Kosovo o Kósovoalbanés Kosova/Kosovë; en serbio Косово/Kosovo), oficialmente la República de Kosovo (Republika e Kosovës; Република Косово/Republika Kosovo), es un Estado con reconocimiento limitado ubicado en la península balcánica, en el sureste de Europa. Abarca 10 908 km² de superficie y está habitado por cerca de 1.8 millones de personas. Su capital es Pristina. Limita con Montenegro, Albania, Macedonia del Norte y la región de Serbia Central, y está compuesto por las regiones de Kosovo y Metojia.
(enEl reconocimiento internacional de la independencia de Kosovo es motivo de controversia. El gobierno de Kosovo, en cuyo territorio la etnia albanesa tiene predominio numérico, declaró unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008, con el apoyo de Estados Unidos y de la mayoría de los países de la Unión Europea, instaurando la República de Kosovo. Sin embargo, Serbia aún considera la provincia autónoma de Kosovo y Metojia (Косово и Метохија; Kosovo/Kosovo i Metohija) como una región autónoma dentro de su propio territorio, en conformidad con su Constitución y con la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aunque no intervenga en su administración desde 1999.
Al finalizar la Guerra de Kosovo, el gobierno de la región quedó en manos de la OTAN y de la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo por mandato del citado Consejo de Seguridad.
Actualmente Kosovo es reconocido como Estado soberano por 90 de los 193 miembros de Naciones Unidas. Serbia, Rusia, China, España y la mayor parte de los países de América, Asia y África no aceptan la declaración unilateral de independencia, ni reconocen a la República de Kosovo como Estado soberano. La comunidad internacional se encuentra dividida entre los países que han reconocido oficialmente la independencia de Kosovo, los que se niegan a reconocerla y los que han declarado su neutralidad o su esperanza de una evolución de los acontecimientos, acordada por las partes.
La soberanía de Kosovo como república fue proclamada por la mayor parte de los habitantes de origen étnico albanés. Sin embargo, la parte norte de Kosovo, habitada en su mayoría por la etnia serbia, es administrada autónomamente con la coordinación de la Asamblea Comunitaria de Kosovo y Metojia, un organismo creado en junio de 2008 con el apoyo de la República de Serbia y que no es reconocido por el autoproclamado gobierno kosovar.
Tras seis meses de negociaciones auspiciadas por la Unión Europea, el 19 de abril de 2013 los gobiernos de Serbia y la República de Kosovo alcanzaron un acuerdo para el establecimiento de relaciones bilaterales.
El territorio de Kosovo es considerado por Serbia como la cuna histórica del pueblo serbio, aunque su población actual es predominantemente de origen albanés. Durante la existencia de la República Federativa Socialista de Yugoslavia, aunque pertenecía a la República Socialista de Serbia, gozó de una creciente autonomía y de una representación propia en las instituciones federales, como Provincia autónoma socialista de Kosovo. Esta autonomía fue suprimida en 1989 por el gobierno serbio de Slobodan Milošević, que asumió su representación en las instituciones federales.
Durante la década siguiente, una fuerte tensión se acumuló entre Belgrado y la provincia, donde creció el sentimiento separatista entre la población de origen albanés. Tras la disolución de Yugoslavia, pasó a formar parte de la República Federal de Yugoslavia, que sería conocida como Serbia y Montenegro desde 2003 hasta la independencia de Montenegro en 2006. En 1999 estalló la Guerra de Kosovo, que llevó al enfrentamiento de la OTAN y del Ejército de Liberación de Kosovo contra la República Federal de Yugoslavia.
Tras el fin del conflicto, la Organización de las Naciones Unidas estableció una misión de paz, la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (MINUK). Aunque Kosovo permanecía de iure como una provincia autónoma de Serbia, la MINUK se mantenía a cargo de la administración del territorio, junto a dirigentes de la etnia albanesa.
Después de varios años de disputas y negociaciones, declaró su independencia unilateralmente el 17 de febrero de 2008, la cual si bien ha sido aceptada por alrededor de 95 países, incluidos los Estados Unidos y la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea, no ha sido reconocida por Serbia, sus aliados y otros países, como España ni, tampoco, por la Organización de las Naciones Unidas. En el seno de ella, todas las referencias a Kosovo, sea al territorio, a sus instituciones o población, se entienden en pleno cumplimiento de la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad y sin perjuicio de su estatus presente o futuro.
Dentro de la región, la pronunciación y la escritura del nombre varían considerablemente entre los principales grupos étnicos. Mientras los serbios prefieren la denominación Kosovo, los albaneses utilizan Kosova (o Kosovë, dependiendo del dialecto), pronunciado también como Josova; palabras que, por otro lado, no tienen significado en albanés.
El nombre Kosovo es un adjetivo posesivo de género neutro formado a partir del sustantivo serbio kos (кос), "mirlo" unido a -ovo el sufijo adjetival. Se trata de un apócope de Kosovo polje, "campo del mirlo" el sitio de la batalla entre el ejército del príncipe serbio Lazar y las fuerzas del Imperio Otomano (1389) que terminó con la derrota del primero y la caída de Serbia. Tanto el adjetivo Kosovo, como el sustantivo Kos son topónimos comunes en los países eslavos, en cuanto a kos, se origina en el protoeslavo kosь relacioado con el griego antiguo κόσσυφος, kossyfos. La forma albanesa, Kosova, es un préstamo del serbio, por lo cual algunos nacionalistas albaneses propusieron en los años 1990, usar el nombre, de origen clásico, Dardania.
Bajo dominio otomano, y desde el siglo XVIII, Kosovo así como Macedonia y el norte de Grecia fueron designados como Arnavudluk (آرناوودلق) es decir "Albania" en los documentos oficiales, Novi Pazar, Peć, Pristina y Skopie) recibieron el nombre de Gegalık "Tierra de los Gheg" en referencia a las tribus locales de habla gheg.
también algunas regiones de Kosovo (La administración serbia usó de manera oficial la denominaciòn de Косово и Метохија, Kosovo i Metohija hasta 2012.griego bizantino μετόχια, metójia "propiedad monástica", en referencia a la gran cantidad de aldeas en la región cuya propiedad detentaba la Iglesia Ortodoxa Serbia durante la Edad Media.
Metohija, nombre de la región meridional, deriva delPoco se conoce sobre Kosovo antes del siglo XI. Se sabe que durante el Neolítico, su territorio estuvo bajo dominio de la cultura de Vinča-Turdaş. Se han encontrado vestigios arqueológicos de tumbas de la Edad de Bronce y de Hierro en Metohija, pero no en la zona oriental. Los dardanios y tribalios, tribus indoeuropeas de origen traco-ilirio, habitaron en el lugar entre el siglo IV a. C. y el siglo III a. C.
Hacia el 160 a. C., la zona comenzó a ser conquistada por los romanos e integrada a su Imperio como parte de la provincia de Iliria, el 59 a. C.. La zona, denominada Dardania, pasaría a formar parte de la Mesia Superior en el año 87 y luego constituiría su propia división cerca del año 284, bajo el gobierno de Diocleciano, con capital en la actual ciudad de Niš (en el sur de Serbia).
Hacia fines del siglo VI y principios del siglo VII, olas de pueblos eslavos migraron a la región bajo dominio del Imperio bizantino, mezclándose con latinos y tracio-ilirios que habitaban el lugar. El Primer Imperio búlgaro conquistó la zona hacia los años 850, siendo reconquistada por Constantinopla el 1018, bajo el mando del emperador Basilio II.
Diversos pequeños reinos serbios se establecieron en la zona noroeste de Kosovo, liderando la resistencia eslava al dominio bizantino, mientras las culturas de ambos se iban mezclando con el paso de los años. Finalmente, la zona quedaría bajo el dominio del principado serbio de Rascia tras las victorias de Stefan Nemanja contra el principado de Duklja, en el actual Montenegro, y de su sucesor, Stefan Prvovenčani, en 1216.
El principado de Rascia unificaría los diversos territorios habitados por los serbios al terminar el siglo XII. El territorio de Kosovo y Metohija se convirtió hacia el siglo XIII en el corazón del gobierno de la dinastía Nemanjić, cuya capital era Prizren. Además, se instaló en la región el centro espiritual de la Iglesia ortodoxa serbia, luego de que su Patriarcado se trasladara a Peć y diversos monasterios hicieran lo mismo en la región de Metohija. Pristina era una de las principales urbes del país y un importante centro de comercio que controlaba todas las rutas en dirección a los puertos del mar Adriático. La minería era una importante industria en Novo Brdo y Janjevo, llegando la primera a producir hacia 1450 más de seis toneladas de plata al año.
El principado alcanzaría su máximo esplendor durante el reinado de Stefan Uroš IV Dušan Nemanjić con la formación del Imperio Serbio en 1346 y transformó la monarquía absolutista en un gobierno feudal, asignando las tierras que actualmente forman Kosovo a la familia de los Branković, sucesora de la Casa de Nemanjić. Hacia esos años, la composición étnica de la población kosovar, aunque era mayoritariamente de origen serbio, albergaba importantes comunidades griegas y búlgaras, además de mineros de origen sajón y comerciantes ragusanos.
A la muerte de Stefan Dušan, el imperio colapsó y se disolvió en diversos feudos. Los serbios, enfrascados en diversas riñas internas, estaban débiles e indefensos ante un ataque exterior, lo cual fue aprovechado por el Imperio otomano en plena expansión. Las tropas otomanas avanzaron rápidamente hacia los territorios bajo dominio eslavo hasta enfrentarse en la decisiva batalla de Kosovo en el llamado «Campo de Kosovo» (o Kosovo Polje), el 28 de junio de 1389. En el enfrentamiento murieron los líderes de ambos ejércitos, el príncipe serbio Lazar Hrebeljanović y el sultán Murad I, y pese a la inmensa superioridad numérica de los invasores, estos lograron una victoria pírrica. La derrota en Kosovo se integró a la mitología nacional serbia, en tanto que los otomanos no pudieron dominar Serbia, que mantuvo su independencia. Solo en 1455, el Imperio otomano conseguiría finalmente conquistar Kosovo y derrotar definitivamente a los serbios.
Tras la conquista otomana, el actual territorio kosovar pasó a formar parte de Rumelia, que correspondía a grandes rasgos al territorio abarcado por el Imperio en Europa. Diversas entidades administrativas, denominadas sanjak, se formaron en Kosovo a cargo de un sanjakbeyi.
El principal cambio tras la invasión fue el proceso de islamización efectuado en la zona y que comenzó poco después de la llegada de los otomanos. Pese a que estos tenían el dominio absoluto del territorio, fue un proceso lento y que tomó una cantidad considerable del tiempo, por lo menos de un siglo, y que se concentró al principio en las ciudades. Muchos habitantes cristianos adoptaron la nueva fe, principalmente por razones económicas y sociales debido a los considerables beneficios y derechos otorgados a los musulmanes. Esa conversión fue seguida por la llegada de colonos arnautas (albaneses islamizados) a partir del siglo XVII, que empezaron a aumentar en número frente a los habitantes de origen eslavo. La vida religiosa cristiana siguió a pesar de las dificultades, pero tanto iglesias ortodoxas como católicas y sus fieles se enfrentaron a altos niveles de impuestos.
En 1689, Kosovo fue enormemente desestabilizado por la guerra entre los otomanos y el Sacro Imperio Romano Germánico dirigido por la Casa de Habsburgo. En octubre de ese año, una pequeña fuerza austriaca al mando del margrave Luis Guillermo de Baden-Baden logró avanzar hasta Kosovo, conquistando Belgrado en el camino. Muchos serbios juraron lealtad a los austriacos, llegando algunos incluso a unirse al ejército de Luis el Turco. Por su parte, los arnautas dieron su apoyo a los otomanos. Al verano siguiente, sin embargo, un contraataque otomano obligó a los austriacos a retirarse a la fortaleza en Niš, cercana a Belgrado, y finalmente a retroceder más allá del Danubio, volviendo a Hungría.
La ofensiva otomana fue acompañada por represalias salvajes y saqueos, principalmente contra los serbios, por lo cual muchos se vieron forzados a emigrar junto a las tropas austriacas. El patriarca ortodoxo serbio Arsenije III huyó junto a más de 30 000 eslavos según sus registros en el evento conocido como la Gran Migración (Velike seobе en serbio). Ante esta situación, Kosovo se convirtió en una región de predominio étnico albanés, aunque se mantuvieron minorías cristianas por muchos siglos.
Hacia fines del siglo XIX surgieron los sentimientos nacionalistas por parte de los albaneses, lo cual también repercutió en aquellos que vivían en el territorio kosovar. El gobierno realizó una reforma administrativa, creando en 1864 la provincia o vilayato de Kosovo, que abarcaba territorios que incluyen hoy parte de Albania, de la Macedonia del Norte y de Montenegro. Sin embargo, estas reformas no fueron suficientes para aplacar los deseos de mayor autonomía. Así, el 10 de julio de 1878 se formó la Liga de Prizren en la ciudad kosovar de ese nombre, donde cuatro vilayatos de etnia albanesa (incluyendo el de Kosovo) se aliaron para luchar por su autonomía y defender el territorio de los reinos eslavos cercanos, que habían derrotado a los turcos en la reciente Guerra Ruso-Turca, aunque la Liga sería desintegrada en 1881 por fuerzas del sultanato.
El territorio vería su suerte confrontada por los resultados de la Primera y Segunda Guerra Balcánica. La derrota definitiva del Imperio otomano en la primera implicó la retirada definitiva de los turcos de gran parte de los Balcanes, inclusive Kosovo, y permitió la formación de Albania como nación-estado para los habitantes de esa etnia. Sin embargo, la victoria en esas guerras fue aprovechada por Serbia para recuperar los antiguos territorios bajo su dominio, entre ellos Kosovo y el norte de Macedonia del Norte, con lo que se presume que un tercio del total de la población albanesa quedó dentro de las fronteras de Serbia.
Después de la Primera Guerra Balcánica de 1912, Kosovo fue internacionalmente reconocido como parte del Reino de Serbia, y Metohija se convirtió en parte del Reino de Montenegro según el Tratado de Londres, firmado el año siguiente. Su integración a Serbia provocó un fuerte cambio demográfico: miles de familias albanesas se trasladaron al nuevo Estado-nación de Albania, mientras las nuevas autoridades fomentaban un plan de colonización serbia y procedimientos de limpieza étnica, que incluyeron matanzas de albaneses.
El estallido de la Primera Guerra Mundial generaría una oportunidad para los albaneses de recuperar parte de su autonomía, aliándose algunos de sus jefes a las tropas de Austria-Hungría y del Reino de Bulgaria, que obligaron a retirarse a las fuerzas serbias entre 1914 y 1915; sin embargo, la intervención de los ejércitos de la Triple Entente abocó en la derrota de los Imperios Centrales y la victoria serbia.
En 1918, con el fin de la Gran Guerra, Montenegro fue absorbido por Serbia y posteriormente este país se unificaría con los territorios formados tras la desintegración del Imperio austrohúngaro, naciendo así el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que adquiriría en 1929 el nombre de Reino de Yugoslavia. Kosovo fue dividido en diversas administraciones menores y la persecución de albaneses continuó, negándoles el estatus de minoría al considerarlos "secesionistas". Hacia 1921, grupos albanokosovares denunciaron los asesinatos masivos ante la Sociedad de Naciones, solicitando la unificación del territorio con Albania, lo que fue denegado. En tanto, cientos de miles de albaneses huyeron del país, e incluso el gobierno yugoslavo estableció conversaciones con Turquía para la deportación de 240.000 albanokosovares.
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos de las Potencias del Eje invadieron Yugoslavia en 1941, desarticulándola en diversos territorios bajo su dominio. Gran parte de Kosovo fue entregada a la Gran Albania ocupada por la Italia fascista, el sur quedó bajo la administración del Reino de Bulgaria y el norte por la Serbia de Nedić. Durante la ocupación, los grupos armados albaneses locales (llamados Vulnetari) iniciaron una campaña para establecer un territorio kosovar homogéneamente étnico, para lo cual se realizaron redadas y deportaciones de eslavos, judíos y gitanos, lo que se incrementaría tras la capitulación italiana y la ocupación de Albania por la Alemania Nazi en septiembre de 1943. Se estima que entre 10 000 y 30 000 serbios fueron asesinados y más de 100 000 huyeron de la zona.
A medida que las fuerzas del Eje eran doblegadas por los Aliados, aumentó la resistencia albanesa a la ocupación y comenzaron a desplazar a las fuerzas alemanas. Sin embargo, el estatus de Kosovo fue motivo de enfrentamiento entre los nacionalistas y partisanos comunistas: mientras los primeros esperaban que una vez finalizado el conflicto, Kosovo permanecería en Albania, los segundos esperaban que, una vez liberada y rearticulada Yugoslavia, esta cedería el territorio de forma pacífica. La victoria de los partisanos y su apoyo a las tropas yugoslavas de Josip Broz Tito finalmente decidió la permanencia de Kosovo en la recién formada República Democrática Federal de Yugoslavia en 1946.
En 1946, y como recompensa por el apoyo a la liberación yugoslava, el régimen de Tito creó una división política para Kosovo por primera vez desde el fin de la dominación otomana. En la nueva República Federal Popular de Yugoslavia, se formó el Área autónoma de Kosovo y Metohija, que pertenecía administrativamente a la República Socialista de Serbia, con ciertos grados de autonomía, y que en 1963 obtendría la calidad de provincia. En el marco de las políticas de Tito de "hermandad y unidad", la autonomía de las diferentes etnias aumentó durante los años 1970, reduciendo el poder de los serbios con el fin de evitar el secesionismo.
Esto se concertaría en 1974 con la nueva constitución de la República Federal Socialista de Yugoslavia, que daría origen a la Provincia autónoma socialista de Kosovo. Con esta autonomía, las escuelas fueron capaces de aplicar un plan de estudios en idioma albanés, el gobierno local pasó a manos de la comunidad albanokosovar y uno de sus miembros integró el Consejo Federal del país con capacidad de veto, igualando su estatus al de los representantes de la RS de Serbia, pese a que aún permanecía administrativamente bajo su alero.
El aumento de la autonomía de Kosovo en favor de los albaneses generó roces con la comunidad serbia, que aún formaba parte importante de la región y que se sentía discriminada. Además, la población kosovar cada vez era más albanesa debido a las altas tasas de natalidad de los albaneses en comparación con los serbios. Al morir Tito en 1980, las tensiones étnicas se acrecentaron en toda Yugoslavia y especialmente en Kosovo. Mientras los albaneses hacían protestas para obtener el estatus de república y su secesión de la RS de Serbia, los serbios reclamaban más derechos contra la discriminación y la violencia étnica.
Hacia mediados de la década de los años 1980, en Serbia aumentó el nacionalismo, que fue encarnado por Slobodan Milošević y del cual se aprovechó para fomentar su carrera. Milošević rápidamente se convirtió en el líder de Serbia y logró modificar la constitución en 1987 de tal forma que los representantes de Kosovo y Voivodina (la provincia autónoma de la RS de Serbia) en el Consejo Federal fueran elegidos por la RS de Serbia, aumentando el poder de esta división dentro de Yugoslavia. Los albanokosovares rechazaron el cambio y protestaron, lo mismo que los representantes de las otras repúblicas socialistas, principalmente Croacia y Eslovenia.
En 1989, la autonomía fue revocada y se introdujeron una serie de medidas que disminuyeron la participación albanesa e incluso propiciaron la expulsión de 80 000 miembros de esa comunidad de sus trabajos con el fin de que emigraran a otras regiones, mientras se promovía la colonización serbia. Una nueva constitución fue ratificada por la Asamblea de Kosovo mientras tanques y coches blindados rodeaban el lugar, la cual otorgaba el control de la policía, la justicia, la economía, el sistema de educación y la política idiomática al gobierno serbio. Los problemas se repitieron en otras partes del país, lo que sumado al proceso de democratización experimentado, dieron origen a la disolución de Yugoslavia. En un par de años, cuatro de las seis repúblicas que formaban el país declararon su independencia entre 1991 y 1992, Serbia y Montenegro conformaron la República Federal de Yugoslavia, y estos nuevos países se enfrentaron en una serie de enfrentamientos bélicos.
Kosovo, aún oficialmente parte de Serbia, declaró su independencia el 22 de septiembre de 1991, la cual sería aprobada casi unánimemente por la población albanesa. Algunas instituciones gubernamentales paralelas fueron creadas durante los años 1990 bajo el liderazgo de Ibrahim Rugova, elegido en 1992 como Presidente de Kosovo, pero este gobierno no fue reconocido internacionalmente. Hacia esa época, se fundó el Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK) para defender la autonomía albanesa lograda en estos años. Se produjeron diversos enfrentamientos entre las guerrillas del UÇK y el ejército yugoslavo pero solo hacia 1998 despertaron interés en la comunidad internacional. Diversas organizaciones intentaron lograr un acuerdo de paz que finalmente no fue alcanzado. Las informaciones sobre asesinatos masivos de albaneses influyeron en las potencias occidentales para intervenir directamente en el conflicto con el pretexto de evitar la limpieza étnica, de forma similar a lo ocurrido años antes en la Guerra de Bosnia. A partir del año 2000, aparecieron informes de que los datos de víctimas, en especial en Račak, habían sido manipulados con el objetivo de acelerar la intervención de la OTAN.
Luego del fracaso de la ronda de negociaciones de Ramboulliet, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) inició la ofensiva contra el gobierno yugoslavo, dando inicio oficialmente a la Guerra de Kosovo. Entre el 24 de marzo y el 10 de julio de 1999, la OTAN bombardeó diversos objetivos en Serbia (principalmente en su capital, Belgrado, pero también en la capital kosovar, Pristina), causando muertes de civiles y militares y graves daños en sus infraestructuras; mientras esta respondía con diversos ataques a los civiles albaneses en Kosovo, generando un enorme éxodo de esta comunidad. Según Naciones Unidas, más de 848 000 personas se convirtieron en refugiados, mientras que la cifra de muertos se estimó en más de 10 000 civiles y la de desaparecidos en más de 3000. Durante la guerra, Robin Cook, ministro británico de Asuntos Exteriores, llegó a afirmar que la cifra de muertos alcanzaba los 300 000. Después de meses de trabajo, los equipos del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia solo habían contabilizado 2018 cuerpos exhumados.
La guerra terminó con el regreso de cientos de miles de personas de etnia albanesa y la huida forzosa de 200,000 serbios de la Provincia Autónoma de Kosovo y Metojia.
Algunos historiadores sostienen que la guerra de Kosovo formó parte de una campaña orquestada por Estados Unidos con el objetivo de aumentar su control en los Balcanes, debilitar a Serbia (tradicional aliado de Rusia), derribar el régimen de Milošević y lograr establecer bases militares en un territorio relativamente cercano a Rusia. Para ello, se argumenta que las cifras de muertos fueron deliberadamente aumentadas, y que efectivos de inteligencia norteamericanos colaboraron con la guerrilla del UÇK, a quien adiestraron para su lucha contra las fuerzas federales yugoslavas.
Tras la derrota de Serbia en la Guerra de Kosovo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 1244 con el fin de dar una solución transitoria al problema kosovar. El territorio de Kosovo, aunque se mantuvo de iure como parte de la RF de Yugoslavia, pasó a ser administrado de forma autónoma y provisional por la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (MINUK) mientras la seguridad y estabilidad de la zona y la conservación del alto al fuego fue encargada a la fuerza multinacional KFOR. Pese a esto, se realizaron varios actos de venganza por parte de albaneses contra la comunidad serbia, lo que provocó el éxodo de los afectados hacia Serbia; aunque las cifras varían según la fuente, son entre 65 000 y 250 000 los desplazados. Otros grupos de serbios formaron enclaves en algunas zonas del país, especialmente en el sector al norte del río Ibar.
Con los años, se logró cierta estabilidad en Kosovo, a excepción de una ola de violencia en 2004, rápidamente controlada. En 2001, la MINUK decidió entregar parte del gobierno a la comunidad albanokosovar, formándose las Instituciones Provisionales de Autogobierno dentro del nuevo marco constitucional adoptado. Así, se crearon la Asamblea de Kosovo, la Presidencia y el cargo de Primer Ministro, para los cuales se realizaron las primeras elecciones nacionales en Kosovo a fines de ese mismo año.
Según lo establecido por la Resolución 1244, se puso en marcha un proceso destinado a lograr un acuerdo para el futuro estatus de Kosovo. Los representantes de la República Federal de Yugoslavia (que en 2002 se convirtió en Serbia y Montenegro, y que en 2006 sería representada únicamente por la República de Serbia) postulaban que la Resolución 1244 garantizaba que Kosovo seguía siendo parte íntegra del país con diversos grados de autonomía, mientras que los líderes kosovares afirmaban que la única solución era la independencia. El 7 de octubre de 2005, la ONU recomendó al Consejo de Seguridad el inicio de conversaciones para alcanzar un acuerdo sobre el estatus definitivo para la región, con base en el informe elaborado por el enviado especial de Kofi Annan.
El 26 de enero de 2007, el finlandés Martti Ahtisaari, enviado especial de la ONU para Kosovo, dio a conocer los detalles preliminares de su propuesta para un estatus definitivo de la provincia. Aunque el texto no mencionaba directamente la independencia, diversos puntos apuntaban a ella, como la membresía en organizaciones internacionales, la adopción de símbolos nacionales y de un cuerpo de seguridad propio. La propuesta fue rechazada por Serbia y por Rusia, su principal aliado y con poder de veto en el Consejo de Seguridad; en cambio, fue bienvenida por las autoridades kosovares, Estados Unidos y el Reino Unido. El 3 de abril, Ahtisaari (quien posteriormente recibiría el Premio Nobel de la Paz por su trabajo en Kosovo, entre otros lugares) propuso la "independencia supervisada" de Kosovo por parte de la comunidad internacional para proteger a las comunidades minoritarias, lo cual fue nuevamente desestimado por serbios y rusos. En diciembre de 2007, la Unión Europea decidió enviar una "misión estabilizadora" (EULEX) a la región de Kosovo con la finalidad de traspasar la misión de la ONU en Kosovo a manos europeas.
El rechazo de la propuesta de Ahtisaari dejó en punto muerto las conversaciones. Así, las autoridades kosovares anunciaron sus intenciones de declarar la independencia de forma unilateral ante el fin del proceso diplomático. Ese anuncio se concretó finalmente el 17 de febrero de 2008, cuando el Parlamento de Kosovo, reunido en sesión especial, proclamó su independencia bajo el nombre de República de Kosovo. Estados Unidos, el Reino Unido y Francia apoyaron abiertamente la declaración, mientras Serbia y Rusia la rechazaron totalmente. Hubo diversas protestas en Belgrado contra la declaración, mientras que la mayoría de los países de la Unión Europea y de los Estados balcánicos reconocieron oficialmente al nuevo país.
Serbia anunció que no reconocería el nuevo Estado y decidió presentar una solicitud de opinión consultiva ante la Corte Internacional de Justicia respecto a la legalidad de la declaración, solicitud que fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 8 de octubre de 2008, con 77 votos a favor, 6 en contra y 74 abstenciones. El 22 de julio de 2010, la Corte emitió su opinión sobre la materia en discusión, en la que planteó que la declaración efectuada por Kosovo no violó el derecho internacional, pues este no tiene una disposición activa que limite las declaraciones de independencia. Aunque la opinión consultiva se limita estrictamente a los aspectos formales de la declaración como acto de promulgación de independencia, representó un fuerte golpe para las intenciones de Serbia, cuyas autoridades reiteraron que nunca reconocerían la independencia kosovar. El gobierno serbio decidió presentar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas un proyecto de resolución que reafirmara su soberanía sobre Kosovo, pero la presión de los principales países de la Unión Europea (a la cual Serbia desea acceder) finalmente logró cambiar la redacción de la propuesta aprobada, en la que se solicita a las Naciones Unidas apoyen el diálogo entre los gobiernos de Belgrado y Pristina para alcanzar acuerdos técnicos, la cual fue aprobada por aclamación.
El 19 de abril de 2013, Serbia y Kosovo llegaron a un acuerdo para iniciar relaciones institucionales de Estado a Estado, lo que se cree que es el primer paso para el reconocimiento de Kosovo como Estado independiente por parte de Serbia.
En la actualidad, el gobierno y la administración de Kosovo están dominados principalmente por las instituciones constituidas como parte de la República de Kosovo, bajo dirección principalmente albanokosovar, con la excepción de los territorios de predominancia étnica serbia en Kosovo del Norte.
Las instituciones de la República de Kosovo tienen su origen en aquellas creadas durante la administración de la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (MINUK). Tras el fin de la Guerra de Kosovo, la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas establecía la administración de un protectorado internacional sobre la Provincia Autónoma de Kosovo, la cual se mantendría de iure como parte del territorio de la República de Serbia (parte de la República Federal de Yugoslavia y de Serbia y Montenegro sucesivamente hasta 2006). De acuerdo a las disposiciones de la MINUK, en 2001 se elaboró un marco constitucional que dio paso a la formación de las Instituciones Provisionales de Autogobierno de Kosovo (IPAG), entregando así de forma gradual parte de la administración del territorio a los políticos kosovares, principalmente de etnia albanesa. Aunque la MINUK aún actúa en Kosovo, gran parte de la administración de Kosovo fue entregada a las IPAG, las cuales se convirtieron en las instituciones de la República de Kosovo tras su declaración de independencia el 17 de febrero de 2008.
La República de Kosovo es una república democrática representativa de tipo parlamentario, según lo establecido por la Constitución de la República de Kosovo que entró en vigor el 15 de junio de 2008. Esta constitución, no reconocida por Serbia ni la población de Kosovo del Norte, establece como jefe de Estado al Presidente de Kosovo, cargo ostentado por Hashim Thaçi desde el 7 de abril de 2016. El poder ejecutivo está en manos del primer ministro, quien es además el líder del gobierno.
La Asamblea de Kosovo es unicameral y está compuesta por 120 miembros, de los cuales 100 asientos son para los candidatos elegidos abiertamente y 20 son distribuidos entre otros grupos étnicos en el territorio (10 para los serbios y 10 para otras minorías).
Aunque gran parte de la administración esté en manos del gobierno local, ciertos temas aún son liderados por la MINUK, especialmente en cuanto a defensa, seguridad interna y diversas tareas en los sectores de Kosovo del Norte. La MINUK está presidida por el Representante Especial de la Secretaría General de Naciones Unidas, cargo ostentado por el italiano Lamberto Zannier desde junio de 2008. La seguridad interna está a cargo de la unidad militar KFOR (establecida en 1999 por la OTAN y Rusia), los servicios multiétnicos de policía y los Cuerpos de Protección de Kosovo. Además, está en proceso el establecimiento de la misión EULEX a cargo de la Unión Europea para el mantenimiento de la paz y el orden en el territorio kosovar.
La República de Serbia considera que el territorio de Kosovo sigue bajo su soberanía, de acuerdo a lo estipulado por su constitución y por la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y considera ilegales las instituciones creadas por la República de Kosovo. El gobierno serbio en Kosovo está bajo el mando del Ministerio de Kosovo y Metohija, fundado el 15 de mayo de 2007 y liderado por Goran Bogdanović del Partido Democrático de Serbia desde el 9 de julio de 2008. Localmente, la administración serbia se ejerce principalmente en Kosovo del Norte y algunos enclaves en el sur de Kosovo a través de la Asamblea Comunitaria de Kosovo y Metohija, compuesta por 45 representantes de 26 municipios y con sede en la ciudad de Mitrovica. En julio de 2008, el gobierno de Serbia organizó elecciones locales en esas zonas bajo su administración para determinar a los representantes de la Asamblea, pese al rechazo tanto de las instituciones de la República de Kosovo como de la MINUK.
El 17 de febrero de 2008, el Parlamento de Kosovo aprobó la declaración de independencia unilateral respecto a Serbia, en un proceso apoyado por Estados Unidos y parte de la Unión Europea. 109 de los 120 diputados del parlamento votaron a favor de la secesión, mientras que los diputados restantes (de origen serbio) boicotearon la sesión.
Desde la declaración de independencia hasta la actualidad, 90 de los 193 países miembros de las Naciones Unidas han reconocido la independencia de la República de Kosovo: Afganistán, Albania, Alemania, Andorra, Antigua y Barbuda, Arabia Saudita, Australia, Austria, Bangladés, Barbados, Baréin, Bélgica, Belice, Benín, Brunéi, Bulgaria, Burkina Faso, Canadá, Catar, Chad, Colombia, Corea del Sur, Costa de Marfil, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, Egipto, El Salvador, los Emiratos Árabes Unidos, Eslovenia, Estados Unidos, Granada, Estonia, Finlandia, Fiyi, Francia, Gabón, Gambia, Guyana, Guinea, Haití, Honduras, Hungría, Irlanda, Islandia, las Islas Marshall, Italia, Japón, Jordania, Kiribati, Kuwait, Letonia, Libia, Lituania, Liechtenstein, Luxemburgo, Malasia, las Maldivas, Malta, Macedonia del Norte, Malaui, Mauritania, los Estados Federados de Micronesia, Mónaco, Montenegro, Níger, Noruega, Nueva Zelanda, Omán, los Países Bajos, Pakistán, Panamá, Perú, Polonia, Portugal, la República Checa, la República Dominicana, el Reino Unido, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Marino, Senegal, Santa Lucía, Singapur, Somalia, Suazilandia, Suecia, Suiza, Tailandia, Tanzania, Timor Oriental, Tonga, Turquía, Tuvalu, Vanuatu, Yemen y Yibuti. Entre estos estados se encuentran 22 de los 27 miembros de la Unión Europea, 22 de los 27 miembros de la OTAN y siete de los ocho miembros del G8. Además, la República de China (Taiwán) ha ofrecido su reconocimiento, pese a que Kosovo no la ha reconocido.
Por otro lado, varias decenas de países, entre los que se encuentran Argelia, Argentina, Azerbaiyán, Bielorrusia, Chipre, Georgia, Eslovaquia, España, Kazajistán, Moldavia, Rumanía, Rusia, Sri Lanka, Venezuela, Vietnam, Brasil, Chile, México, Uruguay, Guinea-Bisáu, Ghana y otros, han decidido no reconocer la declaración de independencia de Kosovo y respetar la integridad territorial de Serbia.
En cuanto a organizaciones internacionales, la República de Kosovo no ha solicitado su membresía ante la Organización de las Naciones Unidas debido al anunciado veto de Rusia en el Consejo de Seguridad. En el caso de la Unión Europea, aunque esta no reconoce países formalmente, no existe una política oficial que acepte la independencia de Kosovo, ya que para hacerlo es necesaria la unanimidad de sus miembros, la cual no se ha logrado; sin embargo, el Parlamento Europeo sí lo ha hecho de forma particular.
El Fondo Monetario Internacional inició en junio de 2008 el proceso de integración de Kosovo como miembro permanente; finalmente, el 5 de mayo de 2009 fue aceptado como miembro del FMI con 96 votos a favor. Ese hecho propició su solicitud de incorporación al Banco Mundial, la cual fue aprobada el 4 de junio de 2009 y oficializada el 29 de junio, obteniendo así su primera membresía en un organismo especializado de las Naciones Unidas. Tras esa situación, Kosovo postularía ingresar al Consejo de Europa, para el cual necesita el apoyo de dos tercios de sus miembros.
Kosovo solicitó su ingreso en la UNESCO en agosto de 2015, tras lo cual el 22 de octubre el Consejo Ejecutivo de la organización dio su visto bueno a la solicitud. Finalmente, el pleno de la Conferencia General de la Unesco debatió, votó y rechazó el 9 de noviembre de 2015 la posible incorporación de Kosovo.
La intervención de la OTAN en la guerra de Kosovo así como el apoyo explícito de países como Estados Unidos a la independencia kosovar han sido vistos desde diferentes colectivos como actos de interés geoestratégico, encaminados a mantener el control tanto militar como económico en esa zona de los Balcanes. Personalidades como James Petras mantienen que el reconocimiento de Kosovo por parte de Estados Unidos respondía a los intereses de las multinacionales norteamericanas y las alianzas militares, poniendo en duda que su intervención en el conflicto se produjera por razones humanitarias.
Uno de los hechos más cuestionados ha sido la creación de Camp Bondsteel, la segunda mayor base militar estadounidense en el mundo. La base se encuentra ubicada junto a Uroševac, en una zona de elevado interés estratégico, próxima a Oriente Medio, el Cáucaso y Rusia, y que permite el control sobre los oleoductos y corredores energéticos vitales, como el oleoducto Trans-Balcanes, donde multinacionales norteamericanas como Halliburton Oil tienen destacada presencia.
En 2002, se denunció que Camp Bondsteel era utilizada por el ejército estadounidense como campo de detención ilegal, por lo que fue inspeccionada por el Comisario de Derechos Humanos de la Unión Europea, Álvaro Gil-Robles, quien comprobó su existencia y solicitó a las autoridades su desmantelamiento.
Kosovo está dividido en siete distritos (alb.: rreth, ser.: дистрикт –distrikt–), los cuales a su vez se subdividen en 30 municipios (alb.: komuna, ser.: општина –opština–). Esta división fue establecida por la MINUK en 1999, reemplazando los antiguos cinco distritos establecidos por la República Federal de Yugoslavia, y fue heredada por la República de Kosovo; las autoridades serbias aún utilizan la antigua división administrativa.
Kosovo se ubica en el centro de la península de los Balcanes, con una forma a grandes rasgos romboidal y sin acceso directo al mar. Se extiende entre las longitudes 41°50’58’’ y 43°15’42’’ Norte y las latitudes 20°01’30’’ y 21°48’02’’ Este. Su territorio ocupa una superficie de 10 887 km², un área similar a la de Jamaica o Catar.
Gran parte del territorio es montañoso, especialmente a lo largo de sus fronteras. En el borde nororiental con Montenegro y parte de Albania están los montes Prokletije, parte del conjunto de los Alpes Dináricos. En esta cadena se encuentra el Đeravica, que con una altitud de 2.565 msnm es el punto más alto del territorio kosovar, y el cañón de Rugova con una longitud de 25 kilómetros. En el sector noroccidental se ubican los Kopaonik a lo largo de la frontera con Serbia Central y en el sur se encuentran los montes Šar. Ambas cadenas montañosas son populares destinos turísticos, especialmente debido a su parque nacional y centros de esquí (como Brezovica).
Cerca del 36 % del territorio corresponde a llanuras con algunas serranías de características kársticas que se extienden dentro de ellas, como el Goljak, Drenica y Crnoljeva. Esta última marca la diferencia entre el sector de las cuencas de Kosovo al este y de Metohija (conocida en albanés como Rrafshi i Dukagjinit, "meseta de Dukagjin") al oeste.
Varios ríos cruzan el país. El Drin Blanco corre en dirección al mar Adriático a lo largo de Metohija, mientras el Sitnica lo hace en la zona oriental hasta confluir con el río Ibar al norte, en el sector de Kosovska Mitrovica. El Ibar, junto al río Morava del Sur, es uno de los afluentes pertenecientes a la gran cuenca del río Danubio. Algunos lagos existen en Kosovo, destacando el lago Gazivoda, el Radonjić, el Batlava y el Badovac.
Todas estas características geográficas hacen de Kosovo un territorio muy fértil, con un 69,1 % de su superficie disponible para actividades agrícolas (de las cuales, un 31 % son pastizales y un 69 % son tierras arables). Sin embargo, debido a las actividades industriales y mineras, un importante número de hectáreas han sido contaminadas, impidiendo su desarrollo agrícola. El 39 % del territorio corresponde a bosques, que son clasificados fitogeográficamente como parte de la provincia iliria de la Región Circumboreal. Dentro de la flora kosovar destacan robles, pinos, hayas y abedules, mientras que en la fauna silvestre hay especies de águilas, lobos, algunos ciervos y jabalíes.
El clima es predominantemente continental, con temperaturas templadas pero que pueden alcanzar extremos de –10 °C y 30 °C, durante los meses del invierno y del verano boreal, respectivamente. Entre octubre y diciembre se alcanzan las mayores precipitaciones (promediando 600 mm anuales en los sectores llanos) y la nieve es común en todo el territorio entre noviembre y marzo, aunque es más importante en las zonas montañosas. El sector de Metohija es más templado por efecto de las masas de aire cálido provenientes del Adriático.
La mayor parte de Kosovo experimenta un clima continental con influencias mediterráneas y alpinas. El clima está fuertemente influenciado por su proximidad al mar Adriático en el oeste, al mar Egeo en el sur, pero también a la masa continental europea en el norte.
Las zonas más frías de Kosovo son las montañas del oeste y el sureste, donde se encuentra un clima alpino. Las zonas más cálidas se encuentran principalmente en las zonas extremas del sur, cerca de la frontera con Albania, caracterizadas por el clima mediterráneo. La temperatura media mensual oscila entre 0 °C (32 °F) (en enero) y 22 °C (72 °F) (en julio). La precipitación media anual oscila entre 600 y 1300 mm (24 a 51 pulgadas) por año, y está bien distribuida durante todo el año.
Al noreste, la Llanura de Kosovo y el Valle de Ibar son más secos con una precipitación total de unos 600 milímetros (24 pulgadas) por año y más influenciados por las masas de aire continentales, con inviernos más fríos y veranos muy calurosos. En el sudoeste, la zona climática de Metohija recibe más influencias mediterráneas con veranos más cálidos, precipitaciones algo mayores (700 milímetros (28 pulgadas)) y fuertes nevadas en el invierno. Las zonas montañosas de Prokletije en el oeste, las Montañas År en el sur y Kopaonik en el norte experimentan un clima alpino, con altas precipitaciones (900 a 1300 mm (35 a 51 in) por año, veranos cortos y frescos e inviernos fríos[183]. El mes más cálido es julio con una temperatura media de 19,2 °C (66,6 °F), y el más frío es enero con -1,3 °C (29,7 °F). Excepto Prizren e Istok, todas las demás estaciones meteorológicas en enero registraron temperaturas medias por debajo de 0 °C (32 °F).
La población kosovar está formada en su mayoría por albaneses. Una estimación de 2002 de la ONU ofrece estas cifras de población:
La distribución según la religión sería:
Como consecuencia de los conflictos con Serbia, muchos kosovares han emigrado, sobre todo a países como Suiza, Alemania o Turquía.
En Kosovo viven 1 800 000 habitantes. De ellos, son musulmanes el 92 %, católicos un 2 % y ortodoxos un 6 %.[cita requerida]
Estos datos indican que 1 660 598 ciudadanos de Kosovo son de afiliación religiosa musulmana, 38 223 ciudadanos son católicos y 25 685 de la fe ortodoxa.[cita requerida] El porcentaje de cristianos ha sufrido un descenso desde 1899, que rondaba en ese entonces un 43 %.
Kosovo es un Estado laico sin religión estatal; la libertad de creencia, de conciencia y de religión está explícitamente garantizada en la Constitución de Kosovo.ateísmo.
La sociedad de Kosovo está fuertemente secularizada y ocupa el primer lugar en el sur de Europa y el noveno en el mundo como libre e igual para la tolerancia hacia la religión y elEn el censo de 2011, el 95,6% de la población de Kosovo fue contada como musulmana y el 3,7% como cristiana, incluyendo el 2,2% como católica y el 1,5% como ortodoxa. El 0,3% restante de la población informó no tener religión, u otra religión, o no proporcionó una respuesta adecuada. Los protestantes, aunque reconocidos como grupo religioso en Kosovo por el gobierno, no están representados en el censo.
El Islam es la religión más practicada en Kosovo y fue introducida por primera vez en la Edad Media por los otomanos. Hoy en día, Kosovo tiene el mayor porcentaje de musulmanes en Europa después de Turquía. La mayoría de la población musulmana de Kosovo son de origen albanés, turco y eslavo, incluyendo a Gorani y a los bosnios.
El cristianismo tiene una larga y continua historia en Kosovo que se remonta a la invasión romana de la región. Durante la temprana y tardía Edad Media, toda la Península Balcánica fue cristianizada inicialmente por los romanos y posteriormente por el Imperio Bizantino. Los seguidores de la Iglesia católica son predominantemente albaneses con etnia serbia siguiendo a la Iglesia ortodoxa. En 2008, el pastor protestante Artur Krasniqi, primado de la Iglesia Evangélica Protestante de Kosovo, afirmó que "hasta 15.000" albanokosovares se habían convertido al protestantismo desde 1985.
Las relaciones entre las comunidades albanesa, musulmana y católica de Kosovo se consideran buenas, sin embargo ambas comunidades tienen pocas o ninguna relación con la comunidad ortodoxa serbia. En general, los albaneses de Kosovo definen su etnia por el idioma y no por la religión, mientras que la religión refleja un rasgo de identidad distintivo entre los eslavos de Kosovo.
El albanés es hablado por el 90 % de la población y tiene la consideración de idioma oficial, al igual que el serbocroata (única lengua oficial a nivel nacional de la desaparecida Yugoslavia, a la que perteneció Kosovo).
La economía de Kosovo es una de las más pobres de Europa, con un ingreso per cápita estimado en 6500 euros en 2015. Las remesas de los emigrantes y la ayuda extranjera representan una parte muy importante de su sustento. El sector industrial es muy débil y el suministro de energía eléctrica es poco fiable. El desempleo es muy elevado, con tasas entre el 30 y el 35% de la mano de obra.
Tras el establecimiento de la MINUK, el marco alemán fue adoptado como moneda oficial en Kosovo, siendo reemplazado en 2002 por el euro cuando este sustituyó al marco en su país de origen. En los enclaves de mayoría étnica serbia, el dinar serbio se utiliza ampliamente hasta el día de hoy. Kosovo es uno de los miembros del Acuerdo centroeuropeo de libre cambio (bajo mandato de la MINUK y no como Estado independiente), por lo que mantiene acuerdos de libre comercio con Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Moldavia y Montenegro. Además de Serbia, Macedonia del Norte es el principal socio comercial de Kosovo, seguido de Alemania y Turquía.
Hay en el país una notable economía sumergida, asociada sobre todo al contrabando de gasolina, cigarrillos y cemento.[cita requerida] La corrupción y la influencia de las bandas de delincuencia organizada son motivo de gran preocupación internacional. Las Naciones Unidas han dado prioridad a la lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada, prometiendo a este respecto una "tolerancia cero". En este contexto, EULEX llevó a cabo en julio de 2010 la detención del gobernador del Banco Central de Kosovo, acusado de corrupción, evasión fiscal y blanqueo de dinero. Esto ha llevado a que algunos medios califiquen a Kosovo como un narco-estado.
Kosovo es el país de origen de célebres cantantes, entre quienes se destacan Dua Lipa, Rita Ora, Erza Muqoli, Era Istrefi, Bebe Rexha y Ava Max. Las familias de las dos primeras debieron emigrar al Reino Unido a causa del conflicto armado de 1999. Su identidad, sin embargo, queda clara en las palabras de Lipa: “Se puede sacar a una niña de Kosovo, pero no se puede sacar a Kosovo de la niña”.
Desde su independencia oficial en 2008, Kosovo ha tratado de participar en el festival de Eurovisión en varias ocasiones. Sin embargo, dado que el país no forma parte de la UER, no le está permitido hacerlo. Además, la aparición de Kosovo en Eurovisión supondría la retirada de Serbia.
Durante la llegada de la Fuerza de Kosovo (KFOR) en junio de 1999 y los disturbios de 2004 en Kosovo, más de 140 lugares sagrados fueron destruidos, siendo mayoría patrimonio histórico de la iglesia ortodoxa serbia.
La Federación de Fútbol de Kosovo (Federata e Futbollit e Kosovës en albanés) ha sido admitida en la FIFA, y por ello su selección puede tomar parte en competiciones como la Copa Mundial de Fútbol. El día 3 de mayo de 2016 fue admitida como miembro pleno de la UEFA por lo que en un futuro podrá disputar competiciones europeas. El 13 de mayo de 2016 fue admitida como miembro pleno de la FIFA.
Algunos importantes futbolistas kosovares se han nacionalizado para participar en otras selecciones, tales como Xherdan Shaqiri, Valon Behrami, Milan Bisevac, Emir Bajrami, Almen Abdi, Adnan Januzaj, Shefki Kuqi, Përparim Hetemaj, Beg Ferati, Granit Xhaka, Valon Berisha entre otros. Otros muchos, sin embargo, han decidido hacerlo para Albania.
Desde su aceptación por parte del COI ha participado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 habiendo obtenido una medalla de oro en Judo por parte de la atleta Majlinda Kelmendi.
El deporte más popular en Kosovo es el fútbol. En 1922 se fundaron los primeros clubes de Kosovo, incluyendo el KF Vëllaznimi y el FC Prishtina. Durante la época de la Guerra Fría, de 1945 a 1991, el fútbol en la ex Yugoslavia avanzó tan rápidamente que en 1946 se formó la Federación de Kosovo como filial de la Federación de Yugoslavia. Prishtina fue el club más exitoso de la nación durante ese período, pasando cinco años en la Primera Liga Yugoslava de primer nivel y llegando a las semifinales de la Copa Yugoslava de 1987-88. En 1991 se estableció un sistema de liga kosovar no sancionado, conocido como la Liga e Pavarur e Kosovës ("Liga Independiente de Kosovo"), que funcionaba paralelamente a las ligas oficiales yugoslavas; en 1999, tras la guerra de Kosovo, se convirtió en el sistema de liga oficial de Kosovo.
Bersant Celina nació en Prizren de padres albaneses y juega en el club galés Swansea City. Tres futbolistas de Kosovo - Milutin Šoškić, Fahrudin Jusufi y Vladimir Durković - formaron parte del equipo de Yugoslavia que ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Verano de 1960 y una medalla de plata en el Campeonato Europeo de 1960. El portero nacido en Kosovo, Stevan Stojanović, se convirtió en el primer portero que capitaneó un equipo ganador de la Copa de Europa cuando capitaneó al Estrella Roja de Belgrado a la victoria en la final de la Copa de Europa de 1991.
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