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Metro de Santiago



El Metro de Santiago es el ferrocarril metropolitano cuya red cubre parte de la capital de la República de Chile. Este sistema de transporte es administrado por la empresa de capitales estatales Metro S.A. Es el primero de los dos sistemas de ferrocarriles metropolitanos chilenos, junto con el Metro Valparaíso de la ciudad homónima (2005). Forma parte de la Red Metropolitana de Movilidad.

Este metro es uno de los sistemas más modernos de Latinoamérica,[6]​ siendo también la red más extensa de Sudamérica y la segunda red más extensa de América Latina después del Metro de la Ciudad de México.[7]​ Es, además, el séptimo más regular en frecuencia a nivel mundial.[8][9][10]​ Actualmente, cuenta con siete líneas, 136 estaciones y una extensión de 140 km.[3]​ En marzo de 2012, fue elegido como el mejor sistema de metro de América, distinción recibida en la cena anual de Metro Rail desarrollada en Londres (Inglaterra).[11]

A través de él se transportan diariamente alrededor de 2 600 000 pasajeros. Esta cifra significa un aumento de más de un millón de pasajeros diarios en comparación a cifras previas a 2007, cuando se puso en marcha el plan Transantiago, en el cual el Metro de Santiago cumple un papel articulador en el sistema de transporte público de la ciudad. Su récord histórico de afluencia, 2 951 962, tuvo lugar el 3 de mayo de 2019.[12]​ Durante 2018 transportó un total récord de más de 712 millones de pasajeros.[13]

Junto con las siete líneas actualmente operativas, 2 nuevas extensiones están en construcción. En 2014 se anunció la extensión de la Línea 3 hacia Quilicura y de la Línea 2 hacia El Bosque y San Bernardo, sumando siete nuevas estaciones y 8,8 km a la red para 2023.[14][15]

El 1 de junio de 2017 se anunció oficialmente el trazado de la futura Línea 7 por la presidenta Michelle Bachelet, la que contará con 21 estaciones en 25 km de extensión entre Renca en el sector norponiente y Vitacura en el sector nororiente, reduciendo además el flujo de la Línea 1 en aproximadamente 10 000 pasajeros. Su inauguración está estimada para 2028.[16][17][18]

En junio de 2018, el presidente Sebastián Piñera anunció en su cuenta anual, que se iniciarán los estudios para la construcción de dos nuevas líneas de metro: la Línea 8 conectará las comunas de La Florida y Puente Alto con Providencia, mientras la Línea 9 llegará desde el centro hasta la comuna de La Pintana, una de las últimas de la ciudad en recibir el Metro. Además, se extenderá la Línea 4 en tres estaciones para llegar al sector de Bajos de Mena en Puente Alto, y también la Línea 6 en una estación para combinar con la Línea 7.[19]

Durante las primeras décadas del siglo XX existieron diversas iniciativas privadas para construir un ferrocarril metropolitano subterráneo. El ingeniero Luis Lagarrigue obtuvo la primera concesión en 1924, la cual fue caducada debido a la falta de recursos y de un proyecto definitivo; posteriormente presentaría nuevos proyectos en años siguientes, los cuales tampoco se concretaron.[20]​ En los años 1930 otros interesados presentarían proyectos, entre ellos Karl Brunner, el Ministerio del Interior —encabezado por Luis Salas Romo— y Alberto Fellenberg Galleguillos.

La idea de construir un ferrocarril metropolitano en la ciudad de Santiago por parte del Estado chileno se remonta a 1944, cuando se buscó una forma de mejorar el caótico transporte existente tras la explosión demográfica que se vivió en la ciudad desde comienzos de los años 1930.[21]​ Sin embargo, las ideas comenzaron a concretarse recién durante la década de 1960, cuando el gobierno abrió una licitación internacional para el desarrollo de un sistema de transporte urbano. El 24 de octubre de 1968, el gobierno de Eduardo Frei Montalva aprobó el proyecto presentado por el consorcio franco-chileno BCEOM-SOFRETU-CADE, en el que se propuso la creación de cinco líneas con una extensión de 60 km aproximadamente en 1990. El 29 de mayo de 1969 empezaron finalmente las obras para la construcción de la primera línea, que unió el Barrio Cívico y el sector de Barrancas (en la actual comuna de Lo Prado).

El 15 de septiembre de 1975 fue inaugurada por Augusto Pinochet, durante la dictadura militar, la primera línea del Metro de Santiago,[1][2]​ que se convirtió en la tercera de América del Sur con este sistema de transporte urbano tras los de Buenos Aires y São Paulo,[2]​ inaugurados en 1913 y 1974, respectivamente. La Línea 1, en su tramo inaugural, iba principalmente de forma subterránea desde San Pablo hasta La Moneda bajo la Alameda del Libertador Bernardo O'Higgins. En 1977, dicha línea fue extendida hacia el sector de Providencia, llegando en 1980 al oriente hasta la estación Escuela Militar.

En marzo de 1978 fue inaugurada la Línea 2. Su tramo inicial se originó en la estación Los Héroes y recorría de forma longitudinal y a nivel de superficie la Avenida Norte-Sur hasta la estación Franklin. En diciembre de ese mismo año, la línea fue extendida hacia el sur a lo largo de la Gran Avenida hasta la estación Lo Ovalle, esta vez de forma subterránea.

A pesar del rápido crecimiento de la red, la grave crisis económica que afectaría al país en 1982 puso en jaque la realización del proyecto original. A esto se suman estudios que demuestran el crecimiento de la población en el sector suroriente de la capital en desmedro de la zona norte, hacia donde estaban planificadas las futuras extensiones del servicio.

Para cubrir las demandas que se generarían, la Línea 2 cambiaría su trazado y la extensión que partiría desde Los Héroes, giraría rodeando el centro histórico de la ciudad, cruzaría nuevamente la Línea 1 en Baquedano y recorrería parte de Avenida Vicuña Mackenna. En tanto, la Línea 3 proyectada a lo largo de las avenidas Independencia e Irarrázaval supliría la falta de la Línea 2 en el sector norte.

Sin embargo, los planes se verían afectados nuevamente cuando el 3 de marzo de 1985, un terremoto asolara a gran parte del Valle Central chileno. La mayoría de los fondos destinados a la construcción de la extensión de la Línea 2 y de la Línea 3 fueron destinados a cubrir los costos de la reconstrucción de la ciudad. De los trabajos planificados, el único que fue concretado fue la apertura en 1986 y 1987 de dos nuevas estaciones hacia el norte en la Línea 2: Santa Ana y Mapocho, respectivamente. Esta última estación cambiaría de nombre posteriormente, luego de que durante las excavaciones de este proyecto se produjera el notable descubrimiento de los restos del antiguo Puente de Calicanto, emblema de la ciudad durante más de un siglo. Ese mismo año debutó el sistema de transporte Metrobus, desde las estaciones Escuela Militar, Lo Ovalle y Las Rejas.

En el ámbito institucional, la administración del Metro de Santiago fue cambiada a fines de la década. La antigua Dirección General de Metro, perteneciente al Ministerio de Obras Públicas, se transformó en una sociedad anónima de capitales estatales llamada Empresa de Transporte de Pasajeros Metro S.A. de acuerdo a lo establecido en la ley 18772, publicada el 28 de enero de 1989.

Con el resurgimiento de la economía tras el segundo milagro, los planes de extensión del Metro cobraron nueva vida. El crecimiento del sector suroriente de la capital había explotado durante los años 1980 y La Florida se había convertido en la comuna más populosa del país, por lo que era urgente la creación de una nueva línea hacia esa zona. Los primeros planes fueron presentados en 1989 y en 1991 sería anunciada su construcción por el Presidente Patricio Aylwin. La nueva línea partiría en Baquedano hacia el sur hasta la Circunvalación Américo Vespucio, siguiendo el eje de Vicuña Mackenna.

La Línea 5 fue inaugurada el 5 de abril de 1997 por el presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle. La nueva línea contaría con una extensión de 10,3 km, que comprendía una parte inicial subterránea bajo el Parque Bustamante, emergiendo posteriormente para elevarse en forma de viaducto sobre Vicuña Mackenna, sumergiéndose al llegar a la terminal Bellavista de La Florida.

Finalmente, en marzo de 2000 sería inaugurado un nuevo tramo de la Línea 5 que cruzaba el centro histórico de la capital. La conexión entre Baquedano con Santa Ana, a través de las estaciones Plaza de Armas y Bellas Artes, dejaba entrelazadas a las tres líneas existentes hasta ese momento.

Con la llegada de Ricardo Lagos a la Presidencia en 2000, una de sus metas fue la transformación del sistema de transporte de la capital. Para ello, se diseñó la extensión de la Línea 5 al poniente para llegar a Quinta Normal, siguiendo la calle Catedral, y de la Línea 2 por el norte y el sur para unir ambos extremos de la Circunvalación Américo Vespucio.

Sin embargo, el mayor anuncio se produciría en 2002 cuando Lagos diera a conocer la construcción de una cuarta línea del Metro, que rodearía gran parte de la zona suroriente de Américo Vespucio y llegaría hasta el centro de Puente Alto, que había desplazado a su vecina La Florida como la comuna más poblada de la nación. Con estos nuevos proyectos, la Red de Metro prácticamente duplicaría su extensión total hacia 2010, fecha en que el país celebraría el Bicentenario de la Primera Junta Nacional del Gobierno Chileno.

Estos nuevos proyectos fueron diseñados con el fin de transformar al Metro de Santiago en el principal eje articulador del plan de reforma al sistema de transporte de la ciudad denominado Transantiago. Junto a las extensiones, se diseñaron «estaciones intermodales» con el fin de permitir una mejor interacción entre el ferrocarril urbano y diferentes medios de transporte, principalmente microbuses. La primera estación intermodal se estrenaría en Quinta Normal, luego de que la extensión hacia el poniente de la Línea 5 fuera inaugurada el 31 de marzo de 2004. Sin embargo, el plan original de albergar una estación ferroviaria sería descartada tras el fracaso de la construcción del Tren Alameda Melipilla.

El 8 de septiembre de 2004, Metro de Santiago marcaría un nuevo hito cuando cruzara de forma subterránea el río Mapocho, al inaugurar las estaciones Patronato y Cerro Blanco de la extensión norte de la Línea 2. El 22 de diciembre siguiente sería inaugurada la extensión sur de dicha línea, que contempla las estaciones El Parrón y La Cisterna. Un segundo tramo de la Línea 2 hacia el norte sería inaugurado el 25 de noviembre de 2005. Finalmente, el último tramo fue abierto el 22 de diciembre de 2006, con un costo superior a los 170 millones de dólares y generando un aumento de 27 millones de pasajeros anualmente.[22]

El 30 de noviembre de 2005, fue inaugurado el primer tramo de la Línea 4, que comprende el tramo subterráneo entre las estaciones Tobalaba y Grecia, y el viaducto entre Vicente Valdés y Plaza de Puente Alto. El tramo entre Grecia y Vicente Valdés, que fue realizado temporalmente por buses del sistema Transantiago, fue inaugurado finalmente el 2 de marzo de 2006. La línea 4, hasta ese momento, era la línea más larga de todo el sistema, con 24,7 kilómetros y 22 estaciones que unen las comunas de Providencia, Las Condes, Ñuñoa, La Reina, Peñalolén, Macul, La Florida y Puente Alto. La nueva línea introdujo además nueva carrocería, compuesta de trenes Alstom fabricados en Brasil, mucho más amplios que los que recorren las otras tres líneas y con un nuevo tipo de material rodante, la rodadura férrea. Finalmente, la Línea 4 se complementó con la inauguración de un ramal, la Línea 4A, que desde el 16 de agosto de 2006 conecta la línea 2 en estación La Cisterna hasta la estación Vicuña Mackenna en línea 4, a través de Américo Vespucio Sur.

Durante muchos años, se planeó una reestructuración del sistema de transportes de Santiago, que permitiera articular los diferentes medios, en particular los microbuses y el Metro. Esta reforma, denominada Transantiago, incorporó al Metro como uno de sus principales ejes, facilitando la transferencia de pasajeros desde los buses (que servirían como alimentadores). El sistema de pago entre ambos medios de transporte fue unificado con el establecimiento de la tarjeta bip! y la estructura tarifaria fue modificada, permitiendo la combinación de uno o más transbordos con un leve o nulo recargo.

Transantiago se convirtió así en uno de los mayores desafíos que enfrentó el Metro de Santiago. Estos cambios estructurales al sistema de transportes generarían un importante flujo de nuevos usuarios, además de aquellos incorporados por la Línea 4. Para enfrentar este aumento de pasajeros, Metro realizó una fuerte inversión para evitar el colapso de la red, las que incluyeron mejoras en la infraestructura de acceso a las estaciones, la llegada de 11 nuevos trenes de la empresa española CAF, reasignación de estos entre las líneas y reacondicionamiento de coches.[23]​ Además, se realizó una fuerte campaña publicitaria para educar a los nuevos usuarios que utilizarían la red.

El 10 de febrero de 2007 fue lanzado Transantiago con resultados desastrosos. La mayoría de los nuevos recorridos de buses se colapsaron a las pocas horas, lo que obligó a que cientos de miles de usuarios se trasladaran al Metro, que otorgaba un servicio más fiable y más rápido hasta ese momento. En pocos días, el número de pasajeros del Metro se duplicó y muchas estaciones se colapsaron por las grandes aglomeraciones de personas. Diversas medidas permitieron reducir el número de pasajeros del Metro y trasladarlos a los microbuses, a medida que estos lograban funcionar con normalidad. Sin embargo, el ferrocarril metropolitano mantuvo cifras altísimas de ocupación, llegando a más de 2,4 millones de usuarios por día y de entre 5 y 5,5 pasajeros por metro cuadrado.

Para tratar de satisfacer la enorme demanda, el Metro decidió adelantar el inicio de su servicio a las 6:00 durante la mañana desde el 1 de marzo y el día 10 de marzo, la presidenta Michelle Bachelet anunció la extensión horaria de 22:30 a 23:00. A ello se sumaron diversas medidas aplicadas durante el año como el establecimiento de servicios expresos en las Líneas 2, 4 y 5 durante las horas de mayor demanda, nuevos accesos en algunas estaciones y el aumento de la carrocería en la Línea 1.

El 15 de noviembre de 2005, el presidente Ricardo Lagos anunció la extensión de la Línea 1 hacia el oriente, desde Escuela Militar hasta la estación Los Dominicos, en la comuna de Las Condes. Se construyeron tres nuevas estaciones, agregando 4 kilómetros a la red ferroviaria, y que fueron inauguradas el 7 de enero de 2010 durante la presidencia de Michelle Bachelet.

Ese mismo día se anunció uno de los proyectos más importantes del servicio: la extensión del metro hacia el poniente, conectando las comunas de Maipú, Pudahuel, Lo Prado y Quinta Normal a la Red de Metro.[24]​ De esta forma, el Metro se acercaba por primera vez al sector poniente de la ciudad, llegando a Maipú, la comuna más habitada del país tras desplazar a Puente Alto en 2008.

El 31 de octubre de 2009 fue aprobado el trazado definitivo de la extensión de la Línea 5, la cual parte desde la estación Quinta Normal a lo largo de Avenida San Pablo en forma subterránea, girando hacia el sur para salir a la superficie y recorrer la Avenida Teniente Cruz y posteriormente Avenida Pajaritos antes de volverse nuevamente subterránea y llegar a la estación terminal, en la Plaza de Armas de Maipú.[25]​ El primer tramo hasta la estación Pudahuel se entregó el 12 de enero de 2010, mientras que el tramo restante hasta Maipú fue abierto al público el 3 de febrero de 2011.[3]

Junto a las construcciones de las nuevas extensiones, se realizaron importantes trabajos que permitieron refaccionar la estación Pajaritos de la Línea 1 para convertirla en el terminal de un bucle, permitiendo mayor eficiencia al tramo más cargado de dicha línea y se inauguró la postergada estación San José de La Estrella en la Línea 4. También se construyó la estación Del Sol en la extensión a Maipú, la cual sirve como transbordo a buses interurbanos.

Tras el lanzamiento de Transantiago y el inicio de la extensión a Maipú, la dirección del Metro descartó la planificación de nuevas líneas hasta una evaluación del funcionamiento del servicio tras dichos cambios, y de acuerdo a sus resultados se determinaría si era rentable y necesaria la construcción de extensiones o líneas nuevas.[26]​ De todas formas, la Secretaría Interministerial de Planificación de Transporte (Sectra) llamó a mediados de 2006 a una licitación para el diseño de futuras extensiones en el mediano y largo plazo.[27]​ Aunque los proponentes podían diseñar sus propias líneas, se presentaron tres diseños obligatorios para todos: el pospuesto proyecto de la Línea 3 entre las avenidas Irarrázaval e Independencia, una extensión de la Línea 4 al norte hacia Vitacura o Huechuraba pasando por el Costanera Center, una extensión de la Línea 4A hacia Maipú y dos nuevas líneas por la avenida Santa Rosa y otra por el eje Los Leones-Macul-La Florida.

Sin embargo, los problemas de congestión existentes en la Línea 1 desde la implementación de Transantiago obligaron a priorizar alternativas que ayudaran a su descongestión. En 2007, el director de Metro S.A. Clemente Pérez sugirió que las alternativas podrían ser la equivalente a la postergada línea 3 o una nueva línea por la avenida Santa María,[28]​ aunque un grupo de constructoras presentó una propuesta (con un costo de US$900 millones) de realizar una línea expresa bajo la actual Línea 1 y con detenciones en nueve estaciones de importancia.[29]​ En septiembre de 2009 se redujeron las posibilidades a solo tres alternativas: la línea por Av. Santa María, la Línea 3 y una nueva línea desde la estación Pedro de Valdivia hacia al sur hasta el Estadio Nacional, girando al poniente utilizando la antigua línea ferroviaria para luego llegar a la futura Ciudad Parque Bicentenario en Cerrillos.[30]

El 29 de diciembre de 2009, la presidenta Michelle Bachelet anunció la construcción de la nueva Línea 6 del Metro de Santiago, equivalente a la línea entre Cerrillos y Pedro de Valdivia anteriormente señalada, pero alcanzando la combinación con la estación Tobalaba de la Línea 4. Este diseño permitía conectar rápidamente a la población del sur de la ciudad con el centro financiero de la ciudad, además de activar proyectos inmobiliarios a lo largo del deteriorado entorno del Zanjón de la Aguada y aprovechar la faja de antiguas líneas férreas, lo que abarataría los costos. El proyecto, con una inversión de 900 millones de dólares,[31]​ debía estar en funcionamiento en 2014. La elección de este trazado sobre las otras opciones, sin embargo, fue controversial: algunos estudios indicaron que la Línea 3 permitiría transportar más personas que la Línea 6,[32][33]​ mientras otros apuntaban a los beneficios de la Línea 6 para la descongestión de la Línea 1, el paso por zonas comerciales de mayor densidad y el favorecimiento a población de estratos socioeconómicos más bajos.[34]

La victoria de Sebastián Piñera, que puso fin a veinte años de gobiernos de la Concertación, y la ocurrencia del terremoto de Chile de 2010 pusieron en dudas la construcción de la Línea 6. El nuevo gobierno anunció que la Línea 6 sería revaluada argumentando la nueva realidad financiera existente tras el terremoto.[35]​ Sin embargo, a los pocos meses el gobierno confirmó la construcción de la Línea 6,[36]​ a la que se sumaría la de la Línea 3 en forma conjunta, las que serían abiertas entre 2017 y 2018.[37]​ Algunas modificaciones fueron realizadas al trazado de la Línea 6, llegando a la Línea 1 únicamente en Los Leones en lugar de las dos estaciones originales, mientras que su recorrido fue modificado acercándose a la Avenida Carlos Valdovinos en lugar del Zanjón de la Aguada. En febrero de 2014 fue anunciada una estación más hacia el poniente, llamada Lo Errázuriz, la cual tendrá conexión de vías hacia un taller mecánico, además de combinar con el servicio Metrotren Melipilla.[38]

Las nuevas líneas se construyen de forma subterránea en su totalidad y presentarán diversas novedades respecto a sus antecesoras: las estaciones tendrán puertas de andén y alimentación eléctrica aérea, en lugar de las vías como ocurre en el resto de la red. En noviembre de 2013 fue adjudicada la licitación internacional para el suministro y mantenimiento de los trenes que recorrerán las nuevas líneas. Los 185 coches del constructor español CAF cuentan con sistema de pilotaje automático sin conductor y aire acondicionado, desarrollada por el Grupo Thales, una compañía francesa de electrónica dedicada al desarrollo de sistemas de información y servicios para los mercados aeroespacial, de defensa y seguridad.[39][40]

La construcción de la Línea 7 fue anunciada por la presidenta Michelle Bachelet durante la cuenta pública del 1 de junio de 2017.[41]​ En gran parte de su recorrido será paralela a la Línea 1, descongestionándola y reduciendo su flujo en aproximadamente 10 000 pasajeros.[17]​ Hará combinación con las líneas 1, 2, 3 y 5, y beneficiará directamente a las comunas de Renca, Cerro Navia, Quinta Normal, Santiago, Providencia, Las Condes y Vitacura.

Iniciará en la intersección de las calles Brasil con Vicuña Mackenna en Renca, y desde este punto emprenderá camino al sur, siguiendo el trazado de la calle Vicuña Mackenna, cruzando el río Mapocho a la altura del Puente Resbalón en Cerro Navia; desde dicho punto seguirá por calle Rolando Petersen al sur hasta su intersección con Avenida Mapocho, desde donde enfilará hacia el oriente siguiendo por esta misma avenida, atravesando las comunas de Cerro Navia y Quinta Normal, conectando de manera perpendicular las líneas 2 y 3 en la estación Puente Cal y Canto. Posteriormente sigue bajo el corredor de parques que bordea el río Mapocho (Parque Forestal y Balmaceda); en dicho trayecto combinará con las líneas 1 y 5 en la estación Baquedano. Tras su paso por el parque Balmaceda enfilará hacia Vitacura por las avenidas Providencia y Nueva Providencia (en donde empalmará con la Línea 1 en la estación Pedro de Valdivia), tomando la avenida Andrés Bello a la altura de Los Leones, siguiendo hacia la antigua Rotonda Pérez Zujovic y continuando hasta Alonso de Córdova, para posteriormente seguir por Cerro Colorado (colindando con el Parque Araucano) y posteriormente tomará la Avenida Kennedy, para terminar su recorrido en Estoril con Avenida Las Condes.[42]

El 22 de diciembre de 2017 el diario El Mercurio publicó un informe que señalaba que el trazado de la línea fue modificado, de modo que no circulará por la avenida Andrés Bello, sino que irá paralelo a la Línea 1 por avenida Providencia, eliminándose la combinación en Salvador y trasladándola a Pedro de Valdivia, para luego continuar con su trazado original en Isidora Goyenechea (donde combinará con la Línea 6), y un tramo del trazado en el sector de avenida Kennedy se desviará por Cerro Colorado. Junto a esto se anunció que la línea será inaugurada en 2026.[43]

En junio de 2018, el presidente Sebastián Piñera anunció en su cuenta anual que se iniciarán los estudios para la construcción de dos nuevas líneas de metro: la Línea 8 conectará las comunas de La Florida y Puente Alto con Providencia, mientras la Línea 9 llegará desde el centro hasta la comuna de La Pintana, una de las últimas de la ciudad en recibir el Metro. Además, se extenderá la Línea 4 en tres estaciones para llegar al sector de Bajos de Mena en Puente Alto.[44]​ Se proyecta que las líneas 8 y 9 sean inauguradas en 2027.[45]

Durante el mes de octubre de 2019, la red del metro de Santiago se vio afectada por las protestas sociales debido al alza del pasaje de toda la Red Metropolitana de Movilidad.[46]​ Inicialmente, estudiantes secundarios realizaron actos masivos de evasión entre el 6 y 11 de octubre[47][48]​ Las protestas prontamente escalaron a varias estaciones del metro,[49]​ interrupiendo en varias ocasiones el servicio de trenes.[50]

El viernes 18 la situación escaló y la red completa debió ser cerrada por los ataques a estaciones y trabajadores.[51][52]​ En la noche, tras la declaración del estado de emergencia por el presidente Sebastián Piñera, varias estaciones del Metro fueron destruidas y quemadas, algunas de las cuales fueron atacadas nuevamente al día siguiente, aun cuando se estableció el toque de queda.[53]​ En tanto, el Instituto Nacional de Derechos Humanos investigó acusaciones de que la estación Baquedano fue utilizada como centro de detenciones y torturas por carabineros y militares.[54]​ En la mañana del mismo día, el sitio fue revisado por personal del INDH, PDI y jueces de garantía.[55]​ Los jueces no encontraron indicios de torturas ni detenciones ilegales en el lugar, pero se inició una investigación para descartar cualquier situación irregular.[56]

La red de Metro se reactivó parcialmente a partir del lunes 21 de octubre; sin embargo, debido al daño de algunas estaciones, la red sólo estará disponible en su totalidad en un plazo de hasta 7 meses. Los costos de los daños están estimados en más de 300 millones de dólares.[57]​ Metro de Santiago señaló que no posee seguros contratados para la infraestructura de las estaciones y los trenes.[58]​ Las líneas 3 y 6, por su parte, abrieron el 23 de octubre, [59]​ las Líneas 2 y 5 el día 25, [60]​ la Línea 4 el 28,[61]​ y la Línea 4A el 25 de noviembre, [62]​ todas de manera parcial y en horario acortado.

El 23 de octubre se informaba que la red presentaba daños en 79 estaciones, siendo las líneas 4, 4A y 5 las que presentan la mayor cantidad de estaciones destruidas o vandalizadas; también existen daños en 6 trenes, 5 de la línea 4 y uno en la línea 1 —este último incendiado en la estación San Pablo—.[63]​ Con la reapertura de las dos últimas estaciones Trinidad y Protectora de la Infancia el 25 de septiembre de 2020, se completó el 100% de funcionamiento en la red.[64]

La Línea 1 es la línea inaugural de la red y es el eje principal de esta, siendo la única que recorre la ciudad en sentido poniente-oriente. El recorrido completo de la línea, identificada con el color rojo, tarda aproximadamente 29,7 minutos.[65]

Su primer tramo de 8,2 km fue inaugurado el 15 de septiembre de 1975 entre las estaciones San Pablo y La Moneda, siendo extendido posteriormente hacia el oriente en 3,2 km hasta la estación Salvador, el 31 de marzo de 1977. Una nueva extensión de 4,5 km fue inaugurada el 22 de agosto de 1980, uniendo Salvador con Escuela Militar. El 7 de enero de 2010 se inauguró una nueva extensión, que comprende desde Escuela Militar hasta Los Dominicos, agregando tres nuevas estaciones y 4 km de recorrido a la red.

Actualmente, la línea tiene una extensión de 20 kilómetros y 27 estaciones que atraviesan las comunas de Lo Prado, Estación Central, Santiago, Providencia y Las Condes. Su recorrido desde el poniente se inicia en la estación San Pablo hacia el sur por Av. Neptuno girando posteriormente al oriente al encontrarse con la Ruta 68. Luego de este tramo inicial realizado principalmente en forma de trinchera, se sumerge en las cercanías del inicio de la Avenida Libertador Bernardo O'Higgins. La línea recorre completamente esta avenida, la principal de la ciudad, recorriendo gran parte del centro histórico de la ciudad. El túnel pasa posteriormente bajo las avenidas Providencia, Nueva Providencia y Apoquindo, finalizando al encontrarse con la Plaza Los Domínicos, en la comuna de Las Condes.

La Línea 1 es la línea más utilizada de Metro, concentrando cerca del 39 % del total de viajes a lo largo de la red.[66]​ Esto se debe a que, junto con servir a gran parte de la población del oriente y poniente de la capital, ella recorre el principal eje económico y comercial de la ciudad, ubicándose a lo largo de su recorrido diversos hitos urbanos, como el Palacio de La Moneda, el Paseo Ahumada, las casas centrales de las tres universidades más grandes del país, diferentes terminales de buses interurbanos y la estación de trenes de la ciudad, entre otros.

La Línea 2 del Metro de Santiago recorre la ciudad en sentido longitudinal de norte a sur, pasando por las comunas de Huechuraba, Recoleta, Santiago, San Miguel y La Cisterna. En la actualidad, comprende 22 estaciones a lo largo de 20,6 kilómetros, que se recorren en aproximadamente 34,2 minutos.[65]

Su primer tramo de 4,9 km, entre las estaciones Los Héroes y Franklin, fue inaugurado el 31 de marzo de 1978, siendo complementado con la extensión de 4,8 km al sur desde Franklin hasta Lo Ovalle, inaugurada el 21 de diciembre de 1978. El 25 de julio de 1986 fue inaugurada la extensión hasta Santa Ana y el 15 de septiembre de 1987 fue abierta la estación Puente Cal y Canto. La línea continuó con su extensión hacia el norte luego de la apertura de sucesivos tramos entre 2004 y 2006 hasta llegar a la estación Vespucio Norte, y hacia el sur con la inauguración en 2004 del tramo desde Lo Ovalle hasta La Cisterna.

Su recorrido se inicia por el norte en la estación Vespucio Norte, unos metros antes de la confluencia de las avenidas Américo Vespucio y Recoleta. La línea 2, identificada tradicionalmente con el color amarillo, avanza subterráneamente por Recoleta hasta las inmediaciones del río Mapocho. Tras cruzar el principal río de la ciudad gira hacia la estación Puente Cal y Canto, anteriormente denominada Mapocho, y luego toma la Autopista Central. El recorrido continúa por dicha vía principalmente en forma de trinchera hasta la estación Rondizzoni, para volver a introducirse bajo tierra. Tras pasar la estación Franklin, la línea 2 circula bajo la Gran Avenida en el paradero 25 hasta llegar nuevamente al anillo vial de Américo Vespucio, en la estación La Cisterna.

A diferencia de la Línea 1, la Línea 2 tiene un carácter más residencial, conectando los barrios habitacionales del norte y centro-sur de la ciudad con el centro de esta. A lo largo de esta línea se realizan el 18 % de los viajes realizados en Metro de Santiago.[66]

En octubre de 2009, fue puesto en marcha un sistema de servicios expresos durante las horas puntas al igual que en líneas 4 y 5. Este sistema funciona en la mañana, entre las 6:00 y 9:00 horas, y en la tarde, entre las 18:00 y 21:00 horas, en el sentido Vespucio Norte-La Cisterna y viceversa. Consta de dos tipos de trenes: los de la «ruta roja» y de la «ruta verde», los cuales se detienen intercaladamente entre las estaciones con su color correspondiente, a excepción de ocho estaciones de detención común: Vespucio Norte, Zapadores, Puente Cal y Canto, Santa Ana, Los Héroes, Franklin, Lo Ovalle y La Cisterna.

En noviembre de 2014, la presidenta Michelle Bachelet anunció que la Línea 2 se extenderá por 5 kilómetros y sumará cuatro nuevas estaciones: El Bosque, Observatorio, Copa Lo Martínez y El Pino.[67]

La Línea 3 del Metro de Santiago, inaugurada el 22 de enero de 2019, recorre la ciudad en sentido de norte a nororiente, atravesando las comunas de Quilicura, Conchalí, Independencia, Santiago, Ñuñoa y La Reina. En la actualidad, comprende 18 estaciones a lo largo de 22 kilómetros, que se recorren en aproximadamente entre 25 a 30 minutos.

Su recorrido se inicia por el norte en la estación Los Libertadores, en la intersección de las avenidas Independencia y Autopista Los Libertadores para luego continuar por avenida Independencia, donde se ubican las estaciones Cardenal Caro, Vivaceta, Conchalí, Plaza Chacabuco y Hospitales. Posteriormente la línea continúa su trazado pasando por la estación Puente Cal y Canto para incorporarse por calles Bandera y San Diego, donde se encuentran las estaciones Plaza de Armas, Universidad de Chile y Parque Almagro. Luego el trayecto continúa por Avenida Matta, donde se encuentra la estación homónima, para después retomar por Avenida Irarrázaval, donde están emplazadas las estaciones Irarrázaval, Monseñor Eyzaguirre, Ñuñoa, Chile España y Villa Frei. Las últimas dos estaciones se ubican en Avenida Ossa y Avenida Fernando Castillo Velasco, las cuales son Plaza Egaña y Fernando Castillo Velasco respectivamente. La Línea 3, identificada con el color café, avanza subterráneamente durante todo su trayecto.

La Línea 3 viene a descongestionar la Línea 1, además de ser la segunda línea con trenes con piloto automático, puertas en los andenes y electrificación mediante un sistema de catenarias. Además a futuro se espera que para el año 2023, se habilite una extensión de tres estaciones, Plaza de Quilicura, Lo Cruzat y Ferrocarril, esta última tendrá conexión con el futuro Tren Santiago-Batuco.

La Línea 4 fue la cuarta línea inaugurada de la red del Metro de Santiago. Fue inaugurada el 30 de noviembre de 2005; sin embargo, el tramo entre Grecia y Vicente Valdés fue recorrido por el sistema de transporte Transantiago hasta que fue abierto el 2 de marzo de 2006. La línea sirve a las comunas de la zona oriente y suroriente de la capital, al cruzar las comunas de Providencia, Las Condes, La Reina, Ñuñoa, Peñalolén, Macul, La Florida y Puente Alto.

Su tramo comienza en la estación Tobalaba, que sirve de combinación con la Línea 1. La línea recorre de forma subterránea la avenida homónima junto al canal San Carlos hasta la confluencia con Américo Vespucio donde gira y continúa su ruta hacia el sur. La línea permanece de forma subterránea durante el tramo de la circunvalación denominada Avenida Ossa, emergiendo después de cruzar la Rotonda Grecia. El recorrido continúa a lo largo de la Autopista Vespucio Sur hasta la estación Vicuña Mackenna, desde donde surge el ramal de la Línea 4A. Tras dicha detención, la línea se vuelve subterránea momentáneamente mientras gira hacia la Avenida Vicuña Mackenna, emergiendo posteriormente en forma de viaducto elevado tras la estación Vicente Valdés. De esta forma avanza hasta llegar a las cercanías de la Municipalidad de Puente Alto, donde se vuelve nuevamente subterránea en la estación Las Mercedes para finalizar de la misma manera en la Plaza de Puente Alto. Una extensión de tres estaciones adicionales al sur, llegando al sector de Bajos de Mena, fue anunciada en junio de 2018 y debería estar en operaciones cerca de 2025.[19][45]

Esta línea, identificada con el color azul, comprende un total de 23 estaciones y 24,7 kilómetros de extensión, lo que la convierte en la segunda más larga de la red, llegando a ser (una vez que estuvo completamente lista) la más larga de la red, siendo posteriormente superada por la línea 5 tras su extensión a Maipú en 2011. El recorrido completo se realiza en aproximadamente 40 minutos.[65]​ El 5 de noviembre de 2009 la estación San José de la Estrella fue abierta al público, aumentando el número de estaciones de la Línea 4.[68]​ Concentra alrededor del 18 % de los viajes totales de la red.[66]

En agosto de 2007 fue puesto en marcha un sistema de servicios expresos durante la mañana con el fin de mejorar el servicio entre Puente Alto y Tobalaba. Este sistema está habilitado entre las 6:00 y las 9:00 en el sentido Tobalaba-Puente Alto y viceversa y también consta de dos tipos de trenes: los de la «ruta roja» y de la «ruta verde» se detienen intercaladamente entre las estaciones con su respectiva ruta a excepción de 9 estaciones de detención común: Tobalaba, Francisco Bilbao, Plaza Egaña, Macul, Vicuña Mackenna, Vicente Valdés, Elisa Correa, Hospital Sótero del Río y Plaza de Puente Alto.[69]​ Debido a los buenos resultados del sistema, el servicio fue replicado en ambos sentidos (Tobalaba a Puente Alto y de Puente Alto a Tobalaba) entre las 06:00 a 09:00 y 18:00 a 21:00,[70]​ ahorrando aproximadamente 10 minutos de viaje. En 2015 se agregó un nuevo horario entre 12:00 y 15:00.

La Línea 4A es un ramal de la Línea 4 que fue inaugurado el 16 de agosto de 2006. Atraviesa las comunas de La Florida, La Granja, San Ramón y La Cisterna. Con solo seis estaciones a lo largo de parte de la Autopista Vespucio Sur y una extensión de 7,7 kilómetros es la línea de menor extensión de la Red. Esto la convierte en la menos transitada, abarcando poco más del 3 % de los viajes totales de la red.[66]​ La línea se origina en la estación Vicuña Mackenna y recorre Américo Vespucio Sur en forma de trinchera en el bandejón central de la autopista, donde se sitúan también las estaciones, conectadas con las poblaciones cercanas por medio de pasarelas sobre la vía expresa. Finalmente, llega a la estación La Cisterna, que sirve de combinación con la Línea 2.

El recorrido a lo largo de la Línea 4A, identificada con el color celeste, se realiza en menos de 12 minutos.

Fue la tercera línea inaugurada con su primer tramo entre las estaciones Baquedano y Bellavista de La Florida el 5 de abril de 1997. Posteriormente fue extendida hacia el poniente, primeramente hasta Santa Ana el 4 de marzo de 2000, y hasta Quinta Normal, el 31 de marzo de 2004. Hacia el sur sería abierta la estación Vicente Valdés, el 30 de noviembre de 2005. En 2006 fue anunciada una nueva extensión hacia el sector surponiente, cuyo primer tramo entre la estación Pudahuel y Quinta Normal fue inaugurada el 12 de enero de 2010; el tramo hasta la estación Plaza de Maipú fue inaugurado el 3 de febrero de 2011.

La Línea 5, identificada con el color verde, cuenta en la actualidad con una extensión de 30 kilómetros y un total de 30 estaciones, siendo la más larga de la red, entre las comunas de Maipú, Pudahuel, Lo Prado, Quinta Normal, Santiago, Providencia, Ñuñoa, Macul, San Joaquín y La Florida. El recorrido desde el poniente se inicia en la estación Plaza de Maipú de forma subterránea, para luego seguir en viaducto pasado la estación Del Sol, pasando nuevamente a subterránea en la estación Barrancas, atravesando el llamado «casco histórico» de la ciudad. La línea, luego de pasar bajo la Plaza de Armas y el Museo de Bellas Artes, gira en los alrededores de la Plaza Baquedano hacia el sur. El Metro pasa bajo el Parque Bustamante, saliendo a la superficie en los alrededores de los talleres de San Eugenio, para luego elevarse en forma de viaducto por sobre la avenida Vicuña Mackenna. Durante los últimos tramos del recorrido, la línea comienza a soterrarse antes de la estación Bellavista de La Florida para luego finalizar en Vicente Valdés, que sirve de combinación con la Línea 4.

Al igual que la Línea 2, la Línea 5 sirve para conectar a los sectores residenciales de la zona poniente y suroriente de la capital con el centro de Santiago. A sus alrededores, sin embargo, han surgido algunos núcleos comerciales (principalmente cerca del Mall Plaza Vespucio) y educacionales de importancia. Es la segunda línea más utilizada de la red, concentrando cerca del 22 % de los viajes totales.[66]

En noviembre de 2008 fue puesto en marcha un sistema de servicios expresos durante las horas puntas al igual que en la Línea 4. Este sistema funciona en la mañana entre las 6:00 y 9:00 horas, y en la tarde entre las 18:00 y 21:00 horas en el sentido Plaza de Maipú-Vicente Valdés y viceversa. Consta de dos tipos de trenes: los de la «ruta roja» y de la «ruta verde», los cuales se detienen intercaladamente entre las estaciones, a excepción de 12 estaciones de detención común: Plaza de Maipú, Laguna Sur, Pudahuel, San Pablo, Santa Ana, Plaza de Armas, Bellas Artes, Baquedano, Irarrázaval, Ñuble, Bellavista de La Florida y Vicente Valdés.

La Línea 6 del Metro de Santiago, inaugurada el 2 de noviembre de 2017,[71]​ recorre la ciudad en sentido de surponiente a nororiente, atravesando las comunas de Cerrillos, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel, San Joaquín, Santiago, Ñuñoa y Providencia. En la actualidad, comprende 10 estaciones a lo largo de 15,3 kilómetros, que se recorren en aproximadamente entre 19 a 20 minutos.

Su recorrido se inicia por el surponiente en la estación Cerrillos, en la intersección de las avenidas Departamental, Pedro Aguirre Cerda y Buzeta para luego continuar por avenida Carlos Valdovinos lugar en que se ubican las estaciones Lo Valledor y Presidente Pedro Aguirre Cerda, posteriormente la línea continúa su trazado pasando por el Barrio Franklin, con la estación del mismo nombre y la estación Bío Bío, luego tendría su viraje en Carlos Dittborn y Avenida Grecia, lugar donde se ubican las estaciones Ñuble y Estadio Nacional respectivamente, para después virar por Avenida Pedro de Valdivia en la que están emplazadas las detenciones de Ñuñoa e Inés de Suárez, finalizando el trayecto en estación Los Leones en la intersección de Avenidas Providencia y Suecia en el sector nororiente de Santiago. La Línea 6, identificada con el color morado, avanza subterráneamente durante todo su trayecto.

A diferencia de las demás líneas, la Línea 6 posee un carácter descongestionador de la Línea 1, además de ser la primera línea con trenes con piloto automático, puertas en los andenes y electrificación mediante un sistema de catenarias. Una nueva estación, Isidora Goyenechea, será construida a futuro para permitir combinación con la futura Línea 7.

Listado de las estaciones del Metro de Santiago. En negrita, estaciones de combinación con otras líneas.

El Metro de Santiago cuenta con una serie de estaciones que nunca fueron construidas o no entraron en uso, las cuales son denominadas usualmente como estaciones fantasma. Se pueden mencionar algunas como la estación Libertad, ubicada entre las estaciones Cumming y Quinta Normal, en la Línea 5 y la estación Echeverría que se encuentra entre las estaciones La Cisterna y San Ramón, en la Línea 4A.

Desde de su construcción, el Metro de Santiago ha estado fuertemente conectado con otros medios de transporte. Esto era debido a que el ferrocarril urbano recorría en sus primeros años sólo algunos sectores de la ciudad, siendo que la mayor parte de sus pasajeros eran provenientes de las periferias de la misma.

Durante muchos años, Metro operó el sistema de Metrobus creado en 1987. Este sistema consistía en buses de acercamiento hacia estaciones de la red de metro, principalmente las terminales de las líneas existentes a esa fecha. Para ello, fueron establecidas las estaciones Lo Ovalle, Puente Cal y Canto y Escuela Militar, como lugares de combinación de este servicio con el Metro de Santiago. Posteriormente se sumaron Las Rejas y Bellavista de La Florida. Esta última estación fue particularmente diseñada para poder acoger diversos medios de transporte que confluyeran al Metro.

A comienzos de los años 2000, se comenzó la planificación de un plan maestro de transporte urbano para Santiago. Para ello, Metro sería el eje estructurante del transporte capitalino. Es así como las autoridades deciden expandir la red del metro. Esta expansión contemplaba la construcción nuevas estaciones y líneas, destacando entre las estaciones a Quinta Normal y La Cisterna, las que serían estaciones de intercambio modal. Estos nuevos recintos permitirían combinar una serie de medios de transporte en un mismo lugar. La primera, que cobijaría incluso una estación de trenes, finalmente no sería completada debido a diversos problemas durante el proceso de licitación; por otro lado, en La Cisterna fue finalmente inaugurada la Estación Intermodal La Cisterna a mediados de 2007.[72]

Con la implementación del Transantiago, el 10 de febrero de 2007, la relación entre microbuses y el Metro se completó. Metro adquirió un rol articulador importante dentro del transporte capitalino incorporando la tarjeta bip! como medio de pago. Para mejorar el sistema de interconectividad, Transantiago incorporó una serie de «estaciones de transferencia», muchas de las cuales se ubican junto a estaciones del Metro de Santiago. En este proceso se adaptaron algunas de las antiguas terminales de los servicios Metrobus para que fuesen usadas por los servicios alimentadores del Transantiago. Asimismo, junto con la expansión de la red de metro, se construyeron nuevas estaciones de este tipo. Es así como se establecieron las estaciones Vespucio Norte, en febrero de 2008[73]​ y la estación Del Sol en la extensión a Maipú de la Línea 5.[74]

Además, algunas estaciones cuentan con otros medios de transporte en sus cercanías. En las cercanías de las estaciones San Alberto Hurtado, Universidad de Santiago, Estación Central y Los Héroes se encuentran los terminales de buses interurbanos Santiago, Alameda, San Borja y Los Héroes, respectivamente. Algunos buses interurbanos, principalmente con dirección a Valparaíso hacen detenciones en la estación Pajaritos, la cual cuenta con andenes para tal efecto.

A esto se suma que desde la inauguración de la Línea 1, Metro de Santiago ha tenido combinación con diferentes servicios ferroviarios en la Estación Central en su estación homónima en Línea 1.

Durante 2006 se inauguraron algunos servicios hacia Rancagua desde la estación Bellavista de La Florida. Posteriormente se incluirían recorridos al litoral central desde la misma estación.

En marzo de 2017 se inaugura el servicio de Metrotren Nos, ferrocarril que conecta Santiago con la localidad de Nos, en San Bernardo. Este servicio tiene conexiones con el Metro de Santiago en la Estación Central y en Lo Valledor, ambas ubicadas junto a las estaciones homónimas del Metro. Se espera que en un futuro el metro tenga conexiones con los proyectos de trenes a Batuco y Melipilla.

Dentro de las estaciones, existen diversos servicios otorgados por el Metro de Santiago con el fin de satisfacer las necesidades de los clientes que utilizan este medio de transporte. En la actualidad, todas las estaciones cuentan con boleterías, teléfonos públicos y cajeros de Redbanc.[75]​ Además, en los andenes se encuentran paneles informativos, mapas de la Red y del entorno de la estación y una serie de televisores (en las principales estaciones, de tipo plasma) que a través de MetroTV transmiten vídeos musicales, información del Metro y compactos noticiosos.

Además, desde la inauguración de la Línea 5, todas las estaciones nuevas han habilitado ascensores para el acceso de discapacitados. Este servicio se encuentra en forma extraordinaria además en la estación Ecuador de la Línea 1, que se ubica frente al Instituto Teletón de Santiago y hay otro en Bucle estación Pajaritos, según la maqueta virtual. En agosto de 2019 fueron inaugurados ascensores en la estación San Joaquín, con lo cual Estación Central es la única que actualmente carece de ascensores.[76]

Por otro lado, existen en diversas estaciones los módulos de Bibliometro, los cuales desde 1996 permiten el préstamo de libros a los clientes del servicio. Los módulos se encuentran en las estaciones Baquedano, Puente Cal y Canto, Los Héroes, San Pablo, Bellavista de La Florida, Ciudad del Niño, Vespucio Norte, Plaza de Armas, Plaza de Maipú, Los Domínicos, Irarrázaval, Macul, Franklin, Cerrillos, Ñuñoa e Inés de Suárez. El servicio cuenta actualmente con más de 35 mil socios activos y 154 mil títulos fueron prestados a ellos durante 2005.[77]

En agosto de 2008 fue implementado el servicio de Bicimetro, el cual permite dejar estacionada todo el día la bicicleta pagando solo CL$ 300, este servicio se encuentra disponible en las estaciones Vespucio Norte, Escuela Militar, Grecia, Plaza Egaña, La Cisterna, Las Mercedes y Cristóbal Colón.

El 8 de septiembre de 2018 fue inaugurado el segundo sistema de parqueo de bicicletas en estaciones del metro, denominado «Línea Cero», el cual contempla la instalación de bicicleteros en los accesos a las estaciones y a los que se podrá acceder mediante el pago del servicio a través de una aplicación móvil. El sistema debutó en las estaciones Cerrillos, Franklin, Bío-Bío, Presidente Pedro Aguirre Cerda e Inés de Suárez de la Línea 6; posteriormente se inauguraron tres bicicleteros en dos estaciones de la Línea 3 (Cardenal Caro y Fernando Castillo Velasco) y uno en la Línea 2 (El Parrón), previendo estar presente en 60 estaciones hacia el año 2020.[78]

El logotipo del Metro, consistente en tres rombos de color rojo, significa —de acuerdo al diseñador Peter Himmel y al arquitecto Jaime Escudero, quienes participaron en las primeras obras del tren subterráneo— la «indisoluble interconexión entre los tres elementos: la superficie (vialidad), la circulación sobre la superficie (buses) y la circulación subterránea (metro)».[79][80]

El material rodante del Metro de Santiago es alimentado por energía eléctrica con una tensión de 750 voltios (V) de corriente continua (CC), mediante un tercer riel en líneas 1, 2, 4, 4A y 5 o a través de catenaria rígida en las líneas 3 y 6. La trocha utilizada es de 1435 mm. Las líneas 1, 2 y 5 están diseñadas para el uso de trenes con rodadura neumática, mientras que las líneas 3, 4, 4A y 6 están diseñadas para trenes con rodadura férrea.

Los primeros trenes, NS-74, comenzaron a llegar en 1975 completando la totalidad de convoyes en 1981. En total eran 49 trenes de 5 coches cada uno, pero luego de un proceso de reformación quedaron sólo 35 trenes en operación. Posteriormente, en 1988 se adquiere una formación de 5 coches, NS-88, por la destrucción de un tren NS-74. Esto se debió a un atentado en estación Tobalaba en el año 1986.

En 1996, ingresan las primeras formaciones del tren NS-93, fabricados en Francia por GEC Alsthom. Estos trenes hicieron su debut en la Línea 5 hacia 1997, posteriormente fueron trasladados a las líneas 1 y 2. Actualmente circulan en Línea 1, con formaciones de 7 y 8 coches, y en Línea 5 con 6 y 7 vagones.

Con la construcción de la Línea 4 se inició la adquisición de los trenes AS-2002.[81]​ En específico se adquirieron 72 unidades modulares formadas por 3 coches cada una. Este nuevo material rodante fue encargado a la planta brasileña de Alstom.

Posteriormente tras el inicio del Transantiago en 2007, ingresaron los trenes NS-2004, como medida de mitigar el aumento en la demanda del servicio en Línea 1. En la actualidad circulan en Línea 2. Metro adjudicó la licitación para la renovación de trenes para la Línea 1 a la empresa española CAF por un costo de 250 millones de dólares. Los 20 trenes del modelo NS-2007, ingresaron en noviembre de 2009.[82]​ En 2012, Metro inicia la adquisición de 14 trenes, modelo NS-2012, que al igual que los NS-2007, también fueron fabricados por CAF.[83]​ Estos nuevos coches son los primeros en incorporar aire acondicionado de fábrica a la flota.[84]

Con la inauguración de la Línea 6, entraron en operación los trenes modelo AS-2014, los que destacan por su conducción totalmente automatizada. Estos trenes son los primeros dentro del parque automotor del Metro en no contar con cabinas de conducción. El 13 de septiembre de 2018 comenzó a circular el primer tren NS-2016 en la Línea 2; dichos trenes son los primeros armados íntegramente en Chile.[85]

El mantenimiento de los trenes se realiza en talleres dispuestos especialmente para dicho trabajo. Estos talleres funcionan además como cocheras y se ubican en las cercanías de las siguientes estaciones: Neptuno, Lo Ovalle, Los Libertadores, Las Mercedes, Quilín, Ñuble y Cerrillos. Se espera que para 2022 se inaugure un nuevo taller en las cercanías de la estación Vespucio Norte.[86]

A finales 2019 producto de las protestas acontecidas en Chile, varios trenes fueron objeto de ataques. Debido a esto 7 formaciones fueron completamente incendiadas, 1 NS-2007 y 6 AS-2002. Asimismo, otras unidades sufrieron daños de distinta índole.[87][88]

La distribución de trenes es de la siguiente forma:

En la actualidad, existe solo un medio de pago para el uso del servicio del Metro de Santiago: la tarjeta inteligente Bip! Anteriormente, también se podía acceder con boletos, que permitían la realización de solo un viaje, siendo introducidos en los torniquetes que separan el acceso público a la estación del sector de andenes. Dichos boletos podían ser adquiridos en las boleterías disponibles en todas las estaciones; sin embargo, en 2017 Metro comenzó el proceso de sustitución total de este sistema, que se llevó a cabo entre agosto de 2017 y marzo de 2018. La tarjeta Bip!, que reemplazó a la anterior Multivía, en tanto, es una tarjeta recargable en todas las boleterías y otros locales comerciales a lo largo de la ciudad, y que permite el paso a los andenes al acercar el dispositivo a los torniquetes, sin la necesidad de contacto directo. Dicha tarjeta cuesta CL$1550 (aprox. US$2,59) y su carga mínima es de CL$1000 (aprox. US$1,6). El uso de la tarjeta permite la utilización de un sistema de tarifa integrada al usar Red Metropolitana de Movilidad.

El Metro de Santiago posee en la actualidad un sistema tarifario determinado de acuerdo al horario de uso del servicio, uso de servicios de buses en combinación y beneficios a adulto mayor y estudiante.

En el caso de la tarifa Estudiante, para los estudiantes de Educación Básica, el acceso es gratuito presentando su Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE) entregado por el MINEDUC; para la Educación Media y Superior tiene el costo de CL$230 y su carga mínima es de CL$500, mediante el uso de la tarjeta nacional estudiantil como tarjeta inteligente para tarifa integrada. Del total de pasajeros del Metro en 2006, el 23,8 % correspondió a estudiantes.[90]

En el caso de los mayores de 65 años, ellos deben solicitar en la oficinas de Atención al Cliente de Metro —ubicadas en determinadas estaciones— un certificado para poder adquirir un «boleto adulto mayor». Su uso está permitido durante todo horario, con la restricción de un máximo de dos viajes diarios. Sin embargo, este servicio no está integrado al sistema de Red Metropolitana de Movilidad, por lo que el beneficio solo se aplica al ocupar únicamente el Metro. Durante 2006, el 1,5 % de los pasajeros utilizó este tipo de beneficio.[90]​ El 14 de junio de 2017 fue anunciado el fin del sistema de boletos en Metro, por lo que los adultos mayores tendrán una tarjeta personalizada con tecnología similar a la de la tarjeta bip! desde agosto de dicho año. Su costo es igual al de los estudiantes.[91]

Desde enero de 2014, una vez que Metro S.A. tomó a su cargo la administración del sistema de cobros de Transantiago, ha habilitado tarjetas para turistas con un costo de CL$8000 y CL$13 000. El costo de la tarjeta incluye, además del plástico, un mapa con recorridos céntricos del transporte capitalino y los lugares más destacados, un circuito turístico asociado al Transantiago y un plano del tren subterráneo.

En julio de 2020 se anunció una nueva tarjeta de pago para los adultos mayores. Esta tarjeta, denominada Bip! Adulto mayor, convive con la entregada por Metro de Santiago, salvo que se puede utilizar también en buses y tiene un costo de CL$350. Sin embargo, el usuario debe elegir cual de los dos beneficios utilizará.[92]

Junto a su desarrollo como medio de transporte, el Metro de Santiago ha tenido desde sus inicios un interés por la promoción de la cultura y el arte. En ello están enmarcadas las iniciativas de Bibliometro, la promoción de diversos eventos culturales a través de los paneles de MetroCultura colocados en la mayoría de las estaciones de la Red y otras actividades realizadas por la Fundación MetroArte. Para ello, el Metro cuenta con diversas locaciones como la Sala Pablo Neruda en la estación Quinta Normal, la Multisala Cultural en Baquedano y la galería de arte abierto en Puente Cal y Canto.

Algunas estaciones han incorporado a su estructura diversas obras de arte. La más importante es el mural más grande de América Latina,[93]​ ubicado a lo largo de toda la zona de andenes de la estación Universidad de Chile: Memoria visual de una nación de Mario Toral. Compuesta por dos partes, Memoria visual de una nación comprende diversas imágenes que narran la historia de Chile. Otras obras se ubican en La Moneda, cuyos andenes fueron completamente rediseñados en 2005 para albergar una serie de pinturas realistas con diversos paisajes del país, realizadas por el pintor nacional Guillermo Muñoz Vera. En la estación Quinta Normal fue instalado en 2008 la obra Verbo América de Roberto Matta, compuesto por 55 paletas de cerámica policromada con una extensión de 4,8×10,6 m.[94]

Además, en diversas estaciones existen una serie de dioramas que muestran episodios de la historia de Chile.

Metro de Santiago también ha mostrado interés en incentivar la cultura literaria chilena, por lo que en 2001 se sumó al proyecto Santiago en 100 palabras, en conjuntos con Plagio y Minera Escondida, que consiste en la creación de microcuentos que abordan la temática de la vida urbana contemporánea.

El Metro de Santiago no ha estado exento de accidentes, aun cuando la cantidad de estos ha sido baja:



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