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Roberto Marcelino Ortiz



¿Qué día cumple años Roberto Marcelino Ortiz?

Roberto Marcelino Ortiz cumple los años el 24 de septiembre.


¿Qué día nació Roberto Marcelino Ortiz?

Roberto Marcelino Ortiz nació el día 24 de septiembre de 1886.


¿Cuántos años tiene Roberto Marcelino Ortiz?

La edad actual es 137 años. Roberto Marcelino Ortiz cumplirá 138 años el 24 de septiembre de este año.


¿De qué signo es Roberto Marcelino Ortiz?

Roberto Marcelino Ortiz es del signo de Libra.


¿Dónde nació Roberto Marcelino Ortiz?

Roberto Marcelino Ortiz nació en Buenos Aires.


Jaime Gerardo Roberto Marcelino María Ortiz (Buenos Aires, Argentina; 24 de septiembre de 1886-Ibidem; 15 de julio de 1942) fue un político argentino, diputado nacional por la Capital Federal entre 1920 y 1924, ministro de Obras Públicas entre 1925 y 1928, ministro de Hacienda durante 1936 y 1937 y presidente de la Nación Argentina entre el 20 de febrero de 1938 hasta su renuncia el 27 de junio de 1942.[1]

Durante su Gobierno, Ortiz intento impulsar, sin resultado, reformas que permitieran restablecer un régimen menos fraudulento durante la denominada «Década Infame».[1]​ En ese aspecto, no dudó en intervenir la provincia de Buenos Aires, gobernada por el entonces caudillo conservador Manuel Fresco.[1]

Sin embargo y poco después de haber asumido como presidente, Ortiz enfermó seriamente de diabetes, por lo que debió solicitar licencia ante el Poder Ejecutivo el 3 de julio de 1940, siendo reemplazado interinamente por el entonces vicepresidente Ramon S. Castillo.[1]​ Finalmente, tras quedar completamente ciego, el 27 de junio de 1942 presentó su renuncia definitiva, asumiendo Castillo la presidencia.[1]

Tan solo 18 días después de su renuncia, falleció a sus 55 años en la ciudad de Buenos Aires, el 15 de julio de 1942.[1]

Roberto Marcelino Ortiz nació el 24 de septiembre de 1886 en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Hijo de inmigrantes españoles, su padre Fermin Manuel Ortiz nacido en Zalla, Vizcaya y su madre Josefa Lizardi oriunda de Yanci, Navarra. Sus padres habían emigrado a Argentina en 1870. Tuvieron dos hijos Roberto Marcelino y Josefa Iñiga. Su padre estableció la estancia El Comercio sobre tierras que fueran de la antigua estancia San Juan.

Roberto cursa sus estudios primarios en el Colegio Rollin y los secundarios en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza, ambas instituciones laicas. Finalizado su bachillerato, ingresa en el año 1903 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, carrera por la que siente gran inclinación, pero, como consecuencia de una huelga el centro de estudios cerró momentáneamente, por lo que decidió cambiarse a derecho.

El 4 de febrero de 1905 participa de la fallida Revolución de 1905, realizada por la Unión Cívica Radical, partido al que perteneció hasta 1925. Una Juventud bulliciosa y comprometida, participaba en actividades de política partidaria. Era la generación que surgía acompañado a otro descendiente de vascos, Hipólito Yrigoyen, una de las figuras más importantes y enigmáticas de la época.

Ortiz obtiene su título de abogado en el 1909, encuentra trabajo en una empresa de ferrocarriles y atiende sucesiones y pequeños asuntos legales en las oficinas de su padre. Sus clientes eran en su mayoría vascos del interior de la Provincia de Buenos Aires.

En el año 1912 contrae matrimonio con María Luisa Iribarne (1887-1940), hija de Francisco Iribarne y Benigna Catalina Daubert, y con quien tuvo a sus tres hijos: María Angélica 1914, Roberto Fermín 1915 y Jorge Luis 1918.

En 1920 fue elegido diputado nacional. Formó parte del sector de la Unión Cívica Radical que cuestionó a Hipólito Yrigoyen por su verticalismo y fueron conocidos como antipersonalistas.

El presidente Marcelo T. de Alvear lo nombró Ministro de Obras Públicas en 1925, en donde rebajó las tarifas de los ferrocarriles operados por capitales británicos.

Pese a su legalismo, Ortiz apoyó el golpe de Estado militar que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen en 1930, pero repudió el intento de Uriburu por hacer un gobierno “corporativista” (inspirado en el fascismo de Mussolini en Italia), argumentando que ese modelo no estaba funcionando en Europa. En 1931 contribuyó a formar la Concordancia, una coalición de los partidos Demócrata Nacional, Unión Cívica Radical Antipersonalista, y Socialista Independiente encabezada por el futuro presidente Agustín P. Justo, que sostuvo el régimen policial y fraudulento que gobernó hasta 1943, conocido con el nombre de década infame.

Como parte de ese régimen fue Ministro de Hacienda del General Justo desde 1935 a 1937. Ese año publicó “Ideario Democrático (A Través de la República)”, su plataforma política hacia los comicios nacionales.

Artículo principal: Elecciones presidenciales de Argentina de 1937

Para un mes antes de la reunión de la Concordancia, se había descartado ya toda duda de que Ortiz sería candidato, tal y como lo confirmó el senador Juan Ramón Vidal en una entrevista con el periódico santafesino El Orden el 13 de abril de 1937. La candidatura de Ortiz, sin embargo, continuó siendo polémica en los círculos conservadores. Sus consideraciones sobre la necesidad de restaurar, de manera progresiva, la pureza electoral en los comicios nacionales, desató críticas de parte del sector más duro de la Concordancia. El talentoso abogado apaciguó las tensiones en la convención de la Concordancia eligiendo como compañero de fórmula al legislador ultra conservador Ramón Castillo. Si bien este gesto pretendía ser simbólico, lo cierto es que más adelante influiría mucho, puesto que Ortiz padecía de diabetes tipo 2 avanzada, y su plan de gobierno favorable a la democracia caería al asumir Castillo la presidencia tras su muerte.

Durante el discurso radial emitido por Radio del Estado, Ortiz estuvo acompañado de su esposa María Luisa, quien también habló por radio (algo inédito en la historia argentina). En las elecciones presidenciales de 1937 fueron ganadas por la fórmula oficialista a través del fraude, como fue públicamente reconocido por propios y extraños.

Roberto Marcelino Ortiz asumió su presidencia el 20 de febrero de 1938, Si bien el programa de gobierno de Ortiz preveía la realización de obras públicas, asistencia social y temas de legislación obrera, entre otros, su obra gubernamental se vio interrumpida por dos motivos: la prioridad que tuvo la normalización institucional en su agenda institucional, y su enfermedad y posterior fallecimiento.

El presidente ratifica en el acto de asunción lo que había repetido en varias oportunidades durante su campaña: defensa y perfeccionamiento de la democracia. Dice durante su discurso:

“Entiendo que la línea de conducta trazada por los hombres llamados a desempeñar un alto destino político debe ser una. La profesión de ideas, con anterioridad a los comicios, es franqueza debida al pueblo, para evitarle sorpresas o decepciones. Luego, desde la presidencia de la República,corresponde ser fiel a lo prometido desde la tribuna (...). Como candidato afirmé, como presidente ratifico mi fe en la democracia. Ello implica una promesa solemne de respeto por la libertad y las garantías que la Constitución consigna para el ciudadano”

El presidente Ortiz vio en las intervenciones federales un instrumento eficaz para llevar a cabo el objetivo central de su agenda de gobierno: combatir el fraude electoral. Entre las provincias que se aplicó se encuentran San Juan, Santiago del Estero, Catamarca y Buenos Aires.

Es también interesante observar que aquellas elecciones que no presentan irregularidades, casualmente otorgan el triunfo a la UCR, y no ameritan la intervención del presidente, como se observa en el caso de Tucumán (octubre de 1938 y marzo de 1939) y Córdoba (marzo de 1940).

Durante el periodo de su licencia médica al frente del Poder Ejecutivo estalló el escándalo por la venta de tierras del Palomar, a partir de la denuncia de una venta de terrenos destinados a la ampliación de la base militar ubicada en esa localidad de la Provincia de Buenos Aires. Esta operación fue realizada por un intermediario, a precio sobrevaluado a fin de que los beneficios, una vez pagados los verdaderos propietarios, fueran repartidos entre funcionarios del Ministerio de Guerra. La suma había sido aprobada en el presupuesto promulgado por el Congreso para ese Ministerio, previo pago de sumas de dinero a diputados radicales y al presidente de la Cámara de Diputados y de la Comisión de Presupuesto. Esta denuncia fue fogoneada por el senador conservador, Benjamín Villafañe, y descubierta por el exgobernador de la Provincia de Buenos Aires, Manuel Fresco, quien actuaba movido por el rencor como consecuencia de la intervención decretada por Ortiz a su gobierno. La denuncia ponía en tela de juicio la política moralizadora de Ortiz, pues este había firmado el decreto autorizando a concretar la operación de compra de las tierras a petición del Ministro de Guerra, el general Carlos Márquez.[2]

En abril de 1940 murió María Luisa Iribarne, esposa de Ortiz, y el primer mandatario estuvo recluido en su domicilio particular varias semanas. El fallecimiento de su mujer, junto a la denuncia de la compra fraudulenta de tierras en El Palomar, terminó de afectar la moral y el ánimo del presidente y su salud.

La Comisión investigadora estuvo presidida por Alfredo Palacios, quien determinó la participación de los diputados involucrados y solicitó la formación de un juicio político al Ministro de Guerra, evitando solicitar el enjuiciamiento a Ortiz, que de realizarse provocaría una grave situación institucional, debido a la posibilidad real de un retroceso en la política de lucha contra el fraude iniciada por el Presidente.[3]

Inesperadamente, el Presidente Ortiz presentó su renuncia a la Presidencia de la Nación, el 22 de agosto de 1940, a modo de protesta por el voto del Senado al informe presentado por la Comisión Investigadora, cuestionando las sospechas del informe sobre su Ministro de Guerra, lo cual era considerado por Ortiz como un ataque a su persona. Esta decisión también fue una estrategia política destinada a desactivar el avance de la investigación parlamentaria, envalentonada por los legisladores conservadores más duros. La Asamblea Legislativa rechazó la renuncia del Presidente Ortiz el 24 de agosto de ese año por 170 votos contra uno, luego de una campaña de apoyo a su favor realizada por la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista y la Concordancia, quienes consideraron a Ortiz como inocente de la acusación de complicidad en este escándalo. Esta votación fue considerada por Ortiz como un “pronunciamiento nacional” a su favor, anunciando su voluntad de proceder a reasumir la presidencia cuando su salud mejorara, proyecto político que contaba con el apoyo de la Unión Cívica Radical, hasta entonces presidida por Marcelo Torcuato de Alvear, la cual había resultado favorecida con un gran número de bancas en el Congreso en las elecciones legislativas de 1940, gracias a la política de limpieza electoral impulsada por Ortiz.[4]

En agosto de 1938 se reunió en Lima la octava conferencia panamericana. La delegación argentina fue presidida por José María Cantilo, ministro de relaciones exteriores. Los Estados Unidos propiciaban un pacto de seguridad colectiva de los Estados americanos, en previsión de lo que podría ocurrir dado el estado explosivo del mundo.

En junio de 1939 viajó a Buenos Aires el mariscal Félix Estigarribia, presidente del Paraguay, con el propósito de suscribir el protocolo relativo a los límites entre ambas naciones, fijados en el río Pilcomayo. Con ese motivo fue recibido oficialmente por Ortiz y objeto de numerosos agasajos.

En 1939 se recibió la visita oficial del presidente de la República Oriental del Uruguay; general Baldomir, para renovar los acuerdos de amistad e intercambio con la Argentina. Fue recibido por Ortiz y se le tributaron cordiales homenajes.

Artículo principal: Segunda Guerra Mundial

El estallido de la Segunda Guerra Mundial el 1 septiembre de 1939 determinó que la Argentina se declarara neutral en el conflicto. El 3 del mismo mes, los representantes diplomáticos de Gran Bretaña y Francia comunicaron que sus países se consideraban en estado de guerra con Alemania. Para fijar su posición, el 4 de septiembre el gobierno del presidente Roberto M. Ortiz, emitió un decreto, declarando la neutralidad en el estado de guerra entre Francia, Gran Bretaña, Polonia y Alemania.

Para resolver los problemas internos creados por la situación de guerra en Europa y la observancia del decreto de neutralidad, el presidente Ortiz creó por decreto, el 14 de septiembre, una Comisión Interministerial. Esta estaba constituida por un representante de cada departamento, con sede en el Ministerio de Relaciones Exteriores, y presidida por el delegado del último.

Artículo principal: Batalla del Río de la Plata

La Batalla del Río de la Plata fue la primera batalla naval entre buques ingleses y alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Además, fue el único episodio de la guerra desarrollado en América del Sur, en aguas territoriales uruguayas.

La Argentina no contrajo ningún compromiso bélico o de beligerancia, Sin embargo la lucha armada alcanzó las aguas del Río de la Plata, cuando en diciembre de 1939, el Acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee libró una batalla naval con buques británicos en las aguas del estuario. Acorralado y con el buque dañado, el capitán Hans Langsdorff ordenó el hundimiento de su propia nave, mientras la tripulación fue internada en la Argentina, en medio de la conmoción de la opinión pública argentina y uruguaya, que se prolongó con el suicidio de Langsdorff en el Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires.

Artículo principal: Historia de los Judíos en Argentina

En 1920, aproximadamente 150 000 judíos vivían en la Argentina. A partir de 1928,​ oleadas de inmigrantes judíos llegaron desde la Alemania nazi y el resto de la Europa ocupada, especialmente después de que Adolf Hitler llegara al poder en 1933. Entre los inmigrantes judíos alemanes ingresados después de 1928, hubo miles que escapaban de las políticas antisemitas implementadas durante ese régimen.

Pese a ciertas restricciones, Argentina fue el país latinoamericano que incorporó más refugiados judíos entre 1933 y 1945. Desde 1928 el país recibió alrededor de 45 000 judíos europeos, de los cuales probablemente la mitad ingresó de manera ilegal.

Una de las medidas más controvertidas del mandato de Ortiz con relación al conflicto, fue la circular secreta antisemita firmada en 1938 por el canciller también radical José María Cantilo, que ordenó “a cónsules argentinos en Europa negar visados a 'indeseables o expulsados', en alusión a ciudadanos judíos de ese continente”.[5]

El presidente de los Estados Unidos conoce personalmente a Ortiz desde diciembre de 1936, cuando visitó Buenos Aires. Después del ataque japonés a Pearl Harbor en diciembre de 1941, Estados Unidos ya es un protagonista principal en la guerra y presiona sin sutilezas a los países latinoamericanos para que se vuelquen de su lado. Argentina, sin embargo, mantiene una neutralidad que para muchos tienen olor a cercanía con el Eje.

Roosevelt necesita que Ortiz vuelva a la presidencia, puesto que este era más apoyado por los sectores Pro-Aliados, por lo contrario, el vicepresidente Castillo era más apoyado por los sectores Pronazis, y para ello necesita encontrar la forma de devolverle la vista al presidente, Así decide pedirle que viaje a Buenos Aires al mejor oftalmólogo de los Estados Unidos, con la consigna de que haga todo lo que esté a su alcance.

En la tarde del lunes 11 de mayo de 1942 fueron recibidos en Buenos Aires el oftalmólogo español radicado en Estados Unidos Ramón Castroviejo y su secretaria, Gertrude Henchel. Finalmente, en una tensa junta médica realizada en la residencia de la calle Suipacha el 18 de junio, encabezada por Castroviejo, se decidió definitivamente que nada podía hacerse para intentar aliviar la situación de Ortiz.

Todavía Roosevelt hizo un último intento por ayudar a Ortiz, tal vez por cortesía o por simples razones humanitarias: el 22 de junio le envió un telegrama a su colega argentino en el que lo invitó a viajar a los Estados Unidos para recibir tratamiento médico. Pero Ortiz ya era consciente que no había nada más que hacer.

La salud del Presidente Ortiz empeoró progresivamente, quedando ciego completamente. Finalmente el 27 de junio de 1942 decide presentar su renuncia pronunciando las siguientes palabras:

A pesar de haber llegado al poder en una elección fraudulenta, durante su corto gobierno Ortiz había avanzado, en distintas elecciones provinciales, en el combate de las prácticas delictivas con las que se sostenía en el poder la Concordancia, la coalición de radicales antipersonalistas y conservadores que él representaba. Su máximo gesto, en ese sentido, había sido la intervención en 1940 a la provincia de Buenos Aires que gobernaba el filo-fascista Manuel Fresco.

Ortiz dejó ese mismo día el palacio presidencial de Suipacha para volver a su departamento de Callao entre Córdoba y Paraguay. Con el ascenso de Castillo al poder , el fraude había vuelto en toda su dimensión.

Finalmente el 15 de julio de 1942, tan solo 18 días después de su renuncia Roberto Marcelino Ortiz fallece por una complicación pulmonar, en su residencia ubicada en la Ciudad de Buenos Aires.



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