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Tenerife



Tenerife es una isla del océano Atlántico perteneciente a la comunidad autónoma española de Canarias. Junto a La Palma, La Gomera y El Hierro conforma la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Con una superficie de 2034,38 km² y una población de 928 604 habitantes (2020)[1]​ es la isla más extensa del archipiélago canario y la más poblada de España.[4][5][6]​ Además, Tenerife es también la isla más extensa y poblada de la región de la Macaronesia.[7]

La ciudad de Santa Cruz de Tenerife es la capital de la isla y de la provincia homónima, así como su municipio más poblado, con 209 194 habitantes (INE 2020). La ciudad es, además, capital de la comunidad autónoma de Canarias, compartiendo ese estatus con Las Palmas de Gran Canaria. A pesar de esto, entre 1833 y 1927 Santa Cruz de Tenerife fue oficialmente la única capital del archipiélago canario, hasta que en 1927 un decreto ordenó que la capitalidad de Canarias fuera compartida, que es como permanece actualmente.[8][9]​ El segundo municipio por número de habitantes de la isla, y tercero de Canarias, con 155 549 habitantes (INE 2018), es San Cristóbal de La Laguna, cuyo casco histórico es Patrimonio de la Humanidad.[10]​ El área metropolitana de Santa Cruz de Tenerife tiene una población de más de 400 000 habitantes.[11][12][13][14]

La isla posee otro lugar catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, el parque nacional del Teide, el cual es el más visitado de España y uno de los más visitados del mundo.[15][16]​ En él se encuentra la máxima elevación de España y tercer volcán más grande del mundo desde su base en el lecho oceánico, el Teide.[17]​ Por su parte, el Macizo de Anaga, por su riqueza natural y etnográfica, fue catalogado como Reserva de la Biosfera, también por la UNESCO, el 9 de junio de 2015.[18][19]​ Se trata del paraje natural que mayor cantidad de endemismos tiene de Europa.[20]

De gran importancia es el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional y considerado como uno de los de mayor relevancia a nivel mundial.[21][22]​ Además, la isla posee una variada arquitectura, destacando entre ella la colonial y la contemporánea, cuyo máximo exponente es el moderno edificio del Auditorio de Tenerife, situado en Santa Cruz de Tenerife.[23][24]​ La isla también es conocida por ser un gran destino turístico, ya que recibe a más de cinco millones de turistas cada año,[25]​ siendo, por lo tanto, el principal destino turístico del archipiélago canario,[26]​ así como uno de los más importantes de España y del mundo.[27]

Son diversos los nombres que las distintas culturas han atribuido a Tenerife a lo largo de la historia. Así por ejemplo, para los nativos guanches la isla recibía el nombre de Achined, Achinet o Chenet, aunque en función de la bibliografía que se consulte, la nómina puede adquirir diferentes variaciones ortográficas. Según el historiador Ignacio Reyes la forma primitiva sería (w)a-zenzen con el valor de 'resonancia, zumbido, retumbo',[28]​ mientras que Álvarez Delgado indica que Achinechat-ti-ney− es «una expresión cariñosa o afectiva» que traduce como 'he aquí la mía' o 'la mía', 'mi tierra'.[29]

Las descripciones romanas de las islas Afortunadas (especialmente Plinio el Viejo en su obra Naturalis Historia) incluían una llamada Nivaria o Ninguaria (del latín nix, nivis, nieve), que se cree que hace referencia a las nieves posadas sobre el volcán tinerfeño conocido como el Teide.

Los mapas portulanos de los siglos XIV y XV suelen designar a la isla como Insula del'inferno (Isla del Infierno), probablemente debido a los procesos eruptivos de los que el volcán era protagonista.[30]

Se cree que el nombre actual de la isla se debe al aspecto del Teide ya que fue dado por los benahoaritas (aborígenes de La Palma) según las palabras Tener (blanca) e ife (montaña).[31][32][33]​ La mención escrita más antigua conocida de Tenerife es en la forma Tenerefiz y data de alrededor de 1350, en una obra literaria titulada Libro del Conoscimiento.[30]​ Sin embargo, a lo largo de la historia se han dado otras explicaciones para desvelar el origen del nombre de la isla. Así por ejemplo, los historiadores dieciochescos Juan Núñez de la Peña y Tomás Arias Marín de Cubas, entre otros, supusieron que el nombre de la isla podría provenir del legendario mencey guanche Tinerfe apodado —el Grande—, quien gobernó toda la isla en tiempos anteriores a la conquista de Canarias por parte de Castilla.[34]


Tenerife es una isla en gran parte muy abrupta, de relieve formado por sucesivas erupciones volcánicas a lo largo de la historia, la más reciente de las cuales fue la del Chinyero en 1909.[35]

La isla está situada entre los paralelos 28º y 29º N y los meridianos 16º y 17º O, ligeramente al norte del trópico de Cáncer, ocupando una posición central entre Gran Canaria, La Gomera y La Palma. Se encuentra a algo más de 300 km del continente africano, y a unos 1000 km de la península ibérica.[36]

De forma triangular, Tenerife es la mayor isla del archipiélago canario, con una superficie de 2034,38 km²[37]​ y la que más longitud de costas tiene con 342 kilómetros.[38]​ Además, es la isla más alta de España y la décima isla más alta de todo el mundo: en su centro se alza el pico del Teide, que con sus 3718 m sobre el nivel del mar representa a su vez el punto más elevado de toda España,[39]​ de las islas del océano Atlántico y el tercer volcán más grande del mundo desde su base en el lecho oceánico, solo superado en este sentido por el Mauna Kea y el Mauna Loa (ambos en el archipiélago de Hawái). Tiene hasta doscientos pequeños islotes o roques a su alrededor, entre los que destacan los de Anaga, Garachico, Fasnia que suman un total de 213 835 m² más.[37]​ Tenerife es también la isla más grande y poblada de la región Macaronesia.[7]

Tenerife es una isla de origen volcánico, cuya formación comenzó a gestarse en el fondo oceánico hace unos 20-50 millones de años.[40]

Según una de las teorías más aceptadas actualmente por la comunidad científica (Teoría de los bloques levantados), el ascenso de magma procedente del manto terrestre se produce en periodos de actividad tectónica a partir de fallas o fracturas que existen en el fondo oceánico. Estas siguen los ejes estructurales de la isla, y se conformaron durante la orogenia Alpina de la Era Terciaria por el movimiento de la placa Africana. Estas erupciones de tipo fisural submarino originan las denominadas lavas almohadilladas o pillow-lavas, que se producen por el rápido enfriamiento que experimenta el magma al establecer contacto con el agua, obteniendo así una forma muy característica. Estos materiales se fueron acumulando y construyendo el edificio insular bajo el mar. A medida que este se aproximaba a la superficie, los gases, debido a la disminución de la presión circundante, se iban liberando del magma y los episodios vulcanológicos pasaban de ser tranquilos a tener un carácter marcadamente explosivo, formando materiales fragmentarios.[40]

Tras largo tiempo de acumulación de materiales, el nacimiento de la isla se produjo a finales del Mioceno (Era Terciaria). Hace siete millones de años emergieron las zonas de Teno, Anaga y Macizo de Adeje, en la que se denomina Serie Basáltica Antigua o Serie I. Se constituyeron de este modo tres islas cronológica y estratigráficamente distintas en los extremos oeste, este y sur de la actual Tenerife.[41]

Hace aproximadamente 3 m a. comienza un segundo ciclo volcánico (Formaciones Postmiocenas o Series Recientes II, III y IV), mucho más intenso, que incorpora elementos en la zona central de la isla, la cual también emerge y unifica en uno solo a los tres edificios anteriormente descritos. La estructura conformada en ese momento recibe el nombre de Edificio pre-Cañadas, sobre cuyos restos se erigiría más tarde el Edificio Cañadas I. Este ultimó experimentó diversos colapsos y emitió una gran variedad de materiales explosivos que dieron lugar a las llamadas Bandas del sur (sur-sureste actual).[40]

Posteriormente, sobre las ruinas de este complejo surgiría el Edificio Cañadas II, ya por encima de los 2500 metros, también con intensos procesos explosivos. Hace alrededor de 1 m a. se inició la construcción de la Cordillera Dorsal, con un vulcanismo de tipo fisural, a partir de los restos de los edificios ya parcialmente desmantelados de la Serie I. La Cordillera Dorsal es la de mayor desarrollo altitudinal y longitudinal del archipiélago canario, con 1600 metros de altura y 25 kilómetros de longitud.[40]​ En este mismo espacio cronológico (hace 800 000 años) tienen lugar dos deslizamientos gravitacionales que motivaron la aparición de los valles de La Orotava y Güímar.[40]

Finalmente, ya en tiempos más próximos (200 000 años), comienzan las erupciones que levantarían el Edificio Pico Viejo-Teide en el centro de la isla, sobre la Caldera de Las Cañadas.[40]

La abrupta orografía isleña y su variedad de climas dan como resultado un territorio de múltiples paisajes y formas, desde el parque nacional del Teide con su amalgama de colores fruto de las sucesivas erupciones volcánicas, hasta los acantilados de Los Gigantes con sus paredes verticales, pasando por zonas semidesérticas con plantas resistentes a la sequedad en el sur, o por ambientes de carácter meramente volcánico como es el Malpaís de Güímar o el Malpaís de La Rasca.

También cuenta con playas naturales como la de El Médano (con parajes protegidos en su entorno como Montaña Roja y Montaña Pelada) valles con cultivos tropicales y subtropicales, boscosos parajes de laurisilva en los macizos de Anaga y Teno (con profundos y escarpados barrancos) y extensos bosques de pinos por encima de esta última formación vegetal.

Las principales estructuras de Tenerife, que a continuación se describen, conforman el edificio central, con el complejo Teide-Pico Viejo y el circo de Las Cañadas. Se trata de una semicaldera de 130 kilómetros cuadrados, que ha sido originada por un conjunto de procesos geológicos explicados en el epígrafe Origen y formación. El circo está parcialmente ocupado por el estratovolcán Teide-Pico Viejo y completado por los materiales que ha emitido en sus diferentes erupciones. Destacan en su interior los Roques de García, entre los que está el más conocido, el Roque Cinchado. Otra formación llamativa son Los Azulejos, compuesto por fonolitas de colores verdosos que se han creado por actividad hidrotermal.[40][42][43]

Al sur de La Caldera destaca la montaña de Guajara, que con 2718 metros es la de mayor altitud de las que constituyen el anfiteatro de Las Cañadas del Teide. Al pie de estas paredes se han creado llanos endorreicos de materiales sedimentarios muy finos, siendo el más conocido el Llano de Ucanca.[40][42][43]

El pico del Teide, con 3718 metros sobre el nivel del mar y más de 7000 sobre el fondo oceánico, es el punto más elevado de la isla, del territorio español y de todas las tierras emergidas del Atlántico. Este volcán, el tercero más grande del planeta desde su base,[44]​ es el símbolo de Tenerife por antonomasia y el monumento natural más emblemático del archipiélago canario.[45]​ Su situación central, sus importantes dimensiones, su silueta y su paisaje nevado lo dotan de una singular personalidad. Ya los aborígenes guanches lo consideraban lugar de culto y adoración.

Desde 1954, el Teide y todo el circo de su alrededor (aunque hubo una ampliación posterior de sus límites) está declarado como parque nacional. Además, desde junio de 2007 está incluido por la Unesco dentro de los espacios Patrimonio de la Humanidad como bien natural.[46]​ Al oeste se encuentra el volcán Pico Viejo. En un lateral de este, se encuentra el Volcán de Chahorra o Narices del Teide, donde se produjo la última erupción que se ha dado en el entorno del Teide, en 1798.

El macizo de Anaga, en el extremo nororiental de la isla, posee un perfil topográfico irregular y escabroso donde a pesar de no presentar grandes cotas, destaca la Cruz de Taborno con 1024 metros. Debido a la antigüedad de sus materiales (5,7 m a.), a sus profundos procesos erosivos y a la densa red de diques que atraviesan el macizo, son numerosos los roques que aparecen en superficie, tanto de etiología fonolítica como traquítica. Existe una gran cantidad de barrancos escarpados y muy encajados en el terreno. En la costa de Anaga predominan los acantilados, por lo que existe un número escaso de playas; no obstante, las que hay suelen coincidir con zonas de desembocadura de barrancos, algunas de rocas y otras de arena negra.[40][42][43]

El macizo de Teno se encuentra en el extremo noroccidental. Al igual que en Anaga, se trata de una zona de estructuras desmanteladas y hondos barrancos que se han originado por erosión. Sin embargo, aquí los materiales son más antiguos (aproximadamente 7,4 m. a.). Destacan la montaña de Gala que con 1342 metros representa la mayor altitud. El paisaje más singular de este macizo se encuentra en su costa sur. Se trata de los acantilados de Los Gigantes, con paredes verticales que llegan a alcanzar en algunos puntos los 500 metros de altura.[40][42][43]

El macizo de Adeje se sitúa en el extremo meridional de la isla, teniendo como mayor exponente al Roque del Conde, con 1001 metros de altitud. El macizo no es tan apreciable por su reducida estructura inicial, hecho que añadido a la historia geológica del lugar ha potenciado un intenso desmantelamiento de sus materiales, perdiendo de ese modo su aspecto y envergadura original.[40][42][43]

La Cordillera Dorsal o dorsal de Pedro Gil abarca desde el principio del monte de La Esperanza, a unos 750 metros de altitud aproximadamente, hasta la zona central de la isla, en las inmediaciones de la Caldera de Las Cañadas, siendo Izaña, su punto más alto, con 2350 metros sobre el nivel del mar. Esta estructura se ha constituido a expensas de un vulcanismo fisural de tipo basáltico a través de uno de los ejes o directrices estructurales que han dado origen al vulcanismo de la isla.[40][42][43]

La dorsal de Abeque se encuentra formada por una cadena de volcanes que unen el macizo de Teno con el edificio central insular Teide-Pico Viejo a partir de otro de los tres ejes o directrices estructurales de Tenerife. A esta dorsal pertenece el volcán histórico de Chinyero cuya última erupción se registró en 1909.[40][42][43]

La dorsal Sur o dorsal de Adeje está al amparo del último de los ejes estructurales. Destacan los restos de su macizo como formación primigenia, así como las alineaciones de pequeños conos volcánicos y de roques esparcidos por toda esta zona del sur tinerfeño.[40][42][43]

La dorsal de Anaga divide naturalmente la región del macizo de Anaga de este a oeste. Separa los valles de San Andrés (al sur) y Taganana (al norte).

Los valles son otra de las formas de relieve más destacadas. Los más importantes son el valle de La Orotava y el valle de Güímar que se han generado por el deslizamiento en masa de grandes cantidades de materiales hacia el mar, creando una hondonada en el terreno. Existen otros valles que se distribuyen por diversos enclaves de la geografía de Tenerife, aunque, en este caso, de diferente naturaleza. Suelen ser valles intercolinares que se han conformado tras el depósito de mayor cantidad de materiales geológicos en lomas laterales, o simplemente cauces amplios de determinados barrancos que en su evolución han tomado el aspecto de típicos valles.[40][42][43]

Tenerife, debido principalmente a su gran altitud y a su silueta en semejanza a un tejado de dos aguas, está surcada por gran cantidad de barrancos. Estos constituyen uno de los elementos más característicos de su paisaje, originados por la erosión ejercida por la escorrentía superficial a lo largo de la historia. Destacan los barrancos de Ruiz, Fasnia y Güímar, el barranco del Infierno y Erques, todos ellos declarados espacios naturales protegidos por las instituciones canarias.[40][42][43]

Las costas son, por lo general, accidentadas y abruptas, aunque lo son más en la zona norte que en la sur. No obstante 67,14 kilómetros de la costa tinerfeña lo representan playas, solo superada en este aspecto por la isla de Fuerteventura.[47]​ En el litoral septentrional son frecuentes las playas de cantos rodados o de arena negra, mientras que en la vertiente sur y suroeste de la isla predominan las playas con arenas más finas y de tonalidades más claras.[40][42][43][nota 1]

Los tubos de lava, o tubos volcánicos, son cuevas volcánicas, usualmente con forma de túneles, formados en el interior de coladas lávicas más o menos fluidas mientras dura la actividad reogenética. Entre los muchos tubos volcánicos existentes en la isla destaca la llamada cueva del Viento, situada en el municipio norteño de Icod de los Vinos, que es el tubo volcánico más grande de Europa y uno de los más grande del mundo, aunque durante mucho tiempo fue considerado incluso el más grande del mundo.[48]

La isla de Tenerife disfruta de una notable diversidad ecológica pese a su reducida superficie, lo que es consecuencia de unas condiciones ambientales especiales, ya que la accidentada orografía reinante modifica localmente las condiciones climáticas generales, originando una gran variedad de microclimas. Esta vasta existencia de microclimas y, por lo tanto, de hábitat naturales, se hace manifiesta en la vegetación insular, constituida por una flora rica y variada (1400 especies de plantas superiores), entre las que destacan numerosos endemismos canarios (200) y exclusivamente tinerfeños (140).[49]

Al concentrar este patrimonio vegetal de unas 140 especies exclusivas, la isla de Tenerife muestra la mayor relación de endemismos florísticos de la denominada Macaronesia.[50]​ Además, la diferente composición química de los diversos materiales volcánicos que han construido el edificio insular, siempre bajo la acción combinada de los factores climáticos, da lugar a una gran diversidad de suelos. La conjunción de estos agentes determina la presencia de múltiples hábitats que albergan numerosas comunidades de plantas y animales que constituyen los singulares ecosistemas de Tenerife.[49]

El estudio de la flora y la fauna tinerfeña puede realizarse de un modo más ordenado si es clasificada según los diferentes pisos ecológicos en los que se divide el terreno de la isla. Dicha división atiende especialmente a la orientación norte o sur de las vertientes de la isla y, por supuesto, a la altitud:[51]

Aún faltaría hablar de la extensa fauna marina de entre la que destacan viejas, meros, abades, salemas, samas, pargos, etc. Gran interés tienen también la tortuga boba y las colonias permanentes de ballenas y delfines que habitan el litoral sur de la isla. Tenerife posee un inventario faunístico que asciende a 56 especies de aves, 13 de mamíferos terrestres, 5 de reptiles, varios miles de invertebrados, 2 de anfibios y 400 de peces además de algunas especies de tortugas marinas y cetáceos.[49]

Antes de la llegada de los aborígenes, las islas Canarias, y en especial la de Tenerife, estaban habitadas por animales endémicos prehistóricos extintos en la actualidad en su mayoría. Estos especímenes alcanzaban tamaños superiores a lo habitual, esto es lo que se llama gigantismo insular.

Entre estas especies, las más conocidas que se encontraban en Tenerife eran;

Cráneo de Canariomys bravoi.

Espécimen momificado de Gallotia goliath.

Fémur fosilizado de Centrochelys burchardi.

Prácticamente la mitad de la isla (48,6 %),[55]​ se encuentra bajo las diferentes fórmulas de protección que atribuyen la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos. De los 146 espacios naturales recogidos por la citada red en el conjunto del archipiélago,[56]​ un total de 43 se encuentran en Tenerife, siendo de este modo la isla que mayor número de espacios posee.[57]​ Asimismo, atendiendo al porcentaje de territorio protegido con el que cada isla contribuye al total del archipiélago, hay que destacar que es Tenerife con un 37 % la isla que encabeza la tabla.[58]​ La Red contempla hasta ocho categorías de protección distintas, todas ellas representadas en la isla: aparte del parque nacional del Teide, cuenta con el mayor parque natural de Canarias (Corona Forestal), dos parques rurales (Anaga y Teno), cuatro reservas naturales integrales, seis reservas naturales especiales, un total de catorce monumentos naturales, nueve paisajes protegidos y hasta seis sitios de interés científico. El 9 de junio de 2015 el macizo de Anaga fue declarado reserva de la biosfera por la Unesco.[18]​ El macizo de Anaga es el lugar que mayor cantidad de endemismos tiene en Europa.[20]

El municipio de La Orotava, en gran parte a expensas del parque nacional del Teide, y el de Santa Cruz de Tenerife que hace lo propio con el parque rural de Anaga presentan, respectivamente, el 76 % y el 74 % de su extensión bajo protección. De la misma forma, el emplazamiento mayoritario del parque rural de Teno al amparo del municipio de Buenavista del Norte hace que este disponga de una importante parte de su superficie protegida.

La relación completa de los espacios protegidos de Tenerife es la siguiente:

A Tenerife se la conoce internacionalmente como la "Isla de la Eterna Primavera".[59]​ La atribución de esta denominación climática se produce en gran medida gracias a los vientos alisios, cuya humedad, principalmente, se condensa en las zonas de medianías del norte y nordeste insular, constituyendo amplios mares de nubes que se disponen preferentemente entre los 600 y 1800 metros de altura.

Otro factor que influye en la suavidad del clima de las Islas con respecto al que por latitud correspondería (desierto del Sahara), es la corriente marina fría de Canarias, que enfría la temperatura de las aguas que bañan las costas y playas isleñas con respecto a la ambiental. Por último, la propia orografía tinerfeña también habría que tenerla en cuenta en esta terna de agentes encargados de hacer realidad el anteriormente citado eslogan.

A grandes rasgos, el clima de Tenerife es moderado, templado y muy suave en cualquier estación del año. No hay períodos de frío pero tampoco los hay de calor asfixiante. Las temperaturas medias son de 18 °C en invierno y 25 °C en verano, aunque estos sean valores relativos y generales. Evidentemente se producen importantes contrastes, como el que se produce durante los meses de invierno, en los cuales es posible disfrutar del sol en zonas de costa y, sin embargo, 3000 metros por encima poder contemplar la blanca estampa nevada del Teide, lugar en el que nieva todos los años.[42]

Otro ejemplo de contraste climático lo encontraríamos en la ciudad de Santa Cruz con respecto a la ciudad de La Laguna. Municipios unidos físicamente pero distanciados en cuanto a condiciones climáticas. Generalmente Santa Cruz tiene durante todo el año un clima cálido con temperaturas sensiblemente superiores a las que se disfrutan en la aledaña La Laguna, donde frecuentemente hace un poco más de frío y existe mayor probabilidad de precipitaciones, y cuyo clima es similar a las medianías del norte de la península.[60]

El norte y el sur de Tenerife poseen igualmente diferentes características climáticas. En barlovento se registra un 73 % de las precipitaciones totales además, la humedad relativa del aire es superior y la insolación inferior. Los máximos pluviométricos se registran en barlovento a una altitud media entre 1000-1200 m, casi exclusivamente en los montes de La Orotava.[42]

Pero quizás sea más significativo que todo el norte de la isla carezca de un espacio en el que la pluviosidad media sea inferior a los 250 mm anuales. En cambio, en la vertiente sur de la isla los valores pluviales son significativamente menores. Los únicos reductos sureños que se salvan de esta situación son Masca y Güímar, probablemente debido a sus características físicas que posibilitan una mayor presencia del alisio.[42]

A modo de anécdota es interesante saber que los médicos europeos, sobre todo ingleses y holandeses, del pasado XIX elogiaban el clima del norte de Tenerife, y lo recomendaban a sus pacientes para aliviar dolencias de la edad y del aparato circulatorio.[61]

El suelo volcánico de Tenerife, generalmente de carácter poroso y permeable es motivo para que una considerable fracción del agua procedente de la lluvia, unida a aquella producto de condensaciones en zonas boscosas y a la proveniente del deshielo de las cumbres más elevadas de la isla, se infiltre en el subsuelo.[62]

La construcción de embalses y presas como principales métodos de obtención de agua está desaconsejada debido a las mencionadas condiciones geológicas, que no permiten el almacenamiento del preciado líquido en superficie, así como a la irregularidad de las precipitaciones.

De este modo, la mayor parte del agua (90 %) procede de pozos y principalmente de galerías, importantes sistemas que sirven para extraer el recurso hídrico del acuífero. Tenerife dispone en la actualidad de más de un millar de galerías perforadas.[63]

La compleja formación y evolución geológica de Tenerife, en conjunción con las distintas características orográficas y bioclimáticas ofrecen como resultado una amplia gama de suelos atendiendo principalmente a su mayor o menor grado de evolución. En este sentido, se comportan como menos desarrollados, los suelos de las zonas expuestas al sur; sin embargo, las zonas al norte, afectadas por los vientos alisios, que aportan una gran humedad, muestran mayores niveles de evolución. Al ahondar en este capítulo resulta importante establecer una clasificación de los mismos en función de su capacidad de uso agrícola o no, así como sus limitaciones y los riesgos que implica.[64]

Los guanches debieron llegar a Tenerife en un período comprendido desde antes del siglo V a. C. hasta el comienzo de la Era Cristiana. Durante casi dos mil años, poblaron la isla y trataron de adaptarse a sus particularidades medioambientales hasta que en 1496 fueron sometidos por las tropas españolas.[65]

La zona arqueológica de la Cueva de los Guanches en el municipio de Icod de los Vinos, ha proporcionado las cronologías más antiguas de Canarias, con dataciones en torno al siglo VI a. C.[66]

Respecto al nivel tecnológico, los guanches pueden ser encuadrados entre los pueblos de la Edad de Piedra, si bien esta terminología es rechazada debido a la ambigüedad que presenta. La cultura guanche se caracteriza por un desarrollo cultural avanzado, que posiblemente está en relación con los rasgos culturales bereberes importados desde el norte de África y un desarrollo tecnológico pobre, determinado por la escasez de materias primas, sobre todo de minerales que permitan la extracción de metales. Su actividad principal era el pastoreo, pero también se dedicaban a la agricultura, la recolección, la pesca, marisqueo de orilla o la artesanía.[67]

En cuanto a las creencias, la religión guanche era politeísta aunque el culto astral estaba generalizado. Junto a él había una religiosidad animista que sacralizaba ciertos lugares, fundamentalmente roques y montañas. Entre los principales dioses guanches se podrían destacar; Achamán (dios del cielo y supremo creador), Chaxiraxi (diosa madre identificada más tarde con la Virgen de Candelaria), Magec (dios del sol) y Guayota (el demonio) entre otros muchos dioses y espíritus ancestrales. Especialmente singular era el culto a los muertos, practicándose la momificación de cadáveres. Además, en la isla han aparecido pequeñas figurillas líticas y de arcilla de tipo antropomorfo y zoomorfo asociadas a rituales, interpretados como ídolos. Destaca entre estos el llamado Ídolo de Guatimac, el cual se cree que representa a un genio o espíritu protector.[68]

La sociedad guanche estaba dividida en estratos definidos por la riqueza, en cabezas de ganado especialmente, diferenciándose por un lado la nobleza y por otro el pueblo. La isla se dividía en territorios cuyo rey era el mencey (nombre dado al monarca de los guanches de Tenerife, que regía un menceyato o territorio). Unos cien años antes de la conquista, existía un mencey llamado Tinerfe el Grande, hijo del mencey Sunta. Tinerfe tenía su corte en Adeje desde donde gobernaba toda la isla. A su muerte, sus nueve hijos se rebelaron y se repartieron la isla en nueve menceyatos[69]​ y dos achimenceyatos independientes (llamados capitanías por los conquistadores). Los menceyatos y sus menceyes (por orden de descendencia) fueron los siguientes:

También se encontraba el Achimenceyato de Punta del Hidalgo gobernado por Aguahuco (el "Hidalgo pobre", hijo ilegítimo del Gran Tinerfe) y Zebenzui.

A pesar del tiempo transcurrido desde la conquista del archipiélago aún hoy se mantienen muchos topónimos que nos recuerdan la lengua de los guanches. Son muchos los lugares que, aunque con importantes variaciones, conservan su denominación prehispánica.

La isla cuenta además con varias zonas arqueológicas de esta época anterior a la conquista. Por lo general, este patrimonio lo representan cuevas rupestres que si bien están repartidas por toda la geografía insular, la mayoría se encuentran en la vertiente meridional.

Dos de los más importantes yacimientos arqueológicos de la isla son: la zona arqueológica de la Cueva de los Guanches, donde se han encontrado los asentamientos más antiguos de Tenerife y ha proporcionado las cronologías más antiguas del archipiélago,[70]​ con dataciones en torno al siglo VI a. C.[66]​ y las llamadas Cuevas de Don Gaspar, por el hallazgo de restos vegetales en forma de semillas carbonizadas,[71]​ la cual constata la práctica de la agricultura en la isla de Tenerife en tiempos de los guanches.[70]​ Ambos yacimientos se encuentran en el municipio de Icod de los Vinos. Destaca también en la isla, la Estación solar de Masca la cuál fue un santuario aborigen destinado a las celebraciones de ritos relacionados con la fertilidad y la petición de agua de lluvia. Esta se encuentra en el municipio de Buenavista del Norte.

Otros yacimientos importantes a destacar son la zona Arqueológica Los Cambados y la zona Arqueológica de El Barranco del Rey ambas en el municipio de Arona.[72]​ También podríamos destacar la Cueva de Achbinico (primer santuario mariano de Canarias, de época guanche-castellana)[73]​ y lugar este donde han aparecido diversos utensilios arqueológicos de época guanche muy anteriores a la conquista.[74]​ Otro lugar de gran interés arqueológico es el Macizo de Anaga, esta zona de la isla es uno de los lugares más ricos en hallazgos arqueológicos de Canarias.[75]​ Se han hallado gran cantidad de momias guanches en este lugar así como cuevas con algunos restos de animales momificados, y piedras con inscripciones como la llamada "Piedra de Anaga".[76]​ Al otro lado de la isla en el municipio de El Tanque se encontró otra piedra con inscripciones la "Piedra Zanata" que parece haber estado relacionada con el mundo mágico-religioso de los guanches.[77]​ Además en la isla se encuentran las controvertidas Pirámides de Güímar, de las cuales hay muchas hipótesis sobre su construcción, aunque aún no se ha dado una definición oficial sobre su origen.

Existen además en Tenerife vestigios que revelan la presencia púnica en la isla, como sucede en la estela llamada comúnmente "Piedra de los Guanches" en la localidad de Taganana. Este yacimiento arqueológico se compone de una estructura formada por un bloque de piedra de grandes dimensiones, al aire libre, que presenta grabados rupestres en su superficie. Entre estos, destaca la presencia de una representación de la diosa cartaginesa Tanit,[78]​ representada mediante un símbolo en forma de botella rodeada de motivos cruciformes. Se piensa que el monumento se trataba originalmente de un ara de sacrificio vinculada a las que se encuentran en el ámbito semita[78]​ y posteriormente reutilizada para el ritual aborigen de la momificación.[78]

Tenerife fue la última isla de Canarias en ser conquistada y la que más tiempo tardó en someterse a las tropas castellanas. Aunque las fechas tradicionales de conquista de Tenerife se establecen entre 1494 (desembarco de Alonso Fernández de Lugo) y 1496 (conquista de la isla), hay que tener en cuenta que los intentos de anexionar la isla de Tenerife a la Corona de Castilla se remontan al menos a 1464.[79]​ Desde el primer intento de conquistar la isla en 1464, hasta que se conquista definitivamente en 1496 transcurren treinta y dos años.

Ese año de 1464, tiene lugar en el barranco del Bufadero la toma de posesión simbólica de la isla por el señor de las Canarias Diego García de Herrera. Este firma un tratado de paz con los menceyes, permitiéndole poco después el mencey de Anaga construir una torre en sus tierras, donde guanches y europeos tienen tratos hasta que es demolida hacia 1472 por los mismos guanches.[79]

En 1492 el gobernador de Gran Canaria Francisco Maldonado organiza una razia que termina en desastre para los europeos, pues son derrotados por los guanches de Anaga.

En diciembre de 1493, Alonso Fernández de Lugo obtuvo de los Reyes Católicos la confirmación de sus derechos de conquista sobre la isla de Tenerife. En abril de 1494, y procedente de Gran Canaria, desembarcó el conquistador en la costa de la actual Santa Cruz de Tenerife con una tropa de peninsulares y canarios (gomeros y grancanarios, sobre todo) formada por unos dos mil hombres de a pie y 200 a caballo. Tras levantar un fortín se dispuso a adentrarse hacia el interior de la isla.[80]

Los menceyes de la isla de Tenerife tomaron distintas posturas en el momento de la conquista. Se constituyeron así el bando de paz y el bando de guerra, integrado el primero por los menceyatos de, Güímar, Abona y Adeje, y el segundo por Anaga, Tegueste, Tacoronte, Taoro, Icoden y Daute. El bando opositor se enfrentó tenazmente a los castellanos de modo que la conquista tinerfeña se prolongó durante dos años. Las tropas castellanas sufrieron una derrota a manos de los guanches en la Primera Batalla de Acentejo en 1494. Sin embargo, los guanches, superados por la tecnología y por las nuevas enfermedades a las cuales no eran inmunes, cayeron frente a las tropas de la Corona de Castilla en la batalla de Aguere y en la segunda batalla de Acentejo culminando la conquista en septiembre de 1496.[80]

Como en el resto de las islas, muchos de los aborígenes fueron esclavizados, especialmente los pertenecientes al bando de guerra, mientras que buena parte de la población indígena sucumbió a enfermedades importadas como la gripe y, probablemente, la viruela, enfermedades infecciosas para las que aquella sociedad neolítica, debido a su aislamiento, no había desarrollado su sistema inmune. Tras la conquista, y especialmente durante el siglo posterior a ella, se fue produciendo una repoblación y colonización paulatina de la isla con la llegada de inmigrantes provenientes de diversos territorios pertenecientes al incipiente Imperio Español (Portugal, Flandes, Italia, Alemania).

Los bosques de Tenerife se vieron gradualmente afectados por el crecimiento poblacional y por la consecuente necesidad obtener terrenos despejados que permitieran la explotación agrícola para consumo propio y para la exportación. Así fue el caso de la introducción del cultivo de la caña de azúcar a principios del siglo XVI mientras que, en siglos sucesivos, la economía de la isla se centró en el aprovechamiento de otros cultivos tales como la vid y la cochinilla para fabricar tintes, así como el plátano.[43]

Durante el siglo XVIII tras la Guerra de Sucesión española se desarrolla en Canarias el llamado "comercio canario-americano", el cual estaba regulado por una Real Cédula de 1697. Esta concedía el comercio canario con América por espacio de ocho años y lo limitaba a 1000 toneladas. A Tenerife le correspondían 600, a La Palma 300 y 100 a Gran Canaria.[81]

Tenerife era en este sentido la isla hegemónica, pues superaba el 50 % del número de navíos y el 60 % del tonelaje. En las islas de La Palma y Gran Canaria el porcentaje giraba en torno al 19 % para la primera y el 7 % en la segunda.[81]​ Se desconoce el volumen del tráfico entre las Indias y Canarias, pero debió de ser muy importante y estaba concentrado casi exclusivamente en Tenerife.[81]

Entre los productos que se exportaban destacaban: la cochinilla, el ron, y la caña de azúcar, los cuales eran desembarcados principalmente en los puertos americanos de La Guaira, La Habana, Campeche y Veracruz. La importancia de Tenerife supuso el impulso decisivo del puerto de Santa Cruz de Tenerife, que se convirtió en el único puerto comercial de la isla, superando en importancia a los de Garachico y Puerto de la Cruz en el comercio indiano.[81]

Muchos navegantes tinerfeños se sumaron a este comercio marítimo transcontinental, entre los que destacan el corsario Amaro Rodríguez Felipe, más comúnmente conocido como Amaro Pargo. Su participación en la carrera de Indias comenzó en el bienio 1703-1705. Fue capitán de la fragata El Ave María y las Ánimas, navío con el que navegó desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife hasta el de La Habana.[82]​ Entre otros importantes marinos tinerfeños de la época destacan también, Juan Pedro Dujardín y Bernardo de Espinosa, ambos compañeros de Amaro Pargo.[82]

Con la aplicación general del libre comercio en 1778 y la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, supuso la paralización total del tráfico, hasta la paz de 1783. A partir de aquí esta ruta comercial comenzó a decaer. A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el comercio canario-americano tomó su fin debido a una etapa de gran conflictividad bélica entre países que paralizó por varios años el comercio.[81]

Tenerife fue atacada, como las otras islas, por corsarios de varias nacionalidades (franceses, ingleses, holandeses y berberiscos) varias veces a lo largo de su historia, según el devenir de las alianzas y guerras de España. De entre estos ataques destaca por su lugar en la historia el ataque de los británicos de 1797.[83]

El 25 de julio, el almirante Horatio Nelson atacó Santa Cruz de Tenerife, capital de la isla y Jefatura de la Capitanía General. Tras un feroz ataque, la defensa organizada por el general Gutiérrez repelió a los británicos. Nelson perdió su brazo derecho por una bala de cañón (dice la leyenda que del cañón Tigre) mientras intentaba desembarcar en la orilla de la costa de la zona de Paso Alto.[43]

El 5 de septiembre, otro intento de desembarco en la región de Puerto Santiago fue repelido por los habitantes del Valle de Santiago del Teide, que lanzaron piedras a los británicos desde lo alto de los acantilados de Los Gigantes.

Otros corsarios, principalmente ingleses, también atacaron la isla de Tenerife con mayor o menor suerte, Robert Blake (1656), Walter Raleigh, John Hawkins, John Genings (1706), Woodes Rogers, entre otros.[84]

Tenerife, del mismo modo que otras islas, ha guardado una estrecha relación con América. Desde los inicios del proceso de colonización del nuevo mundo, fueron varias las expediciones que antes de surcar el Atlántico hicieron escala en la isla y sumaron al pasaje numerosos tinerfeños que formaron parte integrante de las expediciones de conquista o que simplemente partieron en busca de mejores garantías de futuro rumbo al continente americano. A su vez, independientemente del tránsito humano fue importante el intercambio de especies animales y vegetales que se estableció entre las dos tierras.[85]

Tras un siglo y medio de relativo crecimiento alrededor del año 1670 el complicado comercio exterior del sector vitivinícola propició la emigración de muchas familias especialmente hacia Venezuela y Cuba. Además por esas fechas surgió el interés por parte de la Corona de poblar aquellas zonas vacías de América a fin de evitar su ocupación por otras potencias, como había ocurrido en el caso de los ingleses con Jamaica o los franceses con las Guayanas o el oeste de La Española, de manera que también importantes remesas de canarios y entre ellos tinerfeños partieron hacia el nuevo destino colombino. La creciente agricultura cacaotera en Venezuela y tabaquera en Cuba, de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, contribuyó a la despoblación casi íntegra de localidades como Buenavista del Norte, Vilaflor o El Sauzal. Testimonio de la historia emigrante de la isla fue la fundación en las afueras de Santo Domingo del poblado de San Carlos de Tenerife en 1684. Este poblado fundado esencialmente por tinerfeños se creó con un claro objetivo estratégico ya que permitía preservar la ciudad del asedio de los franceses establecidos en la parte occidental de la isla de La Española. Entre 1720 y 1730 fueron trasladadas por la Corona 176 familias canarias, entre ellas numerosas tinerfeñas a la isla caribeña de Puerto Rico. En 1726, en torno a 25 familias isleñas emigraron a América para terminar fundando la ciudad de Montevideo. Cuatro años más tarde, en 1730, partió otro grupo que, al año siguiente, fundó la ciudad de San Antonio de Texas, en Estados Unidos. Luego, entre 1777 y 1783, el puerto de Santa Cruz de Tenerife despidió a los fundadores de San Bernardo, en el estado de Luisiana, y también a algunas remesas con rumbo a Florida.[85]

Debido a los problemas económicos derivados de la escasez de materias primas y de la lejanía con respecto a Europa, la emigración al continente americano, eminentemente a Cuba y Venezuela, continuó en los siglos XIX y principios del XX. Desde hace décadas, con las nuevas políticas de protección de la economía canaria y con el auge de la industria turística la dinámica migratoria se ha invertido, y hoy es Tenerife la que atiende el retorno de estos isleños, sus descendientes y otros inmigrantes perdurando así el influjo que germinó cinco siglos atrás.[85]

Las erupciones volcánicas acontecidas en Tenerife de las que se tiene indudable constancia histórica se limitan a cinco. La primera de ellas fue en 1492 en el volcán Boca Cangrejo que fue observada por Cristóbal Colón. La siguiente ocurrió en el año 1704, cuando entraron en erupción, de forma sincrónica, los volcanes de Arafo, Fasnia y Siete Fuentes. Dos años más tarde, en 1706, tuvo lugar la erupción de mayor magnitud de las históricas al entrar en erupción el volcán de Trevejo. Este arrojó grandes cantidades de lava que sepultaron la ciudad y puerto de Garachico, en aquel entonces el más importante de la isla. La última erupción volcánica del siglo XVIII se produjo en 1798 en las Cañadas de Teide, concretamente en Chahorra. Finalmente, en 1909 la actividad eruptiva irrumpió en el volcán de Chinyero, en el municipio de Santiago del Teide. Posteriormente a esa fecha y hasta la actualidad no se han producido nuevas erupciones en la isla. Además, a pesar de la naturaleza absolutamente volcánica de Tenerife, los cinco episodios eruptivos históricos no han ocasionado víctima mortal alguna.[86]

Otros visitantes menos hostiles llegarían a la isla en siglos sucesivos. En 1799 el naturalista Alexander von Humboldt ascendió el pico del Teide y comentó la belleza de la isla.

Numerosos turistas comenzaron a visitar Tenerife a partir de la década de 1890, especialmente las ciudades norteñas de Puerto de la Cruz (primer municipio turístico de Canarias mediante orden ministerial del 13 de octubre de 1955 que lo declaró ’Lugar de Interés Turístico’)[87]​ y Santa Cruz de Tenerife.

En marzo de 1936, el general Francisco Franco fue destinado a Tenerife por el gobierno republicano, temeroso de su influencia militar y política, con el fin de alejarlo de los centros de poder.

La colisión entre dos aviones ocurrida el 27 de marzo de 1977 en el aeropuerto de Tenerife Norte, al norte de la isla, sigue siendo el accidente con mayor número de muertos de la historia de la aviación. Los aviones implicados en la tragedia tenían como destino Gran Canaria, pero habían sido desviados a Tenerife debido a la explosión de una bomba (colocada por el grupo terrorista separatista MPAIAC) en el aeropuerto grancanario.

Comenzando el siglo XXI tiene lugar la riada de Tenerife de 2002, el 31 de marzo de ese año. Se trató de un fenómeno de gota fría caracterizado por la caída reiterada de lluvias torrenciales acompañadas de aparato eléctrico, afectando al área metropolitana de Santa Cruz de Tenerife y extendiéndose en dirección NE hacia la zona de San Andrés.[88]​ Las lluvias ocasionaron 8 muertos, 12 desaparecidos y decenas de heridos.[89]​ Además de las pérdidas humanas la riada causó cuantiosos daños materiales, 70 000 personas sin luz así como la destrucción total o parcial de al menos 400 viviendas. Las pérdidas se calcularon en 90 millones de euros.[90]

Por otro lado en noviembre de 2005, Tenerife fue la isla canaria más afectada por la tormenta tropical Delta. Se llegaron a registrar vientos de 140 km/h en la costa y casi los 250 km/h en el Teide, cumbre de Tenerife.

El gentilicio formal es "tinerfeño/a", aunque también de manera coloquial se utiliza la denominación "chicharrero/a".[91]​ Sin embargo, este último se reserva en la propia isla para los habitantes de la capital, Santa Cruz.[92][93]

El gentilicio "chicharrero" procede de un término despectivo empleado por los habitantes de la cercana ciudad de La Laguna, entonces capital de la isla, para los habitantes del entonces pobre y pequeño puerto de pescadores. Justamente por dicha pobreza, los habitantes de Santa Cruz debían conformarse con comer chicharros, un pescado pequeño y barato de relativa baja calidad; de donde procede el término. Con el tiempo y el crecimiento de Santa Cruz, hasta conseguir el traslado de la capitalidad desde La Laguna, bajo el reinado de Fernando VII (siglo XIX), sus ciudadanos tomaron el insulto a honra y asumieron como propio el gentilicio.

La bandera de Tenerife fue adoptada originariamente en 1845 a modo de distintivo o bandera de matrícula de la que en aquel entonces se denominaba provincia marítima de Canarias con base en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife. En la actualidad, esta enseña representa a toda la isla de Tenerife. Fue aprobada a instancia del Cabildo Insular por Orden del Gobierno de Canarias el 9 de mayo de 1989 y publicada el 22 de mayo de 1989 en el Boletín Oficial de Canarias.[94]

El escudo heráldico de Tenerife fue otorgado mediante diploma real el 23 de marzo de 1510, concedido por el rey Fernando V "El Católico", fue expedido en Madrid a nombre de su hija Juana, reina de Castilla. El escudo se describe en campo de oro, con San Miguel Arcángel (patrono de la isla) armado superando a una montaña de su color natural de la que brotan llamas, y que representa al pico del Teide. Bajo esta montaña la isla de sinople sobre ondas azul y plata. A la derecha se observa un castillo de gules, y a la izquierda un león rampante de gules. El escudo que usa el Cabildo Insular se diferencia del que usa el Ayuntamiento de La Laguna en el lema que aparece en la bordura y en el añadido de unas ramas de palma.[95]

Según una ley del Gobierno de Canarias los símbolos naturales de la isla desde 1991 son el pinzón azul y el drago.[96]

Pinzón azul

Drago de Icod de los Vinos

El órgano de gobierno de la isla de Tenerife es el Cabildo Insular de Tenerife[97]​ con sede en la plaza de España de la capital tinerfeña (Palacio Insular de Tenerife). La organización política de Canarias se caracteriza porque no posee órgano político provincial sino que cada isla posee un cabildo insular propio. En Tenerife, su presidente en la actualidad es Pedro Manuel Martín Domínguez (PSOE). Desde que se constituyó en marzo de 1913 dispone de una amplia serie de competencias propias, hoy recogidas en el Estatuto de Autonomía de Canarias y reguladas por la Ley 14/1990, de 26 de julio, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas de Canarias.[98]

El Cabildo se compone de los siguientes órganos:

La isla de Tenerife está dividida en 31 municipios, por lo que es la isla canaria que más municipios posee.

De todos ellos, sólo tres no tienen costa: Tegueste, El Tanque y Vilaflor. La Orotava es el municipio de mayor altitud de España al albergar el pico del Teide, mientras que Vilaflor o Chasna tiene la capital municipal más alta de toda Canarias al estar a 1400 metros de altitud.

El municipio más extenso con 207,31 km² es el de La Orotava, que abarca gran parte del parque nacional del Teide. El municipio más pequeño de la isla y del archipiélago es Puerto de la Cruz,[37]​ con una superficie inferior a los 9 km².

La gran mayoría de estos municipios confluyen en la zona de cumbre central de la isla y a partir de ahí se extienden hacia la costa, orientándose unos hacia el norte y otros hacia el sur.

A su vez, es frecuente encontrar otro tipo de división insular, es aquella que establece el territorio según una Zona Metropolitana, alrededor del área de influencia de las ciudades de Santa Cruz y La Laguna (véase Área metropolitana de Tenerife), Zona Norte (aquellos municipios que se abren al océano por el norte) y Zona Sur (aquellos que lo hacen hacia el sur). Esta división junto con la municipal se puede observar en el mapa de la derecha.

A continuación se muestra la relación de todos los municipios tinerfeños ordenados alfabéticamente:

Además, todos estos municipios se han agrupado tradicionalmente en 8 comarcas.[99]​ Sin embargo, en 2011 el Cabildo de la isla, a través del Plan Insular de Ordenación de Tenerife, define hasta 11 modelos comarcales, cuyas líneas básicas coinciden en gran medida con las tradicionalmente consideradas en los trabajos que se han realizado sobre la isla desde diversos enfoques. De esta manera, la isla queda dividida en las once comarcas siguientes:[100]

Tenerife es la isla más poblada de Canarias y de España,[4][5][6]​ fruto del crecimiento de la natalidad y de la gran inmigración extranjera que ha recibido la isla en la última década (200 mil inmigrantes residen en Tenerife).[102]​ La isla albergaba a fecha de 1 de enero de 2020 y según fuentes del INE un total de 928 604 habitantes empadronados.[1]

Se sabe que tras la conquista de Canarias, Tenerife se convirtió rápidamente en la isla más poblada del archipiélago canario,[103]​ distinción que mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Desde el Censo de Aranda de 1768, Tenerife y Gran Canaria fueron siempre las dos islas más pobladas del archipiélago, ocupando Tenerife el primer lugar hasta 1940.[102]​ En el último siglo, Gran Canaria ha sido la más poblada de Canarias, hasta 2002 cuando Tenerife la supera de nuevo.[102]

Actualmente las otras grandes islas españolas que siguen a Tenerife en población son Mallorca con 880 113 habitantes y Gran Canaria con 846 717 habitantes en 2018.[1]​ Alrededor de un 25 % de la población total de la isla de Tenerife (222 643 habitantes) lo están en su municipio capital, Santa Cruz de Tenerife, y cerca del 45 % (403 013 personas)[104]​ en su área metropolitana. A diferencia de otras islas de Canarias, Tenerife tiene la población muy dispersa por diferentes ciudades y municipios. Las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna se encuentran urbanísticamente unidas mediante los núcleos poblacionales de La Cuesta y Taco, albergando juntas más de 359 000 habitantes,[12][13]​ conformando el Área metropolitana de Santa Cruz de Tenerife, la segunda más poblada de Canarias tras la de Las Palmas de Gran Canaria, siendo la de Santa Cruz de Tenerife además, la decimocuarta en población del país.[105]

Tenerife posee otras dos áreas metropolitanas reconocidas por el Ministerio de Fomento; el Área metropolitana de Tenerife Sur con 194.774 habitantes (2019) y el Área metropolitana del Valle de La Orotava con 108.721 habitantes (2019).[106]

La isla presenta unos altos índices de población residente no registrada en los censos poblacionales. Esto ha hecho que diversas fuentes señalen que más de un millón de habitantes de hecho viven en la actualidad en la isla de Tenerife.[107]​ La isla es además, la más multicultural del archipiélago al concentrar el mayor número de extranjeros empadronados ​―44,9 % de los foráneos inscritos en Canarias​―, los cuáles representan el 14 % de la población total de la isla.[108]​ Tenerife destaca también en el contexto del archipiélago, al concentrar además la mayor presencia de población extranjera no comunitaria ​―procedente del exterior de la Unión Europea​―.[109]

Tenerife presenta tres grandes áreas poblaciones bien diferencias y repartidas: La Zona Metropolitana, la Zona Sur y la Zona Norte. Con varios parques naturales protegidos ​―el 48,6 % del territorio​― y un enjambre urbanístico alrededor de la isla, en el último medio siglo la plataforma costera insular a pasado a convertirse en un sistema metropolitano altamente urbanizado. El alto nivel de población en un territorio relativamente pequeño ​―más de 900 000 habitantes en poco más de 2000 km²​― y la fuerte urbanización han convertido a la isla de Tenerife, en palabras del arquitecto Federico García Barba; en una «isla-ciudad» o «isla-anular».[110][111]

- Municipios con más de 25 000 habitantes:

- El municipio de Vilaflor es el que cuenta con menor población de toda la isla (1645).

En los últimos años Tenerife ha experimentado un notable crecimiento de la población muy por encima de la media estatal. En el año 1990 un total de 663 306 habitantes estaban censados en la isla, cifra que aumentó hasta los 709 365 habitantes en el año 2000. Esos datos reflejan un incremento en 46 059 personas o lo que es lo mismo, un crecimiento del 0,69 % anual en el decenio 1990-2000. Sin embargo, en el intervalo comprendido entre el año 2000 y 2007, la tasa de crecimiento se multiplicó por 4 o por 5 hasta llegar al 3,14 % anual. La población ha aumentado en este intervalo de tiempo en un total de 155 705 personas hasta alcanzar la cifra de 865 070 habitantes.[112]

Esos resultados reafirman la dinámica actual de poblaciones en España, donde desde finales del siglo pasado el importante número de inmigrantes llegados ha permitido invertir el panorama que, el hundimiento de la tasa de fertilidad, había dibujado desde 1976. Desde 2001 la tasa de crecimiento en España se ha situado en torno al 1,7 % anual contrastando con el 3,14 % que ha experimentado la isla de Tenerife, uno de los territorios del país que mayor incremento ha sufrido en tal periodo.[113]

Actualmente, Tenerife es la isla que tiene el PIB más alto de Canarias.[114]​ El presupuesto del Cabildo de Tenerife para 2008 ascendió a 906 millones de euros.[115]​ A pesar de que la economía tinerfeña está altamente especializada en el sector servicios, que integra un 78,08 % de su capacidad de producción total, la importancia del resto de sectores es clave para un desarrollo armónico de su tejido productivo. En este sentido, el sector primario, que solamente representa el 1,98 % del producto total, aglutina actividades de especial sensibilidad y para el desarrollo sostenible del territorio insular. El sector energético que contribuye con un 2,85 % ejerce un papel primordial en la implantación de energías renovables. El sector industrial que participa en un 5,80 % se configura como una actividad de interés creciente para la isla, a la vista de las nuevas posibilidades que generan los avances tecnológicos. Finalmente, el sector de la construcción con un 11,29 % del producto total tiene un carácter estratégico prioritario, por cuanto es un sector con relativa estabilidad que permite múltiples posibilidades de desarrollo.[116]​ La isla fue sede de la primera entidad financiera del archipiélago canario,[117]​ la Caja General de Ahorros de Canarias (CajaCanarias), que contaba con más de 1600 empleados directos y una red de más de dos centenares de oficinas en todas las islas. En 2012 esta caja de ahorros fue absorbida por CaixaBank. Cuenta también con la sede de la cooperativa de crédito Cajasiete, actualmente única entidad financiera netamente canaria. También hay que desatacar que en la isla hay oficina de todos los bancos nacionales y de muchos internacionales debido a su economía fuertemente internacionalizada.

Tenerife se ha convertido en los últimos años en sede de grandes empresas internacionales como Atos, Uniconf, Traveltool, Globalia, Expedia, Japan Tobacco International, Be Live Hotels, Schreiber o Klingele, entre otras muchas.

Es un importante polo de atracción de empresas de animación internacionales, y es que en la isla han abierto sede empresas importantes del sector como: Tomavisión, El Ranchito, Mondo TV o 3 Doubles Producciones, por nombrar algunas.

También es destacable las grandes empresas con sede central en la isla, como Hospiten, Disa, Binter (Sede dividida entre Telde y La Laguna), Encuentro Moda, Cofarte, Jesumán, Grupo Loro Parque, Tubillete, Grupo Fedola, Grupo CIO, Grupo Número Uno, Grupo Montesano, Fred Olsen, Treexor o Coplaca, por nombrar a algunas.

La isla se ha convertido en la última década en un importante nodo de comunicaciones a nivel mundial gracias al D-ALIX, que cuenta también con el superordenador TEIDE-HPC gestionado por la multinacional francesa Atos y que es el segundo más potente de España. Ambos dentro del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables.

Como se indicaba en el párrafo anterior, la economía de Tenerife, al igual que la de otras islas de Canarias, se basa fundamentalmente en el turismo (60 % directo del PIB). Ya en el siglo XIX y gran parte del XX destacaba la afluencia de turismo extranjero —sobre todo del inglés— debido a los intereses agrarios que poseía en esta isla. Tenerife atrae gran cantidad de turismo nacional e internacional (es de hecho la isla canaria más visitada turísticamente), los turistas llegan a la isla en busca de sus playas, su variada oferta cultural y su animada vida nocturna.

Más tarde con las guerras mundiales este sector se resiente, pero entrada la segunda mitad del pasado siglo comienza a evolucionar de un modo muy notable. En un principio destaca el Puerto de la Cruz por su bondadoso clima y por todos los atractivos que el valle norteño de La Orotava concentraba, pero persiguiendo captar el turismo de sol y playa, alrededor de 1980 surge el boom turístico del sur de Tenerife, donde destacan ciudades como Arona o Adeje, en torno a núcleos turísticos como Los Cristianos, Playa de Las Américas y Costa Adeje, que hoy albergan más del 65 % de las plazas hoteleras de toda la isla. Tenerife recibe cada año más de 5 millones de turistas, siendo de este modo, de entre todo el archipiélago canario, la isla preferida a este respecto. Sin embargo, este dato también pone de manifiesto la gran cantidad de recursos que esta actividad consume (espacio, energía, agua, etc.).[43][119]

En la actualidad, el municipio de Adeje en el sur de la isla cuenta con la mayor concentración de hoteles 5 estrellas de Europa[120]​ y además tiene el que es considerado el mejor hotel de lujo de España según World Travel Awards.[121]

Gran importancia turística tiene también el parque nacional del Teide pues es de hecho el segundo parque nacional más visitado del mundo.[122][15]

Otro atractivo de la isla (con certificación internacional Starlight[123]​) que la sitúa entre los destinos más atractivos del planeta es la belleza de su cielo estrellado. Precisamente en el parque nacional del Teide se encuentra el telescopio Gregor, el más grande de Europa, con el que se puede disfrutar de algunas de las imágenes más espectaculares de las estrellas.

El turismo de negocios y reuniones, como actividad económica, tiene sus orígenes en los últimos años del siglo XIX y en los primeros del siglo XX. No obstante, no fue hasta bien entrada la segunda mitad de ese siglo cuando la denominada “industria de reuniones” se definió y reconoció como tal. Desde entonces las actividades relacionadas con la realización de eventos, de reuniones y congresos, se han ido posicionando en muchos países como uno de los sectores turísticos en alza.

Según la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA), España es el tercer país del mundo en este tipo de turismo. Actualmente, el turismo de negocio es un valor imprescindible para el desarrollo de la industria turística en general. El 10 % de los más de 56 millones de turistas internacionales que llegan anualmente a España lo hacen por motivos de negocio. Estos movimientos generan más de 3000 millones de euros al año. Es conveniente tener en cuenta que el gasto medio por turista de negocios y día, es de cinco veces mayor que el de un turista vacacional. Sin duda, el elevado poder adquisitivo de este tipo de visitantes es una de las claves de la importancia de este segmento del turismo.

Tenerife cuenta con una infraestructura capaz de albergar grandes y pequeños eventos de prestigio. Dispone de cinco centros de congresos multifuncionales, localizados en diferentes zonas de la Isla. Se trata de edificios emblemáticos, con carácter propio, y con capacidad para reunir hasta 4000 delegados.

Para ofrecer información y asesoramiento sobre la organización de congresos y convenciones en Tenerife, Turismo de Tenerife cuenta con un departamento especializado, el Tenerife convention bureau.

A pesar de la intensa participación del turismo en el PIB tinerfeño,[125]​ y en consecuencia el sector servicios, el sector primario, la industria y el comercio son responsables del 40 % restante. En concreto el sector primario ha perdido su tradicional importancia en la renta insular en beneficio de la industria y los servicios.

La contribución del sector agrario en el PIB no llega al 10 %, si bien su aportación a la isla es vital por cuanto genera beneficios difícilmente mensurables, que se relacionan con el sostenimiento de la estampa rural y el mantenimiento de valores culturales del tinerfeño. El sector agrario se desarrolla en la vertiente septentrional, lugar en el que los cultivos se distribuyen con base en la altitud: en la zona costera se cultivan principalmente tomates y plátanos, productos ambos de elevada rentabilidad dado que se exportan a la Península y al resto de Europa; en la zona intermedia proliferan los cultivos de secano, sobre todo papa, tabaco y maíz; en la zona meridional tiene relevancia el cultivo de la cebolla.[43]

Particularmente, el cultivo del plátano figura en primer lugar en cuanto a producción se refiere, siendo Tenerife la isla que más plátanos manufactura en Canarias. La producción anual de la isla se ha consolidado en torno a unas 150 000 toneladas en estos últimos años, tras haber alcanzado un máximo de 200 000 toneladas en 1986. Algo más del 90 % del total se destina al mercado nacional, ocupando este cultivo una superficie de 4200 hectáreas.[126]​ Detrás del plátano destacan los cultivos de tomates, vides, papas y flores. La pesca supone también gran parte de la economía tinerfeña (Canarias es la segunda región pesquera de España).

El comercio posee un destacado peso en la economía tinerfeña, pues representa casi el 20 % del PIB, cuyo mayor baluarte lo supone el Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Ya finalmente, y a pesar de los diversos polígonos industriales que existen en el territorio insular, la actividad industrial (10 % del PIB) de mayor importancia es la refinería de petróleos de Santa Cruz de Tenerife, la cual suministra productos petrolíferos no solo al archipiélago canario sino también al mercado peninsular, africano y americano. La Refinería de Santa Cruz de Tenerife es la industria más grande de Canarias. Históricamente, esta refinería ha garantizado el suministro energético del archipiélago, ha contribuido de manera importante a la actividad de los puertos canarios, como punto idóneo de repostaje para el tráfico marítimo del Atlántico.[127][128]

En los siglos XVI y XVII destaca, en el campo de la poesía épica, Antonio de Viana. Este escritor que nace en La Laguna compuso el poema Antigüedades de las Islas Afortunadas, un material de gran valor antropológico para entender las formas de vida de aquel entonces.[129]

Ya posteriormente, en el llamado Siglo de las Luces (siglo XVIII) aparecen figuras relevantes de la Ilustración en Tenerife como José de Viera y Clavijo y Tomás de Iriarte.

En el siglo XIX hay que situar a Aurelio Pérez Zamora y en la poesía a Ángel Guimerá y José Plácido Sansón.

En el siglo XX pueden señalarse, entre otros, los siguientes autores: Agustín Espinosa, Domingo López Torres, Emeterio Gutiérrez Albelo, Mercedes Pinto, Isaac de Vega, Rafael Arozarena, Antonio Bermejo, Luis Feria, Félix Francisco Casanova, Manuel Padorno, Alfonso García-Ramos, Alberto Omar Walls, Luis Alemany, Juan Manuel García Ramos, Juan Cruz Ruiz, Sabas Martín... Por otra parte, como ensayistas hay que destacar a Domingo Pérez Minik, María Rosa Alonso, Juan Manuel Trujillo... Pero es necesario reflejar, que fue la poestisa cubana Dulce María Loynaz la primera en escribir un libro dedicado a esta isla a la cual se sentía unidad por estrechos lazos al ser su esposo natural de ella, titulado Un verano en Tenerife.

El ámbito musical tiene en la figura de Teobaldo Power y Lugo Viña uno de sus exponentes más claros.[130]​ Natural de Santa Cruz, se trata de un pianista y compositor, autor de los Cantos Canarios. En concreto, los arreglos de la melodía del arrorró de estos Cantos Canarios constituyen el Himno de la Comunidad Autónoma.[131]​ En este campo también destaca el folclore. Similar al del resto de las islas, se caracteriza por la participación de timples, guitarras, bandurrias, laúdes y distintos tipos de instrumentos de percusión.

Son numerosos los grupos folclóricos que se reparten por la geografía isleña y que suelen aparecer en distintas celebraciones populares como las romerías. En este aspecto habría que citar a Los Sabandeños, quienes conforman un importante símbolo de la cultura canaria.[132]​ Este grupo folclórico rescató la idiosincrasia del pueblo isleño en un momento en el que el carácter uniformador de la cultura española de los años setenta hace caer prácticamente en la decadencia y el olvido diferentes elementos de la música canaria. Las canciones típicas de las islas: isa, folía, tajaraste, malagueña... se configuran como melodías mestizas entre la música ancestral de los guanches con distintos enlaces entre lo andaluz e hispanoamericano.

El primer núcleo de arte pictórico en Tenerife se distingue en la ciudad de La Laguna, donde en el transcurso del siglo XVI aparecen algunos pintores de renombre. Más adelante se suman artistas de otros lugares como Garachico, Santa Cruz, La Orotava y Puerto de la Cruz. Originarios de La Orotava son dos de los mejores pintores del archipiélago del siglo XVII: Cristóbal Hernández de Quintana y Gaspar de Quevedo,[133]​ con numerosas obras distribuidas por iglesias de la isla.

En el Puerto de la Cruz, concretamente en la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, se puede contemplar la aportación realizada por Luis de la Cruz y Ríos. Nacido en 1775, el que fuera pintor de cámara del rey Fernando VII de España y miniaturista, obtiene un reconocido prestigio en la Corte, donde se le conoce como El Canario.[134]

En el año 1849 nace en Santa Cruz de Tenerife el paisajista Valentín Sanz. El Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz cuenta con una abundante muestra de su quehacer. También en este museo capitalino se pueden observar cuadros de Juan Rodríguez Botas (1880-1917), quien es considerado el primer impresionista canario.[135]

Del mismo modo cabe citar, dentro del grupo expresionista, a Mariano de Cossío. A este autor hay que atribuirle los frescos de la iglesia de Santo Domingo, en San Cristóbal de La Laguna. Por otro lado, en 1874 nace Francisco Bonnín Guerín, acuarelista de Santa Cruz que formó una escuela para promover su labor pictórica. Por último, en 1906 nace en Tacoronte uno de los pintores canarios más universales: Óscar Domínguez. Perteneciente a la corriente modernista denominada surrealismo, inventó la técnica de la decalcomanía y contribuyó con una obra pictórica de internacional reconocimiento, gracias, fundamentalmente, a los viajes que realizó a París.[136]

Entre los artistas actuales cabe citar, entre otros, al reconocido Cristino de Vera (Santa Cruz de Tenerife, 1931) quien ha recibido el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1998. Recibió también la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2001 y el Premio Canarias de Arte en su edición de 2005.[137]​ Por otro lado se debe señalar a Pedro González (San Cristóbal de La Laguna, 1927) pintor que ejerce labor docente en la Facultad de Bellas Artes y que también resultó galardonado con el Premio Canarias de Arte en 1988.[138]

Se podría considerar que la práctica escultórica comienza en Tenerife a partir del siglo XVII, momento en el cual llega a la isla el arquitecto y escultor Martín de Andújar Cantos desde Sevilla, donde había recibido instrucciones del maestro Juan Martínez Montañés.[139]​ Con él arribaron nuevas técnicas y planteamientos de la escuela hispalense que transmitió a sus discípulos, entre los que destaca el garachiquense Blas García Ravelo.

Otros escultores que, en esta época y en el posterior siglo XVIII, irrumpen a la escena son Sebastián Fernández Méndez, Lázaro González de Ocampo, José Rodríguez de la Oliva, y principalmente el orotavense Fernando Estévez, alumno de Luján Pérez, quien contribuye con una extensa colección de imágenes religiosas y tallas repartidas por diversas iglesias de Tenerife, como por ejemplo, en la Parroquia Matriz del Apóstol Santiago de Los Realejos; en la Catedral de La Laguna, la Iglesia de la Concepción también en La Laguna, la Basílica de Candelaria, el Real Santuario del Cristo de La Laguna y en distintos lugares de culto de La Orotava.

Actualmente, el ámbito escultórico tinerfeño se encuentra representado entre otros por José Abad, Fernando Garcíarramos y José Luis Fajardo.

Al igual que la que predomina en las otras islas, en la arquitectura tinerfeña sobresalen las directrices de las casonas señoriales y las de las casas más humildes y populares. Este tipo arquitectónico, que tiene notables influencias de Andalucía y Portugal, presenta, no obstante una fuerte personalidad propia.[42]

De las casas señoriales hay que subrayar los ejemplos que existen en La Orotava y en La Laguna. Estas edificaciones se caracterizan por sus balcones típicos y por la presencia de patios interiores. La madera, especialmente la tea (pino), cobra un gran protagonismo en estas construcciones. Estas casas presentan fachadas no demasiado complejas con poca ornamentación.[42]

Son típicos los grandes balcones de madera y el uso de celosías. Las ventanas cierran en guillotina y son habituales los asientos interiores adosados a ellas. Los patios interiores funcionan como verdaderos jardines que sirven para dar iluminación a las habitaciones. Estas se comunican con el patio por medio de galerías rematadas frecuentemente en piedra y madera. Artilugios como las destiladeras, las bombas de agua, los bancos y mesones son elementos que muchas veces forman parte de estos patios interiores.[42]

En cuanto a las casas tradicionales, éstas se caracterizan por ser edificios de escasa altura, con toscas paredes de colores variopintos. En ocasiones la continuidad de estas paredes se ve interrumpida por la presencia de bloques de piedra que asoman a la superficie de forma ornamental. A lo largo de toda la isla son muchos los ejemplos a contemplar de esta arquitectura.[42]

Los edificios oficiales o de carácter religioso se han ido conformando según las distintas corrientes arquitectónicas que en cada momento han imperado. Los núcleos urbanos de las ciudades de La Laguna y La Orotava están declarados como monumentos histórico-artístico nacionales.[140]

Otra muestra arquitectónica presente en la isla la representan los edificios defensivos que se erigieron a modo de torres o pequeños castillos tras la conquista castellana. Estas construcciones tuvieron la finalidad de proteger a la isla de ataques piráticos, o de incursiones foráneas, como la del almirante inglés Horatio Nelson en julio de 1797. Entre estos fortines se podrían citar en la capital tinerfeña el castillo de San Cristóbal, el castillo de San Andrés o el castillo de San Juan o Castillo Negro. En el norte de la isla también se emplazan algunas de estas edificaciones como el castillo de San Miguel en Garachico o el castillo de San Felipe en el Puerto de la Cruz, entre otros.

En los últimos años, por parte de los diferentes gobiernos, ha predominado el concepto de llevar a cabo grandes proyectos, en ocasiones ostentosos, diseñados por reconocidos arquitectos. Entre ellos se podría incluir por ejemplo, la remodelación de la plaza de España por los arquitectos suizos Herzog & De Meuron, el nuevo proyecto del francés Dominique Perrault de la Playa de Las Teresitas, el centro Magma Arte & Congresos, las Torres de Santa Cruz o el Auditorio de Tenerife. Este último edificio, obra del arquitecto español Santiago Calatrava, se alza al noreste del Parque Marítimo en Santa Cruz de Tenerife. Uno de sus elementos más destacables es la estampa de su vela alada simulando un barco, que lo ha convertido en el emblema arquitectónico de la ciudad de Santa Cruz.[141]

El calado es una labor de bordado fundamentada en una técnica consistente en ir deshilando un paño tensamente sujeto a un bastidor por lo general de madera. El resultado final suele aplicarse, sobre todo, a la mantelería u otros elementos decorativos. La roseta se confecciona substancialmente en el municipio de Vilaflor, y consiste en crear dibujos con hilos que son cruzados entre fijadores. Estas pequeñas piezas así elaboradas son unidas posteriormente obteniéndose paños individuales y composiciones.[142]

En este ámbito hay que destacar igualmente la ebanistería. El norte de Tenerife ha proporcionado a la historia varios maestros en la talla que han contribuido con elementos que van desde balcones, celosías, puertas y ventanas hasta un original mobiliario cargado de objetos elaborados en madera fina. La cestería también es una labor de cierto peso en la artesanía tinerfeña donde sus artesanos trabajan desde hojas de palma y varas de castaño a la fibra de la platanera, conocida por el sector como la badana, que conlleva una producción igualmente diversa y heterogénea.[143]

Existe, como en el resto de las Islas Canarias, toda una tradición artesana alrededor de la alfarería. El uso del barro procede de la primitiva cerámica llevada a cabo por los antiguos guanches, quienes desconocían el uso del torno. Los alfareros de la isla trabajan la arcilla con las manos, lo que imprime una gran autenticidad a sus obras.[43]

El nacimiento de la educación se debe en la isla a las órdenes religiosas. En el año 1530, Tenerife accede a la cultura de la mano de la cátedra de filosofía que, poseen los dominicos en el convento de La Concepción de La Laguna. A pesar de ello, hasta bien avanzado el siglo XVIII no comienzan a funcionar las pocas escuelas que por aquel entonces existían.

En este sentido, hay que recalcar el trabajo desempeñado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País, que creó diversas escuelas en San Cristóbal de La Laguna. Fue en 1846 cuando se instaura el primer instituto de enseñanza secundaria con el fin de suplir el cierre de la Universidad de San Fernando (véase Universidad de La Laguna).[144]​ Anexa a este edificio se fundó en 1850 la primera Escuela Normal Elemental del archipiélago que pasaría a denominarse Escuela Normal Superior de Magisterio en 1866. Así se mantiene esta situación ya que a pesar de que el dictador Miguel Primo de Rivera crease algunos centros, el punto de inflexión lo supone la política educativa que desarrolló la Segunda República, de modo que en apenas cuatro años (1929-1933) casi se dobla el número de escuelas existentes.

Posteriormente, el inicio de la Guerra Civil y la ulterior dictadura de Francisco Franco constituyeron un considerable retroceso. La educación en manos de órdenes religiosas tuvo cierta importancia en el devenir de los tinerfeños hasta que en 1970 la Ley General de Educación resta peso a estas instituciones religiosas en favor de los centros públicos. Estos últimos, y ya en menor grado los primeros, comienzan a multiplicarse desde entonces y son impulsados con la instauración de la democracia. Tenerife cuenta a día de hoy con 301 centros de educación infantil, 297 colegios de primaria, 140 de secundaria y 86 institutos de bachiller.[145]​ Además, en la isla existen varios centros de estudios universitarios o de postgrado: Universidad de La Laguna, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Universidad del Atlántico Medio y la Universidad Europea de Canarias. Hay dos escuelas de turismo adscritas a la Universidad de La Laguna: Escuela Universitaria Iriarte y la Escuela Universitaria de Turismo de Santa Cruz. También hay una sede en la isla de la escuela de turismo Vatel Tourism School, considerada la mejor escuela hostelera del mundo. Por último, hay tres escuelas de negocios privadas: Escuela Canaria de Negocios, la European School of Management -Tenerife y la International Maritime Business School (IMBS), que es una escuela de negocio especializada en el sector marítimo.

El campo de la investigación, históricamente, no se ha desarrollado de un modo especialmente relevante. No obstante, entre los centros que se dedican a esta labor destaca sobre todo el Instituto de Astrofísica de Canarias que tiene sede en esta isla.

Asimismo cabría citar el Instituto de Bio-Orgánica Antonio González, vinculado a la Universidad de La Laguna. También adheridos a esta universidad se encuentran el Instituto de Lingüística Andrés Bello, el Centro de Estudios Medievales y Renacentistas, el Instituto Universitario de la Empresa, el Instituto de Derecho Regional y el Instituto Universitario de Ciencias Políticas y Sociales al igual que el Instituto de Enfermedades Tropicales (perteneciente a la Red de Investigación de Centros de Enfermedades Tropicales, que dispone de siete nodos extendidos a lo largo del país, uno de ellos en Canarias).

Con sede en la ciudad del Puerto de la Cruz se encuentra el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, adscrito al Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. En la ciudad de La Laguna se encuentra la delegación canaria del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, el Instituto de Estudios Canarios y el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio.

Otros organismos que trabajan en el ámbito de la investigación que tienen sede en Tenerife son el Instituto Tecnológico de Canarias, el Instituto Vulcanológico de Canarias, la Asociación Industrial de Canarias, el Instituto Tecnológico de Energías Renovables y el Instituto Oceanográfico de Canarias emplazado en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.

La isla cuenta con diversos recintos museísticos de diferente naturaleza que están bajo el dominio de distintas instituciones. Quizás los más destacados sean los pertenecientes al Organismo Autónomo de Museos y Centros,[146]​ que dispone de los siguientes espacios:

Desligados del Organismo Autónomo de Museos y Centros destacan:

Tenerife tiene un amplio calendario festivo en el que destaca principalmente el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, el más importante del país y uno de los más importantes del mundo.[21][22]​ El día oficial de la isla es el 2 de febrero en honor de la Virgen de Candelaria (Patrona de Canarias), celebrada en ese día como fiesta insular en Tenerife, mientras que la festividad del 15 de agosto (día de la Asunción de María a los Cielos), es fiesta nacional en España, si bien en Canarias es el día en que se celebra a la Virgen de Candelaria como patrona de este archipiélago.[152][153]​ Otras fiestas son sus romerías, el Corpus Christi, la Semana Santa y la fiesta del Santísimo Cristo de La Laguna el 14 de septiembre.

Quizás la fiesta tinerfeña de mayor repercusión nacional e internacional sea el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, no en vano declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional.[154]​ Aparte de la capital, el carnaval se celebra en múltiples localidades del norte y sur de la isla, pero es en la primera donde tiene mayor envergadura.[155]​ Con la elección de la reina adulta se pone fin a éstos y comienza lo que los tinerfeños denominan carnaval en la calle con importantes concentraciones de carnavaleros en el centro de Santa Cruz, que se prolongan durante diez días de fiesta.[156]

Las fiestas populares más tradicionales y extendidas en Tenerife son quizás las romerías.[157]​ Éstas, a caballo entre lo pagano y lo religioso son manifestaciones multitudinarias con carrozas o carretas, aperos y ganado en honor al patrón o patrona del lugar. Es frecuente en estos festejos la reunión de marcados factores identitarios de la etnografía isleña: folclore, danza, artesanía, comida típica, deportes autóctonos, donde se puede observar a gran parte de los asistentes ataviados con los diferentes trajes de mago típicos de las islas.

En origen las romerías encarnaban fiestas de las clases más adineradas de la sociedad, que se congregaban en veneración de los santos a los que atribuían buenas cosechas, tierras fértiles, copiosidad de lluvias, exoneración de determinadas enfermedades y un largo etcétera. En consecuencia, los allí reunidos degustaban los alimentos y vinos de la tierra y, brindaban y compartían sus bienes rindiendo así pleitesía. Estas celebraciones se fueron popularizando paulatinamente y dieron paso a una de las fiestas más emblemáticas de la actualidad. Dentro de las grandes romerías de la isla cabe señalar las romerías de San Marcos en Tegueste, donde las carretas son decoradas con productos del campo (semillas, cereales, flores, etc), San Isidro Labrador en Los Realejos, San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza en La Orotava, la Romería de la Virgen de Candelaria en la Villa Mariana de Candelaria, El Socorro de Güímar, San Benito Abad en La Laguna, San Isidro Labrador en Tacoronte, San Roque en Garachico o la de San Agustín en Arafo.

La Virgen de Candelaria es la patrona de Canarias. Su fiesta es celebrada dos veces al año, en febrero y en agosto. La Romería-Ofrenda a la Virgen de Candelaria se celebra cada 15 de agosto. En este acto es tradición que representaciones de todas las islas del archipiélago canario acudan a ofrendar a su patrona y también están presentes representaciones de los municipios de Tenerife. Otro acto significativo de la fiesta de la Virgen de Candelaria es la peregrinación a la Villa Mariana realizada en la noche del 14 al 15 de agosto, en la cual los fieles recorren andando multitud de kilómetros desde diferentes partes de la isla hasta llegar a la Villa Mariana de Candelaria, lugar donde se encuentra la venerada imagen de la Virgen. Es habitual recibir peregrinos de otras islas e incluso de otras partes de España. El día 15 tiene lugar los actos principales con la solemne eucaristía presidida por el obispo de Tenerife y posterior procesión con presencia de las máximas autoridades religiosas, políticas y militares de Canarias. La Fiesta de la Virgen de Candelaria del 15 de agosto tiene la consideración de Fiesta de Interés Turístico Nacional de España.[158]

El 2 de febrero se celebra la Fiesta Litúrgica de La Candelaria. También en este día se acercan a la villa muchos fieles de la Virgen Morenita. Durante las fiestas de febrero destaca la llamada Procesión de Las Candelas, en la cual los fieles acompañan a la Virgen en la oscuridad de la noche iluminados solo por candelas y rezando el rosario. Al día siguiente, tiene lugar la eucaristía solemne y posterior procesión presididas ambas por el obispo de Tenerife y de nuevo con presencia de las máximas autoridades religiosas, políticas y militares de Canarias. Es también tradición que cada siete años la imagen de la Virgen sea trasladada alternativamente por dos semanas a las ciudades de Santa Cruz de Tenerife (capital) y San Cristóbal de La Laguna (sede de la diócesis). La última visita o traslado de la Virgen se produjo en 2018 de manera excepcional a ambas ciudades en coincidencia con las celebraciones con motivo de los actos conmemorativos de los 200 años de la creación de la Diócesis de Tenerife.[159]​ Anteriores traslados fueron en octubre de 2002 a Santa Cruz y en mayo de 2009 a La Laguna.

Esta Festividad Litúrgica que, tiene varios siglos de historia, es celebrada cada 14 de septiembre en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna y gira en torno al Santísimo Cristo de La Laguna. El Cristo de La Laguna es una de las imágenes más veneradas de las Islas Canarias y especialmente en la isla de Tenerife junto con la Virgen de Candelaria.[160]​ Es la advocación de Cristo más venerada de Canarias,[161][160]​ y una de las imágenes religiosas más antiguas del archipiélago.[160]

Cada 9 de septiembre la venerada imagen del Cristo es bajada en público del altar mayor de su Real Santuario, para el rito del besapiés y para más tarde ser colocada en el trono procesional, para sus fiestas mayores de septiembre. La imagen permanece en su trono procesional hasta el 21 de septiembre, día en que la sagrada imagen es subida de nuevo a su altar. Durante este tiempo la imagen es solemnemente trasladada hasta la Catedral de La Laguna (9 de septiembre), en la cual procesiona en una cruz repujada en plata. En dicha catedral permanece durante varios días, hasta el día 14 de septiembre, cuando se procede al traslado de vuelta a su Real Santuario.

Con marcado carácter religioso se encuentra la festividad del Corpus Christi, en la que es habitual la confección de alfombras florales en las calles. A título especial se pueden incluir las realizadas en La Orotava, donde se puede contemplar un tapiz de considerables dimensiones confeccionado en la plaza del ayuntamiento mediante tierras volcánicas de diversas tonalidades, extraídas del parque nacional del Teide que, tras la celebración son devueltas a fin de respetar el entorno del Parque. La festividad del Corpus Christi de La Orotava está declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Actividad Tradicional de Ámbito Insular.[162]​ En La Laguna la festividad del Corpus Christi tiene también una especial significación, pues es considerada como la procesión más antigua de Canarias.[163]

En el capítulo de celebraciones a reseñar de la isla de Tenerife habría que contar con la Semana Santa. Esta se celebra en todos los municipios pero probablemente sea en San Cristóbal de La Laguna (que de hecho esta Semana Santa ostenta el honorable título de ser la más antigua[164]​ e importante del Archipiélago Canario),[165]Santa Cruz de Tenerife, La Orotava y Los Realejos donde adquiera especial significado. En este sentido destacan principalmente las procesiones que se desarrollan durante el Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección.

Tenerife posee comunicaciones por tierra, mar y aire. La isla posee dos grandes autopistas; la Autopista del Sur y la Autopista del Norte, dos aeropuertos internacionales; el Aeropuerto de Tenerife Sur y el Aeropuerto de Tenerife Norte y dos grandes puertos; el de Santa Cruz de Tenerife y el de Los Cristianos. Lo que la convierten en la isla canaria que más pasajeros registra, tanto por mar como por aire, con más de cinco millones de pasajeros anualmente.[166]

Las principales comunicaciones que se producen en Tenerife se establecen por carretera. Las más importantes son la Autopista del Sur y la Autopista del Norte, que parten desde la zona metropolitana hacia las zonas sur y norte respectivamente. Estas dos autopistas están conectadas a través de la Autovía de Interconexión Norte-Sur también en las afueras del área metropolitana. Dentro de la red de carreteras de la isla existen otras de menor importancia que las anteriores pero cabe destacar la Autovía de San Andrés y la Autovía de Penetración de Santa Cruz de Tenerife, ambas en Santa Cruz de Tenerife.[167]

Asimismo está previsto la construcción de una autovía de circunvalación norte del área metropolitana de Santa Cruz de Tenerife-La Laguna. Esta autovía pretende comunicar los núcleos de Guamasa y Acorán, a través de Los Baldíos, Centenero, Llano del Moro, El Sobradillo, El Tablero, El Chorrillo, entre otros barrios. La vía tendrá aproximadamente 20 km y un coste estimado de 190 millones de euros.[168]

El principal medio para llegar a Tenerife es el avión. Existen dos aeropuertos en la isla: el Aeropuerto de Tenerife Sur y el Aeropuerto de Tenerife Norte,[169]​ el primero situado en el sur de la isla y con un tráfico turístico dominante, mientras que el segundo está situado en el área metropolitana y tiene un tráfico principalmente regional y doméstico. A pesar de que el aeropuerto de Tenerife Sur es el que recibe mayor número de pasajeros, ambos son aeropuertos internacionales que disponen de vuelos regulares tanto con otras islas como con diferentes puntos de la península ibérica (Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Málaga, Bilbao, etc.) y del extranjero, especialmente con otros países de la Unión Europea y Venezuela. Teniendo en cuenta los dos aeropuertos, Tenerife es la isla canaria que anualmente recibe mayor número de pasajeros.[170]

Además del avión, Tenerife tiene dos puertos marítimos principales que le sirven de conexión. El Puerto de Santa Cruz que conecta con las capitales de cada isla, y en particular con aquellas de la provincia oriental, y el Puerto de Los Cristianos que se centra en mayor medida en las comunicaciones con las capitales de la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Además es posible el tráfico de pasajeros entre los Puertos de Santa Cruz de Tenerife y Cádiz y viceversa. En 2017 abrió un gran puerto de importancia en el sur de la Isla, el de Granadilla, y está previsto la construcción de otro en la parte oeste, en Fonsalía.[171]

El Puerto de Los Cristianos y el Puerto de Santa Cruz de Tenerife son, respectivamente, el primero y el segundo en tráfico de pasajeros de Canarias, de los puertos que dependen del Estado. Asimismo, el Puerto de Santa Cruz de Tenerife es el que más pasajeros de crucero y vehículos en régimen de pasaje registra del conjunto del archipiélago.[172]

La isla cuenta también con una extensa red de guaguas[173]​ tanto urbanas como interurbanas que conectan la gran mayoría de los núcleos de población. Para ello cuenta con estaciones de guaguas en todas las ciudades, como el Intercambiador de Transportes de Santa Cruz de Tenerife. El servicio regular de viajeros por carretera lo cubre la compañía Transportes Interurbanos de Tenerife, S.A.U.

Con la inauguración de la línea 1 del Tranvía de Tenerife, que une destacados sectores de la conurbación Santa Cruz-La Laguna, se puso en marcha la red tranviaria de Tenerife. Esta primera línea tiene como cabeceras el Intercambiador de Transportes de Santa Cruz de Tenerife y la lagunera Avenida de La Trinidad y conecta puntos como los dos centros hospitalarios de referencia de la isla o los campus universitarios. La segunda fase une los barrios de Tíncer (perteneciente a Santa Cruz) y La Cuesta (La Laguna), por medio de la línea 2, que se inauguró el día 30 de mayo de 2009. Esta línea tiene dos paradas de trasbordo con la línea 1: Hospital Universitario de Canarias y El Cardonal.[174]​ Es el único tranvía existente en Canarias.

Perteneciente a la misma empresa que explota el Tranvía de Tenerife, en torno a 2017 se espera que comience, tras la aprobación de su construcción por el pleno del Cabildo Insular de Tenerife el 27 de abril de 2007, los trabajos para habilitar un tren que unirá Santa Cruz de Tenerife con el sur de la isla. El recorrido total será de 80 km y tiene previsto realizar su trayecto completo en 35 minutos y si tuviera que parar en todas las estaciones, lo haría en 45 minutos.[175]



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