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Austria



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Austria (en alemán, Österreich), oficialmente República de Austria (en alemán, Republik Österreich), es uno de los veintisiete estados soberanos que forman la Unión Europea, y su capital es Viena. Tiene una población de 8,9 millones de habitantes.[4]

Limita con la República Checa y Alemania al norte, Eslovaquia y Hungría al este, Eslovenia e Italia al sur y Suiza y Liechtenstein al oeste. No tiene salida al mar, aunque está atravesada en una parte significativa por el río Danubio, navegable en gran parte de su recorrido. El territorio abarca 83 871 km² de superficie[1]​ y el clima predominante es el alpino. Solo el 32% del país está por debajo de los 500 metros de altitud, y el punto más alto es el pico Grossglockner con 3798 m.s.n.m.[5]​ La mayoría habla alemán,[6]idioma oficial, aunque se hablan otros idiomas oficiales en zonas concretas como el croata, el esloveno y el húngaro.

Sus orígenes se remontan al año 976, cuando se estableció como marca del Sacro Imperio Romano Germánico. Tras el ascenso al trono de la Casa de Habsburgo en 1278, se convirtió en una parte fundamental del imperio, finalmente siendo el lugar de origen de los Sacros Emperadores. Tras la disolución del Sacro Imperio como consecuencia de las Guerras napoleónicas, Austria se convirtió en un imperio independiente. De ahí, tras la fallida Revolución húngara de 1848, el Estado fue reorganizado para dar origen a Austria-Hungría. Finalmente, el Imperio de los Habsburgo terminó en 1918 al finalizar la Primera Guerra Mundial.

La Primera República de Austria se estableció en 1919. En 1938, mediante el proceso conocido como el Anschluss, el país fue ocupado por la Alemania Nazi, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los Aliados ocuparon el territorio. La actual República de Austria se formó en 1955, mismo año en que se integró en las Naciones Unidas. Desde 1995 forma parte de la Unión Europea.

Austria tiene un gobierno parlamentario con una democracia representativa compuesta por nueve estados.[5][7]​ La mayor ciudad es su capital, Viena, con 1,79 millones de habitantes. Es uno de los países más ricos del mundo, con una renta per cápita, para 2014, de 38 500 euros.[8]​ El país tiene una de las tasas más altas de Índice de Desarrollo Humano y un desempleo del 9,1% en 2015. Es miembro fundador de la OCDE. Su moneda es el euro, adoptado en 1999.

El nombre alemán, Österreich, proviene del antiguo alto alemán: Ostarrîchi, "Reino Oriental", atestiguado en un manuscrito (el "docmento Ōstarrīhhi" suscrito por el emperador Otón III) de 996.[9][10][11][12]

La finalidad del texto era determinar el territorio gobernado por el conde de Babenberg Enrique I para someterlo a la jurisdicción del obispo de Frisia. La zona indicada en el documento corresponde mayormente al actual estado austríaco (Land) llamado Búrguenland.

El topónimo en sí mismo es una traducción interpretativa del latín medieval Marchia Orientalis, es decir "Marca Oriental", de ōstan "oriental", a su vez del protogermánico Austrǭ, derivado del lexema protoindoeuropeo *h₂ews- "brillar,[13]​ y de rihhi "dominio" o "país".[14]

El historiador austríaco Friedrich Heer, sin embargo, sostuvo que Ostarrichi no era una traducción del latín, sino del nombre antiguo de país en una lengua céltica, a saber: Norig (no- o bien nor- significa "este" u "orientales" y -rig, emparentado con el germánico Reich, o sea "el país") el cual fue trasliterado por los romanos como Noricum.[15][16]

El eslavista Otto Kronsteiner, por su parte, propuso un origen eslavo, Ostrovica "la montaña en punta",[17]​ teoría que fue rechazada como insostenible.[18]

La forma española del nombre proviene del latín Austria[19]​(siglo XI[20]​) que es el intento de pronunciar Österreich al modo latino; lo cual resultó confuso por el fenómeno del falso amigo, ya que la raíz Ost en las lenguas germánicas equivale a este mientras que Auster, latino, se refiere al sur.[21]

Durante la época nazi, el nombre del país, anexado al llamado "Tercer Reich", fue (hasta 1942) la forma alemana del antiguo topónimo, a saber: Ostmark "Marca Oriental".[22]

En tiempos prehistóricos, la tierra de Europa central que es ahora Austria fue ocupada antes de la romanización por diversas tribus celtas. Estuvo habitada inicialmente por ilirios, a los que más tarde se sumarían celtas procedentes del norte. El reino celta de Noricum fue reivindicado por el Imperio romano como provincia. A partir del año 15 a. C. pasó a ser una provincia del Imperio romano.

En la decadencia del Imperio (siglo IV), hunos, godos, lombardos y vándalos cruzaron la frontera en varias ocasiones. Después de la caída del Imperio romano, la zona fue invadida por los bávaros, eslavos y ávaros.

Durante el periodo de las grandes migraciones, los eslavos, más específicamente los actuales eslovenos, emigraron a los Alpes al iniciarse la expansión de los ávaros en el siglo VII, mezclándose con la población celto-románica, y establecieron el reino de Karantania, que abarcaba gran parte del territorio austríaco del este y central. Mientras, la tribu germánica de los bávaros se había hecho fuerte en los siglos V y VI en el oeste del país y en Baviera, en tanto que el actual Vorarlberg había sido fundado por los alamanes. Estos grupos se mezclaron con la población retorrománica.

Bajo la presión de los ávaros, Karantania perdió su independencia ante Baviera en 745 y pasó a ser un margraviato. Durante los siglos siguientes, los asentamientos bávaros descendieron por el Danubio y ascendieron por los Alpes, un proceso por el cual Austria pasó a ser el país de habla germana que es hoy en día.

Los bávaros pasaron a estar bajo el control de los Carolingios y, en consecuencia, formaron un Ducado del Sacro Imperio Romano Germánico. El Duque Tasilón III de Baviera, que quería mantener la independencia bávara, fue derrotado y el poder pasó a Carlomagno en 788.

Carlomagno conquistó la zona en 788 y alentó a la colonización y el cristianismo. Como parte oriental del Imperio franco, los principales ámbitos que ahora abarcan Austria fueron legados a la casa de Babenberg. La zona era conocida como la Marchia Orientalis y fue entregada a Leopoldo I de Austria mediante un decreto publicado el 21 de julio de 976.[23]​ El primer vestigio con el nombre de Austria aparece veinte años después, en el 996, en el que está inscrito como Ostarrîchi, refiriéndose al territorio de la marca de los Babenberg. El término occidental «Austria» no es históricamente determinado, aunque, al parecer, es una traducción de «Marchia orientalis», que solo llegó mucho más tarde.

Los siguientes siglos se caracterizan en primer lugar por la conformación del país. En 1156 el Privilegium Minus Austria eleva al territorio a la categoría de ducado. En 1192, la familia Babenberg también adquirió el ducado de Estiria.

Con la muerte de Federico II en 1246, la línea Babenberg se extinguió. Otakar II de Bohemia controló efectivamente la Prusia de Austria, Estiria y Carintia. Su reinado llegó a su fin al ser derrotado en Dürnkrut por Rodolfo I de Habsburgo en 1278. De allí en adelante, hasta la Primera Guerra Mundial, Austria fue en gran parte la historia de su dinastía gobernante, los Habsburgo.

En los siglos XIV y XV, los Habsburgo acumularon provincias en las proximidades del Ducado de Austria. En 1438, el duque Alberto V de Austria fue elegido sucesor de su suegro, el emperador Segismundo. Aunque Alberto solo reinó un año, a partir de entonces todos los emperadores del Sacro Imperio Romano fueron Habsburgo, con una sola excepción.

Los Habsburgo acumularon territorios lejos de sus tierras hereditarias. En 1477, el archiduque Maximiliano, hijo único del emperador Federico III, se casó con la heredera de Borgoña y, por lo tanto, adquirió la mayor parte de los Países Bajos para la familia. Su hijo Felipe el Hermoso, casado con Juana la Loca, heredera de la Corona de Castilla y de Aragón, amplió las posesiones territoriales de los Habsburgo, sobre todo de los españoles. En 1526, a raíz de la batalla de Mohács, los gobernantes de Austria ampliaron sus territorios, con lo que la parte de Bohemia y de Hungría no ocupada por los otomanos quedó bajo su dominio. La expansión otomana en Hungría dio lugar a frecuentes conflictos entre los dos poderes, evidentes en la Guerra Larga de 1593 a 1606.

En los siglos XVII y XVIII los Habsburgo sumaron enormes territorios ante la descomposición del poder otomano (1699 y 1718), y los repartos de la herencia hispana (1713-1714) y de Polonia (1772 y 1795). Los reinados de María Teresa I (1740-1780) y de su hijo José II (1765-1790) fueron un periodo de gran desarrollo social y político en la monarquía (abolición de la servidumbre, libertad de culto, abolición de la tortura, reformas administrativa y judicial, centralización administrativa…), dentro del espíritu del Despotismo Ilustrado.

El reinado de Leopoldo I estuvo marcado por el regreso a una sucesión de guerras. Incluso antes de que sucediera a su padre en 1657, estuvo involucrado en la Segunda Guerra del Norte (1655-1660), una venganza por la participación de Suecia en la Guerra de los Treinta Años, en la que Austria se alió con Polonia, derrotando a Transilvania, un protectorado otomano y aliado sueco.

Al final de esa guerra, en 1660, los otomanos invadieron Nagyvárad en Transilvania, lo que marcaría el comienzo del declive de ese principado y el aumento de la influencia de los Habsburgo. En vano, los transilvanos pidieron ayuda a Viena, desconociendo los acuerdos secretos entre otomanos y los Habsburgo.

Afortunadamente para Austria, El Imperio otomano estaba ocupado en otros lugares durante la Guerra de los Treinta Años, cuando habría sido vulnerable al ataque en su flanco oriental. Hasta 1663 los otomanos no desarrollaron amenazas serias con respecto a Austria en lo que fue un evento desastroso para los primeros, siendo derrotados en la batalla de San Gotardo el año siguiente.

Los términos, dictados por la necesidad de tratar con los franceses en el oeste, fueron tan desventajosos que enfurecieron a los húngaros que se rebelaron. Para empeorar las cosas, después de ejecutar a los líderes, Leopoldo intentó imponer una contrarreforma que provocó una guerra civil religiosa. Aunque hizo algunas concesiones en 1681. Por lo tanto, a principios de la década de 1680, Leopoldo se enfrentaba a la revuelta húngara, respaldada por los otomanos y alentada por los franceses en el flanco opuesto.

Mientras tanto, Austria se involucraba en otra parte con la guerra franco-neerlandesa (1672-1678) que se concluyó con los tratados de Nimega (1678) dando a los franceses considerables oportunidades (reunions); de hecho, las acciones de los franceses, en ese momento también ya una gran potencia, distrajeron a Leopoldo después de su ventaja con los otomanos, las relaciones austro-otomanas se regían por la paz de Vasvár, que le concedería un alivio de unos veinte años. Sin embargo, las reuniones compraron una neutralidad francesa muy necesaria mientras Austria vigilaba el este.

Los otomanos se volvieron en 1682 contra Austria en venganza contra los ataques de los Habsburgo, llegando a Viena en 1683, que demostró estar bien fortificada, y comenzaron a asediarla. Las fuerzas aliadas finalmente resultaron superiores y el levantamiento del sitio fue seguido por una serie de victorias en 1683, 1688 y 1697, resultando en el tratado de Karlowitz (1699), Belgrado cayó en 1688 (pero fue recapturada en 1690). Esto proporcionó la hegemonía austriaca sobre Hungría y propició la llegada de una gran cantidad de serbios al Imperio, quienes tendrían un gran impacto en las políticas durante los siglos posteriores.

Con la frontera oriental entonces finalmente asegurada, Viena podría florecer (Vienna gloriosa) y expandirse más allá de sus límites tradicionales. En el este, Leopoldo estaba aprendiendo que había poco que ganar con las medidas severas, cuya política fue aceptada, y otorgó derechos a la Dieta húngara a través del Diploma Leopoldianum de 1691. Sin embargo, en el frente militar, esto simplemente liberó a Austria para participar. en otras guerras en Europa occidental. Austria se fue involucrando más en la competencia con Francia en Europa occidental, luchando contra los franceses en la guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697).

En el frente doméstico, el reinado de Leopoldo estuvo marcado por la expulsión de los judíos de Viena en 1670, y el área pasó a llamarse Leopoldstadt. Mientras, en 1680, Leopoldo adoptó la llamada Pragmática, que volvió a regular la relación entre terratenientes y campesinos.[24]

Las guerras napoleónicas fueron una dura prueba para la supervivencia de la monarquía, pero la victoria reforzó a los Habsburgo, que con su canciller Metternich se convirtieron en los garantes de la restauración (1815-1848). El surgimiento de los nacionalismos y las derrotas exteriores entre 1848 y 1866 llevaron a la reorganización de la monarquía, naciendo el Imperio austrohúngaro que ocuparía el último periodo de la monarquía de los Habsburgo (1867-1918). Periodo caracterizado por los problemas políticos entre las diversas nacionalidades, pero también por un gran desarrollo económico y social, y un mayor desarrollo aún en el ámbito de la cultura.

Si bien María Teresa y su consorte eran conservadores absolutistas barrocos, esto fue atenuado por un sentido pragmático e implementaron una serie de reformas ya atrasadas. Por lo tanto, esas reformas fueron respuestas pragmáticas a los desafíos que enfrentaban el archiducado y el imperio, no ideológicamente enmarcadas en la Era de la Ilustración como sería visto por su sucesor. De hecho, Christian Wolff, el arquitecto de la Ilustración alemana, aunque nació como súdito de los Habsburgo, tuvo que irse debido al desaliento activo de tales ideales.

La colisión con otras teorías de los estados nacionales y la modernidad obligó a Austria a realizar un delicado equilibrio entre aceptar las cambiantes circunstancias económicas y sociales y rechazar el cambio político que las acompañaba. La relativa incapacidad de lidiar con la modernidad produjo grandes cambios en el poder de los Habsburgo y en la cultura y sociedad austriacas. Uno de los primeros desafíos que enfrentaron María Teresa y sus asesores fue restaurar la legitimidad y la autoridad de la dinastía, aunque fue reemplazada lentamente por la necesidad de establecer las necesidades del Estado.

María Teresa promulgó reformas financieras y educativas, con la asistencia de sus asesores, en particular el conde Friedrich Wilhelm von Haugwitz y Gerard van Swieten. Muchas reformas fueron en interés de la eficiencia. Sus reformas financieras mejoraron considerablemente las finanzas del estado e introdujeron notablemente los impuestos a la nobleza por vez primera, logrando un presupuesto equilibrado en 1775. A nivel administrativo, bajo Haugwitz, María Teresa centralizó la administración, antes dejada a la nobleza y a la iglesia, siguiendo los modelos prusianos con un servicio civil permanente. Haugwitz fue nombrado jefe del nuevo Directorium in publicis und cameralibus en 1749. En 1760 estaba ya claro que eso no estaba resolviendo los problemas de Austria y que era necesario realizar más reformas. La propuesta de Kaunitz de crear un cuerpo consultivo fue aceptada por María Teresa. Este Consejo de Estado (Staatsrat) se basaría en el Consejo de Estado francés, que creía que un monarca absolutista podía ser guiado por asesores de la Ilustración. El Consejo fue inaugurado en enero de 1761, integrado por Kaunitz, el canciller estatal (Staatskanzler), tres miembros de la alta nobleza (Staatsminister), incluido von Haugwitz como presidente (Erster Staatsminister), y tres caballeros (Staatsrat), que servían como comité de personas experimentadas que la aconsejaban. El consejo de Estado carecía de autoridad ejecutiva o legislativa. Esto marcó la ascendencia de Kaunitz sobre von Haugwitz. El Directorio fue abolido y sus funciones fueron absorbidas por las nuevas cancillerías austriacas y bohemias (Böhmisch-Österreichische Hofkanzlei) en 1761.[25]

En 1918, tras la derrota en la Gran Guerra y la desmembración del Imperio, se creó la República de la Austria alemana, modificada por los vencedores de la I Guerra Mundial y convirtiéndose en Austria (las provincias alpinas y germánicas), una república parlamentaria, que tuvo una vida caracterizada por la crisis económica, política y social.

Renner encabezó la delegación austriaca que firmó el tratado de paz el 10[26]​ de septiembre de 1919.[27]​ Resignado, el gabinete de coalición respaldó la ratificación del tratado de paz en el debate en las Cortes del 17 de octubre de 1919.[28]​ Una de las principales condiciones incluidas en el tratado, en el artículo 88, era la obligación de que el nuevo país permaneciese independiente —lo que descartaba la deseada unión con Alemania—, a menos que la Sociedad de Naciones consintiese en permitir la absorción o unión con otro.[29]​ Otra era el tamaño del Ejército, que quedaba limitado a treinta mil soldados;[30]​ al comienzo las nuevas fuerzas armadas quedaron dominadas por los socialistas, lo que disgustó a numerosos veteranos de guerra que se unieron a las formaciones paramilitares de derecha que estaban surgiendo en el país.[31]

Aprobado el tratado, Renner presentó la dimisión, poniendo así fin al primer Consejo de Ministros de coalición entre los dos grandes partidos austriacos.[28][32]​ La desaparición de las repúblicas soviéticas de Baviera y Hungría animó a los círculos más conservadores de los socialcristianos a aprobar el fin de la alianza.[28]​ El aplastamiento de las repúblicas soviéticas húngara y bávara, el aumento del empleo industrial por la depreciación de la divisa y el abandono de las filas socialistas de muchos de los que habían apoyado al partido durante la revolución supusieron un debilitamiento de este.[33]​ El campesinado retomó su tradicional conservadurismo —que favorecía a los socialcristianos— y la burguesía urbana abandonó a los socialistas, tanto por sus declaraciones radicales como por la grave crisis económica, de la que no eran responsables pero de la que se les culpó por encabezar el Gobierno.[34]​ La derechización general en los Estados surgidos de la disolución del imperio, que comenzó en 1919 y se acentuó el año siguiente, fortaleció a los socialcristianos.[35]

En 1934, el canciller Engelbert Dollfuss estableció una dictadura conservadora, que no pudo hacer frente al empuje anexionista de la Alemania nazi.

Austria fue anexionada por el 12 de marzo de 1938 (mediante el denominado Anschluss) convirtiéndose en el Ostmark del Tercer Reich. Antes de la derrota final de la Alemania nazi, gran parte de Austria, incluida Viena, fue tomada por el Ejército Soviético. La URSS y los Aliados la ocuparon al final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1955, año en que el país volvió a ser independiente a condición de que permaneciera neutral.[36]

Tras el colapso del comunismo en la Europa del Este, Austria incrementó su participación en los asuntos europeos. En 1995 se convirtió en miembro de la Unión Europea y en 1999 adoptó el sistema monetario europeo.

Austria es una república federal y democrática regida por la Constitución de 1920, que ha sido modificada ampliamente más tarde.

Austria está compuesta por nueve Estados federados. El jefe de Estado es el Presidente Federal, electo por voto popular directo, y con segunda vuelta, para un mandato de seis años. El presidente designa al jefe de Gobierno, que tiene el título de canciller; y a propuesta de este, nombra a los demás ministros. El presidente también puede destituir al canciller o al gabinete en su conjunto, sin necesidad de refrendo ministerial. Todas sus demás facultades, incluida la de disolver el parlamento, requieren de ese refrendo.[37]

El jefe de Gobierno es el canciller federal, quien encabeza el Consejo de Ministros, y es responsable ante el Parlamento de Austria.

El poder legislativo lo ejerce el parlamento y está dividido en dos cámaras:

La política exterior de Austria se mantiene como una política denominada de neutralidad participativa, en la cual se destacan en los siguientes puntos:

El gobierno está encabezado por una coalición entre el Partido Popular Austríaco y Los Verdes-La Alternativa Verde, siendo así Sebastian Kurz el Canciller y Werner Kogler el Vicecanciller y segundo al mando.

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Austria ha firmado o ratificado:

Como república federal, Austria está conformada por nueve estados (en alemán: Bundesländer). Estos estados se dividen en distritos (Bezirk) y ciudades estatutarias (Statutarstadt). Los distritos se subdividen en municipios (Gemeinde). Las ciudades tienen las competencias estatutarias concedidas a ambos, distritos y municipios. Los estados no son meras divisiones administrativas, sino que tienen ciertas facultades legislativas específicas, distintas del nivel federal; por ejemplo, en materia de cultura, atención social, protección de la naturaleza y de la juventud, la caza, la construcción y las ordenanzas de zonificación. En los últimos años se ha discutido si es apropiado para un país pequeño mantener diez parlamentos.

La mayor parte del territorio de Austria, dos tercios del total, está dentro de la sección oriental de los Alpes, que alcanzan alturas de más de 3000 m. La población se concentra en los valles de los ríos, entre los que destaca el del más importante, el Danubio, que entra en Austria por Passau, en la frontera con Alemania, pasando por Linz y Viena, hasta Bratislava, en la frontera con Eslovaquia. En Alemania recibe al Inn, que pasa por Innsbruck, con su afluente el Salzach, que pasa por Salzburgo.

El lago de Constanza es el más grande del país y forma la frontera oeste con Alemania y Suiza.

Austria tiene clima continental, con temperaturas extremadas. En general, es templado y se caracteriza por sus inviernos fríos, con lluvias frecuentes en las tierras bajas y nieve en las montañas, especialmente en los Prealpes; los veranos son frescos, con aguaceros ocasionales.

Los Alpes sirven como una divisoria para los tres grandes sistemas climáticos europeos que influyen en el clima austriaco. El clima marítimo atlántico del noroeste está caracterizado por frentes de bajas presiones, aire suave de la corriente del Golfo y precipitaciones. Influye sobre todo en las laderas septentrionalesde los Alpes, los Prealpes septentrionales y el valle de Danubio. El clima continental se caracteriza por frentes de bajas presiones con precipitaciones en verano y sistemas de alta presión con aire frío y seco en invierno. Esto afecta principalmente a Austria oriental. Los sistemas de alta presión mediterráneos que provienen del sur se caracterizan por pocas nubes y aire caliente, e influyen en el tiempo de las laderas meridionales de los Alpes y los Prealpes del sureste, haciendo que esta zona del sur sea la más templada de Austria.

En los grandes valles sopla el Föhn, viento cálido y seco. Es una peculiaridad de los sistemas de tiempo mediterráneo, una masa de aire caliente que se origina en el Sáhara africano y se mueve hacia el norte rápidamente, haciendo que con periodicidad las temperaturas suban hasta 10 ºC en un corto período de tiempo. Muchas personas responden a este rápido cambio de tiempo con dolores de cabeza, irritabilidad y problemas circulatorios. En el invierno, este rápido acaloramiento que acompaña al föhn puede derretir la cubierta de nieve de los Alpes hasta el punto de provocar avalancha.

Dada la importancia del esquí alpino para la industria turística austriaca, diciembre es el mes en el que el tiempo se mira con mayor anticipación. Como norma, los sistemas de clima marítimo atlántico traen nieve, y los sistemas continentales ayudan a conservarla. Sin embargo, un predominio de sistemas continentales secos y fríos o de los cálidos mediterráneos inevitablemente posponen el comienzo de la temporada de esquí. En el verano, las altas presiones mediterráneas traen tiempo cálido y soleado.


La crisis climática afecta a Austria de varias maneras. El Informe de Evaluación de Austria sobre el Cambio Climático 2014 (Österreichischer Sachstandsbericht Klimawandel 2014) arroja los siguientes resultados:[48]​ En Austria, la temperatura aumentó casi 2°C en el período comprendido entre 1880 y 2014. Durante el mismo período, la temperatura aumentó globalmente en solo 0.85°C. Las medidas tomadas hasta ahora por Austria no cubren la contribución esperada del país para lograr el objetivo global de 2°C. En el siglo XXI, se puede esperar un aumento de las precipitaciones en el semestre de invierno y una disminución en el semestre de verano. La duración de la capa de nieve se ha acortado en las últimas décadas, especialmente en altitudes medias-altas (aprox. 1000 m). Todos los glaciares medidos en Austria han perdido claramente área y volumen en el período desde 1980. Por ejemplo, en los Alpes del sur de Ötztal, la mayor área de glaciares contiguos en Austria, el área de los glaciares ha disminuido de 144,2 km² en 1969 a 126,6 km² en 1997 y 116,1 km² en 2006. Los deslizamientos de tierra, desprendimientos de rocas y otros fenómenos gravitacionales aumentan significativamente en las regiones montañosas. El riesgo de incendios forestales aumentará en Austria. Las perturbaciones en los ecosistemas forestales aumentan en intensidad y frecuencia en todos los escenarios climáticos discutidos. Los ecosistemas con un largo período de desarrollo y los hábitats de los Alpes sobre la línea de árboles se ven particularmente afectados por el cambio climático. El turismo de invierno continuará bajo presión debido al aumento constante de la temperatura.

Austria es uno de los 10 países más ricos del mundo en términos de PIB per cápita y ocupa el décimo primer puesto de los países con mayor PIB de la Unión Europea. Tiene una economía social de mercado bien desarrollada y un nivel de vida muy elevado. Hasta la década de 1980, numerosas empresas fueron nacionalizadas. En los últimos años, sin embargo, la privatización ha reducido las explotaciones estatales a un nivel comparable al de otras economías europeas. Junto a una industria altamente desarrollada, el turismo internacional es la parte más importante de la economía nacional.

Alemania ha sido históricamente el principal socio comercial de Austria, lo que la hace vulnerable a la rápida evolución de la economía alemana. Pero desde que Austria se convirtió en un Estado miembro de la Unión Europea, se han establecido vínculos más estrechos con otras economías de la Unión Europea y se ha reducido su dependencia económica de Alemania. Además, el número de miembros de la UE ha preparado una afluencia de inversores extranjeros atraídos por el acceso al mercado único europeo y la proximidad a la UE. El crecimiento del PIB se aceleró en los últimos años y alcanzó el 3,3% en 2006.

En octubre de 2006, se estimaba que la población de Austria era de 8 292 322 personas. La población de la capital, Viena, supera los 1,65 millones (2,2 millones si se cuentan los suburbios), y representa alrededor de una cuarta parte de la población del país, siendo conocida por su amplia oferta cultural y alto nivel de vida. En contraste con la capital, las demás ciudades austríacas no exceden el millón de habitantes: Graz, donde viven 250 099 habitantes; seguida de Linz (188 968); Salzburgo (150 000) e Innsbruck (117 346). Todas las demás ciudades tienen menos de 100 000 habitantes.

Los germanófonos representan, con mucho, el grupo lingüístico más grande del país, pues suman aproximadamente el 90% de la población de Austria. Los estados federales austríacos de Carintia y Estiria acogen a una importante minoría nativa de habla eslovena, con alrededor de 14 000 miembros (censo de Austria; cifras no oficiales de grupos eslovenos hablan de más de 50 000). En el este del Bundesland Burgenland (anteriormente parte de la mitad húngara del Imperio austrohúngaro), cerca de 20 000 ciudadanos austríacos hablan húngaro y unos 30 000 croata. El resto de la población austríaca proviene de ascendencia extranjera, muchos de ellos de los países vecinos, especialmente del ex Bloque del Este. Los denominados trabajadores huéspedes (Gastarbeiter) y sus descendientes, así como los refugiados de las guerras yugoslavas y otros conflictos, también forman un importante grupo minoritario en Austria. Desde 1994, los Roma-Sinti (gitanos) constituyen una minoría étnica reconocida oficialmente en Austria.

Según el censo publicado por Statistik Austria en el año 2001, hay un total de 710 926 extranjeros viviendo en Austria, de los cuales (124 392 hablan alemán como lengua materna (mayormente inmigrantes de Alemania, algunos de Suiza y de la Provincia autónoma de Bolzano en Italia). El siguiente grupo más numeroso son los provenientes de la antigua Yugoslavia (240 863), la mayoría de Serbia (135 376) y Croacia (105 487), seguidos por los turcos (123 417), anglófonos (25 155), albaneses (24 446) y polacos (17 899). Con menos de 15 000 representantes destacan los 14 699 húngaros, (12 216 rumanos, 7982 árabes, 6902 eslovenos (no incluida la minoría autóctona Windisch), 6891 eslovacos, 6707 checos, 5916 persas, 5677 italianos, 5466 rusos, 5213 franceses, 4938 chinos, 4264 españoles y 3503 búlgaros. Las poblaciones del resto de grupos caen bruscamente por debajo de las 3000 personas.

La lengua materna de la población que prevalece es el alemán (88,6%), seguida del turco (2,3%), el serbio (2,2%), el croata (1,6%), el húngaro (0,5%), el bosnio (0,4%), el polaco (0,35%), el albanés (0,35%), el esloveno (0,31%), el checo (0,22%), el árabe (0,22%) y el rumano (0,21%).[49]

El idioma oficial es el alemán, hablado por casi todos los residentes del país. El terreno montañoso de Austria llevó al desarrollo de numerosos dialectos alemanes distintos. No obstante, todos los dialectos del país pertenecen al grupo de dialectos alemanes procedentes del bávaro, con excepción del dialecto hablado en el extremo occidental del Bundesland, Vorarlberg, que pertenece al grupo de dialectos alemánico. También existe una norma gramatical distinta para el alemán austríaco, con unas pocas diferencias al alemán hablado en Alemania.

A partir de 2006, algunos de los estados de Austria presentó pruebas para los nuevos ciudadanos, para asegurar su capacidad de idiomas, conocimiento cultural y, en consecuencia, su capacidad para integrarse en la sociedad austríaca.[50]

Los serbios constituyen una de las principales minorías del país, pues suman unos 300 000 individuos.[51][52][53]​ Llegaron a Austria en la época del Imperio Austrohúngaro, cuando la región de Voivodina estaba bajo el control imperial de los Habsburgo. En 1936 se fundó la Sociedad Serbia de Austria y, tras la Segunda Guerra Mundial, el número de serbios aumentó aún más. En la actualidad, viven sobre todo, en las grandes ciudades: en Viena, Salzburgo y Graz.

Por otra parte, se estima que en Austria también viven otras minorías procedentes de países vecinos: hay entre 13 000 y 40 000 eslovenos, la mayoría de los cuales se concentra en Carintia; alrededor de 30 000 croatas;[54]​ y una importante minoría de húngaros, que viven mayoritariamente en Burgenland. Estas tres minorías fueron reconocidas como tales en virtud del Tratado de Estado de Austria (Staatsvertrag) de 1955, y disfrutan desde entonces de derechos especiales. Por el contrario, los eslovenos de Estiria (aproximadamente, entre 1600 y 5000 individuos) no son reconocidos como una minoría y tampoco gozan de derechos especiales, si bien el Tratado de Estado de 27 de julio de 1955 establece lo contrario.

El derecho de estas comunidades a rotular en sus propios idiomas las los carteles y las señalizaciones –tal y como exige el Tratado de Estado de 1955– aún no se ha aplicado plenamente y es objeto de polémica. Muchos austríacos de habla alemana tienen miedo de las reivindicaciones territoriales de los eslovenos sobre Carintia: recuerdan que las tropas yugoslavas invadieron Austria después de cada una de las dos guerras mundiales y denuncian que algunos atlas oficiales de Eslovenia muestran partes de Carintia como territorio cultural esloveno. En otoño de 2005, el por entonces gobernador de Carintia, Jörg Haider, hizo de este un asunto de discusión pública, al negarse a aumentar el número de carteles topográficos bilingües en su región. Una encuesta, realizada en enero de 2006 por el Kärntner Humaninstitut, reveló que el 65% de los carintianos no estaban a favor de aumentar los signos topográficos bilingües y consideraban que los requisitos establecidos por el Tratado de Estado de 1955 ya se habían cumplido.

Otro fenómeno interesante es la llamada Windischen-Theorie, según la cual los eslovenos pueden dividirse en dos grupos: los eslovenos propiamente dichos y los denominados Windische, un nombre tradicional alemán empleado para referirse a los eslavos. De esta manera, se distingue entre los eslovenos austríacos, que aprendieron esloveno estándar en la escuela, y los eslovenos que hablan su dialecto local esloveno, pero que recibieron toda su formación en alemán, en escuelas austríacas, siendo a estos últimos a los que se designa con el término Windische. Esta teoría, que divide a los austríacos de origen esloveno entre "leales Windische" y "eslovenos nacionales", nunca fue aceptada unánimemente y ya hace algunas décadas que cayó en desuso.

Entre las religiones en Austria, el cristianismo católico es la predominante. El Estado cubre en parte los gastos de la Iglesia católica en Austria,[57]​ según un Acuerdo de 1960, cuya última actualización data de 1995.[58]

Según el censo de 2001, el 73,6% de la población del país es católica, si bien desde 2001 el número de católicos y la cantidad de fieles practicantes se ha reducido notablemente[cita requerida]. Las últimas cifras de católicos austriacos datan de 2016 y dan un total de 5 162 622 miembros, lo que supone el 58,8% de la población austríaca[cita requerida]. Un semanario señala que la asistencia a la Iglesia católica es de 605 828 fieles, esto es, el 7% de la población austríaca[cita requerida]. El número de luteranos disminuyó de 5,7% en 1971 a 3,4% en 2016[cita requerida]. La mayoría de los luteranos reside en el estado de Carintia, en el sur de Austria. Los cristianos ortodoxos son alrededor del 8,8% en 2018 (en su mayoría, son inmigrantes de la Europa balcánica y oriental).[59]​ El número de musulmanes está en aumento, con un 8% en 2016[60]​ También hay pequeñas comunidades de hindúes, sikhs, budistas y judíos[cita requerida].

Datos del censo 2001[61]

El sistema educativo austriaco presenta un nivel muy alto. Hasta hace pocos años, el acceso a la universidad era prácticamente gratuito (refiriéndose al estado económico). Hoy se debe pagar una cuota, que es baja si se compara con otros países. Hay 20 universidades repartidas en 8 ciudades de la geografía austriaca.

La calidad de vida en Austria es excepcional y cuenta con servicios sociales de primera calidad, tanto en previsión sanitaria como en compatibilidad entre el trabajo y la familia.

El sistema de seguridad social en Austria es amplio, obligatorio y financiado a través de impuestos. La seguridad social incluye prestaciones para todos los empleados y sus parientes en caso de asistencia médica, desempleo, baja por maternidad y jubilación, así como asistencia social pública para ciudadanos necesitados.

Austria se proclamó en el pasado como gran potencia europea, y su entorno cultural generó una indispensable enorme contribución a la cultura europea a través de las diversas formas de arte, muy especialmente en la música. Viena fue desde fines del siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial la capital cultural de Europa (solo superada por París).

Austria ha sido el lugar de nacimiento de muchos compositores famosos, como Mozart, Haydn, Schubert, Gluck, Bruckner, Wolf, Johann Strauss padre, Johann Strauss hijo y Mahler, así como miembros de la Segunda Escuela de Viena, como Schönberg, Anton von Webern, Alexander von Zemlinsky, Siegmund von Hausegger y Berg. Viena ha sido desde hace mucho tiempo un importante centro de la innovación musical. En el siglo XVIII y el siglo XIX, la ciudad atrajo a grandes compositores debido al patrocinio de los Habsburgo (Beethoven, Carl Maria von Weber, Brahms…). Eslavos y húngaros (súbditos del imperio) influyeron también en la música de Austria (Franz Liszt, Franz Lehár, Smetana, Dvořák, Béla Bartók…).

El actual himno nacional de Austria, llamado Bundeshymne (Himno federal) fue escogido después de la Segunda Guerra Mundial para reemplazar el tradicional himno austriaco compuesto por Joseph Haydn ("Kaiserlied"). Fue escrito por Paula von Preradovic, adaptando la melodía de la "Laßt uns mit geschlung'nen Händen" (Pequeña cantata masónica) compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart el 17 de noviembre de 1791. Fue declarado oficial en 1947.

Austria ha producido también un notable músico de jazz, el pianista Josef Zawinul. Falco, aclamado músico de rock y pop, se convirtió en uno de los más famosos artistas de la new wave en los años ochenta, especialmente por su canción "Rock Me Amadeus" dedicada a Mozart. Austria consiguió el primer puesto en el Festival de Eurovisión 2014 celebrado en Dinamarca con "Rise like a Phoenix" de Conchita Wurst, con lo que en 2015 el Festival de Eurovision se celebró en la capital del país, Viena.[62]

Entre los artistas y arquitectos de Austria figuran los pintores Ferdinand Georg Waldmüller, Rudolf von Alt, Hans Makart, Gustav Klimt, Oskar Kokoschka, Egon Schiele, Carl Moll y Friedensreich Hundertwasser; los fotógrafos Inge Morath y Ernst Haas, y los arquitectos Johann Bernhard Fischer von Erlach, Otto Wagner, Adolf Loos y Hans Hollein (ganador del Premio Pritzker en 1985).

La contribución de Austria al mundo del cine y el teatro ha sido tradicionalmente abundante. Sascha Kolowrat fue el pionero austriaco en el cine. Billy Wilder, Fritz Lang, Josef von Sternberg y Fred Zinnemann se convirtieron en productores de películas de relevancia internacional. Willi Forst, Ernst Marischka o Franz Antel enriquecieron el cine popular en los países germanoparlantes. Michael Haneke se hizo internacionalmente conocido por sus inquietantes trabajos cinematográficos, antes de recibir un Golden Globe por su aclamada película La cinta blanca en 2010.

El primer director de cine austriaco en recibir un Óscar fue Stefan Ruzowitzky. Muchos actores austriacos desarrollaron una carrera profesional que tuvo alcance más allá de las fronteras de su país. Entre ellos, destacan Peter Lorre, Helmut Berger, Curd Jürgens, Senta Berger, Oskar Werner y Klaus Maria Brandauer. Hedy Lamarr y Arnold Schwarzenegger se nacionalizaron como estadounidenses y se convirtieron en estrellas internacionales de cine. Este último también se convirtió en el trigésimo octavo gobernador de California. Christoph Waltz adquirió fama internacional por su actuación en Inglourious Basterds, interpretación que le valió el Premio al mejor actor en el Festival de Cannes en 2009, y el Óscar al mejor actor de reparto en 2010. Max Reinhardt fue un director de obras de teatro espectaculares e ingeniosas. Otto Schenk no solo destacó como actor de teatro sino también como director de ópera.

Austria es la cuna de numerosos científicos con fama internacional, lo que le ha valido que 20 austriacos (de origen y/o nacionalidad) hayan recibido el Premio Nobel en alguna de las ramas científicas. Entre ellos se encuentran Ludwig Boltzmann, Ernst Mach, Victor Franz Hess y Christian Doppler, destacados científicos en el siglo XIX. En el siglo XX, las contribuciones de Lise Meitner, Erwin Schrödinger, Wolfgang Pauli a la investigación nuclear y la mecánica cuántica son fundamentales para estas áreas de desarrollo durante los años 1920 y 1930. Una de hoy en día es el físico cuántico Anton Zeilinger, señalado como el primer científico en demostrar la teleportación cuántica.

Además de estos físicos, Austria fue el lugar de nacimiento de dos de los mayores filósofos del siglo XX, Ludwig Wittgenstein y Karl Popper, así como de los biólogos Gregor Mendel y Konrad Lorenz, el matemático Kurt Gödel y los ingenieros Ferdinand Porsche y Siegfried Marcus.

La concentración austríaca a la ciencia ha sido especialmente importantes en los campos de la medicina y la psicología, ya desde los tiempos de Paracelso en la Edad Media. Eminentes médicos, como Theodore Billroth, Clemens von Pirquet y Anton von Eiselsberg, dieron pie con sus logros a la Escuela de Medicina de Viena del siglo XIX. Austria es también la patria del médico y neurólogo Sigmund Freud, de los psicólogos Alfred Adler, Paul Watzlawick y Hans Asperger, y del psiquiatra Viktor Frankl.

La Escuela de Economía de Austria, que destaca como una de las principales orientaciones de la teoría económica, está relacionada con los economistas austriacos Joseph Schumpeter, Eugen von Böhm-Bawerk, Ludwig von Mises y Friedrich Hayek (Premio en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel). Otro notable austriaco de nacimiento pero emigrado es el pensador Peter Drucker.

El alemán de Austria es la lengua más utilizada. Existe una gran variedad de dialectos, que fundamentalmente pertenecen al Austro-bávaro.

Además de su condición como tierra de artistas y científicos, Austria siempre ha sido un país de poetas, escritores y novelistas. Es la patria de los novelistas Arthur Schnitzler, Stefan Zweig, Bertha von Suttner (primer Nobel de la Paz), Marie Ebner von Eschenbach, Oswald von Wolkenstein, Thomas Bernhard, Franz Kafka, Robert Musil y de los poetas Georg Trakl, Franz Werfel, Franz Grillparzer, Rainer Maria Rilke, Adalbert Stifter y Karl Kraus. Mención aparte merece Hugo von Hoffmansthal, poeta y novelista, símbolo de la Viena "fin de siècle".

Famosos novelistas y dramaturgos contemporáneos son la premio Nobel Elfriede Jelinek y el escritor Peter Handke.

La cocina de Austria deriva de la cocina del Imperio austrohúngaro. Está influida por las gastronomías húngara, checa, italiana y bávara y es por lo tanto una de las más multiculturales de Europa.

Algunos platos típicos austriacos son el Wiener Schnitzel, el Schweinsbraten (asado de cerdo), el Kaiserschmarrn, los Knödel, la Sachertorte y el Tafelspitz. También son populares los Kasnockn, un plato de macarrones con queso fresco Pinzgauer y perejil, y los Eierschwammerl (chantarelas).

Los caramelos PEZ fueron inventados en Austria, que es también famosa por su Apfelstrudel. De la capital, Viena, es la famosa tarta Sacher, de chocolate.

En Austria se practican numerosos deportes tanto de manera profesional como amateur. Los más populares son el fútbol, hockey sobre hielo y esquí.

La Liga de Fútbol de primera división austriaca es la más importante del país. En 1911, fue la primera vez que se jugó, bajo el título de "Primera clase del campeonato de fútbol profesional de Austria" y a lo largo del tiempo mantuvo ese mismo nombre. Hasta la temporada 1949-1950, este cambió a "Liga nacional de fútbol profesional", sin embargo, la exclusión de la parte exterior de Viena y Baja Austria a cabo bajo (excepto Gauliga 1938 a 1945), por lo que gran parte del interior del país no jugaba. Hasta la temporada 1964-1965 fue la Liga del Estado, hasta ese entonces se llamaba la Liga Nacional. En 1974-1975, se introdujo la Bundesliga. Entre los diez clubes participantes, el campeón austriaco identificados y junto a la Copa de Austria FA son los puntos de partida para las competiciones europeas.

La selección de fútbol de Austria logró el cuarto puesto en la Copa Mundial de Fútbol de 1934 y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1936 y el tercer puesto en la Copa Mundial de Fútbol de 1954.

La Selección de balonmano de Austria ha logrado la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1936 y en el Campeonato Mundial de Balonmano Masculino de 1938, además de haber disputados varios mundiales y Europeos posteriormente.

La selección de Austria de hockey sobre hielo ha disputado el Campeonato Mundial de Hockey sobre Hielo, logrando la medalla de bronce en 1937 y 1941, y el cuarto puesto en 1930 y 1933.

En los Juegos Olímpicos de Invierno, la delegación austríaca se ubica en el sexto puesto en el medallero histórico, con 59 oros y 218 medallas totales. Lidera el historial en esquí alpino, y está en el tercer puesto en saltos de esquí y combinada nórdica, y el cuarto en pantinaje artístico y luge. El país también lidera el medallero histórico en el Campeonato Mundial de Esquí Alpino.

La ciudad de Innsbruck fue sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1964 y 1976.

En la Fórmula 1 se han destacado los pilotos austríacos Niki Lauda (tres títulos y 25 victorias), Jochen Rindt (un título y seis victorias) y Gerhard Berger (tercero en dos temporadas y diez victorias), mientras que la escudería Red Bull Racing ha sido múltiple campeona del mundo de constructores. El principal autódromo del país es el Österreichring, construido en 1969 (Actual Red Bull Ring). Ha albergado el Gran Premio de Austria de Fórmula 1 en distintos períodos, y otros campeonatos internacionales de motociclismo, turismos y gran turismos.

Jakob Pöltl se ha convertido en la temporada 2016/17 en el primer baloncestista austriaco en jugar en la NBA.



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