que incluyen desde sencillos paseos hasta ascensiones con desniveles superiores a los 1000 metros de altitud y las vías de escalada ubicadas en las paredes que rodean el desfiladero de Atxarte.

Históricamente se han explotado los recursos naturales, existiendo amplia presencia ganadera, forestal y minera llegando a poner en peligro, principalmente por la minería, la integridad natural del área ahora protegida.

El parque natural de Urkiola tiene una superficie de 5958,3 ha y un perímetro de 83,8 km Las 5958,3 ha por las que se extiende el parque natural se distribuyen entre 8 municipios, siete de ellos den Vizcaya y uno en Álava. La superficie que corresponde a cada uno de ellos es la siguiente:

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La orografía del Parque es muy accidentada aunque no de excesiva altitud. Las sierras de Aramotz-Ezkubaratz, los Montes del Duranguesado y la sierra de Arangio son los terrenos que conforman la superficie protegida. La altitud oscila entre la mínima de 240 msnm en Zalloventa, barrio de Mañaria, hasta los 1331 msnm del monte Amboto quedando la mayor parte del territorio sobre los 600 metros de altitud. En general, la altitud va aumentando de este a oeste. La sierra de Aramotz oscila entre los 789 m de Urtemondo y los 1008 m de Leungane; Ezkubaratz tiene en la cumbre de Arrietabaso su punto más alto con 1018 m. El cordal Amboto-Alluitz alcanza los 1331 m en la cima del primero y se rebaja en los 894 m de Tellamendi. La sierra de Arangio, dispuesta ortogonalmente al eje Amboto-Alluitz, tiene su máxima altitud en la cumbre del Orisol con 1128 m.[2]

Siguiendo los ejes de las sierras que conforman el Parque, en la dirección este-oeste tiene una longitud aproximada de 20,5 km que corresponden a la separación entre el límite noroeste de Aramotz y sudeste de Tellamedi, mientras que en el sentido norte-sur es de 5 km. La sierra de Aramotz-Eskubaratz es un paisaje abrupto, áspero, dominado por la roca caliza y propio de un sistema kárstico. Los montes del Duranguesado, dominados por Amboto y Alluitz son una gran mole de caliza gris que se alza imponente sobre los valles de Arrazola y del Ibaizabal. La sierra de Arangio se mantiene cubierta de vegetación. La línea divisoria de aguas entre la vertiente mediterránea y cantábrica pasa por las cordales de estas sierras, dándose la circunstancia que es la cumbrera del tejado del Santuario de los Santos Antonios parte integrante de la misma.

La ocupación humana de la zona es remonta a tiempos prehistóricos, aun así el único núcleo habitado del Parque es el puerto de carretera de Uquiola, donde se ubica el santuario y su área. No obstante hay una gran presencia de caseríos aislado dispersos por las zona baja del Parque. Los habitantes de estos caseríos, en (euskera reciben el nombre de "baserri") se dedican a la explotación agraria y ganadera que combinan con el trabajo en la industria y servicios de las poblaciones cercanas. Las labores del agro han modificado sustancialmente el paisaje del Parque a lo largo de la historia. Junto a ellas, la explotación forestal, es una de las más relevantes en esta cuestión al haber introducido especies foráneas destinadas a dicha labor.

Urkiola ha sido una de las principales rutas de comunicación entre la cornisa cantábrica y la meseta a lo largo de la historia. Esta característica unida al despoblamiento del entorno y su singularidad paisajística, ha dado lugar a numerosas leyendas y mitos, siendo el más relevante el de Mari, la llamada "Dama de Amboto", y la actuación de los Gentiles (gigantes sin cristianizar que realizan proezas de fuerza sobrenatural a los que se les atribuyen diversas construcciones y estructuras naturales). Ocupando el lugar de las deidades pre cristianas se construyeron ermitas e iglesias a lo largo del camino principal, cuya influencia, junto con las labores de los habitantes del entorno, forjaron el paisaje actual del parque.[3]

Los límites del parque natural de Urkiola vienen definidos en la parte norte por la línea de separación entre los municipios de Yurre y Dima que corre por la ladera del monte Aramotz hacia el este hasta el punto donde convergen las fronteras de estos dos municipios con Lemona y Amorebieta. A partir de ahí se prolonga siguiendo la demarcación entre Dima y Amorebieta hasta la cumbre de Belatxikieta sobre este último municipio.

Bordeando este monte hasta el límite de términos de Dima y Amorebieta hasta llegar al lindero del monte Auirreta siguiendo por el confín del monte Betzuen hasta llegar al límite del municipio de Durango.

La línea de demarcación del Parque se extiende hacia el este por el camino hacia la ermita de Santa Lucía y el lugar conocido como "Neberondo" ("La nevera") justo debajo de la cumbre de Mugarra, hasta el límite con Izurza. Sigue el límite del monte Bidecelaya hasta el camino al caserío Etxeburu Torre desde donde corre hasta la línea que separa Izurza de Mañaria. Sigue la línea de separación entre estos dos términos municipales en dirección sureste hasta subir a la crestería del Mugarra y bajar a Peda Mugarra. En este punto la demarcación del Parque sigue hasta llegar al camino de Mugarrikolanda que sirve de límite hasta el lugar conocido como Arta. De allí va a la cantera de mármol y por el camino de Izunze hasta el río Urkuleta. Sigue hasta el arroyo Txupitaspe y por el límite del monte de U.P. n.º 185 llega al mojón nº 71. Desde este mojón se sigue la línea que separa Mañaria y Dima hasta la ermita de San Martín y rodea el monte Untzillaitz pasando por encima de la cantera llamada Muchate hasta llegar de nuevo a al línea divisoria entre Mañaria y Izurza que se sigue hasta llegar al término de Abadiño siguiendo la demarcación de este municipio hasta el mojón 1 que está en Untxillaitz. Por el lindero de este monte llega al mojón 18 donde, atravesando el desfiladero de Atxarte, llega por media ladera al mojón 19 situado en el monte Urkiola-Basoak cuyo lindero se sigue hasta el mojón 45 para, dejando el lindero seguir a media ladera hacia Achondo bordeando las estribaciones de Alluitz y Amboto pasando por el espolón rocoso llamado Atxarte, calzada vieja de Atxeko, chabolas de Eguskialde hasta el límite con Alava. Se sigue aguas arriba el arroyo Erlan, y por el alto de Amillondo hasta las peñas de Axelarrin, donde comienza el límite este.

Por el este la cumbre del Tellamendi es el punto de referencia del cual se sigue dirección oeste por Izpiztikoarriaga ya en tierras de Aramayona. Cerca del collado de Lesiaga se cambia de dirección hacia el sur para bordear al ladera este del monte Aranguio pasando por Larra, barranco de Izarra y la chabola de Ipurtotz siguiendo el camino que desde Aranguio lleva hasta la chabola de Keisti donde da comienzo el límite sur del Parque.

Por el sur el límite del espacio protegido va desde la cruz de Aranguio por la ladera de ese monte, pasando por la ermita de San Cristóbal, hasta el collado de Lesiaga y de allí hasta Olaeta y Zabalandi llegando a Pagozabal en el límite entre las provincias de Álava y Vizcaya. Sigue la frontera entre estos territorios en dirección oeste (límite territorial también de los municipios de Achondo y Aramayona) hasta Azuntze, ya en Abadiano, llegando al mojón número 58 del monte Urkiola Basoak siguiendo por la demarcación interprovincial hasta el mojón 68 donde términa el límite de Álava y el del Parque por este lado.

Por el lado oeste la línea de demarcación del Parque sigue dirección oeste por el lindero del monte de utilidad pública número 18 hasta Danzaleku donde comienza la frontera que separa Dima de Abadiano la cual sigue hasta el punto en el que está se junta con el término municipal de Mañaria en el mojón número 84. Aquí se deja la frontera entre pueblos para llegar al collado de Magaltxeta pasando por el alto de Iturriotz. Sigue por el camino de Astoa y llega al canal de Mendizabal siguiendo hasta el depósito de Berdiguntze. Rodea el alto de Lesartzu y, pasando por su colado, sigue por el a Eskurmin hasta el collado de Olarreta de donde sigue el camino a Iñungan por Sollukogane hasta llegar a Oba. Por Euntzuatz sigue el camino viejo del barrio de Artaun llegando al camino del monte Aramotz el monte flramotzu donde finaliza.[1]

El conjunto paisajístico del Parque de Urkiola está constituido por las grandes masas calizas que conforman los cordeles montañosos que recorren el Parque en el eje sureste noroeste. Estas moles rocosas tiene fuertes pendientes, creando barrancos y cantiles, y afiladas crestas con finos pasos de crestería. Las laderas de estos cresteríos se cubren con encinares cantábricos, hayedos y otros bosques caducifolios así como con plantaciones forestales de diferentes especies, principalmente coníferas entre los que se abren las praderas de pastos, que dan un paisaje muy rico en colores con abundante gama de verdes.

Las planicies kársticas soportan un paisaje diverso y áspero constituido por distintas proporciones de matorrales, pastos, roquedos, hayedos y pinares en una topografía muy accidentada.

En la parte baja de los valles se ven plantaciones, con algunas intercalaciones de bosques de frondosas. La mayor parcelación de estas zonas debido a la actividad humana da una mosaico de formas geométricas apreciable, pero mantiene la típica gama de verdes del paisaje cantábrico.

Cabe destacar la afectación de la actividad minera en el Parque o sus inmediaciones. Aun cuando la extracción de mineral ha sido una actividad histórica dentro de los terrenos que conforman el parque natural de Urkiola, las minas fueron cerradas mucho tiempo antes de que se otorgara esta figura de protección a estos terrenos. Las canteras de caliza, explotaciones a cielo abierto con un gran impacto paisajístico, han permanecido en actividad tiempo después del nacimiento mismo del parque natural de Urkiola. Con excepción de las canteras de Atzarte, propiedad del ayuntamiento de Abadiño, que fueron cerradas cuando se creó el Parque, las de Mutxate y Markolin Goikoa en Mañaria están en explotación en el límite justo de la demarcación del Parque (de hecho la marca se hizo en referencia a al explotación extractora) y la de Zallaventa, también en Mañaria, dentro del límite del Parque está también en producción.[6]

Atendiendo a la utilización y características de protección se ha dividido el Parque en cuatro zonas diferenciadas. Esta ordenación realizada por el Decreto 147/2002, de 18 de junio de 2002, busca la utilización ordenada de los recursos naturales de Urkiola por la población garantizando su aprovechamiento sostenido medioambiental; preservar la variedad y singularidad de los ecosistemas naturales, del paisaje y geológicos; mantener los procesos ecológicos esenciales y de los hábitats de las especies de flora y fauna silvestre y el mantenimiento de la capacidad productiva del patrimonio natural.[6]​ Estas zonas son:

Las zonas de especial protección son aquellas que requieren, por sus características de vegetación, fauna, geomorfología, paisaje y ecosistemas. Se extienden por zonas abruptas con grandes pendientes.

Hay dos zonas de este tipo, una el cresterío que forman Untzillaitz - Anboto - Zabalandi - Arangio, la más importante con una gran variedad paisajística de flora y fauna con extensas masas de hayedos. La otra se extiende por las laderas del Neberazarra y Errelletabaso bajando hasta Iturrioz en la parte sur y por el noroeste engloba el Mugarra teniendo el límite en la zona kárstica. Tiene una relevante flora y destaca la avifauna que se desarrolla en el Mugarra y el alto valor paisajístico del área de Neberazarra.

Se prevé preservar estas zonas fomentando la recuperación de las especies autóctonas rehaciendo masas de vegetación autóctona y recomponiendo estas. Actuar en la recuperación de antiguas canteras y fomentar usos compatibles con los objetivos conservacionistas. Reducir el uso lúdico del cordal del Amboto.

Es la zona de afluencia habitual de visitantes. Comprende el área del puerto de Urquiola, con el Santuario de los Santos Antonios y inmediaciones. Se extiende a lo largo de la carretera entre el puerto de Urquiola y el alto de Erreketegana.

Es una zona donde destacan las cuestiones de interés cultural y hay algunos ecosistemas representativos.

Formadas por áreas transformadas para estos usos a lo largo del tiempo. Se extienden a los lados de la carretera Mañaria - Ochandiano incluyendo terrenos de Iñunganaxpe y Artaun. Se prevé la mejora de las explotaciones bajo la supervisión de los órganos de gestión del Parque de acuerdo con las asociaciones de propietarios y usuarios.

Se sitúa en el extremo noroccidental del Parque desde Aramotz hasta el Mugarra. Se trata de una zona kárstica singular con condiciones singulares en la altitud y la pedregosidad del terreno que hacen que su vegetación sea escasa y aprovechable para el pastoreo.

Esta zona es una banda de 100 metros de anchura a lo largo de todo el perímetro del Parque excluyéndose los núcleos rurales e industriales, en concreto Artaun en Dima y Urkuleta y la zona de suelo industrial consolidado del entorno de ermita de San Lorenzo en Mañaria.

En esta área se puede suspender, previo informe del Patronato del Parque, cualquier actividad que pueda perjudicar al área protegida.[6]

El parque natural de Urkiola está rodeado de núcleos urbanos cuyos barrios rurales se adentran en los límites del mismos. Desde ellos el acceso es fácil y rápido. Las poblaciones limítrofes están bien comunicadas. La distancia del centro del Parque a las capitales del País Vasco son las siguientes; a Bilbao 50 km, a Vitoria 31 km y a San Sebastián 80 km.

La carretera BI-623 (en la parte alavesa A-623), que cruza el Parque de norte a sur por su centro, uniendo Durango con Vitoria, es la forma más rápida y cómoda de acceder al Parque. Esta carretera forma el puerto de montaña de Urquiola que tiene una altitud de 700 msnm. En él se ubica el Santuario de los Santos Antonios y toda su área religiosa (caminos, ermitas y fuentes) así como el centro de interpretación del parque Toki Alai y sus dependencias administrativas. En este lugar se ha formado un pequeño núcleo urbano, dependiente del municipio de Abadiano, con algunos servicios de hostelería y alojamiento, áreas de recreo y paseos.

A la zona del macizo de Aramotz se puede acceder desde el valle de Arratia, parte sur del Parque, mediante la carretera BI-3543 que une las poblaciones de Yurre y Ochandiano. Desde esta carretera se accede a los barrios y parajes de Artan, Oba y Balzola todos ello en la población de Dima. Desde el otro lado, desde el valle del Ibaizabal se accede a esta sierra desde el núcleo urbano de Amorebieta o desde el barrio de Bernalgoitia de este mismo municipio.

Por el lado oeste el acceso se realiza desde la carretera BI-632 que une Durango con Mondragón pasando por el puerto de montaña de Kanpazar. Desde este punto se puede acceder hacia el Besaide y Udalaitz y desde allí a Ipizte, collado de Zabalandi y Amboto. Desde esta misma carretera, se accede al valle de Arrazola y a los núcleos que conforman el municipio de Achondo situándose bajo el Amboto - Alluitz y acceder, con desniveles mayores de 1000 m, al mismo.

La parte alavesa del Parque, la sierra de Arangio, tiene el acceso por carretera A-26202 que discurre entre Mondragón y Legutiano. Desde ella se accede a los barrio de Aramayona de Ganzada y Etxaguen o cogiendo la A-3941 al barrio de Oleta, también de Aramayona, que ya se ubica en la vertiente occidental del macizo de Arangio.[2]

El topónimo castellano de "Urquiola" procede del eusquérico "urkiola", nombre del parque, y hace referencia a la existencia de abedules, urki(a) = "abedul", "ola" = "factoría" "ferrería".[7]​ Se traduce como "ferrería del abedul".

Las rocas que componen los suelos del parque natural de Urkiola son todas ellas rocas sedimentarias. Los materiales litolográficos más comunes son calizas, margas, areniscas y arcillas y rocas que combinan las anteriores cuyo origen son barros calcáreo, arcillosos y arenas que se han cementado.

Destaca por su espectacularidad y abundancia las formaciones de roca caliza arrecifales, también denominadas urgonianas. Estas calizas ocupan una gran extensión y firman las mayores altitudes. En el sector este se encuentra la alineación de los montes del duranguesado con las cumbres Alluitz, Ergoin, Amboto que se extiende por Izpizte y Orisol, todas ellas por encima de los 1000 metros de altitud. Por el sector oeste están las cumbres del Urtemondo, Mugarra, Leungane en Aramotz y Kanpantorrieta y Arrietabaso en el Ezkubaratz.

Los escarpes calcáreos de los montes del duranguesado que se orientan en dirección noroeste sureste y van desde el Mugarra al Amboto llaman la atención desde el punto de vista geológico por su espectacularidad. Son moles de caliza arrecifal de color gris claro, muy dura y compacta. Poseen gran cantidad de fósiles de corales coloniales masivos y de conchas de rudistos (molusco alto en forma de copa) y ostreídos. Se intercalan en las calizas arrecifales otras de diferentes tipos como calizas negras areniscas, calizas arcillosas, calizas margosas, etc.

El segundo tipo de roca que más abunda en el Parque es son las rocas detríticas que están formadas por una acumulación de granos muy heterogéneos de pequeño tamaño. Son areniscas y sus variantes. Ocupan una amplia extensión en el sector sureste del Parque y sus cumbres más destacadas son el Saibi y Urkiolamendi extendiéndose hacia el sur fuera de los límites del área protegida. Dentro de este sector hay un tramo basal de areniscas blanquecinas o grises claras con pequeños cantos de cuarzo.

Luego hay una mezcla de diferentes tipo de rocas sedimentarias muy variadas, calizas arcillosas en el extremo norte del Tellamendi, areniscas, arcillas y margas junto a la caliza arrecifal.[2]

Estas rocas son todas, a excepción de los recubrimientos cuaternarios, de materiales del Cretácico inferior correspondiendo a un nivel cronológico diferente cada serie. Los recubrimientos cuaternarios son de poco espesor y son suelos eluviales, derrubios de ladera, acarreos fluviales y turberas, fangos y arcillas.

La erosión que ha monedado el relieve del Parque atacando y haciendo desaparecer la parte más blanda dejando sobresalir a las partes duras como los espolones calizos. La caliza a su vez sufre los característicos signos de disolución en forma de dolina​s, cavernas, etc.

Bordea el sudoeste las Sierras de Amboto y Aramotz la llamada Falla de Urkiola que es la fractura más importante del anticlinorio vizcaíno.[6]

Las rocas que conforman el suelo del parque natural de Urkiola están datadas entre los 140 millones de años las más antiguas y 110 millones de años las más jóvenes. Las rocas más antiguas forman un piso geológico que se denomina Neocomiense del principio del periodo Cretácico, perteneciente a la Era Secundaria o Mesozoinca y son materiales arenosos y arcillosos, la data de 140 millones de años se atestigua por los fósiles que contiene. Estos son de origen marino.

Hace unos 120 millones de años sobre estos materiales aparecen otros de origen calcáreo, las calizas urgonianas o arrecifiales. Estos tienen su origen en las colonias de corales que se desarrollaron en el antiguo mar, estrecho y poco profundo, que ocupaba estas tierras.

Hace 110 millones de años el mar se hace más ancho y profundo parándose el desarrollo del coral y comenzarse a cubrir por el mismo por sedimentos arenosos y arcillosos finos. Hace 100 millones de años comienza la denominada "apertura del Cantábrico" que es extendió hace 45 millones de años cuando la Placa Ibérica se introduce debajo de la Placa Euroasiática empujada por la Placa Africana. En este proceso se comprime y eleva el fondo marino formándose los Pirineos y los relieves periféricos a los mismos, entre los que se encuentran los Montes vascos en donde se ubica Urkiola. Una vez que los fondos marinos quedan al descubierto, esto es hace unos 40 millones de años, comienza la acción de la erosión que acabó dando la forma actual que hoy tiene el relieve del parque natural de Urkiola.[2]

La caliza arrecifal o urgonianas es rica en fósiles de conchas marinas al haberse formado por la acumulación de corales y otros seres marinos que se desarrollaron en el periodo en que el lugar estaba sumergido, hace unos 120 millones de años. En las moles calizas del parque natural de Urkiola se encuentran yacimientos de fósiles de diferentes tipos, algunos de ellos pertenecientes a especies ya extinguidas. Los fósiles más comunes que se hallan son:

La abundancia de caliza junto con la riqueza en lluvias de la zona ha dado lugar a un muy rico relieve kárstico, con abundantes cuevas, muchas de ellas con restos de ocupación humana prehistórica. La karstificación está ligada al aporte hidrológico y al volumen de roca que permite este fenómeno. Esto hace que las reservas subterráneas de agua este en íntima relación con ella.

En las mesetas que presentan los macizos de Aramotz-Mugarra y Ezkubaratz se hn desarrollado toda clase de formas del kárstico. En ellos se hallan dolinas, simas y lapiaces, que configuran un paisaje particular y áspero. En los bordes de la meseta, en especial en el borde noreste, se aprecian mayores pendientes.

Bajo el suelo se forma una complicada red de galerías que recoge el agua filtrada o que entra en los sumideros. La erosión va calando hasta llegar a un extracto impermeable y buscar una salida formando un manantial o surgencia.[8]

Las principales cumbres del Parque ordenadas por su altitud son:

El parque natural de Urkiola está situado sobre la línea divisoria de las vertientes mediterránea y cantábrica. La composición de sus suelos, con una alta presencia de las caliza, hace que hay una importante zona kárstica que ocupa cerca del 60% de la superficie del Parque en forma de roquedos calizos y planicies y depresiones kársticas, lo que hace que haya una importante presencia hídrica subterránea.

La superficie de Urkiola está dividida en dos vertientes y cuatro grandes cuencas. Son cursos de agua pequeños tanto en longitud como en caudal (con la excepción del río Mañaria y los arroyos de Urquiola y Mendiola). La precipitación anual en ambas vertientes es muy similar, y condiciona mucho los caudales. Hay una gran diferencia entre el bajo caudal de la época estival y los máximos del otoño. Un gran número de manantiales surgen después de la temporada de fuertes lluvias.

A la vertiente cantábrica pertenecen las cuencas de Mañaria, Mendiola, Arrázola y Aramayona que tiene como características las fuertes pendientes debidas a los grandes desniveles y con alto poder erosivo. Tanto los cauces de Mañaria como de Mendiola y Arrázola contribuyen al río Ibaizabal.

Los cursos permanente de agua superficial se desarrollan en la vertiente norte sobre terrenos de margas arcillosas. Los arroyos que nacen en los barrancos de Inungane e Iturriotz-Txakurzulo formando el río denominado Mañaria. En el barranco de Mendiola se forma el arroyo del mismo nombre y en los barrancos de Txareta y Atxondo surgen arroyos que van a parar al río Elorrio que a su vez, junto al Zaldu que viene de Zaldívar, conforma el Ibaizabal siendo esta una de las cuencas principales que recogen las aguas del Parque.

También en la vertiente cantábrica están las contribuciones que pertenecientes a al cuenca del río Deva en la parte sureste del Parque. Son los arroyos procedentes de la sierra de Arangio y Tellamendi que forman el río Aramaio.

En la vertiente mediterránea, la parte sur del Parque, las pendientes son mucho más suaves haciendo que los cursos de agua sean más lentos. A esta vertiente pertenecen los arroyos de Urquiola y Oleta que se embalsan en la presa de Urrúnaga y vierten al río Zadorra, afluente del río Ebro.[9]

En la parte del Parque con terrenos de caliza arrecifal se ha desarrollado un proceso kárstico y el agua discurre por ríos subterráneos.

Las precipitaciones recargan los acuíferos que luego se descargan mediante surgencias o directamente a los cursos de agua. Estas sugerencias tienen importantes variaciones del caudal dependiendo directamente del régimen de precipitaciones. Estas aguas tienen índices de mineralización inferiores a 350 mg/l presentando una clara facies bicarbonatada cálcica.

En el Parque se identifican dos subunidades, Aramotz - Amboto y Eskuagatx. La primera de ellas se divide en dos sectores, Aramotz y Amboto. Los recursos de las subunidades localizadas en el parque natural se estiman en conjunto en 23,5 hm³/año.

La principal área hidrogeológica de Urkiola es Aramotz, que traspasa los límites del parque alcanzando el macizo de Udalaitz y a la zona de Ilunbe-Induso, en el municipio de Dima. Drena a pie de monte en diferentes puntos, en la parte suroeste por el manantial de Orue en el valle de Dima con un caudal de 75-100 l/s, en la parte noroeste por el manantial Iturrieta en Mañaria con un caudal de 100-200 l/s.

En el macizo de Ezkubaratz drena al norte por el manantial de Zallobenta en Mañaria con un caudal de 100-200 l/s y al suroeste al río Indusi mediante los manantiales de Urmeta, Angilarri, Indusi y Bernaola.

El complejo del Amboto drena hacia el noroeste, hacia el valle de Atxondo por el manantial de Urtzillo el cual tiene un caudal de 100-200 l/s.[9]

El parque natural de Urkiola está situado en la divisoria de aguas cantábrica-mediterránea y las perturbaciones del Atlántico Norte determinan su régimen climático.

El clima es templado oceánico, con un régimen de precipitaciones elevado con un claro descenso en el periodo estival y una atemperamiento de las temperaturas extremas. Se da la transición entre el clima cantábrico oriental de Vizcaya y el mediterráneo continentalizado de la mayor parte de Álava.

La mayor parte del Parque se encuentra sobre los 600 metros de altitud incluyéndose en el termotipo supratemplado, mientras que los terrenos que quedan debajo de esa cota son más templados, siendo el termotipo mesotemplado.

Las precipitaciones anuales, en torno a los 1500 mm, determinan unos ombrotipos húmedo e hiperhúmedo. La temperatura es suave, dulcificada por la influencia marina, con un rango que oscila entre los 7º C de media mínima y los 15 de media máxima con una media anual de 11 °C.

En la vertiente sur, a sotavento de la influencia oceánica, se produce una leve continentalización y mediterraneización del clima produciéndose un muy pequeño descenso de las precipitaciones respecto al otro lado.[6]

La actividad humana realizada a través del tiempo en las tierras del Parque Natuaral de Urkiola han marcado el tipo de vegetación existente en la actualidad. El tipo de suelo y la altitud son otros dos factores determinante para la misma.[2]

La vegetación del parque natural de Urkiola presenta los rasgos típicos del sector formado por las provincias Cántabro-atlánticas de la región eurosiberiana con rasgos de la región mediterránea al situarse parte del territorio del Parque en esa vertiente. Con referencia a la altitud, con un límite que oscila entre los 550 y los 650 metros dependiendo de la orientación, se diferencian dos tipos de vegetación; el colino que coincide con el mesotemplado y el montano coincidente con el supratemplado. Hay además algunas características puntuales que influyen en la vegetación. Estas son:

En ausencia de la influencia humana la vegetación potencial climácica típica del piso colino (por encima de los 600 msnm), estaría constituida por robledales atlánticos, en el valle habría bosque mixto de frondosas caducifolias y robledal acidófilo en las pendientes. En las riberas de los arroyos se situarían alísias y en los sustratos calizos bosques de encinares cantábricos y su cohorte de matorrales perennifolios. Por las paredes de Leungane-Artatxagan se encontrarían quejigales de roble carrasqueño.

En el piso montano, altitudes por debajo de los 600 metros aproximadamente, se desarrollaría el hayedo y, en algunas laderas soleadas y con sustrato arenisco se encontrarían marojales de roble.

Habría enclaves en los que se desarrollarían formaciones de turberas y brezales turbosos, gleras o pedrizas móviles en suelos muy ácidos, húmedos y fríos y en los acantilados su vegetación de cantil típica.[6]

La actividad humana en el Parque de Urkiola ha influido en la conformación de su paisaje y en especial en la vegetación que se da en el mismo. La vegetación potencial ha quedado reducida y en su lugar se han establecido otras. La distribución actual de la vegetación en el Parque es la siguiente:

Las zonas con árboles están presentes en más de la mitad de la superficie protegida. Se distribuyen casi al 50% entre bosques naturales y plantaciones forestales. Destacan los bosques de los roquedos calizos y las especies de más abundantes son el haya y la encina en este orden. En las plantaciones forestales la especie más abundante es el pino radiata o pino insigne que ocupa más de 1000 ha, con mucha menos ocupación hay plantaciones de otras coníferas. La distribución arbórea es la siguiente:

[6]

Se han catalogado un total de 694 taxones (especies, subespecies e híbridos) entre los cuales 156 están clasificadas como de especial interés por su especial endemismo. En el parque natural de Urkiola no hay especies propias y exclusivas del mismo.

De los 694 táxones catalogados 12 son especies clasificadas como endémicas, 35 muy raras, 100 raras y 12 como raras localizadas. Las especies muy raras se desarrollan principalmente en roquedos, un 41%, y bosques de frondosas, un 24% de ellas, siendo los encinares muy significativos en esta cuestión, otro 22% se desarrollas en las áreas higroturbosas. Las especies raras localizadas tiene su principal ubicación en los roquedos y hay alguna en los pastos montanos. Las especies raras se reparten entre el roquedo, con un 37, los bosques naturales de frondosas con un 32, lo mismo que los pastos-matorrales mientras que las áreas higroturbosas tienen 25. Las especies endémicas se encuentran también de forma importante en los roquedos, donde se ubican 9 taxones, normalmente e zonas de umbría. De ellas solo tres se pueden clasificar de raras. El resto aparecen en los pastos matorral, dos en brezal calcícola y una en los matorrales y bosque claros de substrato ácido.[6][3]

Se han catalogado 126 especies de vertebrados, excluyendo los quirópteros (murciélagos) en el siguiente cuadro se muestra la distribución según su clase:

La ubicación del parque natural de Urkiola a caballo entre la vertiente cantábrica y la vertiente mediterránea hace que su fauna este formada principalmente por especies típicas eurosiberianas (83%) con algunas de origen mediterráneo (13%), etiópicoorientales (1%) y cosmopolitas (3%).[6]

En el entorno del parque hay 23 áreas que mantienen comunidades o agregados interesantes y caracterizadores en referencia a la fauna. Estás áreas se deben a los siguientes criterios; lugares de nidificación, humedales propicios para la reproducción de anfibios y aquellas zonas que sean conocidas como indispensables, por cualquier causa, para el desarrollo faunístico.

Las especies que habitan ene le parque natural de Urkiola se agrupan en cuatro categorías:

En el Parque hay un gran número de especies protegidas, 64 están incluidas en el "Catálogo Nacional de Especies Amenazadas". Hay tres especies que se pueden pescar y 12 que se pueden cazar. La Directiva de Aves de la comunidad europea protege a 19 especies mientras que "Directiva de Hábitats" protege a otras 15. Hay 106 especies que están protegidas por el Convenio de Berna, 30 por el Convenio de Bonn y 15 por el Convenio de Washington.[6]​ El "Catálogo Vasco de Especies Amenazadas" incluye 36 especies que tiene presencia en el Parque.[3]

Entre los vertebrados de Urquiola se encuentran:[2]

Entre los peces de los ríos del parque se encuentra la madrilla (Parachondrostoma toxostoma),[10]​ el piscardo (Phoxinus phoxinus). Se ha repoblado con trucha común (Salmo trutta) y trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss).[6][11]

Habitan en el parque dos especies de urodelos, el tritón palmeado (Triturus helveticus) y la salamandra común (Salamandra salamandra) y cinco anuros, rana común (Pelophylax perezi) patilarga (Rana iberica) y bermeja (Rana temporaria), sapo partero (Alytes obstetricans) y común (Bufo bufo).[11]

Como la lagartija de turbera (Zootoca vivipara) o la roquera (Podarcis muralis), víbora cantábrica (Vipera seoanei), culebra lisa europea (Coronella austriaca) y lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi).

Hay una importante variedad de rapaces, destacando por su número la colonia de buitres leonados (Gyps fulvus) (solo en el Mugarra hay más de 60 parejas). Hay alimoches (Neophron percnopterus), cernícalos vulgares (Falco tinnunculus), halcones peregrinos (Falco peregrinus), ratoneros comunes (Buteo buteo), cárabos (Strix aluco), águilas calzadas (Aquila pennata), aguiluchos pálidos (Circus cyaneus) y milanos negros (Milvus migrans). Son también numerosos los paseriformes como el mirlo (Turdus merula), la collalba gris (Oenanthe oenanthe), el roquero rojo (Monticola saxatilis), el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), los bisbitas arbóreo (Anthus trivialis) y el bisbita ribereño alpino (Anthus spinoletta), las currucas rabilargas (Sylvia undata) y zarceras (Sylvia communis), el arrendajo (Garrulus glandarius), el petirrojo (Erithacus rubecula), los herrerillos capuchinos (Lophophanes cristatus) y comunes (Parus caeruleus), el reyezuelo listado (Regulus ignicapilla), el camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula) y la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) entre otros. Pueden encontrase también pájaros carpinteros como el pico picapinos (Dendrocopos major) o el pito real (Picus viridis), chotacabras gris (Caprimulgus europaeus), cuco común (Cuculus canorus), paloma torcaz (Columba palumbus) y martín pescador (Alcedo atthis)

Como jabalíes, ardillas, liebres, corzos, topillos, erizos, topos, musarañas.

Comadrejas (Mustela nivalis), zorros (Vulpes vulpes), tejones (Meles meles), gato montés (Felis sylvestris), turón (Mustela putorius).

Dentro de la fauna de Urkiola está el grupo de los quirópteros o murciélagos con una presencia en el Parque de cinco especies diferentes, estas son, murciélago común, murciélago de cueva, murciélago mediterráneo de herradura, murciélago pequeño de herradura y el murciélago grande de herradura.

El murciélago grande de herradura, el mayor quirótero de Europa, es una especie campestre que ocupa en invierno cuevas y en verano gusta de asentarse en desvanes y otros habitáculos humanos. Suele reunirse en colonias de mucho individuos.

El murciélago pequeño de herradura hiberna en refugios subterráneos y habita en bosques aunque se refugia en construcciones humanas.

El murciélago mediterráneo de herradura es de un tamaño intermedio y tanto en invierno como en verano habita en cuevas, en general en grandes cavidades y salas. Suele estar mezclado con otras especies.

El murciélago de cueva es un especialista en los espacios abiertos, a veces recibe el nombre de "golondrina de noche" por desarrollar un vuelo rápido muy similar al de las golondrinas. Gusta de las cuevas y por ello suele estar asociado a terrenos calizos de áreas despejada con relieve. Forma colonias de muchos individuos tanto en hibernación como en cría, se puede asociar a otras especies.

El murciélago común habita en entornos naturales y zonas humanizadas. Usas construcciones humanas y refugios naturales como grietas, agujeros en árboles. En invierno hiberna en pequeños grupos mientras que en verano, en época de cría, forma grandes agrupaciones.[2]

Los biotopos del parque natural de Urkiola están influenciados por la actividad humana. En algunos de ellos está actividad ha sido escasa y es fácilmente reversible, mientras que otros se han formado por una actividad humana continuada durante mucho tiempo.

Los biotopos con escasa influencia del hombre son los roquedos, los bosques caducifolios, el encinar y las zonas húmedas. Mientras que la actividad humana han ido conformando los pastizales, primer medio natural introducido por el hombre, la campiña y las plantaciones forestales. Cada uno de estos biotopos tiene sus propias características y sus propios habitantes, tanto vegetales como animales.[2]

El pastizal de origen en la actividad ganadera, ocupan un 16% del Parque. Este uso del terreno para la alimentación del ganado se remonta al Neolítico y se basa en la práctica de mantener el ganado en bajo protección, bien en cuadras o en prados de siega durante la época de mal tiempo del año y sacarlo en primavera y verano a los pastizales donde viven en semilibertad. El ganado que hay en Urkiola es ovino, bovino y caballar, este está todo el año en los pastos.

Los pastos de Urkiola se clasifican en tres tipos; montanos, de alta densidad y corta talla; solicícolas, pobres en especies que se dan en suelos areniscosos y el praderas y laderas elevadas y los pastos lastansones que tienen abundancia de gramíneas de hoja ancha, larga y endurecida.

La fauna de este biotopo está compuesta por los habitantes en los biotopos vecinos, en especial con el que le dio origen. Se pueden ver estos espacios fauna típica del roquedo, de las zonas forestales o de las landas.

En cada tipo de pasto se desarrolla una vegetación diferente y se ubican en lugares de características diferentes.

Los pastos fueron generados por el hombre en espacios ocupados por otros biotopos. Esto único a la poca cobertura que hay en ellos hace que su fauna sea la propia de los biotopos vecinos y varié con la disposición de los pastizales en el Parque, dependiendo de que biotopos tengan por vecinos.

Los pastizales montanos que se extienden entre los collados de Asuntze y Zalabaundi, que separan la masa forestal de Oleta del piedemonte del cordal calizo Alluitz-Amboto, se nutren de animales típicos de ambos biotopos. La lagartija de turbera es un pequeño reptil de entre 5 y 18 cm de longitud. Se desarrolla en prados con cierto nivel de humedad e incluso encharcamiento. Acompaña a la lagartija de turbera la lagartija de roca y la culebra de collar, que se desarrollan en los prados pero cerca o en los pequeños afloramientos rocosos que se producen en los mismos.

En cuanto a las aves, solo la tarabilla común, la collalba gris y el bisbita ribereño alpino nidifican en estos lugares, son tres especies insectívoras. Otras especies de aves nidifican en biotopos próximos y se alimentan en el pastizal, estas son, alimoche, la chova piquirroja y la piquigualda o el buitre leonado.

Hay tres especies de topillos en el Parque, la ratilla agreste es muy abundante en las campas de los pastizales montanos. Junto a ella se pueden ver topillos pirenaicos, ambos son base de la alimentación de otros muchos animales, desde las víboras hasta los zorros. El topo común también es muy abundante en las campas del Parque extendiéndose por allí donde haya suelo con independencia de la altitud.[2]

El roquedo ocupa un 20% del parque y tiene una gran cantidad de morfologías, grietas, rellanos, cantiles, lapiaces... que dan lugar a una amplia variedad de plantas, con sus especies características como la saxifraga, la festuca, el llantén y otras especies rupícolas o litófitas (que crecen en o sobre rocas).

El roquedo tiene una importancia primordial en los referente a la fauna, especialmente la avifauna. En el viven numerosas especies de aves entre las que destaca el buitre leonado que nidifica en los acantilados que se forman en las moles rocosas de los montes del Parque.

La diferente morfología que se da en el roquedo hace que se desarrolle una gran variedad de plantas que se adaptan a los diferentes nichos biológicos que se dan ene el mismo. Una característica de estas especies es el alto grado de endemicidad (exclusivas de es biotopo) que hay entre ellas debido a las características de aislamiento que poseen los paredones de roca rodeados por los biotopos que se desarrollan en las áreas bajas y llanas que los rodean.

Los pastizales petranos están ligados a la roca, no a las paredes. Estos ocupan los suelos más pobres, de menor profundidad, muy expuestos, secos y soleados. Los suelos mejores vecinos han sido ocupados por pastizales montanos y lastonares, prebezales y espinares petranos. En los pastizales petranos se desarrollan gran variedad de especies, entre ellas están la festuca (Festuca sp.), tomillos (Thymus praecox), (T. brittanicus), Acinos alpinus y Helianthemum nummularium. Donde la influencia del pastoreo es más intensa aparece el llantén medio (Plantago media) y Medicago lupulina y allí donde se da una sequedad del suelo más acusada se desarrollan Koeleria vallesiana, Carex humilis y Fumana ericifolia.[12]Erophila verna y Aphanes arvensis crecen en los sitios con suelos muy escasos y muy secos.

Los las pares altas de los macizos calcáreos y los paredones verticales se desarrollan especies vegetales diversas dependiendo de la microtopografía. En las grietas y fisuras de las paredes calcáreas se desarrollan especies que precisan muy poco suelo y gran humedad, hay helechos como Asplenium viride, Polystichum lonchitis, el culandrillo menor (Asplenium trichomanes) y el culandrillo blanco (Asplenium ruta-muraria) y el Cystopteris fragilis que comparten lugar con otras especies como Saxifraga trifurcata, S. paniculata y Erinus alpinus entre otras.

En las partes más altas y con menos sol, donde las condiciones ambientales son más frescas, es el lugar de desarrollo de especies propias de la alta montaña pirenaico cantábrica allí se encuentran Potentilla alchemilloides, la aguileña (Aquilegia pyrenaica), anémone (Anemone baldensis ssp. pavoniana) y la umbelífera Dethawia tenuifolia.

En las repisas y pequeños rellanos en los que solo hay una pequeña y escasa capa de suelo se desarrollan Sesleria albicans, Globularia nudicaulis y Carex sempervirens entre otras plantas especializadas en estas difíciles condiciones.

En los fondos de dolinas y grietas lapiaces muy sombríos y húmedos donde se almacena la hojarasca, lo que crea un suelo rico en materia orgánica, se dan plantas de desarrollo rápido y de grandes hojas como Aconitum lamarkii, Adenostyles alliariae, Meconopsis cambrica y Geranium sylvaticum.

Se pueden apreciar también algunos árboles y arbustos como el tejo (Taxus baccata), la encina (Quercus ilex), el pudio (Rhamnus alpina) o el mostajo (Sorbus aria) que comparte lugar con la hiedra (Hedera helix).

En los cúmulos de piedra que se encuentran a pie de cantil, llamados glecas o canchales, donde el terreno es muy movedizo y el suelo escaso, se dan especies vegetales como la hirundianaria (Vincetoxicum hirundinaria), la hierba de San Roberto (Geranium robertianum) y Vicia pyrenaica.[2]

Para la fauna que habita en el parque natural de Urkiola el roquedo tiene una especial importancia. Este biotopo alberga un muy importante número de especies y de las más relevantes dentro del catálogo faunístico del Parque, en especial las correspondientes a las aves. Destacan el buitre leonado, el alimoche, el halcón común, el roquero rojo, el avión roquero, la chova piquirroja y el acentor alpino. Además del alcón común también anida en las paredes de Urkiola el cernícalo vulgar. Entre las aves pequeñas que habitan en el roquedo están, el avión roquero, el roquero rojo y el colirrojo tizón.

El buitre leonado es la mayor ave que vive en el Parque. Instalan sus nidos en las grietas y repisas de los cantiles de Alluitz y Mugarra, en este monte se han detectado más de 60 parejas.

La lagartija roquera es el reptil más característico de este biotopo.[2]

El bosques caducifolio ocuparía prácticamente toda la superficie del Parque, con excepción de los roquedos y zonas de turberas, si no hubiera habido intervención humana. En la actualidad, tras muchos siglos de utilización de los recursos naturales por el hombre, ocupan casi un 40% de su superficie. Este tipo de bosque es el hábitat más complejo de las zonas templadas de la tierra. En Urkiola es el haya el árbol más extendido aunque una de sus características, junto con el fuerte ritmo estacional, es la de la diversidad de especies que lo forman.

La fauna que habita en estos bosques depende del tipo de árbol que lo conforma. En el caso del haya, que es el tipo de bosque más extendido en Urkiola con casi un 20% del total de la superficie del Parque, la fauna es escasa ya que el sotobosque que crea es muy pobre y no sostienen a una alta diversidad de especies por falta de alimento. En los hayedos se desarrollan micromamíferos y anfibios. La fauna del robledal es muy similar.

Los bosques de Urkiola son principalmente de hayas que ocupan altitudes medias mientras que en las partes bajas, hasta los 600 metros de altitud, son de robles, los cuales están muy mermados al haber sido usados como combustible para las ferrerías y haberse destruido los robledades para conseguir tierras de pasto y cultivo. La superficie que ocupan los robles en el Parque es de 35 ha, un escaso 1%, y se mantienen en las zonas de Mendiola y Oleta. Los bosques de obles eán formados por dos especies, por el roble eútrofo que se da en suelos profundos en fondos de valle y junto al cual aparecen fresnos, tilos, olmos y arces. Estos bosque tiene un sotobosque formado por arbustos como el majuelo y endrino junto a los que se desarrollan diferentes plantas como Polystichum setiferum o el helecho Athyrium filix-femina o plantas como la consuelda y la pulmonaria. Si el suelo es arenisco se reduce la diversidad siendo el roble más relevante mezclado con algún abedul o algún acebo.

En altitudes superiores se deja paso a los hayeros. El haya es una árbol que ha llegado a Urkiola hace aproximadamente 3000 años proveniente de los Balcanes. Su gran copa crea un sotobosque muy oscuro donde la competencia por la luz es muy alta y produce escasas diversidades de especies. La explotación carbonera del haya ha dado lugar a los llamados bosques de hayas trasmochas, en los cuales los árboles se han deformado al ser cortadas sus ramas para hacer carbón vegetal. El haya requiere un régimen de lluvias abundantes pero no es exigente con el tipo de suelo. Dependiendo de este hay diferente sotobosque. Cuando el suelo es pobre y ácido como la arenisca entonces el sotobosque es muy reducido, suele estar formado por el arándano y Deschampsia flexuosa. Suele haber algún acebo y algún abedul. En Ukiola estos bosques de hayas en terreno pobre se dan en Mendiola, Sakonandi y Condebaso, donde aparece en contacto con formaciones de marojo.

En algunos puntos entre los hayedos acidófilos se forman bosques de roble sésil o americano al que en ocasiones acompañan arces reales o falsos plátanos.

En asentamientos con suelo más ricos, con sustratos calizos, la flora es más abundante, aun cuando el sotobosque sigue escaseando. Este sotobosque se puebla con secila, ajo de oso y diente de perro al comienzo de la primavera. Con el bosque más sombrío, cuando las hayas ya se han cubierto de hojas, aparecen la melica y Brachypodium sylvaticum además de algunos arbustos como la adelfilla, se puede ver este tipo de bosques en Aramotz, Amboto y Arangio.

Junto al hayedo se dan muchas variedades de musgos y hongos. La humedad reinante dentro del hayedo permite que el musgo tapice cualquier roca o tronco mientras que los hongos son un grupo que cumplen con muchas funcione dentro del hayedo, cierran el ciclo de nutrientes descomponiendo la madera y hojarasca y hacen una función simbiótica en las raíces de los árboles haciéndoles asimilar los nutrientes con mayor facilidad. Entre los hongos y setas que se dan en el Parque caben mencionar los boletos, la lengua de vaca o las rúsulas.

En la zona sur del Parque se dan bosques de melojo, a veces mezclado con hayedo, que crece en zonas de mayor sequedad y con suelo de sustrato silíceo. El sotobosque es una mezcla entre los robledales acidófilos y los brezales.

Los bosques de abedules se localizan en la zona de txakurzulo y la parte sureste del monte Saibi en lugares con mucha pendiente y suelos ácidos. El sotobosque está formado por helechos y arándanos.

A pie de cantil, con suelos muy inestables, se dan poblaciones de avellanos, mostajos y tejos.

En Urkiola el bosque caducifolio es por excelencia en hayedo, el robledal es residual. Los bosques de hayas tienen un sotobosque pobre lo cual implica que su fauna también lo sea a no tener el sustento adecuado, ya que la ausencia de bayas y frutos hace que un gran número de aves que se alimentan de ellos no puedan hacerlo en este tipo de bosque. Esto incide en otros vertebrados, los mamíferos carniceros tienen una fuente de alimentación menos extensa. Esto hace que sea aquella fauna que no depende del extracto arbustivo la que se pueda desarrollar en este tipo de bosque, que en este caso son los anfibios y los micromamíferos. Los suelos de los hayedos en muchos casos carecen de vegetación en incluso hay veces que las hayas crecen sobre la propia roca caliza, por otro lado suelen tener un enorme extracto foliar en descomposición, la acumulación de gran cantidad de hojarasca. En esa hojarasca en descomposición habitan muchos invertebrados que sirven de alimento a los anfibios y micromamíferos. Los anfibios están favorecidos por la gran humedad que hace posible que puedan vivir desligados de las masas de agua.

La fauna de los hayedos es similar a la de los robledales atlánticos, varia en la densidad de las poblaciones. No solo es la falta de recursos alimenticios lo que incide en esta escasez de fauna, sino también las dificultades para instalar los nidos y huras hacen que muchas aves y mamíferos de tamaño intermedio no residan allí.

Una especie relevante de este tipo de bosque es el cárabo, un búho forestal bien adaptado a este tipo de entornos que se alimenta de micromamíferos. También se pueden ver en Urkiola dos especies de pájaros carpinteros, el pico picapinos y el pito real. En los bosques del sur del Parque se asienta alguna pareja de águilas calzadas. Con un nivel de presencia alto está el ratonero común.

Los mamíferos tienen en la ardilla común y en el lirón gris las especies más extendidas en el Parque, mientras que el jabalí y el corzo son los mamíferos de mayor tamaño de estos bosques.

El anfibio más característico es la salamandra común que llama la atención por su color negro y amarillo, huyendo del mimetismo para recordar a sus depredadores su toxicidad.[2]

Las andas ocupan los terrenos en los cuales se ha degradado el bosque bien por ser pasto de las talas o del fuego, también ocupan antiguos pastizales, se puede considerar a al landa como una fase intermedia de la recuperación del bosque. En el parque natural de Urkiola se da el brezal calcícola atlántico que es una mezcolanza de matorrales y plantas herbáceas. A veces suele estar dominado por el brezo y otras por la aliaga.

La mayor cobertura vegetal que posee la landa respecto al pastizal hace que en ella habiten más especies de animales con más individuos. Las zonas fronterizas entre biotopos, los llamados ecotonos, son las más ricas en diversidad de especies. Los animales no se limitan dentro de un determinado biotopo, sino que utilizan todos ellos como creen más conveniente. En las landas no hay aves de gran porte pero si hay una riqueza relativa de aves de pequeño y medio tamaño. También se puede ver algún pequeño mamífero y reptiles.

En el Parque la presencia de los brezales calcícolas es más relevante en Artaun, Leungane-Inungane y Arburueta. Hay presencia de este tipo de vegetación el arco Sabigain-Urkiolamendi donde hay presencia de materiales silíceos. Las mejores masas están en los barrancos de Zabalaundi, Tentaitxueta y Urkiolamendi así como en las laderas del Saibi.

La mezcolanza que matorrales y herbáceas, unas veces dominada por el brezo y otras por la aliaga y suelen estar acompañadas de otros matorrales de alta talla como Teucrium pyrenaicum que tiene flores blanca y rosas que combinan con las amarillas de la espinosa aliaga o con del brezo, el Helianthemum nummularium que tiene flores amarillas, el tomillo rastrero serpol serrano de la subespecie britannicus. Junto a estos arbustos crecen varias gramíneas como Helictrotrichon cantabricum y el lastón Brachypodium pinnatum de la subespecie rupestre y la festuca.

Suelen ser suelos acidificados de laderas y crestas en los que se instala el brazal-argomal-helechal. En estos sitios el bosque ha desaparecido, siendo la etapa de degradación de estos bosques y de los pastizales. En las landas hay especies que se mantiene vivas aún después de ser destruida la parte aéreas de la planta, esto las hace resistentes al fuego.

En función de la especie predominante la landa adopta una fisonomía concreta; en el brezal dominan diferentes especies de brezo, Erica vagans, Erica cinerea, la brecina y Daboecia cantabrica; en los argomales domina la argoma u otaka; el helecho común que crea la fisonomía de los helechales que son inmunes a los fuegos y las siegas gracias a sus grandes rizomas (tallos verticales y subterráneos). Si el pastoreo se intensifica entonces alguna gramínea puede dominar, como Agrostis curtisii, Pseudarrhenatherum longifolium o Molinia caerulea. En cercanías con el bosque se da el arándano. Ocuapa un 3,5% de la superficie total.

El brezal alto montano está dominado por el brezo blanco y tiene un comportamiento como de sustitución delos hayedos acidófilos de piso montano y es una formación importante en la defensa del suelo. Junto al brezo blanco crecen plantas como el helecho común y otras clases de brezos. Ocupa un 1,4% de la superficie del Parque.

El espinar pretano calcícola está formado por arbustos espinosos, en especial de majuelo y el endrino, a veces acompañado de rosales. Por debajo de este extracto se desarrolló otro donde conviven matorrales y plantas herbáceas como el brezo, el lastón o la violeta. Ocupa 478 ha, un 7,7% del Parque, y se desarrolla bien en la roca del karst y en los colunviones de los pies el cantil. Al comer el ganado las hojas de los arbustos, estos toman un aspecto achaparrado. Se puede ver en las laderas del cordal Mugarra-Aramotz y en Eskubaratz.

Como siempre pasa los animales no se limitan a un solo biotopo, sino que también utilizan los vecinos, de tal forma que animales que viven en el bosque pueden ser vistos en las landas y otros que viven en las landas buscan recursos de diferente tipo en el bosque.

En las landas la única ave rapaz que nidifica es el aguilucho pálido de presencia muy escasa en el parque natural de Urkiola, es un ave que construye sus nido en el suelo entre la argoma y el brezo. En primavera se pueden observar ejemplares de chotacabra gris, son aves estacionales que están hasta finales del verano y de costumbre nocturnas y de un tamaño medio. También se pueden ver, en los paisajes abiertos de la transición cántabro-mediterránea al bisbita ribereño alpino y al bisbita arbóreo. Entre las curracas se encuentra en estos terrenos a la curraca rabilarga.

La liebre norteña ocupa espacios abiertos y se le ve tanto en el pastizal montano como en la landa, es, a excepción del jabalí, el mayor de los mamíferos de este biotopo. En las landas de Urkiola vive el lagarto verdinegro, hecho que sorprendió a los estudiosos del Parque cuando hicieron la prospección sistemática del Parque. Hay pocos ejemplares y se localizan en la parte oriental, en terrenos del Tellamendi. También se pueden observar lagartos verdes.[2]

El 33% de la superficie del parque natural de Urkiola está ocupado por plantaciones arbóreas destinadas a la explotación forestal. Desde el Neolítico el hombre ha venido incrementando las tierras de labor pero a mediados del siglo XX se dio un vuelo en el proceso cuando el proceso de industrialización del País Vasco hizo que se produjera un éxodo del caserío a la ciudad, cambiando la producción agrícola y ganadera como sustento fundamental de la familia por el trabajo en la industria, esto provocó el abandono de muchas explotaciones y el que otras muchas pasaran a tener una importancia secundaria en la economía doméstica reduciendo su producción. Las tierras de labor ganadas al bosque se aprovecharon para la explotación forestal que producía beneficios con escasa inversión y mano de obra. El destino de la explotación forestal fue la obtención de pasta de papel por lo que primaba más la cantidad que la calidad lo que dio lugar a la plantación de desarrollo rápido. El Parque posee una gran riqueza de árboles foráneos, se cultivan árboles de los cuatro continentes.

Las plantaciones forestales suponen una profunda variación del medio natural, está variación tiene su reflejo en la fauna. Los bosque de coníferas tienen una población de aves menos que los bosque de frondosas. La fauna en general es más reducida, en diversidad y número, en estos bosques que en los hayedos y robledales. Mientras que los anfibios mantienen su diversidad en estos bosques, los reptiles, las aves y los mamíferos que llegan a reducir su diversidad en un 50%.

En las plantaciones que se han realizado en el Parque el pino insigne, originario de California, es muy abundante en Parque, en especial en altitudes inferiores a 700 m. Los pinares de insigni suelen talarse entre los 30 y 35 años de vida. El sotobosque depende de la edad del bosque y del manejo que se realiza en el mismo. De forma natural el roble iría colonizándolo pero al realizarse limpiezas de maleza periódicas en el mejor de los casos el sotobosque está formado por un brezal con muchos helecho común o un zarzal de escaso valor botánico.

En el arco silíceo que se forma en la ladera sur de la sierra, desde Saibi hasta Olaeta, hay plantaciones de pino albar, pino negral y pino marítimo.

La segunda conífera en extensión en el Parque es el ciprés de Lawson o falso ciprés, esta especie es más resistente a las heladas que el pino insignis y por ello ocupa altitudes superiores, hasta los 1000 metros. Su turno de tala está entre los 60 y los 100 años. La gran densidad de su siembra y de su copa crean un bosque extremadamente umbrío que no produce sotobosque alguno. En el Parque se encuentra en la ladera sur, el Saibi, Urkiolamendi y Oleta.

Salpicando las plantaciones de cipreses de Lawson se ven manchas de alerces del Japón que permite el desarrollo de césped denso en su sotobosque. En Urkiolamendi se pueden ver manchas de abeto rojo y con presencia casi testimonial algún abeto de Douglas.

A la entrada del desfiladro d e Atxarte se puede ver alguna plantación de eucalipto y también por diferentes partes del Parque hay algunos robles americanos de crecimiento más rápido que el autóctono. A las orillas de los ríos, ocupando el hueco del aliso se pueden encontrar algunos plátanos de sombra.

Aunque el uso industrial de la madera ha dado lugar a estas plantaciones "modernas" también ha habido plantaciones forestales para otros fines como los sotos de castaños La castaña fue un alimento de primer orden hasta tiempos relativamente recientes. La patata traída de América la fue arrinconando de su lugar privilegiado en la dieta de los habitantes del norte de la península ibérica. En la falda norte de Eskubaratz todavía se pueden ver bosques de castaños, abandonados ya de su explotación pero conservando las huellas de la misma, gruesos troncos con gran cantidad de ramas, muchas de ellas injertadas, que se abren a una altura de unos tres metros. Estos bosques van siendo colonizados por especies del bosque natural.

La fauna de estas plantaciones no se diferencia mucho de la de los bosques naturales, aunque aparece menor diversidad y densidad de especies. Los páridos viven tanto en los bosques caducifolios como en las landas y en las plantaciones forestales. En el Parque habitan seis especies de páridos: el herrerillo capuchino, el petirrojo, que se puede ver tanto en lo pinares como en los bosques de hayas y encinares, el reyezuelo listado, que nidifica en la zona alta de la floresta y se suele mezclar con los reyezuelos sencillos.

El único cánido que habita en el Parque es el zorro común al haber desaparecido el lobo hace ya tiempo, el zorro no solo habita en los bosques de coníferas sino que se extiende por todo el Parque.

De las cinco especies de reptiles que habitan en los bosques de frondosas, solamente dos se mantienen en las plantaciones forestales, la lagartija roquera y el lución o culebrilla de cristal, un lagarto apodo (sin patas).

El sapo partero común es el anfibio más extendido por estos bosques. De todas las especies que habitan en los bosques de frondosas solo al rana patilarga no se ve por los bosques de plantaciones forestales.[2]

La intervención humana se ha concentrado en el fondo de los valles. En el parque natural de Urkiola, así como en el resto del País Vasco, la explotación agrícola y ganadera está organizada entorno al caserío, alrededor del mismo están las huertas y los prados de siega, los lindes se han ocupado por los zarzales y espinos. Está característica de la explotación conforma un paisaje peculiar debido a la presión sobre el medio natural se ha venido realizando para la obtención de un rendimiento económico determinado basado en la ganadería y en la horticultura. En el parque natural de Urkiola casi toda la campiña se ubica a pie de monte del macizo de Aramotz y del cordal Untzillaitz-Alluitz-Amboto-Tellamendi. Ocupa un 1,3% del territorio del Parque.

La campiña es la domesticación integra de la naturaleza para servicio del hombre pero mantiene una cierta esencia de lo natural, en ella se asientan especies animales generalistas y de tamaño, más bien, pequeño.

Los campos de siega fueron en otros tiempos campos de cultivo de cereales, ahora están reconvertidos para la producción de hierva para el ganado. Suelen ser abonados con la cama del ganado, una mezcla de estiércol, argoma y helechos, y también con abonos químicos. Su aprovechamiento se realiza mediante el pastoreo y la siega, de una a cinco veces al año dependiendo de la productividad de la parcela. Estos prados están constituidos por una gran cantidad de especies vegetales las cuales aguantan muy bien tanto el pastoreo como la siega. Abundan las gramíneas como el vallico, la grama de olor, el heno blanco, el dactilo o la festuca. Estás suelen estar acompañadas por leguminosas que fijan el nitrógeno atmosférico favoreciendo el desarrollo de otras especies, entre estas leguminosas destacan el trébol blanco, el trébol rojo y el trébol amarillo, la chirivita o margaritas comunes, el diente de león o meacamas, el llantén menor y el llantén mediano así como el lino bravo.

Los lindes de las parcelas son ocupados por arbustos espinosos, normalmente zarzales y espinares. Los zarzales están compuestos casi exclusivamente por zarzas y algún helecho común que logra crecer entre ellas y alguna correhuela mayor. Los espinales se conforman de numerosos arbustos espinosos como el majuelo, el endrino, rosas y algunas especies leñosas como el cornejo, el aligustre y sauce atrocinereo. Enredados en ellos se desarrolla la hiedra, la hierba de pordioseros o la madreselva.

Los setos producen gran cantidad de alimento. Las flores son fuente de alimentos para abejas y otros insectos, los frutos (moras, tapaculos, endrinas, etc.) son el alimento de numerosos animales. Dan cobijo a multitud de fauna y actúan de pasillo entre bosquetes.

Las ortigas, el yezgo y la verbena crecen en la cunetas y orillas de los caminos así como en lugares con abundancia de ganado, cuando el camino está muy pisoteado se ve el llantén. En los muros y tapias se ven parietaria, cimbalaria y ombligo de Venus.

La campiña es un ecosistema totalmente antropizado en el que sin embargo habitan un gran número de especies animales. En la Iberia húmeda es uno de los biotopos más dinámicos en lo referente a la fauna.

El torcecuello vive en zonas abiertas y nidifica en los huecos de los árboles, generalmente frutales. Es el único piciforme europeo migrador y aparece por el Parque a comienzos de abril. Otra de las aves de este espacio es el cuco, que se establece en el Parque de abril a septiembre. Aunque en origen de ambiente forestal es en la campiña donde encuentra abundancia de nidos para parasitar, normalmente de petirrojo y de chochín.

El mirlo común, el zorzal común y el zorzal charlo son tres túrdidos que han ido abandonando el bosque por la campiña. En el Parque se les puede ver en las campiñas, en los bosques de hoja caduca y en el sotobosque espinoso de bosques de coníferas.

El erizo común es uno de los habitantes habituales de las campiñas, junto con el lagarto verde y al sapo común.[2]

Sobre las grandes moles rocosas y a media altitud se asientan los bosques de encina atlántica. En el parque natural de Urkiola los encinares ocupan 377 ha o cual equivale al 6% de la superficie total del mismo, lo que le hace ser la segunda especie vegetal autóctona en extensión del Parque.

La encina es una especie mediterránea que se ha adaptado al ambiente húmedo del cantábrico. Estos encinales son los únicos bosque naturales de la vertiente atlántica de hoja perenne. La presencia de este árbol en estas latitudes se explica por su expansión en el periodo cálido denominado Xerotérmico por el valle del Ebro hasta poblar la costa cantábrica. Los suelos pobres y filtrantes que la roca caliza proporciona simulan las condiciones climáticas mediterráneas convirtiéndose en lugares actos para el desarrollo de la encina y otros árboles similares.

La conservación de los bosques de encina sin que hayan sufrido la domesticación del uso humano se debe a lo pobre y complicado de sus suelos que no son propicios ni para pastizales ni para huertas. Aun así los encinares han sido aprovechados para el suministro de leña y carbón. La forma de explotación era similar a la explotación herbácea, realizándose verdaderas siegas, talas muy fuertes, cada cierto periodo de tiempo, normalmente algunos años. El abandono de esta actividad ha dejado que el bosque se vaya recuperando de forma natural, pero con la huella de este tipo de explotación que conforma bosques con árboles de modesto porte, menos de 4 metros, y ramificados desde muy abajo.

La fauna que acogen estos bosques, con una climatología atlántica, sustrato pobre y huella de la utilización como combustible, es de poco porte siendo fundamentalmente aves rapaces diurnas y algún mamífero como el tejón.

En los encinales que se hallan en el parque natural de Urkiola, la encina está acompañada de otras especies de características muy similares. Suelen tener hojas de forma similar y son también de carácter perenne, suelen producir frutos carnosos que sirven de alimento a los animales. Junto a la encina se encuentran madroños, laureles o labiérnagos. Junto a estos, cerrando cualquier hueco del encinar, se dan lianas y bejucos.

Entre estas especies trepadoras están la nueza negra, la zarzaparrilla, la rubia o la hiedra. También se desarrollan zarzales y rosales. Entre tanto árbol y arbusto perenne también se ve alguno de hoja caduca como el majuelo o el cornejo.

El culantrillo negro es uno de los helechos que se desarrollan en los encinares junto al aro, la hepática y la violeta. El rusco es un arbusto frecuente en el encinar, el contraste entre sus hojas y sus frutos, de un color rojo brillante, hace que este arbusto sea utilizado en la decoración navideña.

Los madroñales, que suelen ocupar los lugares donde la encina ha sido talada o quemada, mantiene una composición florística similar a la de los encinares siendo, logísticamente, el madroño la especie dominante. En Urkiola no hay una gran extensión de estos bosques.

Los vertebrados que se asientan en los encinares de Urkiola están condicionados por sus características, suelos pobre de roca caliza, árboles de escaso porte y muy intrincados sotobosques provocan que no haya fauna de cierto porte.

El pico real es abundante en el Parque, se encuentra en los diferentes tipos de bosque y también en el encinar. La paloma torcaz tiene una escasa presencia en el Parque, con índices similares a los del resto del País Vasco, pero esos asentamientos se dan en los encinares del Parque o de sus vecindades como ocurre en Dima. También se puede observar al herrerillo común entre las encinas, siendo allí donde se dan las mayores densidades al proporcionarles estos árboles numerosos agujeros para sus nidos.

En los bordes de los encinares, donde hay mayor presencia de arbustos, se suelen ver diferentes tipos de currucas, la más común es la curruca zarcera.

El tejón es el mayor de los mustélidos que habitan en el parque natural de Urkiola y realiza una vida nocturna estando de día en su madriguera. Es un animal pegado al suelo y que gusta de acercarse a la campiña en busca de más alimento. La musaraña de Millet es uno de los micromamíferos que se pueden observar en el encinar.[2]

La abundancia de agua dan lugar a condiciones muy especiales de desarrollo que a su vez fuerzan alas plantas a la adaptación lo que produce, en muchos casos, especies que son exclusivas de ambientes hifrófilos. Algunas de estas especies son de gran importancia biológica.

En el parque natural de Urkiola los pequeños ríos y arroyos de agua limpia y bien oxigenada suelen circular a gran velocidad por los fondos de los valles y barrancos. En sus orillas se desarrolla una vegetación concreta con árboles de hoja caduca con buen sotobosque. Buena parte de las abundantes precipitaciones suelen desaparecer al sumergirse en el sistema kárstico. Los bosques que se desarrollan en este ambiente húmedo ocupa un 0,61% de la superficie del Parque.

La fauna que vive en estos espacios depende fuertemente de los caudales de los ríos y arroyos así como de los encharcamientos estacionales que se producen por el área del Parque, que en algunos lugares son permanentes y juegan un papel fundamental en la reproducción de anfibios y reptiles. También tienen importancia los depósitos y abrevaderos en la reproducción de anfibios.

En las orillas de los ríos y arroyos que recorren el parque natural de Urkiola se desarrolla un bosque cuya principal especie es el aliso, árbol de una madera muy resistente a al humedad que se emplea para las construcciones bajo el agua. Junto a él está el fresno, el arce común y el avellano. El sotobosque, con una gran diversidad de arbustos, se conforma con especies como el sauce atrocinéreo o cenizo, el androsemo, la nueza negra, las zarzas y la madreselva. Hay una gran abundancia de helechos, como el helecho hembra, el helecho macho y Polystichum setiferum. Junto a estas plantas se desarrollan también la hierba de San Lorenzo, la ortiga amarilla, la violeta, Carex pendula, Brachypodium sylvaticum y Euphobia dulcis. Los alisos también se pueden ver en zonas encharcadas y en alguna laderas húmedas.

Este tipo de bosque es el que forma el llamado "bosque de galería" que acompaña y cubre los cursos de agua. Se pueden ver en los barrancos de Urkueta-Iturriotz, Txakurzulo, Mendiola, Urkiola y Oleta. En la forma de bosques de ladera se observan en los barrancos de Aldebaieta, dantzaleku, Saibigain y Makatzeta.

Los juncales son otra de las formaciones típica de estos ambientes húmedos. Se presentan en la forma de praderas húmedas juncales y producen en prados de siega donde se dan encharcamientos. La saturación hídrica impide que otras especies típicas de los pastizales ocupen estos lugares y son plantas higrófilas quien se establecen y desarrollan. Entre ellas destacan los juncos (Juncus inflexus, J. fusus y J. conglomeratus), la pulicaria, el heno blanco y los tréboles blanco y rojo. La presencia es muy escasa y suele estar amenazada por el ganado que lo pisotea y comen.

Las turberas aparecen en los remansos de los pequeños arroyos que corren sobre sustratos silíceos. Las turberas están habitadas por los musgos esfagnos que se van transformando en turba según se van desarrollando (las partes inferiores de estos musgos van muriendo y sobre ellas crecen las partes jóvenes). En esta turba crecen otras plantas muy especializadas como la Drosera rotundifolia y la Pinguicula grandiflora. Estas son plantas carnívoras que se alimentan de insectos que atrapan. En los pequeños hilos de agua que atraviesan las turberas se desarrollan Potamogeton polygonifolius, Hypericum elodes, Ranunculus flammula y Caltha palustris y rodeando la turbera se desarrollan unos juncales acidófilos compuestos por J. acutiflorus, J. bulbosus, J. conglomeratus y J. articulatus.

En los lugares de la turbera donde la humedad es menor, bien por su elevación o por hallarse en la periferia, se desarrolla el brezal turboso cuyo especie dominante es el brezo de flores rosas o de turbera al que acompañan algunas herbáceas como el gallarito y la gramínea Molinia caerulea.



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