x
1

Pastuso



Pastuso (también pastense o pasteño) es el término usado para designar al grupo etnocultural que habita el nudo de los Pastos, una región montañosa situada al suroccidente de Colombia y al norte de Ecuador. El nombre suele aplicarse a los residentes de la ciudad de San Juan de Pasto, y por extensión, a aquellos que viven en la antigua provincia de Pasto, y a los hablantes del llamado español pastuso, que se extienden también al occidente de Putumayo, el sur de Cauca (Nudo de Almaguer y Bota Caucana) y la provincia ecuatoriana de Carchi.[1][2]

En el departamento colombiano de Nariño, el término se corresponde con los habitantes de la región andina o altiplano nariñense, y excluye a los pobladores de la región costera, cuya cultura se asemeja más a la del litoral pacífico de Colombia y del norte de Ecuador.[3]

El departamento de Putumayo posee una importante herencia cultural pastusa debido a la colonización de esa zona se produjo desde la región andina de Nariño y el sur del Cauca.[4][5]

El pueblo pastuso es producto de la unión de elementos indígenas y europeos.

Dos avanzadas sociedades orfebres ocuparon la región a finales del primer milenio: Piartal y Capulí. Estos últimos fueron reemplazados por la cultura Tuza, que corresponde a los ancestros inmediatos de los indígenas pastos (sur de Nariño y Carchi).[6]​ Otros grupos precolombinos incluyen a los quillacingas (Pasto y Sibundoy), barbacoas, nulpes y sindaguas (piedemonte costero), abades (valle del Guáitara), chapanchicas (norte), y mocoas y sucumbios (piedemonte amazónico).[7][8][9]

A los anteriores se sumarían pueblos de lengua quechua, debido a que a finales del siglo XV el inca Huayna Capac extendió los límites de su imperio hasta el cauce del río Ancasmayo.[10]​ Allí enfrentó la resistencia de los caciques Capusigra y Tamasagra, que lograron vencer a los cuzqueños en la batalla de Guaguasango.[11]

Un par de décadas después, los conquistadores españoles arribaron desde Perú, fundando las villas de Tulcán en 1535, Túquerres en 1536 y Pasto en 1537.[12][13][14]​ El territorio quedó incorporado a la Real Audiencia de Quito, aunque posteriormente las tierras al norte de Rumichaca pasaron a depender administrativamente de la provincia de Popayán.[7]

En el periodo colonial, la región de Pasto se destacó por su aislamiento geográfico, lo que llevó a que mantuviera una actitud conservadora, tradicionalista y de ensimismamiento cultural.[15]

En palabras del antropólogo colombiano José María Samper (1861):[16]

El rey Felipe II le otorgó a la ciudad su escudo de armas en 1559. En 1564 Gonzalo Rodríguez (conocido como El Precursor) protagonizó la primera rebelión de un mestizo en suelo americano, siendo derrotado y ejecutado en lo que actualmente es la Plaza de Rumipamba.[17]

A lo largo del siglo XVIII, y al igual que en otros colonias españolas, se producen levantamientos comuneros en Tulcán, Pasto, Túquerres y Guaitarilla, siendo todos reprimidos con dureza las autoridades españolas.[18][19]

Tras el estallido de las guerras de independencia, Pasto destacó por ser uno de los bastiones realistas más obstinados.[20]​En contraste, Ipiales declara su independencia en 1810, y la provincia de Los Pastos (salvo Pupiales) y Tulcán se declararan afectas a la causa revolucionaria, aunque finalmente son sometidas por Pasto.[19]

Durante la Campaña de Pasto, los realistas pastusos y sus aliados patianos se enfrentaran a los revolucionarios de Quito, a las Ciudades Confederadas del Valle del Cauca (fusilando al presidente Joaquín de Cayzedo en 1813), al Estado Libre de Cundinamarca (apresando al presidente Antonio Nariño en 1814) y a las tropas bolivarianas. Finalmente, la ciudad capitula en 1822, sufriendo las represalias del bando republicano en la Navidad de ese año (Navidad Negra), cuando cientos de civiles fueron degollados en la que hoy es conocida como Calle del Colorado.[21]

El caudillo mestizo Agustín Agualongo continuó con la guerra de guerrillas hasta que fue capturado por José María Obando y ejecutado en Popayán en 1824.

Respecto a la resistencia pastusa, Simón Bolívar escribió:[22]

Por su parte, Francisco de Paula Santander destacó:[22]

Tras el fin de la guerra, la región quedó empobrecida y se convirtió en un foco de inestabilidad. Los remanentes del Ejército realista siguieron operativos hasta 1826, mientras que Antonio José de Sucre cayó asesinado en Berruecos en 1830. Tiempo después, un intento de anexión a Ecuador desembocó en la Guerra de 1832 y la Guerra de los Supremos inició en Pasto en 1837.

Debido a esta actitud belicosa de los pastusos, el político ecuatoriano Juan Montalvo escribió (1879):[23]

Durante la primera parte del periodo republicano, la porción colombiana del territorio hizo parte de las provincias de Pasto y Túquerres, pero tras la implantación del federalismo (1858), toda la zona fue incorporada al Estado Soberano del Cauca (provincias de Almaguer, Ipiales, Pasto, Túquerres, y territorio del Caquetá).

Mientras del lado ecuatoriano se creó la provincia del Carchi en 1880,[24]​del lado colombiano creció la presión social para que se creara una nueva división administrativa separada del Cauca (el Estado Soberano del Sur impulsado por los llamados decimistas, porque aquel sería el décimo Estado de la Unión). No obstante, la autonomía política solo se recuperó en 1904, cuando se creó un nuevo departamento con capital en Pasto. El nombre del departamento fue ampliamente discutido, proponiendo los conservadores que se llamara Departamento de La Inmaculada Concepción, aunque finalmente se optó por el nombre de Departamento de Nariño para conmemorar la captura del prócer durante su campaña contra Pasto.[25][26]

En 1932, con motivo de la guerra colombo-peruana, se construyó la primera carretera que unía Pasto con el centro de Colombia. Los pastusos participaron activamente en este conflicto, así como en la colonización de las selvas del piedemonte amazónico, que se separaron de Nariño en 1968 para conformar la Intendencia del Putumayo.[4][27]

La sierra nariñense tiene un superficie de 15 798 kilómetros cuadrados, mientras que Putumayo (sin Puerto Leguízamo) cubre 13 245 km², y Carchi 3 699 km². El área total es de 32 742 km², comparable a la superficie de Bélgica o Moldavia.

El espacio cultural pastuso se localiza en el corredor montañoso situado entre el valle del río Patía el norte y la depresión del río Chota al sur, limitando al oriente con la selva amazónica y al occidente con la llanura costera del Chocó biogeográfico. Se trata de una región conocida como nudo de los Pastos o macizo de Huaca, desde donde se desprenden las cordilleras Central y Occidental de los Andes colombianos.[28][29][30]

Entre los principales accidentes geográficos de la zona se encuentran el altiplano de Túquerres e Ipiales, el valle de Atriz, el valle de Sibundoy, y los cañones de los ríos Guáitara, Juanambú y Patía. Además, el área se caracteriza por su gran vulcanismo, destacando cumbres como el cerro Negro de Mayasquer, el volcán Chiles, el volcán Cumbal, el volcán Azufral, el volcán Galeras, el volcán Las Ánimas y el volcán Doña Juana.

Debido a fenómenos migratorios recientes, la cultura pastusa ha abandonado las tierras altas y también se ha extendido hacia las selvas bajas del Putumayo, y en menor medida, hacia el corredor costero alrededor de los puertos de Tumaco y Barbacoas.[5][31]

Los principales ríos pertenecen a la cuenca del Pacífico, siendo afluentes del Patía (Guáitara, Juanambú, Mayo, Telembí) o del Mira (que también nace en la región). La cabecera del río Putumayo, y de varios de sus afluentes (Guamuez, Salado, San Miguel), se encuentran en el nudo de los Pastos.[32]

El mayor cuerpo lacustre es la laguna de la Cocha, aunque existe una multitud de lagos de dimensiones menores.[33]

En la región montañosa el clima es oceánico, con temperaturas moderadas y precipitaciones abundantes. El Oriente presenta un clima tropical húmedo, con un régimen pluviométrico comparable al resto de la Amazonia. Los lugares más secos se encuentran próximos a los valles de los ríos Patía y Chota, los cuales poseen un clima semiárido.[34]

La mayor parte de la población vive sobre los 2 000 metros, en el piso térmico frío. Algunas de las localidades más altas de Colombia y Ecuador se encuentran en el altiplano de Túquerres e Ipiales: Túquerres (3 104 metros), Cumbal (3 100), Guachucal (3 087), Aldana (3 050), Carlosama (3 050), Pupiales (3 014) y El Ángel (3 000).[35][36]

Los glaciares desaparecieron a lo largo siglo XX, por lo que los páramos cubren las cumbres más elevadas. Actualmente la presencia de nieve solo es frecuente en la cima del volcán Cumbal, que es el más alto de la zona.[37][38]

La región andina de Nariño se encuentra dividida en 54 municipios, que tradicionalmente se agrupan en cuatro provincias: Pasto (11 municipios), Sur (13 municipios), Túquerres (15 municipios) y Juanambú (15 municipios).[39]

El occidente de Putumayo comprende 12 municipios, agrupados en tres subregiones: Alto Putumayo (4 municipios), Medio Putumayo (4 municipios) y Bajo Putumayo (4 municipios).[5]

La provincia del Carchi se subdivide en 6 cantones.[40]

Según el censo de 2018, la población del altiplano nariñense es de 1 189 072 personas, mientras que el Putumayo (sin Puerto Leguízamo) tiene 319 714 habitantes.[41]

Las proyecciones del Gobierno ecuatoriano indican que en 2018 la provincia del Carchi tiene una población de 184 136 personas.[42]

La población total es de 1 692 922 habitantes, similar a la de Baréin o Letonia.

En 1806, la población de la sierra nariñense estaba compuesta por 12 300 indígenas, 7 700 mestizos, 6 200 blancos y 740 negros.[43]

En el Censo de 1912, el 45,4% de los habitantes de Nariño (que entonces incluía a Putumayo) se reconocieron como blancos, el 26,3% como indígenas, el 7,7% como negros y el 20,5% como mezcla de razas.[44]

Según el censo de 2018, en la región andina de Nariño el 82,6% de la población se identificó a sí misma como mestiza o blanca, el 16,8% como indígena y el 0,6% como afrodescendiente.

En Putumayo (sin Puerto Leguízamo), el 79,6% se identificó como mestizo o blanco, el 16,6% como indígena y el 3,8% como afrodescendiente.[45]

En la provincia de Carchi, el censo de 2010 indica que el 86,9% de la población se consideraba mestiza, el 6,4% afroecuatoriana, el 3,4% indígena, el 2,9% blanca y el 0,4% perteneciente a otros grupos.[46]

El pueblo indígena más numeroso de la región son los pastos (163 873 miembros en Colombia en 2018 y 1 409 en Ecuador en 2010), que habitan el altiplano del sur de Nariño y Carchi, y cuya lengua, el pasto, se encuentra extinta. Se cree que están emparentados con los awá, un grupo de lengua barbacoana que habita en el piedemonte costero de Nariño y Carchi (25 813 miembros en Colombia y 5 513 en Ecuador).

Los quillacingas (7 333 miembros) habitan en los alrededores de Pasto, y también han perdido su lengua. Se ha teorizado que podrían estar emparentado con los pastos o con los camsá (7 521 miembros), un pueblo de lengua aislada que habita el Valle de Sibundoy.

Con la invasión incaica, a los cuatro pueblos originales se sumaron los ingas (15 450 miembros), un pueblo de lengua quechua que habita en Aponte (norte de Nariño), el Valle de Sibundoy y el bajo Putumayo.

La colonización del Oriente hizo que la cultura pastusa entrara en contacto con los pueblos siona (2 599 miembros) y cofán (1 816 miembros). El primero es un grupo de lengua tucana, y el segundo habla una lengua aislada de origen desconocido, aunque se ha teorizado que podría pertenecer a las lenguas barbacoanas.[47][48]

Según diferentes estudios genéticos, entre los pastusos predominan las ascendencias indígena y europea, seguidas por una mínima aportación africana.[49]

El principal centro urbano de la región es San Juan de Pasto, cuya población en 2018 superaba los 300 mil habitantes. Ipiales, Tulcán y otras localidades fronterizas conforman la conurbación binacional Tulcán - Ipiales, con una población de alrededor de 150 mil personas.[55]​ Según el censo de 2018, Putumayo es el único departamento colombiano cuya capital, Mocoa, no es la ciudad más poblada, siendo superada por Puerto Asís (cada una de estas localidades tiene una población cercana a los 40 mil habitantes). Otros núcleos urbanos importantes incluyen a las ciudades de Túquerres, San Gabriel, La Unión, Sandoná, Sibundoy, Julio Andrade y Samaniego en la región andina, y Orito, La Hormiga y Villagarzón en el Oriente.

San Juan de Pasto
San Juan de Pasto
Ipiales
Ipiales

Tulcán
Tulcán
Puerto Asís
Puerto Asís

El sol de los pastos (estrella de ocho puntas) es el símbolo solar precolombino más representativo de la región. Sus puntas representan los estados del espíritu humano: la familia, la salud, el placer, los amigos, la comunidad, los hijos, el saber y la riqueza.[57]

Del lado colombiano, la bandera de San Juan de Pasto es utilizada en eventos deportivos, particularmente para apoyar al equipo de fútbol local.

A pesar de representar una amenaza geológica para la región, el volcán Galeras se ha convertido en uno de los símbolos naturales de los pastusos, al punto que el himno de Nariño es conocido como Desde el mar hasta el Galeras.

Las principal fiesta pastusa es el Carnaval de Blancos y Negros, que se celebra cada año entre el 2 y el 6 de enero en Pasto y en otros municipios de Nariño, Cauca y Putumayo.

La noche del 31 de diciembre se realiza la quema de un monigote que representa el año que termina, tradición conocida como años viejos.

La población pastusa es mayoritariamente católica y se caracteriza por su gran religiosidad.

Debido al número de iglesias que posee, Pasto es conocida como la ciudad teológica. Además, en las cercanías de Ipiales se encuentra el Santuario de Las Lajas, uno de los principales templos católicos de Colombia.

Del lado colombiano, la región pertenece a las diócesis católicas de Pasto (10 vicarías, 76 parroquias) e Ipiales (5 vicarías, 45 parroquias), que dependen de la arquidiócesis de Popayán, y a la diócesis de Mocoa-Sibundoy (5 vicarías, 46 parroquias) recientemente anexada a la arquidiócesis de Florencia. Del lado ecuatoriano se encuentra la diócesis de Tulcán, dependiente de la arquidiócesis de Quito.

Según un estudio llevada a cabo en 2009, el 80,5% de los habitantes de la región andina de Nariño se consideraban católicos, el 12,9% protestantes, el 0,9% pertenecían otra religión, y el 6,7% eran no creyentes. El 60,3% de los encuestados acudían a los servicios religiosos al menos una vez a la semana, y el 59,3% manifestaron tener gran confianza en la Iglesia Católica.[58]

Al igual que otras zonas que estuvieron bajo influencia incaica, el plato tradicional es el cuy asado.

Otros alimentos tradicionales son el hornado pastuso, el mote, el locro, el champús, los tamales nariñenses, la juanesca, los llapingachos y el helado de paila. [59][60]

El hervido (una variedad local de canelazo), la chicha y el chapil son las bebidas alcohólicas típicas de la región.

El ritmo tradicional de la región es la variedad de bambuco conocida como son sureño.[61]

La zona montañosa de Nariño pertenece al eje andino sur-occidental de la música colombiana, que se caracteriza por el uso de instrumentos como la zampoña y el charango.

El himno no oficial de la región es el bambuco llamado La Guaneña.

Desde la época precolombina, la región se ha destacado por su gran producción artesanal.

Entre las técnicas artesanales más destacadas se encuentran la elaboración del sombrero de paja toquilla, el enchapado en tamo, el repujado en cuero y el barniz de Pasto.[62]

El Cementerio de Tulcán es internacionalmente reconocido por el uso de la topiaria, una técnica de jardinería utilizada para la elaboración de todo tipo de figuras artísticas.

El deporte tradicional es la chaza, un juego autóctono muy similar a la pelota vasca.[63]

Otros deportes populares son el ciclismo, el vóley (que se juega bajo la modalidad conocida como ecuavóley), y el fútbol. En este último deporte destaca el club Deportivo Pasto que es parte de la primera categoría del fútbol profesional colombiano.

El dialecto pastuso es la única variedad del español en Colombia que pertenece al español andino, superdialecto hablado también en la serranía de Ecuador, Perú, Bolivia, el noroeste de Argentina y el norte de Chile.

A su vez, el español pastuso se divide en dos subdialectos: el de tierras altas (sierra de Nariño, Carchi y alto Putumayo) y el de las tierras bajas (medio y bajo Putumayo).[64]

Además de español se hablan algunas lenguas indígenas de forma minoritaria: quechua norteño (en su variedad ingana) y camsá en el Valle de Sibundoy, awá en el piedemonte costero, y siona y cofán en el bajo Putumayo.

Debido a la resistencia de los pastusos durante las guerras de independencia, existe una categoría de humor étnico tanto en Colombia como en Ecuador. La reacción de los habitantes de la zona ha variado desde el rechazo hasta la aceptación como una parte de la cultura regional.[65][66]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Pastuso (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!