Francia (y sus dependencias de ultramar)
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Romance occidental
&nbbsp;Galo-ibérico
Galo-romance
Subgrupo oïl
Donde es mayoritario Donde es oficial sin ser mayoritario Donde es segunda lengua
El idioma francés (le français /lə fʁɑ̃sɛ/ ( escuchar) o la langue française /la lɑ̃ɡ fʁɑ̃sɛz/) es una lengua romance hablada en la Unión Europea, especialmente en Francia, país en el que se habla junto con otras lenguas regionales como el bretón (Bretaña), el occitano (Occitania), el vasco (país vasco francés), el catalán (Rosellón), el corso (Córcega), alsaciano (Alsacia), entre otros. En los territorios franceses de ultramar es hablado en muchos casos junto con otras lenguas como el tahitiano (Polinesia Francesa), o el créole (isla Reunión, Guadalupe y Martinica). También se habla en Canadá, Estados Unidos (francés cajún, créole y francés acadio o acadiano), Haití (con el créole), y numerosos países del mundo. Según estimaciones de la Organización Internacional de la Francofonía (basadas en proyecciones demográficas de las Naciones Unidas), en el transcurso del s. XXI, el francés se convertiría en el tercer idioma con el mayor número de hablantes del mundo, sobre todo por el crecimiento poblacional de los países africanos francófonos.
La Organisation internationale de la francophonie calcula que hay cerca de 300 millones (235 millones uso diario) de francófonos en el mundo en 2018, de los cuales aproximadamente 72 millones son hablantes parciales. Es el quinto idioma más hablado del mundo (noveno por hablantes nativos) y la segunda lengua en las relaciones internacionales por el número de países que la emplean como lengua oficial y/o de comunicación y por el número de organizaciones internacionales que la emplean como lengua de trabajo, como pueden ser la Organización Internacional de la Francofonía, la Unión Europea, las Naciones Unidas, el Comité Olímpico Internacional, etc. Se calcula que para el 2050, con más de 700 millones de francófonos, sea el segundo idioma más hablado del mundo por la gran explosión demográfica en el continente africano.
El francés es también uno de los idiomas oficiales de Bélgica (4,3 millones de belgas francófonos), donde es el idioma oficial de Valonia, mientras que en la capital, Bruselas, es el idioma más hablado (90 % de los habitantes) y es cooficial con el neerlandés; está presente en otros países como Suiza, donde un 29 % de la población lo habla (1,75 millones de francófonos a finales de 2006), en Mónaco es el único idioma oficial desde la aprobación Constitución de 1962. Aunque el catalán es el idioma oficial en Andorra, el francés se habla habitualmente, más en unas ciudades que otras, además del español, gozando Andorra de tres sistemas educativos: el andorrano, el francés y el español; en Luxemburgo, donde es cooficial con el alemán y el luxemburgués; en Italia (solo en el Valle de Aosta) y en las Islas del Canal de la Mancha. También se conoce en zonas fronterizas del norte de España, donde hay un porcentaje significativo de bilingües sobre todo en el enclave de Llívia. Forman parte de la francofonía por tener allá gran difusión como segunda lengua los estados del este europeo Bulgaria, Moldavia y Rumanía.
El francés es el segundo idioma más hablado en la Unión Europea como lengua materna, tras el alemán y por delante del inglés. Es nombrado con frecuencia "la lengua de Molière", el nombre de uno de los más famosos escritores franceses. Es una de las veinticuatro lenguas oficiales y de trabajo en la UE.
En el continente americano es cooficial con el inglés en Canadá, aunque la mayoría de los canadienses son anglófonos, salvo en las regiones de Quebec, Nuevo Brunswick y Ontario.
En Quebec la mayoría de la población es francófona, siendo el francés (français québécois) la única lengua oficial en la provincia en la cual ya se han celebrado varios referéndums secesionistas con resultado negativo. Nuevo Brunswick es una provincia bilingüe y Ontario tiene una comunidad francófona muy numerosa con autonomía cultural y lingüística.
En Luisiana (Estados Unidos) se habla el cajún, un idioma criollo basado en el francés, y en los estados del NE fronterizos con Canadá (Vermont y Maine) un dialecto del francés, el acadiano; y en la República de Haití, aunque el idioma mayoritario en este país es el criollo haitiano. Es hablado también por algunas comunidades de las islas de Dominica, Santa Lucía, Trinidad y Tobago y en la zona fronteriza entre la República Dominicana y Haití (aunque en las islas francófonas del Caribe lo que habla la mayoría de la población son dialectos del francés: creoles y criollo francés). También lo hablan algunas pequeñas comunidades francesas o de origen francés en el resto del Caribe y en la América del Sur hispanohablante, y en la zona fronteriza con la Guayana francesa del estado de Amapá (Brasil). El francés es también el idioma oficial en los territorios de ultramar de Francia de la Guayana Francesa, Guadalupe, Martinica, San Bartolomé, San Martín y San Pedro y Miquelón.
En el continente africano, se utiliza, en forma dialectal, en los países que formaban parte del Imperio francés o que fueron colonias belgas, como la República Democrática del Congo (ex Zaire), República del Congo, Burkina Faso, Senegal, Guinea, Malí, Chad, Níger, Burundi, Ruanda, Togo, Benín, República Centroafricana, Gabón, Costa de Marfil, Madagascar, Mauricio, Yibuti, islas Seychelles, Camerún (que fue partido en dos zonas: una zona francesa (la más importante) y una zona inglesa), islas Comoras, las islas de Reunión y Mayotte, que son territorio francés, y una parte de la población de la Guinea Ecuatorial, que lo emplea junto con el español como lengua oficial, Marruecos, Argelia, Mauritania y Túnez, donde se habla junto con el árabe y los dialectos bereberes, en Egipto, donde es muy minoritario, pero que se utiliza como lengua de cultura; así, la Universidad Senghor de Alejandría (Université Senghor d'Alexandrie) es francófona.
En Asia, se utiliza en forma minoritaria en Camboya, Laos, Vietnam e India (especialmente en Puducherry). En Oriente Próximo, es utilizado como lengua administrativa y por el 50 % de la población del Líbano, aunque también es hablado por una minoría en Siria, debido al protectorado francés.
En Oceanía, es hablado en los territorios franceses de las islas de Nueva Caledonia, la Polinesia francesa y en Wallis y Futuna, y también se habla en Vanuatu.
La principal variación dialectal del francés se encuentra dentro de Europa, donde numerosas variedades históricas han estado en uso desde el siglo IX. Fuera de Europa, existen también variedades regionales evolucionadas a partir del francés medio y por tanto presentan diferencias menos profundas. Las principales variedades dentro de Europa son:
Las principales variantes fuera de Europa son:
También se consideran que las variedades pertenecientes al dominio oïl son dialectos del francés ya que el término lengua de oïl es sinónimo de francés. Sin embargo otro término afirma que las variedades descendientes de la lengua de oïl son variedades galorromances aparte y que el francés es una variedad descendiente de esta lengua.
En este caso habría que argumentar que estas variedades son lenguas hermanas del francés, ya que en Francia y Bélgica se les considera lenguas separadas, no obstante Ethnologue las clasifica como dialectos del francés. Las lenguas de oïl son:
Las estimaciones sobre el número de francófonos varían dependiendo de los criterios considerados por las fuentes (lengua materna, lengua administrativa, lengua de trabajo, lengua de cultura…). Las fuentes principales y sus respectivas estimaciones son:
El francés es una de las seis lenguas de trabajo de la ONU (y uno de las dos lenguas del secretariado), una de las dos lenguas oficiales del Comité Olímpico Internacional, de la OTAN, de la OMC, y de los servicios postales, una de las dos lenguas principales de la Unión Africana y una de las tres lenguas de trabajo en la UE (junto al inglés y al alemán) y en la Organización de la Conferencia Islámica, una de las dos lenguas oficiales del Consejo de Europa (con el inglés), y una de las siete lenguas de la cadena europea de noticias Euronews.
El territorio de lo que hoy es Francia empezó a ser poblado por los galos alrededor del siglo VII a. C., los cuales hablaban idiomas celtas que no poseían escritura. Hacia el suroeste, los aquitanos hablaban probablemente una lengua precursora del vasco, pero desconocían la escritura. En la zona de Massilia (la actual Marsella) los habitantes de las colonias griegas hablaban y escribían en este idioma, pero no lo difundieron más allá de sus colonias.
Todos esos idiomas y otros hablados en la antigua Galia seguramente fueron desapareciendo con la colonización romana y la progresiva implantación del latín. Con el declive del Imperio romano, una serie de pueblos de origen germánico llegaron a la Galia romana. Entre ellos, dos se establecieron de modo más consolidado: los francos en el norte y los visigodos en el sur, con el río Loira como frontera. A pesar de que ambos pueblos hablaban sus propias lenguas, pronto adoptaron el latín hablado por la población local. No obstante, el idioma hablado por los francos está en el origen del neerlandés, que es un idioma germánico hablado hoy en día en sus distintas variedades en los Países Bajos, donde se le denomina neerlandés, en parte de Bélgica y en el extremo norte de Francia.
Durante mucho tiempo, el idioma hablado en el norte de Galia (en realidad ya Francia) es un latín más o menos evolucionado, con grandes influencias, fundamentalmente fonéticas del idioma germánico hablado por los francos. Al sur, la evolución es diferente, por lo que poco a poco se van diferenciando dos lenguas con una frontera que en principio se marcará en el Loira, aunque a lo largo de la historia irá desplazándose cada vez más hacia el sur. Al sur de esa frontera se hablaba la lengua de oc. La línea de separación iba del Macizo Central a la desembocadura del Loira en Nantes.
De cualquier modo, no resulta sencillo establecer el momento en el que el latín vulgar se transforma en francés o provenzal, pero ese momento hay que situarlo entre los siglos VI y IX. A partir del siglo VII ya se cuenta con testimonios de que la lengua hablada en el territorio de la actual Francia es diferente del latín y del germánico. El documento fundamental es el de los Juramentos de Estrasburgo (842), que se considera el texto más antiguo escrito en protorromance, en los que las diferentes tropas de los nietos de Carlomagno, Lotario, Carlos el Calvo y Luis el Germánico juran respeto a la división que se produce tras la muerte de Luis el Piadoso y que está marcada por el Tratado de Verdún, y se ven obligados a hacerlo tanto en latín, como en germánico y en un idioma romance, a caballo entre el latín y el francés. En Francia, los dos grandes dialectos romances antes mencionados pasarán a ser conocidos con los nombres de langue d'oc y langue d'oïl (en función de la manera en la que se decía «sí»). El francés actual es heredero de este último.
Poco tiempo después empieza a aparecer una literatura escrita por clérigos en este nuevo idioma, que con la aparición de los primeros textos literarios (el primero es la Secuencia de Santa Eulalia), entre los que destaca el Cantar de Roldán, el idioma romance fue consolidándose y diferenciándose cada vez más del latín. Poco a poco se transformó de idioma declinado en idioma analítico, en el cual el uso de preposiciones y el orden de las palabras en la oración reemplazan al sistema de casos.
Lo que se conoce como francés antiguo se fue consolidando a partir del siglo XI, y aunque hoy se estudie todo lo que se hablaba al norte del Loira como si se tratara de una sola lengua, en realidad eran varios dialectos con elementos comunes.
La influencia germánica en el idioma obligó a usar en el lenguaje escrito algunos dígrafos para reproducir algunos de los sonidos que se utilizaban pero que no habían existido en latín vulgar. Así, la nasalización, uno de los elementos fonéticos más característicos de la influencia germánica en el francés se va marcando en la escritura por el uso de la n en posición final de sílaba. La evolución fonética de la u latina hacia el sonido que actualmente tiene en francés obligó asimismo a utilizar el dígrafo ou para reproducir el sonido original de dicha letra en latín.
A continuación se presentan algunas evoluciones fonéticas por siglos que dan una idea del ritmo de los principales cambios fonéticos acaecidos:
El alfabeto francés (alphabet français en francés) son los símbolos alfabéticos utilizados en el idioma francés. Incluye las 26 letras del alfabeto latino moderno, las 14 que se forman añadiéndoles signos diacríticos (13 vocales acentuadas y el grafema cedilla «ç») y 2 ligaduras («æ» y «œ»). Por lo tanto, componen el alfabeto francés 42 letras en total.
El inventario de fonemas consonánticos distintivos viene dado por:
¹ En la pronunciación actual, el fonema /ɲ/ se distingue cada vez menos de [nj].
² En algunos dialectos, la /ʁ/ puede ser reemplazada por /ʀ/ o /r/. Este fenómeno se denomina alofonía.
³ Estas dos aproximantes son labiales
El inventario de alófonos vocálicos viene dado por:
¹ En la pronunciación actual, [ə] tiende a acercarse a [ø], y œ̃ tiende a aproximarse a ɛ̃.
VOCALES
CONSONANTES
El francés se escribe con el alfabeto latino. Utiliza cinco diacríticos: (acento agudo, acento circunflejo, acento grave, cedilla y diéresis), así como dos ligaduras (æ y œ).
La escritura tiene poco que ver con la pronunciación real aunque es fácil predecir la pronunciación a partir de la escritura, lo cual no es cierto a la inversa. Una de sus características es el uso de dos o tres letras para indicar un fonema. Muchas veces estos fonemas franceses reúnen el carácter de dos fonemas predominando uno de ellos, por ejemplo el dígrafo ou en el francés parisino suena prácticamente como una [u] española aunque mantiene casi átono algo del fonema [o]. En general, la forma escrita es más conservadora que la hablada. La pronunciación francesa es monótona, en el sentido de que todas las sílabas se acentúan con la misma intensidad, salvo los términos extranjeros asimilados que mantienen su acento original ( ˈkɛ.nɪ.di, ˈhɪt.lɐ, ˌwɚk ˈaʊt...). La frecuente poca correspondencia entre el francés escrito y el hablado es un fenómeno que se debe a los fuertes cambios fonéticos que se han presentado desde el período del francés antiguo, y que no se correspondieron con cambios en la escritura. Sin embargo, han ocurrido algunos cambios conscientes en la escritura para restaurar la ortografía latina:
A veces los impresores impusieron su propia grafía para evitar ambigüedad:
Es casi imposible predecir la escritura basándose únicamente en la pronunciación. Las consonantes finales, en particular s, x, z, t y d, suelen ser mudas; y n y m son perceptibles incluso al final de palabra porque nasalizan a la vocal que acompañan. En cambio, c, r, f, y l suelen pronunciarse incluso en posición final. Por ejemplo, las siguientes palabras terminan en consonante, pero en su pronunciación acaban en un sonido vocálico: nez, doigt, pied, aller, les, lit, beaux. Con la pérdida de la vocal final en la pronunciación el género llega a quedar marcado, paradójicamente, con el fonema «s» propio del plural.
Los diacríticos tienen un significado fonético, semántico y etimológico.
La ligadura œ («cœur») es una contracción obligatoria de oe, y cambia la pronunciación (como entre coefficient y sœur).
La ligadura æ también es una contracción obligatoria, pero es más rara. Se utiliza solamente en palabras latinas (como «curriculum vitæ») o en nombres propios (como «Lætitia»).
Se ha proyectado reformar la ortografía.
El sustantivo (en francés: nom substantif), al igual que en español, se ve afectado por el género y el número. Se distinguen dos géneros en el francés: el masculino (rat, 'rata'; homme, 'hombre'; ours, 'oso'), y el femenino (voiture, 'automóvil'; actrice, 'actriz'; baleine, 'ballena').
El plural se forma, generalmente, añadiendo una s al final de la palabra (crayon → crayons; fleur → fleurs). Sin embargo, existen algunos casos especiales en los que el plural sigue otras pautas:
Varía en número (singular o plural) y en género (masculino o femenino). No tienen significado propio y dependen del contexto. Al igual que en otras lenguas, su función sintáctica es sustituir al sustantivo. Puede ser tónico, acompañando siempre al verbo; o átono, necesario cuando no se acompaña al verbo.
Ejemplo de pronombre tónico:
Ejemplo de pronombre átono:
Pronombres tónicos:
Pronombres átonos:
Estos últimos funcionan como objeto directo u objeto indirecto y los primeros (tónicos) siempre acompañan al verbo en francés, es obligatorio. Si no, se utiliza el átono.
Varía en número (singular o plural), tiempo (presente, futuro, pretérito imperfecto, pretérito perfecto compuesto, pretérito indefinido o pretérito perfecto simple, usado sobre todo en literatura; pretérito anterior, pretérito pluscuamperfecto y una fórmula francesa llamada "le surcomposé"), en modo (indicativo, subjuntivo, imperativo) y voz (activa y pasiva). Designan acciones o estados. Al igual que el español, el verbo francés tiene desinencias para cada tiempo, existiendo algunos verbos irregulares como son: aller (je vais), venir (il vient), être (nous sommes), avoir (vous avez).
Para la negación se utiliza la siguiente fórmula:
El sistema de contar francés es parcialmente vigesimal: el veinte (vingt) se usa como un número base en los nombres de los números del 60 al 99. La palabra francesa para ochenta, por ejemplo, es quatre-vingts, la cual literalmente significa «cuatro veintes», y soixante-quinze (literalmente «sesenta-quince») significa 75. Esta reforma surgió después de la Revolución francesa para unificar los diferentes sistemas de numeración (la mayoría vigesimal cerca de la costa, a causa de las influencias vikinga y celta, esta última a través del bretón). Este sistema es comparable al uso de score en inglés arcaico, como en fourscore and seven (87), o threescore and ten (70).
El francés de Bélgica, el francés de Suiza y el francés de las antiguas colonias belgas, República Democrática del Congo, Ruanda y Burundi son diferentes en cuanto a esto. En estos países 70 y 90 son septante y nonante. En Suiza, dependiendo del dialecto local, 80 puede ser quatre-vingts (Ginebra, Neuchâtel, Jura) o huitante (Vaud, Valais, Friburgo). Octante ha sido usado en Suiza en el pasado, pero ahora está considerado arcaico. En Bélgica, sin embargo, quatre-vingts se usa universalmente.
También debe mencionarse que el francés usa un espacio, o un punto, para separar los millares, menos en Suiza donde se separan así: 20'000 (veinte mil). La coma se usa en los números franceses como un punto decimal: 2,5 = deux virgule cinq. Los números cardinales en francés del 1 al 20 son como sigue:
Existen muchos préstamos lingüísticos del francés que han entrado a formar parte del español. Se trata de galicismos como argot, beis, bricolaje, bulevar, cabaré, capó, carné, chalé, chef, chófer, chovinismo, cofre, complot, cruasán, debut, dosier, élite, garaje, hotel, jamón, menú, pana, pantalón, peluche, popurrí, sabotaje, vedete, etc.
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