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República del Perú



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Perú (en quechua y en aimara: Piruw), oficialmente República del Perú, es un país soberano ubicado al oeste de América del Sur. El océano Pacífico bordea su costa y limita con Ecuador y Colombia al norte, Brasil al este, y Bolivia y Chile al sureste. Su territorio se compone de diversos paisajes: los valles, las mesetas y las altas cumbres de los Andes se despliegan al oeste hacia la costa desértica y el este hacia la Amazonia. Es uno de los países con mayor diversidad biológica y mayores recursos minerales del mundo.[15][16]

El Antiguo Perú fue una región de sucesivas civilizaciones desde el surgimiento de Caral-Supe en el 3200 a. C.[17]​ El Imperio incaico fue el último Estado autóctono o indígena, el cual dominó gran parte del occidente sudamericano hacia el siglo XV. En el siguiente siglo se produjo la Conquista del incario, tras la cual el territorio se configuró como un virreinato del Imperio español. A pesar de que en las Leyes Nuevas de 1542 se reconocían a los indígenas como súbditos libres de la Corona española, la implantación de las encomiendas generó que la economía del virreinato estuviese articulada en torno a la explotación de plata y oro con el trabajo forzado de ellos y de esclavos africanos en minas y haciendas. En 1551, la corona española funda oficialmente la Universidad de San Marcos en Lima, la primera y más antigua universidad del Nuevo Mundo.[18]​ Las reformas borbónicas del siglo XVIII suscitaron diversos levantamientos contra la autoridad colonial, cuyo máximo exponente fue la rebelión de Túpac Amaru II.[19]

Con la ocupación de España y la promulgación de la constitución de 1812, se difundieron ideas de autonomía política en la América española. La Independencia del Perú se proclamó formalmente el 28 de julio de 1821 por el general José de San Martín, y fue definida en la batalla de Ayacucho tres años después.[20]​ El país se mantuvo en recesión y bajo el caudillismo militar hasta la bonanza y declive de la era del Guano, que culminó poco antes de la Guerra del Pacífico. En la posguerra, se cimentó una política oligárquica que prevaleció hasta el fin del Oncenio. Los sucesivos gobiernos democráticos fueron constantemente interrumpidos por golpes de Estado.[21]​ En 1968, se impuso una dictadura militar de tinte socialista que introdujo diversas y profundas reformas de corte nacionalista.[22]​ El gobierno democrático y representativo fue restablecido en 1980, aunque también se dieron inicio a un sangriento conflicto armado entre los grupos terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA y el Estado en la sierra sur; y a la crisis inflacionaria de fines de la década. En los años 1990 se implementó un modelo económico neoliberal, cuyas bases continúan aún vigentes. A inicios del siglo XXI, el país experimentó un importante crecimiento económico y reducción de la pobreza.

Perú es considerado como un mercado emergente,[23]​ con un alto puntaje en el Índice de desarrollo humano y una economía de renta media alta. Entre sus principales actividades económicas se incluyen la agricultura, la minería, la pesca, la construcción y el comercio.[24]

La cultura peruana es diversa como resultado del intenso mestizaje originado en la colonia. A ello se une la posterior influencia de migraciones decimonónicas procedentes de Japón, China y Europa. El idioma principal y más hablado es el español, aunque un número significativo de peruanos habla diversas lenguas nativas, siendo la más extendida el quechua, en particular el dialecto quechua sureño.[25]​ Políticamente, el país está organizado como una república presidencialista con un sistema multipartidista estructurado bajo los principios de separación de poderes y descentralización. Administrativamente, se divide en veinticuatro departamentos y la provincia constitucional del Callao.[26]

Existen muchas versiones sobre el origen etimológico del nombre Perú; he aquí las más conocidas.

La palabra «Perú» derivaría de Virú. Los primeros españoles que llegaron al país le preguntaron a unos nativos como llamaban ellos el lugar, a lo que estos respondieron «Virú» (antigua cultura pre-inca, del río Virú, al norte del Perú).[27]​ Los españoles entendieron el nombre como «Perú» y de allí proviene el nombre.[28]​ Así, cuando Francisco Pizarro exploró las regiones más meridionales en 1525, estas fueron designadas Virú o Perú.[29]​ La Corona española le dio al nombre un estado legal en 1529 con la Capitulación de Toledo, la cual designó al entonces reciente confrontado Imperio incaico como la provincia del Perú.[30]​ Bajo el mandato español, el país adoptó la denominación de Virreinato del Perú que se convertiría, a su vez, en República del Perú al momento de la independencia del dominio español.

Según el historiador Raúl Porras Barrenechea, el nombre «Perú» no fue conocido por los incas, sino que fue impuesto en los primeros años de la conquista por los exploradores españoles. Estos lo tomaron del nombre de un cacique llamado «Biru», quien vivió cerca del Golfo de San Miguel en Panamá,[31]​ donde gobernaba una pequeña región de la costa panameña al sur del golfo a inicios del siglo XVI.[32]​ Con el tiempo, los españoles empezaron a llamar Perú no solo a esa pequeña región, sino a todo el gran país situado más al sur. Los tesoros encontrados en la tierra de los incas terminaron por convertir el nombre del Perú en sinónimo de riqueza.[33]

A partir de las primeras exploraciones, Vasco Núñez de Balboa recibió las primeras noticias sobre un lejano país donde se bebía y comía en vasijas de oro; dichos indicios eran muy vagos para conjeturar la existencia del Imperio incaico. Posteriormente Balboa, acompañado de Francisco Pizarro, después de descubrir el Mar del Sur, alcanzó el golfo de San Miguel,[34]​ donde recibió noticias más convincentes sobre la existencia del país buscado.

Del mismo modo, el licenciado Gaspar de Espinosa conquistó la provincia de «Peruquete»,[35]​ nombre que algunos historiadores consideran que dio origen al nombre «Perú». Según el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, «después de la ejecución de Balboa en Darién, no se hablaba de otra cosa, sino de la rica y lejana provincia de Perú»; dice también Oviedo que en el mapa de Andagoya, el río Cartagena llevaba el nombre «Pirú». Casi por el mismo tiempo (1519), Pascual de Andagoya emprendió un viaje hacia Levante y, al llegar a la provincia llamada Chochama, recogió noticias más concretas sobre el Imperio incaico: llegó a otra provincia llamada Virú o Birú donde también corría un río del mismo nombre.[36]​ He aquí como relata Andagoya su viaje:

Sus restos arqueológicos más antiguos son muy posteriores al primer poblamiento de América. Corresponden al XI milenio a. C., datación hallada en la Cueva del Guitarrero (departamento de Áncash), en la sierra nor-central del país.[38]​ A fines de la última glaciación, los primeros pobladores comenzaron el lento proceso de domesticación de la biota local (véase: revolución neolítica) y a reunirse en tribus y aldeas para formar eventualmente aillus. Se han encontrado vestigios del origen de la agricultura americana en la cuenca media del río Zaña, en Nanchoc (departamento de Cajamarca) de hace nueve mil años (7600 a. C.).[39]

Hacia el IV milenio a. C., las comunidades aldeanas de la costa iniciaron una jerarquización que se superpuso a la organización tribal. Aparecieron entonces los primeros indicios de arquitectura organizada, con edificios públicos y ceremoniales. A comienzos del III milenio a. C., surgió en el complejo de Caral, la civilización más antigua del continente,[40]​ centro de una extensa red de intercambio comercial que iba desde Ecuador hasta la selva del Perú, de la cual participaba con la producción extensiva del algodón y con una jefatura ligada al culto ceremonial.

Caral es coetánea a las civilizaciones de China, Egipto, India y Mesopotamia;[41]​ tratándose de una zona que puede considerarse como cuna de la civilización del mundo por su antigüedad (c. 5000 años).[42]​ Más antiguo parece ser el complejo de Sechín Bajo, en el valle de Casma (Áncash), donde se han hallado restos de una edificación de 5500 años de antigüedad, que sería la más antigua del Perú y América.[43]​ Posteriormente, se difundió en la costa norte la cultura Cupisnique, que tuvo apogeo entre los años 1500 a. C. y 1000 a. C.[44]​ A finales de este período, la cultura Chavín ejerció enorme influencia cultural sobre las demás hasta su decadencia. Los petroglifos y canales de Cumbemayo, a media hora de la ciudad de Cajamarca, constituyen una obra maestra de ingeniería hidráulica.[45]

Se trata de unos bloques tallados por los que discurre agua en una suave pendiente, que incluye túneles y codos en zigzag para aminorar la velocidad de la corriente. Los bloques de piedra ubicados al inicio del recorrido tienen diversos planos tallados y pulidos. Uno de estos bloques, en forma de cono trunco, es conocido tradicionalmente como «piedra de los sacrificios». En el seno de las culturas Moche al norte y Nazca al sur, se desarrollaron los primeros estados con milicias permanentes, vinculadas a las piezas de arte cerámico mejor valoradas del Antiguo Perú.[46]

En el extremo sur, entretanto, surgió Tiahuanaco como cultura dominante del Altiplano.[47]​ Más tarde, la cultura wari desarrolló el modelo clásico del Estado Andino con el surgimiento de las ciudades de corte imperial, modelo que se expandió por el norte hacia el siglo XVIII. A partir del siglo IX, tras el abandono de Huari, se erigieron nuevos Estados centralizadores de alcance regional a lo largo de la cordillera de los Andes, tales como Lambayeque, Chimú y Chincha, periodo conocido como el Intermedio Tardío o de los Estados regionales.[48]

De entre estos señoríos destaca el de los incas, que hacia el siglo XV se anexionó todos los pueblos andinos entre los ríos Maule y Ancasmayo, con una extensión de dos millones de km²,[49]​ hoy ubicada en los territorios del sur de Colombia, el oeste de Ecuador, Perú, el oeste y centro sur de Bolivia, el norte de Chile y el noroeste de Argentina, conformando lo que se conoce como el Imperio incaico. Su capital fue el Cuzco, ubicada en la sierra sur peruana. Además de su poderío militar, destacó en arquitectura, con magníficas estructuras como la ciudadela de Machu Picchu.

En el año 1532, el Imperio incaico o Tahuantisuyo sucumbió ante la conquista española que llevó a cabo Francisco Pizarro. El conquistador encontró al imperio debilitado a causa de una guerra civil iniciada en 1529 entre Huáscar y Atahualpa, los dos hermanos pretendientes al trono imperial.[50]​ En noviembre de 1532, Pizarro capturó a Atahualpa y, en julio de 1533, lo mandó ejecutar bajo el cargo de haber ordenado la muerte de su hermano Huáscar.[51]​ Doblegando la oposición, relativamente débil de algunos generales incas, se dio inicio al dominio español que estableció sobre el territorio del antiguo Imperio incaico, el segundo virreinato más poderoso que España tuvo en ultramar.[52]

Tras el asesinato de Atahualpa los familiares de Huáscar se unirían a Francisco Pizarro junto con miles de hombres de etnias opositoras a los incas, así fue recibido con honores Pizarro en el Cusco y la ciudad fue ocupada sin mediar batalla, luego el conquistador fundó la ciudad de Lima. Al poco tiempo se suscitó la guerra civil entre los conquistadores por el repartimiento de las encomiendas del nuevo territorio. En 1542, se estableció el Virreinato del Perú, que en un comienzo abarcó de iure un espacio geográfico desde lo que hoy es Panamá hasta el extremo sur del continente.[53]

El nuevo orden provocó un nuevo levantamiento conocido como la rebelión de los encomenderos.[54]​ En la década de 1570, el virrey Francisco de Toledo reorganizó el territorio pacificando el país de las guerras intestinas y culminando con la resistencia incaica.[55]​ El Imperio español significó para el Perú una profunda transformación social y económica. Se implantó un sistema mercantilista,[56]​ sostenido por la minería del oro y de la plata, principalmente, de Potosí, el monopolio comercial y la explotación de la mano de obra indígena bajo el trabajo forzoso o mita.[57]

A partir de fines del siglo XVII e inicios del XVIII, la recaudación de la Corona se vio lentamente socavada por el declive de la minería y la consecuente diversificación económica, así como por el contrabando comercial. En este contexto, fueron impuestas las reformas borbónicas, las cuales restaron poder político a la élite limeña y afectaron económicamente al comercio interno, lo que produjo diversos levantamientos de los cuales el de mayor repercusión fue la rebelión del descendiente de los incas Túpac Amaru II;[19]​ esta última llegó a poner en peligro el gobierno virreinal en el Cusco, pero al tomar tintes raciales contra criollos indistintamente,[58]​ precipitó su derrota.

Tras la muerte de Túpac Amaru, la cultura indígena fue férreamente reprimida por las autoridades borbónicas y atrasaron los proyectos emancipatorios dado el temor a nuevas asonadas contra la élite peninsular y criolla. No cabe duda de que el Cusco era la ciudad principal de todo el Tahuantinsuyo.[59]​ Al tomarla los españoles, mermó significativamente la resistencia inca, no solo porque allí se encontraba toda la organización del imperio,[60]​ sino por el significado que tenía para los ejércitos incas ver su capital tomada y dominada por los españoles.

En el siglo XVIII, tuvieron lugar varios levantamientos indígenas en reacción a los abusos de los corregidores españoles, la falta de justicia, la demora en los reclamos, y el cobro indebido de los tributos, donde destacan personajes como Juan Santos Atahualpa, Túpac Amaru II y Túpac Katari. La rebelión de Túpac Amaru II fue el levantamiento de mayor repercusión social y política de esta época.[62]​ El 4 de noviembre de 1780, Túpac Amaru II consiguió preparar un movimiento revolucionario que puso en peligro el poder de la monarquía. Esa noche tomó preso al corregidor Antonio Arriaga, a quien lo obligó a entregar los fondos reales y luego lo mandó ejecutar como castigo de sus crueldades.[63]

Luego, logró organizar un considerable ejército de indígenas; en el Cusco los corregidores cercanos se reunieron y organizaron igualmente un ejército que partió en la búsqueda de Túpac Amaru. Ambos ejércitos se encontraron en el pueblo de Sangarará, librándose una brutal y sangrienta batalla de la que Túpac Amaru II salió triunfador.[64]​ En el Cusco, el 18 de mayo de 1781, fue sometido a un juicio y condenado a morir junto con los demás cabecillas de la rebelión. Primero intentaron descuartizarlo, donde sus extremidades fueron atadas a cuatro caballos, pero al fracasar, lo mandaron decapitar.[65]​ Los levantamientos indígenas fueron controlados por la monarquía española, pero estas influenciaron a futuras luchas independentistas.

En el siglo XIX surgió la Expedición Libertadora del Perú encabezada por el general argentino José de San Martín con la misión de independizar al Perú. El 20 de agosto de 1820, partió de Valparaíso, con destino al Perú, llegando así a la bahía de Paracas después de dos semanas de navegación. A los pocos días, hubo conversaciones en Miraflores (25 de septiembre) entre representantes de San Martín y el virrey Joaquín de la Pezuela, I Marqués de Viluma para buscar la independencia de manera pacífica, pero estas fracasaron.[66]

El general San Martín posteriormente se comunicó con el intendente de Trujillo José Bernardo de Tagle, IV Marqués de Torre Tagle quien había llegado a la ciudad ese mismo año, mediante una carta fechada el 20 de noviembre de 1820, invitándolo a unirse a la causa emancipadora.[67]​ Bernardo de Tagle se sumó a la causa patriota proclamando la Independencia de Trujillo el 29 de diciembre de 1820.[68]​ El virrey Pezuela renunció a su cargo, siendo nombrado como nuevo virrey el general José de la Serna, I Conde de los Andes.

La Serna propuso a San Martín nuevos arreglos pacíficos en las Conferencias de Punchauca, las cuales no se llegó a dar ningún acuerdo.[69]​ Ante esta situación, el virrey decidió evacuar Lima por temor a ser expuesto al ataque de San Martín, quién logró ocupar la ciudad con un batallón de patriotas. Los actos de declaración, proclamación y jura de la independencia del Perú se llevaron a cabo en la ciudad de Lima, entre los meses de julio y agosto de 1821. El primero de ellos, constituido por la firma del acta que contenía la declaración de independencia, fue realizado por el Cabildo de Lima el 15 de julio de ese año.[70]

La proclamación fue llevada a cabo el 28 de julio de 1821, cuando el líder de la Expedición Libertadora del Perú, el general José de San Martín proclamó desde cuatro plazas públicas la independencia del Perú.[71]​ A partir del 29 del mismo mes, se realizó la juramentación por el pueblo, organizado en sus diversas instituciones. El 3 de agosto de 1821, abrigando un plan monárquico,[72]​ José de San Martín asumió "el mando político y militar de los departamentos libres del Perú" bajo el título de Protector. El 27 de diciembre de 1821, convocó a la ciudadanía con el fin de que eligiera libremente un Congreso Constituyente con el exclusivo objeto de establecer la forma de gobierno y dar la Constitución más conveniente. El primer Congreso de la República del Perú se reunió el 20 de septiembre de 1822.[73]​ Más tarde, en 1824, el general venezolano Simón Bolívar tras sus victorias en las batallas de Junín y Ayacucho, el 6 de agosto y 9 de diciembre de 1824 respectivamente, aceptó la capitulación de las tropas realistas afincadas en la sierra sur, terminando con el Virreinato del Perú.

Una vez proclamada la independencia, San Martín, asumió el mando político militar de los departamentos libres del Perú, bajo el título de Protector, según decreto dado el 3 de agosto de 1821.[74]​ Las obras del Protectorado contribuyeron con la creación de la Biblioteca Nacional (a favor del conocimiento), la aprobación del Himno Nacional, y la abolición de la mita (a favor de los indígenas).[75]​ El 27 de diciembre de 1821, San Martín creó tres ministerios: Ministerio de Estado y Relaciones Exteriores, comprometiendo a Juan García del Río; Ministerio de Guerra y Marina, a Bernardo de Monteagudo; y Ministerio de Hacienda, a Hipólito Unanue.[76]

Durante el Protectorado, el 7 de abril de 1822, la división de Domingo Tristán y Moscoso que viajó a Pisco, sufrió una desastrosa derrota del bando realista tras la batalla de Ica, perdiendo muchos soldados y gran parte de su armamento.[77]​ Con el objetivo de acelerar la independencia total del Perú en la sierra sur, San Martín viajó a Guayaquil a fin de ponerse de acuerdo con Simón Bolívar,[78]​ para pedirle ayuda militar, pero al terminar la conferencia, no se llegó a ningún acuerdo, y San Martín se retiró de Guayaquil con la decisión de abandonar al Perú. Entregó el poder ejecutivo a tres de sus miembros, que conformaron un cuerpo colegiado denominado Suprema Junta Gubernativa del Perú y cuya cabeza era el general José de La Mar.


La Junta Gubernativa quiso finalizar la Guerra de la Independencia por cuenta propia y organizó la Primera Campaña de Intermedios, que culminó en fracaso.[79]​ Luego, los oficiales del Ejército se sublevaron en el llamado motín de Balconcillo y con un golpe de Estado, destituyeron a la Junta y el 28 de febrero de 1823 nombraron como Presidente del Perú a José de la Riva Agüero. Riva Agüero quiso también derrotar a los españoles, que aún resistían en el centro y sur del Perú, y organizó una Segunda Campaña de Intermedios, la misma que igualmente culminó en fracaso.[79]

Luego tuvo una abierta disputa con el Congreso y se trasladó a Trujillo, donde instaló su gobierno, mientras que en Lima, el Congreso nombró como nuevo Presidente a José Bernardo de Tagle.[80]​ El Congreso, vista la crítica situación, acordó llamar a Bolívar y a su Ejército Libertador. Tras reunificar el mando del país, Bolívar instaló su cuartel general en Trujillo y organizó la campaña final de la Independencia con todos sus soldados, contando con la ayuda de los peruanos, tanto en soldados, dinero, abastecimientos y recursos de toda índole.[81]​ Tras las batallas de Junín y Ayacucho, el 6 de agosto y 9 de diciembre de 1824 respectivamente, se logró derrotar y expulsar definitivamente del Perú a las tropas realistas, esta es la verdadera independencia porque aún estaba en manos de los realistas.

Luego de la disolución de la Confederación Peruana - Boliviana liderada por Andrés de Santa Cruz, el presidente Gamarra, como presidente provisorio, convocó a un Congreso General en Huancayo, el mismo que dio la Constitución Conservadora de 1839. Obsesionado con la idea de reunir nuevamente a Bolivia con el Perú, invadió dicho país, pero fue derrotado en la batalla de Ingavi en 1841. El Gnral. José Ballivián y el Ejército boliviano tuvieron la oportunidad de contraatacar e invadir territorio peruano, ocupan el sur del Perú desde Moquegua hasta Tarapacá. Se abren entonces diversos frentes de lucha en el sur peruano. El coronel Manuel de Mendiburu, quien era comandante militar del Sur, retorna de Lima para organizar la resistencia peruana.

El Ejército Peruano organiza la resistencia, vence y expulsa a las tropas bolivianas invasoras asentadas en Tarapacá, Arica, Tacna, Moquegua y Puno en diversas batallas como la Batalla de Tarapacá en 1842, Altos del Chipe, combate de Motoni y el combate de Orurillo, donde inician posteriormente la retirada de las fuerzas bolivianas que ocuparon territorio peruano, amenazando nuevamente a Bolivia de sufrir una invasión. Al final de la contienda se firma el Tratado de Puno el 7 de junio de 1842.[82]

Con la primera elección de Ramón Castilla en 1845 que la República Peruana encontró una relativa paz interior y pudo organizar su vida política y económica. Le correspondió a Castilla abolir definitivamente la esclavitud y la pena de muerte.[83]​ Estableció políticas de promoción de extracción y exportación de fertilizantes naturales (guano de islas) que iniciarían una era de prosperidad en el país.[84]​ Los primeros ferrocarriles y el alumbrado a gas llegaron al Perú en este período.[84]​ Durante su segundo gobierno promulgó la Constitución de 1856 (Liberal) y la Constitución de 1860 (Conservadora), reorganizó los servicios postales y la carrera pública.

En el aspecto interno continuó el impulso dado al desarrollo de la Amazonía y al equipamiento de las fuerzas armadas, así como el fomento del progreso material con la adopción de los grandes adelantos técnicos como el telégrafo y el alumbrado a gas.

Asimismo Castilla tuvo una intensa actividad política en el campo internacional. Se opuso enérgicamente a las intromisiones de las potencias europeas en América (Santo Domingo, México), convocando a la unidad americana. De otro lado, enfrentó una guerra victoriosa con el Ecuador (1858-1860).

Durante su mandato se produjo la Guerra peruano-ecuatoriana (1858-1860), la cual terminó con la suscripción del Tratado de Mapasingue, en sí la guerra se suscitó porque en 1857 el gobierno ecuatoriano celebró un contrato de adjudicación de tierras con sus acreedores británicos en las tierras ecuatorianas, especialmente en Canelos y Quijos, el cual el Perú a través de su ministro Juan Celestino Cavero reclamó que aquellos territorios le pertenecen al Perú, el congreso peruano autorizó al presidente de ese entonces; Mariscal Ramón Castilla, de usar cualquier método que sea conveniente para resolver este feudo, incluido la guerra.

Castilla ordenó un bloqueo a toda la costa ecuatoriana (el 26 de octubre de 1858). Guayaquil empezó a sufrir los estragos del bloqueo el cual el comandante de la plaza Gral. Guillermo Franco Herrera consigue comunicarse con el Mariscal Castilla para iniciar las negociaciones y levantar el bloqueo. En consecuencia Castilla firma el decreto para levantar el bloqueo en toda la costa ecuatoriana para iniciar un arreglo definitivo.

Castilla no podía dar soluciones e iniciar una conversación ya que el Ecuador se encontraba sumido en una guerra civil, dio un plazo de 30 días para que exista una solución a este conflicto interno; al no producirse se dio la guerra, reiniciando el conflicto con la re-activación del bloqueo a la costa ecuatoriana, la escuadra peruana se presentó en el puerto de Guayaquil el 12 de noviembre de 1859, permitiendo el desembarco de tropas peruanas, así los 3 gobiernos norteños en disputa se unificaron (Guayaquil, Azuay y Loja) al mando de Guillermo Franco. Castilla decidió realizar las negociaciones, dando como resultado el tratado de Mapasingue firmado el 25 de enero de 1860, el cual hacia válido la Cédula Real de 1802, anulaba el contrato con los ingleses, y establecía la organización de una comisión para señalar los límites definitivos entre las dos naciones. Las fuerzas libertarias, con García Moreno de Quito y el general Juan José Flores al mando, lograron vencer al ejército de Franco y entrar a Guayaquil. García Moreno anuló el Tratado de Mapasingue.

Por otro lado el Perú, bajo el gobierno de Miguel de San Román; el congreso peruano lo desaprobó en 1863. Esto generó el siguiente episodio a este cruento conflicto: "la Guerra de 1941".

En 1864 una expedición española ocupó las Islas Chincha (productoras de guano) y desató un incidente internacional de grandes consecuencias en la política interna peruana,[85]​ que llevó a un golpe de estado contra el presidente Juan Antonio Pezet,[86]​ el gobierno de Mariano Ignacio Prado y la declaratoria de guerra a España.[87]​ Tras el combate del Callao del 2 de mayo de 1866, la Armada Española se retiró del Perú.[88]​ El gobierno de José Balta y Montero fue pródigo en obras de infraestructura (construcción del Ferrocarril Central) aunque en él se percibieron ya las primeras muestras de exceso de gastos del gobierno.[89]

En las postrimerías de su gobierno, la elección, por primera vez, de un presidente civil, Manuel Pardo y Lavalle, llevó a una insurrección militar que terminó en el asesinato de Balta y la furibunda reacción de la población de Lima (que ejecutó a los usurpadores), así terminó lo que Jorge Basadre llamó Primer Militarismo.[90]​ Pardo y Lavalle implementó importantes reformas de tipo liberal en la organización del estado. Sin embargo la principal fuente de recursos del estado, el guano, sobre-explotado, se empezó a agotar y resultó inevitable una crisis económica que el sucesor de Pardo, el ya anciano Mariano Ignacio Prado tuvo que afrontar, en medio de una virtual bancarrota del Estado.

Para 1859 habían muerto unos 41 000 peruanos en las constantes guerras civiles que sacudieron el país desde 1829.[91]​ Gracias al dinero de la venta del guano, el Perú empezó a modernizarse con distintas obras públicas como los ferrocarriles; creció la burocracia civil y militar; los indígenas dejaron de pagar tributo y los esclavos alcanzaron su libertad; empezó la política de migraciones de alemanes, austriacos, irlandeses e italianos.[92]

El 5 de abril de 1879, Chile declaró la guerra al Perú, desatando la Guerra del Pacífico. El casus belli fue el enfrentamiento entre Bolivia y Chile por un problema de impuestos en el cual el Perú se vio comprometido por el Tratado de Alianza Defensiva firmado con Bolivia en 1873. Sin embargo, la historiografía peruana es unánime al sostener que la causa profunda de esta guerra fue la ambición de Chile de apoderarse de los territorios salitreros y guaneros del sur del Perú.[93]​ En una primera etapa de la guerra, la campaña naval, la marina peruana repelió el ataque chileno hasta el 8 de octubre de 1879, día en el que se libró el combate naval de Angamos, en donde la armada chilena con sus buques Cochrane, Blanco Encalada, Loa y Covadonga acorraló al monitor Huáscar, el principal buque de la marina peruana comandado por el Almirante AP Miguel Grau Seminario, quien murió en la refriega y se convirtió desde entonces en el mayor héroe del Perú.

Luego de vencer a la escuadra peruana, Chile dio inicio a la campaña terrestre de la guerra. Esta comenzó con el desembarco de Pisagua y se desarrolló durante cuatro años (incluyendo la ocupación de Lima), hasta que luego del Grito de Montán, el gobierno de Miguel Iglesias, firmó el Tratado de Ancón que puso fin a la guerra, a pesar de la oposición del gobierno de Lizardo Montero y la resistencia en la sierra peruana comandada por Andrés Avelino Cáceres, el cual vislumbraba el cercano agotamiento de las fuerzas chilenas para derrotarlas.[94]

Tras la guerra, se inició un período de «Reconstrucción Nacional» que, aunque de relativa calma, no conoció la reactivación económica ni la paz política hasta 1895 con la presidencia de Nicolás de Piérola.[95]​ Con el gobierno de Piérola, se materializó una política pluto-aristocrática con unas clases alta y media que vivían acomodadamente al auspicio de los grandes capitales estadounidenses y un pueblo llano con diversas carencias, frente a las cuales reclamaron, principalmente ante las malas condiciones laborales.

La frontera con Bolivia, apelaron al arbitraje de Argentina en 1909 para delimitar las fronteras, el laudo argentino termina fallando en favor del Perú y comprometiendo territorios bolivianos que no estaban dentro de la discusión que el Perú pretendía reivindicar, desatando disputas. La repulsiva boliviana al laudo arbitral provocó la ruptura de relaciones con la Argentina, mientras el Perú declaraba que la no aceptación del laudo sería considerada como declaratoria de guerra. Ambos países se entendieron directamente y en 1909 se firmó el tratado por el que Bolivia cedía al Perú en forma definitiva unos 250 000 km² en una zona productiva de quina que comprendían la cuenca del río Madre de Dios y Purus en la Amazonia.

Esta época, conocida como la República Aristocrática, concluyó con la asunción de Augusto Leguía, quien permaneció en el poder durante once años —el Oncenio— con una política paternalista hacia los indígenas, la creación de una momentánea bonanza, la manipulación del orden jurídico y la amedrentación de la oposición. El Oncenio de Leguía, terminó en 1930 con el popular pronunciamiento de Luis Miguel Sánchez Cerro y la guerra colombo-peruana,[96]​ que inició un período de gobiernos militares y de irrupción de movimientos populares –como la Alianza Popular Revolucionaria Americana o el Partido Comunista Peruano– en el escenario político.

El gobierno de Manuel Prado Ugarteche tuvo un éxito internacional con la victoria de la Guerra contra el Ecuador de 1941. En junio de ese año, el ejército ecuatoriano agredió la zona de Zarumilla, en la frontera norte peruana, lo que desató el conflicto armado. El Perú había formado una unidad de paracaidistas en la zona e hizo uso de ella en el primer combate en el Hemisferio Sur donde intervinieron tropas aerotransportadas, que produjo la toma de Puerto Bolívar el 31 de julio de 1941, mes cuando cesaron las operaciones militares. Del lado peruano se recuerda la inmolación del teniente CAP José Quiñones Gonzáles en la misión aérea contra las baterías ecuatorianas en Quebrada Seca. El Ejército peruano ocupó parte de la provincia ecuatoriana de El Oro, junto al Océano Pacífico, así como de partes de la provincia de Loja, Machala, Puerto Bolívar, Huaquillas, Arenillas, Guayaquil y prácticamente cercaron su capital Quito; reafirmó su control sobre los territorios orientales amazónicos sobre los que el Ecuador reclamaba soberanía.


Cabe precisar que del lado peruano solo hubo 110 muertos, del lado ecuatoriano hubo más de 1000 muertos finalizada la guerra.

En Río de Janeiro (Brasil) se firmó el Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro, el 29 de enero de 1942, que zanjó la centenaria disputa limítrofe con dicha nación, Ecuador pierde 245000 km² de su territorio y su renuncia a los territorios que solicitaba como Tumbes, Jaén y Maynas, aunque los problemas derivados por la demarcación fronteriza habrían de ocupar todavía el resto del siglo XX.

Al final de este tercer militarismo se sucedieron presidentes democráticos interrumpidos primero por el Ochenio de Manuel A. Odría y un breve golpe militar para continuar con la sucesión presidencial. Hacia los años 1950 se inició el éxodo rural, principalmente desde la sierra hacia las urbes de la costa, en busca de mejores condiciones de vida y educación para sus hijos. Gradualmente, durante los años 1960 la crisis política se hizo patente, lo que propició en 1968 el derrocamiento del presidente Fernando Belaúnde en la llamada Revolución de la Fuerza Armada, la toma del poder político por parte de las Fuerzas Armadas del Perú al comando del general Juan Velasco Alvarado con un mensaje antiimperialista, especialmente anti-estadounidense, y antioligarca.[22]

Se instauró un régimen de corte estatista que impulsó varias y profundas reformas de diversos resultados. Hacia fines de los años 1970, el gobierno militar con todas las reformas producidas, se encontró frente al descalabro económico, aun pese a que se había dado un cambio de mando en la cúpula militar y que la presidencia había sido asumida por el general Francisco Morales Bermúdez en el año 1975. A pesar de esto, se dio el fin de la revolución y se retornó a la democracia.[97]​ Se redactó una nueva constitución mediante una Asamblea Constituyente en 1979 y se convocó a elecciones en 1980.[97]

Durante la década de 1980, el Perú enfrentó una fuerte crisis económica y social, debido al descontrol del gasto fiscal, una considerable deuda externa y la creciente inflación junto con un conflicto armado interno, propiciado por la insurrección de los grupos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru de inspiración comunista, que pretendían tomar el poder mediante la lucha armada. El terrorismo obtuvo una respuesta represiva de las Fuerzas Armadas, la Policía primero y el Ejército después. Los combates entre ambos bandos provocaron la muerte de cerca de 70 000 personas entre combatientes, campesinos y habitantes de las ciudades.[98]

A esto se suma que el Perú se enfrentó a Ecuador en el conflicto del Falso Paquisha en 1981, durante el segundo mandato del Presidente Fernando Belaúnde Terry, el Perú denunció el ataque a una de sus aeronaves que estaba realizando una misión de abastecimiento destinada a puestos de vigilancia fronterizos en el río Comaina. El presidente peruano Beláunde, ordenó la inspección del río hasta su nacimiento situado en el lado oriental de la Cordillera del Cóndor. En esta inspección se encontraron tres destacamentos ecuatorianos con sendas instalaciones en territorio considerado del Perú por parte del gobierno peruano según los tratados anteriores. Estos destacamentos habían capturado los antiguos puestos de observación Nros 22, 3 y 4.

La posición ecuatoriana señalaba que esos destacamentos correspondían a la base de "Paquisha" establecida en territorio ecuatoriano. Pero, tras la medición de las coordenadas, se comprobó que no correspondían a la mencionada Paquisha aceptada en el Protocolo de Río de Janeiro sino, como lo calificó el presidente peruano Belaúnde, a un "Falso Paquisha", nombre que le dio para poder distinguirlo fácilmente de la primera Paquisha que sí era legal según el protocolo.

El Perú preparó un contingente para recuperar el puesto, con ayuda de sus fuerzas armadas como la FAP y del Ejército. El 30 de enero de 1981, las tropas peruanas recuperan el "PV-22" (Falso Paquisha), al día siguiente recuperan el "PV-3", y el 1 de febrero de 1981, recuperan el "PV-4" (Nuevo) o "falso Mayaico".

Para ese día, el conflicto había aparentemente acabado pero luego los peruanos descubrieron que más tropas del Ecuador se habían establecido en otros 3 puestos militares y en 3 puntos de la frontera nororiental de la Cordillera del Cóndor y eran los puestos "PV El Mirador", "PV-4-A" y "PV-4-B" (Antiguo).

El 19 de febrero de 1981 los peruanos recuperan el "PV Jiménez Banda 2" (Falso Machinaza) y al día siguiente, el 20 de febrero de 1981, los "PV-4-A" y "PV-4-B" (Antiguo). El 21 de febrero de 1981 la Aviación del Ejército del Perú destruyó las últimas instalaciones militares del Ejército del Ecuador que aún quedaban en el territorio peruano.[99]

Ecuador envió numerosas divisiones guerrilleras, pero estas fueron repelidas y eliminadas por las tropas peruanas que se adjudicaron la victoria.

Al final de la contienda el presidente Belaúnde iza la bandera peruana en dicha zona. Estos movimientos agravaron el conflicto limítrofe entre los dos países. Belaúnde también apoyó a Argentina con la venta de armas y municiones en la Guerra de las Malvinas.

La crisis entró en su fase más crítica a finales de la década, durante el primer gobierno de Alan García, cuando el país sufrió una fuerte crisis económica debido al descontrol del gasto fiscal y la consiguiente hiperinflación que llegó a un máximo de 7,649 % en 1990,[100]​ mientras que Sendero Luminoso incursionó en las grandes ciudades del país, iniciando la fase más dura del conflicto armado interno.

El primer gobierno de Alan García terminó en medio de una creciente impopularidad. En las elecciones de 1990, se dio un reñido balotaje entre el escritor liberal Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori, quien ganó la presidencia. Desde el inicio de su mandato encontró una fuerte oposición en el Congreso por parte de la Alianza Popular Revolucionaria Americana y del Frente Democrático. En su primer año, aplicó una política de choque a la cual se había negado durante su campaña electoral, que se hizo conocido como el fujishock. Eventualmente, implementó una serie de reformas de corte neoliberal, alineándose al Consenso de Washington. Paralelamente, el asesor presidencial Vladimiro Montesinos fue nombrado jefe del Servicio de Inteligencia Nacional del Perú, posición desde la cual dirigió la cleptocracia en la que derivó el gobierno de Alberto Fujimori.[101]

La madrugada del 5 de abril de 1992, Fujimori desató una crisis constitucional cuando cerró el Congreso de la República y restringió la libertad de prensa con apoyo de las fuerzas armadas.[102]​ Ante la presión internacional, convocó a un Congreso Constituyente Democrático que produjo una nueva constitución política, promulgada en 1993. Fujimori se mantuvo como presidente y logró ser reelegido en 1995, aunque no consiguió solucionar la larga recesión económica que afectaba al país. En 2000, tras unas cuestionadas elecciones, Alberto Fujimori logró un tercer mandato.[103]​ La oposición, conformada por los diversos partidos políticos y organizaciones civiles de diversa índole, intentó evitar la juramentación del tercer periodo presidencial de Fujimori, pero no lo logró.

En septiembre de ese año, se difundieron filmaciones donde se observaba a congresistas de la oposición y personajes de la élite económica peruana recibiendo sobornos del asesor presidencial, Vladimiro Montesinos, desatando una crisis política. Fujimori abandonó el país solicitando permiso para participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, tras la cual se dirigió a Japón, país del cual era ciudadano y desde el cual renunció a la presidencia por fax.[104]​ El Congreso, ahora dominado por la oposición, no aceptó su renuncia y lo destituyó por incapacidad moral.[103]​ Tras ello, el 22 de noviembre, el Presidente del Congreso, Valentín Paniagua, fue investido como nuevo Presidente de la República ante la renuncia de los dos vicepresidentes.[105]​ El gobierno de transición se orientó a la organización de nuevas elecciones y a una profunda campaña de moralización del aparato público y las fuerzas militares que habían caído bajo la influencia del sistema. Asimismo, se firmó los contratos de explotación para los yacimientos de gas de Camisea y se convocó a una Comisión de la Verdad, para investigar los hechos ocurridos durante la lucha contra el terrorismo.[106]

Tras las elecciones de 2001, Alejandro Toledo juró como nuevo Presidente de la República. La paradoja de este gobierno es que gozó de baja popularidad, envuelto en acusaciones de corrupción de la más variada índole, mientras la economía peruana logró superar la recesión y tuvo un gran crecimiento especialmente en la capital, la sierra central y la costa norte.[107][108]​ En este período se inició la negociación de un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, el cual en su momento no era visto con buenos ojos por los campesinos del país porque temían que tuviera un efecto negativo sobre sus economías.[109]​ En las elecciones de 2006 fue reelegido como presidente Alan García.[110]Su gobierno, si bien continuó con el crecimiento económico peruano, se vio marcado por los conflictos sociales y varios escándalos de corrupción que involucraron a personajes cercanos del gobierno e incluso al mismo presidente. Asimismo, durante el segundo gobierno aprista se produjeron los juicios contra Alberto Fujimori, quien resultó condenado por varios delitos, incluyendo delitos de lesa humanidad.

En las elecciones de 2011, Ollanta Humala venció a Keiko Fujimori (hija de Alberto Fujimori), por un margen de 2 % de ventaja.[111]El gobierno mantuvo relaciones tensas con la oposición parlamentaria (incluyendo la descomposición de la agrupación oficialista), además de enfrentar el aumento de conflictos sociales asociados con la minería, sucesivas crisis de los gabinetes ministeriales y la desaceleración de la economía peruana. En las elecciones de 2016, Keiko Fujimori resultó nuevamente derrotada, esta vez ante Pedro Pablo Kuczynski, por el margen de votos más ajustado en la historia peruana. Sin embargo, el fujimorismo obtuvo mayoría absoluta en el Congreso, dificultando las relaciones con el Ejecutivo. Esta situación ocasionó a una crisis política entre ambos poderes del Estado, sucediéndose la censura y la interpelación de varios ministros, concluyendo con dos pedidos de vacancia presidencial, causados por un escándalo enmarcado dentro del caso Odebrecht que involucraba al presidente peruano. Kuczynski finalmente renunció en marzo de 2018 y su vicepresidente, Martín Vizcarra, asumió la presidencia (23 de marzo).

El gobierno de Vizcarra, si bien heredó la debilidad parlamentaria de su predecesor, intentó en un principio mantener buenas relaciones con la oposición. Sin embargo, el escándalo dentro del Consejo Nacional de la Magistratura reinició el enfrentamiento entre el Congreso y el Ejecutivo. Las iniciativas reformistas gubernamentales fueron acogidas con rechazo por la oposición, por lo que el gobierno empleó la cuestión de confianza ministerial y convocó a un referéndum (9 de diciembre) para lograr su aprobación. Tras ello, el Ejecutivo continuó sus iniciativas reformistas (incluyendo varios proyectos de reforma política) para mejorar las relaciones y el equilibrio entre ambos poderes. Sin embargo, el Congreso nuevamente acogió con reticencias esos proyectos y, tras la recomposición de la oposición, se exacerbó el enfrentamiento. Tras el rechazo de su iniciativa de adelanto de elecciones generales y la inminente elección de miembros del Tribunal Constitucional, se empleó nuevamente la figura de cuestión de confianza, que fue rechazada. Tras ello, Vizcarra disolvió el Congreso y convocó a elecciones parlamentarias (30 de septiembre de 2019). El nuevo Congreso fue elegido en enero de 2020.

Desde marzo de 2020, el gobierno peruano enfrenta a la pandemia por el nuevo coronavirus. En noviembre de ese año, en un segundo intento, el Congreso destituyó por incapacidad moral a Vizcarra. La sucesión presidencial recayó sobre Manuel Merino, hecho que desencadenó numerosas manifestaciones en su contra. Menos de una semana después, y tras la muerte de dos manifestantes, Merino renunció al cargo. El Congreso eligió a Francisco Sagasti como nuevo Presidente de la República.

El Estado Peruano, que conceptualmente es la Nación Peruana jurídicamente organizada, es la entidad que ejerce el gobierno en la República del Perú. La estructura del Estado está definida en la Constitución Política del Perú aprobada mediante referéndum, promulgada a finales de 1993 y vigente desde el 1 de enero de 1994.En la Constitución Política del Perú está establecido que la República del Perú es democrática, social,[112]independiente y soberana. Su gobierno es unitario,[113]representativo y organizado según el principio de separación de poderes, ejercido por un Estado unitario.

Según la actual constitución, el presidente de la República es el jefe de estado y el jefe de gobierno, es elegido cada cinco años y no puede cumplir mandatos consecutivos.[115]​ El presidente designa al Consejo de Ministros,[116]​ que está compuesto por los jefes de las carteras sectoriales, y por un Presidente del Consejo, quien podrá ocupar una cartera sectorial o solamente desempeñarse en el cargo presidencial.

El presidente de la República es el jefe del poder ejecutivo, y no comparte esta prerrogativa con el presidente del Consejo de Ministros ni ninguna otra autoridad. El presidente no tiene responsabilidad política sobre sus decisiones de gobierno. En el Jefe de Estado reside exclusivamente la defensa nacional, llevada a cabo por las Fuerzas Armadas. Para coordinar su accionar, el país se halla subdividido en veinticuatro departamentos y una provincia constitucional. Actualmente, el presidente de la República es Francisco Sagasti.

El Consejo de Ministros es el órgano encargado de la dirección y la gestión de los servicios públicos del Estado.[117]​ Está presidido por el presidente del Consejo de Ministros, cargo desingnado por el presidente del República y está conformado por cada uno de los Ministros de Estado, quienes tienen a su cargo las carteras sectoriales del gobierno. El presidente del Consejo de Ministros podrá o no tener una cartera a su cargo y su función fundamental es refrendar los actos de los demás ministros y representar al Consejo de Ministros frente al Congreso. Además, es el portavoz oficial del gobierno frente a la sociedad.[118]

En el país, al cargo de Presidente del Consejo de Ministros suele llamársele coloquialmente «Primer Ministro» o «Premier», de manera indistinta, aunque sus funciones difieran claramente de las de un primer ministro, puesto que no tiene capacidad de decisión política en ausencia de la aprobación del Presidente de la República.[119]​ Las sesiones del Consejo de Ministros también son presididas por el presidente de la República. Los Ministros de Estado tienen responsabilidad política sobre sus decisiones de gobierno, mientras que el presidente del Consejo de Ministros tiene responsabilidad sobre cada una de las decisiones de todo el gabinete ministerial. La actual Presidenta del Consejo de Ministros es Violeta Bermúdez Valdivia.

El poder legislativo del estado peruano reside en el Congreso de la República, el cual es unicameral y consta de 130 miembros elegidos por un período de cinco años.[120]​ Los proyectos de ley pueden ser propuestos por el poder ejecutivo o legislativo; se convierten en ley luego de ser aprobadas por el Congreso y promulgadas por el presidente.[121][122]

Actualmente el Congreso está compuesto por Fuerza Popular (59 escaños), Peruanos Por el Kambio (15 escaños), Frente Amplio (10 escaños), Nuevo Perú (10 escaños), Alianza para el Progreso (8 escaños), Acción Popular (5 escaños), Partido Aprista (5 escaños) y los No Agrupados (18 escaños).[123]​ La facultad de interpretar la Constitución en materias específicas reside en el Tribunal Constitucional, que se compone de siete miembros elegidos por el Congreso de la República por un periodo de cinco años también. La Presidencia del Congreso es ejercida ad interim por Mirtha Vásquez Chuquilin, desde el 17 de noviembre de 2020, tras la renuncia de la Mesa Directiva anterior y la asunción de Francisco Sagasti como Presidente de la República, por sucesión constitucional.

El poder judicial es un organismo autónomo de la República del Perú constituido por una organización jerárquica de instituciones, que ejercen la Jurisdicción, que en teoría emana del pueblo, no obstante no es elegido directa ni indirectamente. Al darse la Independencia, José de San Martín creó la «Cámara de Apelaciones», por decreto del 12 de febrero de 1821,[124]​ con una jurisdicción que alcanzó los territorios de los actuales departamentos de Cajamarca, Piura, Lambayeque, Amazonas, entonces conocido como Chachapoyas y de Huamachuco, que era como entonces se conocía a la actual provincia de Sánchez Carrión, con sede en la ciudad de Trujillo,[125]​ con el objetivo de reemplazar a la Real Audiencia.

El poder judicial está encabezado por el presidente de la Corte Suprema de Justicia que tiene competencia en todo el territorio. El segundo nivel jerárquico lo forman las Cortes Superiores de Justicia con competencia en todo un Distrito Judicial. El tercer nivel es formado por los Juzgados de Primera Instancia cuya competencia es, aproximadamente, provincial. Luego, se encuentran los Juzgados de Paz Letrados, con competencia distrital. Y finalmente los Juzgados de Paz (no letrados), encargados de resolver asuntos judiciales sencillos.[126]

La defensa del país está a cargo de las Fuerzas Armadas de la República del Perú, que, según el artículo 165 de la Constitución Nacional, tienen como finalidad primordial garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de la República.[127]​ Las fuerzas armadas se hallan bajo la autoridad del Presidente de la República por medio del Ministerio de Defensa y coordinados por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.[128]

El Comando Conjunto tiene subordinados a los Comandos Operacionales y Comandos Especiales, con los cuales realiza las operaciones militares que se requieran para la defensa y el cumplimiento de las tareas que disponga el poder ejecutivo.[129]​ Las fuerzas armadas están compuestas por la Fuerza Aérea, el Ejército y la Marina de Guerra,[127]​ siendo los dos últimos los componentes más antiguos de las Fuerzas Armadas.

El Ejército está formado por la Jefatura de Estado Mayor, dos Órganos de Control, dos Órganos de Apoyo, cinco Regiones Militares y seis Comandancias.[130]​ Hasta el año 2001, contaba con 120 658 miembros, además de 26 570 reservistas.[131]​ La Fuerza Aérea fue creada oficialmente el 20 de mayo de 1929 con el nombre de Cuerpo de Aviación del Perú. Tiene como función principal la defensa aérea del país, además, participa en campañas de apoyo social a poblaciones de difícil acceso, organiza puentes aéreos en caso de desastres y participa en misiones de paz internacional. Cuenta con cuatro alas aéreas ubicadas en las ciudades de Piura, Callao, Arequipa e Iquitos.

La Marina de Guerra se encarga de la defensa marítima, fluvial y lacustre del país. Está integrada por 26 000 marinos,[132]​ el personal naval se divide en tres estamentos: personal superior, personal subalterno y personal de marinería. Se considera a la Policía Nacional dentro de las fuerzas armadas aunque en realidad se trata de un organismo distinto con una misión civil diferente, sin embargo, su actuación y preparación en función a más de dos décadas de narcoterrorismo le ha dado en el caso del Perú, un carácter extremadamente militar, con importantes fuerzas de ataque terrestres, acuáticas y aéreas.

El Ministerio de Relaciones Exteriores o Cancillería es el organismo encargado de formular, ejecutar y evaluar la política exterior del país. La Cancillería administra las misiones diplomáticas en otras naciones y representaciones ante organismos multilaterales. La política exterior peruana está basada principalmente en promover la cultura de la paz, la democracia y el desarrollo, respetando los principios y normas del derecho internacional, en un marco de diálogo interinstitucional.[133]

El país tradicionalmente ha tenido fuertes vínculos políticos y culturales con sus países cercanos, así como también con los Estados Unidos, con quien mantiene relaciones diplomáticas desde comienzos del siglo XIX con el nombramiento de Joel Roberts como agente residente para el Virreinato.[134]​ En 1824 Estados Unidos nombró su primer cónsul en Lima, William Tudor quien se convirtió en el único representante de sus intereses en el territorio peruano hasta 1827.[134]

Otro de las estados con los que el gobierno peruano mantiene fuertes lazos de amistad es Japón. Las relaciones políticas con esta nación se inicieron el 21 de agosto de 1873 con la firma del Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación, de esta forma Perú se convirtió en el primer país de América Latina en establecer relaciones diplomáticas con los japoneses.[135]​ Durante la Segunda Guerra Mundial, el país estuvo del lado de los aliados, le declaró la guerra a Alemania y permitió que los Estados Unidos construyera un aeropuerto en la ciudad de Talara.[134]

Perú es un estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas desde el 31 de octubre de 1945.[136]​ Ha formado parte de su Consejo de Seguridad en cinco ocasiones: en los periodos 1955-1956, 1973-1974, 1984-1985, 2006-2007, 2018-2019.[137]​ El abogado y diplomático peruano Javier Pérez de Cuéllar fue Secretario General de las Naciones Unidas entre 1982 y 1991.[138]​ En el campo de la integración regional, es miembro pleno de la Organización de los Estados Americanos, la Comunidad Andina, la Unasur y estado asociado del Mercosur.

Ha hecho aportes con personal militar, policial u observador para las misiones de paz de las Naciones Unidas en Abyei (UNISFA),[139]América Central (ONUCA),[140]Burundi (ONUB),[141]Chipre (UNFICYP),[142]Congo (MONUSCO),[143]Costa de Marfil (UNOCI),[144]El Salvador (ONUSAL),[145]Egipto e Israel (UNEF II),[146]Etiopía y Eritrea (UNMEE),[147]Haití (MINUSTAH),[148]Irán e Irak (UNIIMOG),[149]Líbano (UNOGIL),[150]Liberia (UNMIL),[151]Namibia (UNTAG),[152]República Centroafricana (MINUSCA),[153]Sahara Occidental (MINURSO),[154]Sudán (UNMIS),[155]Sudán del Sur (UNMISS)[156]​ y Timor Oriental (UNMISET).[157]

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Perú ha firmado o ratificado:

Los departamentos son las divisiones administrativas mayores del país de acuerdo con la constitución vigente.[168]​ La división departamental procede desde la Independencia como seguimiento de las intendencias virreinales. El grado de autonomía de los mismos ha sido fluctuante en la historia. En el año 2002, fueron creados veinticinco gobiernos regionales como entes autónomos destinados a administrar los veinticuatro departamentos y la provincia del Callao así como dirigir un proceso de conformación de regiones, a la fecha en su fase inicial; a la vez que se dotó a la provincia de Lima de independencia del gobierno regional de su departamento. Los gobiernos regionales se componen de un gobernador y un consejo, los cuales son electos por votación directa y sirven por un período de cuatro años.[169]​ Son jurisdicciones con gobierno regional propio los veinticuatro departamentos y la provincia siguientes:

Las provincias (196 provincias al 2015) son los términos municipales del país, dirigidos por ayuntamientos conocidos como Municipalidades Provinciales. Estas, a su vez, se encuentran subdivididas en distritos, los cuales suman 1869,[170]​ encontrándose dirigidos a su vez por Municipalidades Distritales. La ley permite la conformación de Municipalidades de Centros Poblados, que dirigen el gobierno municipal de una población alejada de la capital del distrito por petición de sus pobladores. A los principales mandos políticos de los gobiernos Municipales, elegidos mediante voto popular cada cuatro años, se les denomina Alcaldes Provinciales o Alcaldes Distritales.

El país se encuentra en la zona intertropical de Sudamérica comprendida entre la Línea del Ecuador y el Trópico de Capricornio. Cubre un área de 1 285 215 km²,[171]​ lo que lo convierte en el vigésimo país más grande en tamaño de la Tierra y el tercero de América del Sur.[171][172]​ Limita al norte con Ecuador y Colombia, al este con Brasil, al sureste con Bolivia, al sur con Chile y al oeste con el océano Pacífico. Posee una enorme multiplicidad de paisajes debido a sus condiciones geográficas, lo que a su vez le da una gran diversidad de recursos naturales. La constitución expresa que el mar territorial se extiende hasta las 200 millas náuticas.[173]

El territorio peruano se encuentra determinado por la interacción de dos placas tectónicas: la Sudamericana al este, donde se halla todo su territorio continental, y la de Nazca debajo del océano Pacífico. Ambas comparten un límite convergente de subducción, es decir, la placa de Nazca se desplaza bajo la Sudamericana paralela a la costa occidental sudamericana, a una velocidad promedio de 7-8 cm/año.[174]

Producto de esta subducción, se formó hacia el jurásico la fosa de Perú-Chile así como la elevación de la cordillera de los Andes. La cordillera ha sufrido un importante proceso de erosión eólica y aluvial; a consecuencia de la cual la región andina tiene una superficie bastante escarpada.[175]​ Al este de la cordillera, se depositaron sedimentos producidos por la erosión andina donde antes se encontraba una vasta porción de mar; allí se formó la actual llanura amazónica.

La cordillera de los Andes divide al país en tres regiones fisiográficas mayores: costa, sierra y selva. La costa peruana es una franja desértica y llana que corre paralela al litoral, su ancho alcanza un máximo de 140 km en el desierto de Sechura.[177]​ Desde la latitud 6°S hasta la frontera con Chile se extiende el sector peruano del desierto del Pacífico el cual se encuentra atravesado por valles originados por ríos cortos de régimen estacional. A lo largo de la costa se pueden encontrar pampas cubiertas de arena que forman los desiertos del país, tales como el de Sechura (Piura) y el de Pisco (Ica).

La sierra está conformada por un sistema de cordilleras. Estas montañas corren alineadas en cadenas paralelas: tres en el norte, tres en el centro y dos en el sur. Los andes del norte confluyen con los del centro en el nudo de Pasco, mientras que los del centro confluyen con los del sur en el nudo de Vilcanota a la altura del Cuzco. Los andes del norte son más bajos y más húmedos que el promedio, en ellos se encuentra el abra de Porculla, que con 2145 m s. n. m. es el punto más bajo de la cordillera andina. Los andes del centro son los más altos y empinados, es aquí donde se encuentra el pico más alto del país, el nevado Huascarán, con 6768 m s. n. m..[178]​ Los andes del sur son de mayor espesor que los del norte y centro. En este sector se encuentra la meseta del Collao, también conocido como altiplano.

La selva, ubicada hacia el este, es una vasta región llana cubierta por vegetación. Constituye casi el 60 % de la superficie del país.[179]​ Se aprecian dos regiones distintas: selva alta y selva baja. La selva alta se ubica en todo el flanco oriental de los andes. Su altura varía entre los 800 y 3500 m s. n. m.. Abarca desde la zona fronteriza septentrional hasta el extremo sur del país. El relieve de esta zona es variado, al ser la salida de las fuertes pendientes los andes y el ingreso a la región plana y natural de la selva.

La selva baja o bosque tropical amazónico se ubica entre los 80 y los 800 m s. n. m., en esta zona se encuentran los ríos más extensos y navegables como es el caso del Amazonas,[180]​ que pasa por la ciudad de Iquitos. La forma del relieve es llana y destaca la presencia de la cordillera de Contamana, ubicada en la margen izquierda del río Yavarí. Su punto más alto alcanza los 780 m s. n. m..

El país cuenta con cincuenta y cuatro cuencas hidrográficas, cincuenta y dos de las cuales son pequeñas cuencas costeras que vierten sus aguas al océano Pacífico. Las otras dos son la cuenca del Amazonas, que desemboca en el océano Atlántico, y la cuenca endorreica del lago Titicaca, ambas delimitadas por la cordillera de los Andes. En la segunda de estas cuencas nace también el gigante río Amazonas que, con sus 6872 km, es el río más largo y caudaloso del mundo.[181]​ Su vertiente ocupa el 75 % del territorio peruano.[181]​ El Perú contiene el 4 % del agua dulce del planeta.[182]

La mayoría de ríos peruanos drenan desde los Andes y hacia una de las tres vertientes hidrográficas del país. Los procedentes de los Andes que desembocan en el océano Pacífico son de corto recorrido,[182]​ torrentosos y de régimen variable según la intensidad de las lluvias que se producen en la sierra. Las cuencas que desembocan en el Titicaca, para luego seguir su camino en otros ríos y desembocar en un océano, tienen características muy similares a las de la vertiente del Pacífico. Este es el lago más alto del mundo (3808 m s. n. m.) y el segundo más extenso de Sudamérica (8300 km² de área total).

Los ríos de la vertiente del Atlántico nacen también en la cordillera de los Andes, hasta llegar al río Amazonas, que a su vez desemboca luego en el océano Atlántico. Son más largos, mucho más caudalosos y su curso tiene una pendiente menor una vez que salen de la sierra. Los ríos más largos del Perú son de la cuenca amazónica: el Ucayali, el Marañón, el Putumayo, el Yavarí, el Huallaga, el Urubamba, el Mantaro y el Amazonas.[183]​ Los ríos que desembocan en el lago Titicaca son por lo general cortos y tienen gran caudal.[184]

A diferencia de otros países ecuatoriales, el Perú no presenta un clima exclusivamente tropical; la influencia de los Andes y la corriente de Humboldt conceden una gran diversidad climática al territorio peruano.[185]​ La costa central y sur del país presentan un clima subtropical árido o desértico, con una temperatura promedio de 19 °C y precipitaciones anuales de 16 mm, por acción del mar frío de Humboldt[186]​. En cambio, la costa norte posee un clima árido tropical, debido al mar tropical, con una temperatura promedio por encima de los 24 °C y lluvias durante el verano.[182]​ Cuando hay ocurrencia del fenómeno de El Niño, la temperatura promedio de toda la costa se eleva (con máximas mayores a 30 °C) y las lluvias se incrementan de manera significativa en la costa norte y centro. En ocasiones se forman trombas de agua en el Lago Titicaca, como la ocurrida en el 2016[187]​, y en el Altiplano Andino se pueden registrar tornados como el ocurrido el 10 de mayo de 2018 en la Rinconada, Puno, cerca de los 5000 metros de altura[188]​, o los ocurridos en Arasi, Puno, con la presencia de 2 tornados, el 2009.[189]​ Entre otros lugares como la presencia de un pequeño tornado en Ayacucho el 2018. Además de la presencia de torbellinos en zonas secas como en partes de la costa Peruana.[190]​En la costa sur, suelen ocurrir con frecuencia vientos fuertes que generan levantamiento de nubes de polvo y arena, una de las de mayor tamaño como la ocurrida en el 2016 que logró verse desde el espacio[191]​, más conocidos como vientos paracas o tormentas de arena, en la jerga popular.

En la sierra se observan los siguientes climas: clima templado subhúmedo, en áreas entre los 1000 y los 3000 m s. n. m., con temperaturas alrededor de los 20 °C y precipitaciones entre los 500 y 1200 mm al año;[182]clima frío entre los 3000 y 4000 m s. n. m., con temperaturas anuales promedio de 12 °C y heladas durante el invierno; clima frígido o de puna, en áreas entre los 4000 y 5000 m s. n. m., con una temperatura promedio de 6 °C y precipitaciones anuales de 700 mm; y clima de nieve o gélido en zonas por encima de los 5000 m s. n. m., con temperaturas debajo de los 0 °C y nevadas. En la selva hay dos tipos de clima: clima semitropical muy húmedo en la selva alta, con precipitaciones mayores a los 2000 mm al año y temperaturas promedio alrededor de los 22 °C; y el clima tropical húmedo en la selva baja, con precipitaciones que oscilan los 2000 mm al año y temperaturas promedio de 27 °C.[182]

Los antiguos habitantes de los Andes ya poseían un conocimiento geográfico importante sobre el suelo que habitaban. Este conocimiento se dio gracias a la interacción que experimentaron con su medio en el proceso de producción de sus medios de existencia. Estos hombres llegaron a identificar diversos pisos ecológicos a los cuales les dieron distintos nombres. Con la llegada de los españoles a territorio americano, a la división hecha por los antiguos pobladores andinos se impuso una nueva en la que se dividía el territorio peruano en tres grandes regiones: costa, sierra y selva.

En las primeras décadas del siglo XX, se volvió a plantear la existencia de diversas regiones altitudinales al interior del país, criticando la división simplista dada por los conquistadores españoles. Posteriormente gracias al esfuerzo de diferentes estudiosos nacionales y extranjeros como: Pedro Paulet, José de la Riva Agüero, entre otros, se fueron acumulando estudios geográficos modernos sobre el Perú. Estos estudios fueron sintetizados y expuestos años más tarde en la tesis sobre las Ocho Regiones Naturales del Perú (1943) postulada por Javier Pulgar Vidal.[192]​ De acuerdo con Vidal, las regiones naturales del país son las siguientes, de oeste a este: Chala, Yunga, Quechua, Suni, Puna, Janca, Rupa-Rupa y Omagua.[193]

El accidentado relieve y particular historia natural del Perú ha causado que este sea considerado uno de los diecisiete países megadiversos, con una gran variedad de ecosistemas y, consecuentemente, de flora y fauna.[194]​ El país presenta en su territorio seis biomas terrestres diferentes, dos biomas marinos y tres biomas de agua dulce. A lo largo de la mayor parte de la costa se extiende el desierto del Pacífico, mientras que en la costa norte y valles interandinos del río Marañón y algunos afluentes, se extiende el bosque seco ecuatorial, un tipo de ecosistema similar a una sabana tropical que proviene de la convergencia de afluentes amazónicos, andinos y del bosque tropical del Pacífico.

En las desembocaduras de los ríos Tumbes y Piura se extienden los manglares y subiendo a los Andes se extiende el bioma de matorral montano. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, los ecosistemas correspondientes son la puna seca, la puna húmeda y el páramo. El bioma más extendido del país (59 % del territorio) así como el más biodiverso se encuentra al oriente: la selva amazónica peruana. Esta se subdivide en selva baja y selva alta. Los ecosistemas que en esta región destacan son bosque de neblina (al norte de los departamentos de Piura y Cajamarca) y una pequeña porción de sabana de palmeras en el extremo oriental del país, en el departamento de Madre de Dios. En cuanto al mar peruano, dos corrientes marinas que discurren en sentido contrario caracterizan sendos ecosistemas.

De la latitud 6° S hacia el norte se presenta la corriente de El Niño con una temperatura que oscila entre los 22 °C y 27 °C. Esta choca con la corriente peruana o de Humboldt con temperaturas que oscilan entre los 13 °C y 19 °C.[195]​ Aunque las dos corrientes brindan recursos innumerables, es la corriente de Humboldt la de mayor importancia debido a que ella presenta abundancia de plancton y se encuentra en la zona de amplitud del zócalo continental, la cual favorece a una mayor productividad y cantidad de recursos marinos, tal es el caso de la anchoveta y la consecuente producción masiva de harina de pescado. La flor nacional es la cantuta y el árbol más representativo del país es el árbol de la quina. En cuanto a fauna, las especies más emblemáticas son la vicuña y el gallito de las rocas.[196]

Amancay (Ismene amancaes)

Vicuña (Vicugna vicugna)

Cantuta (Cantua buxifolia)

Gallito de las rocas (Rupicola peruviana)

Orquídea Phragmipedium peruvianum

Delfín rosado (Inia geoffrensis)

Pelícano peruano (Pelecanus thagus)

Pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti)

Guanay (Leucocarbo bougainvillii)

Zorro del desierto (Lycalopex sechurae)

Paiche (Arapaima gigas)

Otorongo (Panthera onca)

Tortuga charapa (Podocnemis expansa)

Cactus de San Pedro (Echinopsis pachanoi)

Puma (Puma concolor)

Oso de anteojos (Tremarctos ornatus)

Mono choro de cola amarilla (Oreonax flavicauda)

Cuy (Cavia porcellus)

Cóndor andino (Vultur gryphus)

Mono tití o ardilla (Saimiri sciureus)

Gato andino (Leopardus jacobitus)

Puya de Raimondi (Puya raimondii)

Suri (Rhea pennata)

Marmosa (Marmosa murina)

En los últimos años la economía peruana ha tenido un nivel de crecimiento notable respecto de otras economías del mundo, solo comparable al de China.[197]​ Según la revista AméricaEconomía y el Fondo Monetario Internacional, el país tuvo en el año 2008 la segunda inflación más baja del mundo después de Francia y por lo tanto una de las economías en este sentido más sólidas de la región.[198]​ Tiene un índice de desarrollo humano alto, con una puntuación de 0,750 en 2017 que lo ubica en el puesto 82 a nivel mundial.[8]

De acuerdo con estimaciones del FMI la renta per cápita se encuentra por encima de los 12 000 dólares, ocupando el lugar 43 a nivel mundial.[199]​ La Comisión Económica para América Latina y el Caribe estimó que en el año 2012 la economía peruana crecería un 5,9 %,[200]​ aunque su enorme dependencia de la exportación de metales y minerales y la importación de alimentos hace que la economía sea muy dependiente de la fluctuación de los precios a nivel global.[201]

Para los próximos años está previsto un menor crecimiento así como riesgos inflacionarios debido a la posible devaluación de los precios de las materias primas dada la evolución de la crisis en los países desarrollados, cuyo menor crecimiento podría afectar negativamente a las economías de países —como Perú— que abastecen con materia prima a sus industrias, incluso contando con China como primer socio comercial.[202]​ En marzo de 2018 se estableció el salario mínimo en S/ 930.00, el equivalente a US$ 290.00 aproximadamente. Es el cuarto mejor país emergente más prometedor para los inversores, según el ranking elaborado por la revista Bloomberg Markets.[203]​ La inflación en el año 2014 fue la más baja de la región con un 3,22 %.[204]

Según el directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional el país se ha convertido en una de las economías de crecimiento más pujante y más estables de América Latina.[205]​ El 23 de octubre de 2013, la entidad calificadora de riesgos Fitch Group elevó la calificación de crédito del Perú al nivel de BBB+.[206]​ En julio de 2014, la agencia Moody's también elevó la calificación crediticia del país de Baa2 a A3 debido a las expectativas del crecimiento de la economía, el fortalecimiento de su desempeño fiscal y su potencial de expansión.[207]

negociación

La agricultura ha sido la actividad económica tradicional del Perú prehispánico, donde se cultivó de forma intensa productos como el maíz y la papa.[209]​ Los pobladores prehispánicos se adaptaron a las condiciones del ambiente y debido a carencia de espacios abiertos se crearon sistemas de terrazas (andenes) convirtiendo las limitaciones de la pendiente en ventajas en el uso del espacio. También se domesticaron animales como la alpaca, la llama y el cuy.[210]​ Esta actividad respondía a una visión teocrática, panteísta y premoderna del mundo, donde el trabajo colectivo realizado por las familias (aillu) permitió el desarrollo de las actividades agropecuarias como base de la economía andina. Los principales productos agrícolas peruanos son: papa, arroz, maíz, camote, maca, trigo, quinua, café, así como también las frutas: manzana, pera, uva, durazno, plátano y las verduras: habas, cebollas, tomate, ajos.[211]

Ipomoea batatas
Camote

Chenopodium quinoa
Quinua

Lepidium meyenii
Maca

Theobroma cacao
Cacao

Luego de más de veinte años de haber sido descubierto, el yacimiento de gas natural ubicado en Camisea, departamento del Cuzco, empezó a ser explotado y su producción está por ahora destinada principalmente al consumo interno y a la sierra peruana; y el excedente es vendido al exterior. Este gas de Camisea llegó a Lima en agosto de 2004.[212]​ La explotación gasífera, junto con la minería, son los sectores con mayor potencial de inversiones por la calidad y abundancia de recursos.

El país tiene una expectante posición competitiva en la minería mundial, manteniendo el liderazgo minero en Latinoamérica y una sólida historia y trayectoria minera. En el mercado latinoamericano, es el mayor productor de oro, zinc, plomo y estaño; registrando una producción anual de 164 toneladas métricas y reservas estimadas en 2 762 000 toneladas.[219]​ Asimismo, es el segundo productor de plata y de cobre,[220][221]​ además de producir otros importantes productos metálicos y no metálicos.

La mina de Yanacocha es la principal fuente de extracción de oro en el Perú. Es considerada la mayor mina aurífera de Sudamérica y la segunda más grande a nivel mundial.[222][223]​ En el año 2005 se produjeron 3 333 088 onzas del preciado metal. Un indicador del crecimiento minero, lo podemos observar en las exportaciones mineras, habiendo crecido de US$ 1447 millones de 1990 a US$ 27 745 millones en el año 2017.

La explotación de los recursos marinos como anchoveta, corvina, lenguado, bonito, perico y jurel es vital para la economía peruana. De la anchoveta, por ejemplo, se hace la harina de pescado, de la cual el país es el mayor productor mundial.[224]​ Gran parte de lo producido se destina para el mercado interno, en especial de las zonas costeras.

El Perú se situaba en 2011, en agroindustria, como el primer productor mundial de harina de pescado, segundo productor mundial de espárragos,[225]​ séptimo productor mundial de maíz,[225]​ cuarto productor mundial de alcachofas,[225]​ sexto productor mundial de café;[225]​ en minería como el tercer productor mundial de plata, de cobre y de zinc, cuarto productor mundial de plomo y de estaño, quinto productor mundial de oro, además de contar con grandes yacimientos de hierro, estaño, manganeso; además de petróleo y gas natural.

Es además, el primer productor mundial de lana de alpaca, y el más importante exportador de prendas textiles de algodón en América Latina y por su riqueza natural es un excelente lugar para el desarrollo de la industria de los polímeros a nivel mundial. El país se encuentra en una etapa de crecimiento económico y se espera a la luz de los acuerdos y tratados firmados en áreas de libre comercio, se constituya como una de las naciones de Sudamérica más atractivas para desarrollar negocios.[226]

Una de las actividades económicas más recientes y de gran potencial es la explotación de los recursos forestales (cedro, roble y caoba, principalmente) que aporta una gran cantidad de ingresos para la población de la selva. Se espera que la deforestación sea controlada y con grandes inversiones en reforestación.[227]​ El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado es el encargado de dar las normas necesarias y controlar dichos proyectos generando importantes fuentes de divisas para el país.[228]

En cuanto al desarrollo industrial se puede mencionar una gran variedad de empresas dedicadas al consumo interno y a la exportación. Hoy en día el país produce y exporta carrocerías para buses de dos pisos, maquinaria para la minería, grupos electrógenos, equipos de bombeo, tuberías, herramientas y diferentes productos metalmecánicos. También productos químicos como ácidos y detergentes, productos plásticos, productos textiles, productos de papel y de cuero, productos agro-industriales y alimenticios. La gran riqueza de recursos mineros (es un país polimetálico), recursos vegetales (inmensa variedad de plantas debido a su rica biodiversidad) y recursos animales (ganadería, pesquería), hace que el Perú tenga un gran potencial para la industrialización extensiva en un futuro muy cercano.[229]

Los principales productos que Perú exportaba en el periodo de 1880-1914 eran el azúcar, que venía a representar un 30 % aproximadamente del total de productos exportados; la plata, representando un 18 %; el cobre 20 % y por último, el algodón con un 26 %. El país dependía alrededor del 50 % de las exportaciones. Es a partir de 1920 cuando se comenzó a exportar petróleo.[230]​ Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, en el año 2008, las exportaciones crecieron un 11,2 %, comercializándose más de 5000 productos diferentes, alcanzándose el monto de 31,236 millones de dólares.

Se estima que el 62,1 % de las exportaciones corresponden al sector minero.[231]​ Las principales exportaciones son el cobre, oro, zinc, textiles y productos pesqueros; sus principales socios comerciales son Estados Unidos, China, Brasil y Chile.[232]​ Los principales destinos de exportación de productos tradicionales y no tradicionales entre enero y septiembre de 2011, fueron en orden de importancia por importadores, China, Estados Unidos, Suiza, Canadá, Japón, Chile, Alemania, Corea del Sur, España e Italia. El ritmo de crecimiento de las exportaciones no tradicionales con valor agregado fue del 32 % en 2011 en comparación con el año anterior.[233]

En los últimos años, se ha observado un proceso de industrialización de los productos agrícolas (agroindustria) y de diversificación de exportaciones. El número de empresas exportadoras para el año 2011 se incrementó a 8200.[234]​ Según la revista The Economist, es el sexto país con mayor crecimiento económico en el mundo,[235]​ y según el Banco Mundial el quinto país con el mayor crecimiento exportador. En el período 2006-2012 el número de empresas exportadoras se incrementó de 6505 a 8135 lo que representó un crecimiento del 25 %.[236]​ Sin embargo durante el año 2012 en medio de un enfriamiento económico 2465 empresas dejaron de registrar envíos,[237]​ y las exportaciones cayeron un 2 % respecto al año 2011.[238]​ Según Juan Varilias, expresidente de la Asociación de Exportadores cada año 2500 empresas exportadoras abandonan el mercado debido a la falta de una política adecuada para el sector y a problemas con la infraestructura del país.[239]

Durante el año 2012, la entrada de inversión extranjera en el país registró una tasa de crecimiento elevada, con una variación del 49 % respecto al año anterior. Con un ingreso de inversión extranjera de 12 240 millones de dólares.[240]​ equivalente al 5,9 % de su PIB el país se constituyó como el quinto receptor en América Latina, después de Brasil, Chile, Colombia y México.[241]​ Replicando el patrón de los últimos años, la reinversión de utilidades (8263 millones de dólares) fue el componente predominante de la inversión en 2012, seguido por aportes de capital (4637 millones de dólares), mientras que el flujo de préstamos de las casas matrices fue levemente negativo.

La elevada rentabilidad de la inversión extranjera de empresas en el Perú,[242]​ principalmente en la minería,[243]​ explica estos procesos en que una parte considerable de la ampliación de la capacidad productiva se financia reinvirtiendo utilidades. No hay datos oficiales sobre la distribución de la inversión por sectores de destino, sin embargo, varias informaciones permiten estimar que el sector minero sería el principal receptor, seguido por la ampliación de la infraestructura eléctrica y de comunicaciones y el sector financiero. Según el Ministerio de Energía y Minas, las inversiones en el sector, la gran mayoría relacionadas con empresas extranjeras, habrían alcanzado los 8549 millones de dólares en 2012.

En el año 2017 el Perú fue el cuarto país con más recepción de inversión extranjera directa en Latinoamérica, alcanzando los 6769 millones de dólares superando a países como Chile, Bolivia o Uruguay.[244]

Hasta junio de 2017, las reservas internacionales netas del Perú alcanzaban los 63 256 millones de dólares.[248]​ En cuanto a las reservas oficiales de oro, hasta el año 2010 el país ocupaba el sexto lugar en América Latina y el puesto 53.º del mundo, con 34,7 toneladas, el equivalente al 4 % de sus reservas internacionales.

El turismo constituye la tercera industria más grande de la nación, detrás de la pesca y la minería.[249]​ El turismo se dirige mayoritariamente hacia los monumentos arqueológicos, pues cuenta con más de cien mil sitios arqueológicos.[250]​ De acuerdo con un estudio del gobierno peruano, el índice de satisfacción de los turistas después de visitar el Perú es del 94 %. Es la industria de más rápido crecimiento en el país, creció anualmente a un ritmo del 25 % en los últimos cinco años, siendo la tasa de crecimiento más alto que cualquier otro país en América del Sur.[251]

El turismo tiene un impacto del 7 % del PBI del Perú,[252]​ es regulado y estimulado por la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Los países más populares de origen de los turistas son Chile, Estados Unidos, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Bolivia, México, Venezuela, Reino Unido y China.[253]​ El turismo emplea al 11 % de la población económicamente activa del país (484 000 empleos directos y 340 000 indirectos), la mayor parte en hostelería y en el transporte.

Los lugares más visitados por los turistas son las ciudades de Lima y su centro histórico, Cuzco que se caracteriza por su arquitectura incaica y colonial pero sus principales atractivos son el Valle Sagrado de los Incas y Machu Picchu, Arequipa por el centro histórico, también por el Valle del Colca y finalmente Puno por el lago Titicaca.[254]​ El principal circuito turístico del país es el circuito sur, que engloba ciudades como; Ica, Nazca, Pisco, Paracas, Arequipa, Chivay, Puno, Cuzco, Ayacucho y Puerto Maldonado, con atractivos arquitectónicos, culturales y naturales. La segunda ruta en importancia es la del Callejón de Huaylas, en el departamento de Áncash, sede del turismo de aventura y principal punto de referencia de la cocina novoandina.

Perú tiene muchas otras rutas turísticas. Entre estas se encuentran las del valle del río Mantaro, con la ciudad de Huancayo como uno de sus ejes, y el Valle de Tarma como otro eje que a su vez es la entrada a la selva central. La costa central sur (departamento de Ica y provincia de Cañete) y la ciudad norteña de Trujillo donde se encuentra Chan Chan la ciudadela de adobe más grande del mundo,[255]​ el tradicional balneario de Huanchaco y las Huacas del Sol y de la Luna pertenecientes a la cultura Chimú. Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo la visita de turistas extranjeros aumentó en 7 % durante el año 2015 y habría generado US$ 3500 millones en divisas para el país.[256]

El encargado de promocionar el país internacionalmente es la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo.

Por eso, en 2011 se creó la Marca Perú, que es una iniciativa del ministerio de Comercio Exterior y Turismo en asociación con empresas y startups peruanas para promover la compra y el consumo de productos creados en Perú. Los pilares de esta iniciativa son: las exportaciones, el turismo y las inversiones.[257]

La red vial del Perú está compuesta por más de 140 000 km de carreteras,[201]​ organizada en tres grandes grupos: las carreteras longitudinales, las carreteras de penetración y las carreteras de enlace. Conectan a todas las capitales de departamento y la mayoría de las capitales de provincia, permitiendo que cualquier ciudadano se pueda movilizar con su vehículo a los principales centros urbanos del país, adonde llegan también un gran número de líneas de buses interprovinciales.

El transporte ferrioviario es limitado y básicamente utilizado para transportar minerales que se trasladan desde los centros de producción hasta los centros de exportación ubicados en diferentes puertos. En la ciudad de Lima se encuentra una antigua estación de ferrocarril llamada Estación de Desamparados. Su uso es exclusivamente administrativo, aunque eventualmente ofrece servicios de carga y transporte de pasajeros desde Lima hacia la sierra central.[259]​ Asimismo, desde 2010, el transporte ferroviario metropolitano de pasajeros viene tomando una gran relevancia con la construcción del Metro de Lima el cual cuenta con una línea completada y una segunda en plena etapa de construcción, se tiene planificada la construcción de una red de seis líneas.

El transporte aéreo se encuentra bien desarrollado y sirve a las veintiún ciudades más importantes con vuelos regulares en aviones de diferente tamaño. Algunas poblaciones alejadas, especialmente de la selva cuentan con aeródromos para la recepción de avionetas. El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez es el principal terminal aéreo del país. Está ubicado en la provincia constitucional del Callao. Es el aeropuerto más importante, pues concentra la gran mayoría de vuelos internacionales y nacionales del país, sirviendo a más de 19 000 000 pasajeros por año.[260]

Además del Aeropuerto Jorge Chávez hay otros once terminales aéreos funcionando como internacionales: el Aeropuerto Rodríguez Ballón en Arequipa, el Aeropuerto José A. Quiñones en Chiclayo, el Aeropuerto Alejandro Velasco Astete en Cuzco, el Aeropuerto Francisco Secada Vignetta en Iquitos, el Aeropuerto Inca Manco Cápac en Juliaca, el Aeropuerto Guillermo Concha Ibérico en Piura, el Aeropuerto David Abensur Rengifo en Pucallpa, el Aeropuerto Padre Aldamiz en Puerto Maldonado, el Aeropuerto Carlos Ciriani Santa Rosa en Tacna, el Aeropuerto Víctor Montes Arias en Talara y el Aeropuerto Carlos Martínez de Pinillos en Trujillo.[261]

En el país existen varios puertos localizados a lo largo de sus 3070,5 km de costa en el océano Pacífico, en el lago Titicaca y en la cuenca amazónica que por naturaleza propia cuenta con ríos navegables que hacen posible el transporte fluvial de carga y pasajeros. Los puertos del país se clasifican según el tipo de categoría: los puertos mayores utilizados para el comercio nacional e internacional, los puertos menores que se utilizan solo para exportar y la caleta que es el lugar habilitado u ocasional de embarque y desembarque de mercadería. El Callao es el principal puerto marítimo del país.[262]​ Concentra el 90 % del transporte marítimo tanto mercante como militar ya que en su territorio se extiende el terminal marítimo y la Base Naval de la Marina de Guerra del Perú.

Si bien el transporte civil marítimo no ofrece servicios comerciales con regularidad, varios cruceros anclan en el Callao periódicamente. En Lima también se encuentra un pequeño puerto en el distrito de Lurín cuyo tránsito sobre todo se debe a los barcos petroleros de la refinería de Conchán que se encuentra cerca. Otros principales puertos marítimos son: Paita, Salaverry, Chimbote, San Martín, Matarani e Ilo.[263]

En el país la libertad de expresión y la libertad de prensa están amparadas por la Constitución Nacional.[264]​ Según un estudio realizado en 2017 por la organización Reporteros Sin Fronteras, Perú es el octavo país de América Latina con la mayor libertad de prensa.[265]​ Las comunicaciones del país se encuentran reguladas dentro de las funciones del Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Los medios de comunicación masiva más utilizados son la prensa escrita, la radio y la televisión.

Según datos de CPI, el 94,2% de la población del Perú escuchan la radio en sus casas, lo que hace que este medio de comunicación sea esencial en el país. [266]

El primer diario peruano fue la Gaceta de Lima, que circuló por primera vez en el año de 1715.[267]​ El Diario Oficial El Peruano, fundado el 22 de octubre de 1825 por Simón Bolívar es actualmente el diario de circulación más antiguo del país y de América.[268]​ Lima es sede de los principales y mayores diarios de circulación nacional, entre los que destacan: Depor, Diario Correo, El Comercio, El Bocón, Expreso, La Razón, La República, Líbero, Perú.21, Todo Sport y Trome.

La primera emisora de radio del país se llamó OAX, fue inaugurada el 20 de junio de 1925 por el entonces presidente Augusto Leguía.[269][270]​ Desde la capital peruana emiten varias emisoras de tipo AM y FM con alcance local, nacional e internacional. De acuerdo con una encuesta realizada por la Compañía Peruana de Estudios de Mercado y Opinión Pública S. A. C. en 2017, las emisoras de radio con mayor audiencia a nivel nacional son: Radio Programas del Perú, Moda, Karibeña, Ritmo Romántica, La Zona, Onda Cero, Panamericana, Nueva Q, La Kalle y Radio Felicidad.[271]

En 1939 se realizó la primera demostración experimental de televisión en el país al transmitirse una película y un programa artístico desde el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.[272]​ Luego se realizó otra prueba, esta vez desde el Gran Hotel Bolívar el 28 de mayo de 1954.[272]​ Finalmente el 17 de enero de 1958, inició sus emisiones el canal estatal, con la transmisión de un documental técnico.[272]​ Los canales de televisión nacionales más importantes son América Televisión, Latina Televisión, ATV, La Tele, Global, Panamericana Televisión, Viva TV y TV Perú.[273]

La entidad estatal encargada de regular y supervisar el mercado de servicios públicos de telecomunicaciones en el país es el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (OSIPTEL).[274]​ Perú cuenta con un sistema de telecomunicaciones que cubre la mayor parte de su territorio. Hasta marzo de 2018 existían 3 125 072 líneas de telefonía fija y 40 020 419 abonados a telefonía móvil.[275][276]​ El código de dominio de nivel superior geográfico en internet es .pe; el cual es administrado por la Red Científica Peruana desde 1991.[277]​ Existen más de 104 000 páginas web registradas con dominio peruano. De acuerdo con el Informe Técnico de Estadísticas de las Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática durante el primer trimestre de 2017, el 38,4 % de los hogares del país poseen al menos una computadora y el 33,1 % tiene acceso a internet.[278]​ El informe también señala que el 51,7 % de la población de 6 y más años de edad hace uso de internet.[278]

Las operadoras de telefonía móvil que abarcan el mercado son:[279]

El sector eléctrico ha experimentado notables mejoras en los últimos años. La cantidad de hogares con alumbrado eléctrico creció del 82 % en 2007 al 94,2 % en 2016,[280]​ a la vez que mejoró la calidad y la eficacia de la prestación del servicio. La capacidad actual de generación de electricidad está dividida de manera uniforme entre las fuentes de energía térmica y energía hidroeléctrica. El Sistema Eléctrico Interconectado Nacional abastece al 85 % de la población conectada, con varios sistemas aislados que cubren el resto del país.

Hasta el año 2015, Perú tenía una capacidad instalada de 12 251 MW, de la cual el 63 % correspondía a la generación térmica, el 34 % a la generación hidroeléctrica y un 3 % de otras fuentes de energía renovable.[281]​ La instalación hidroeléctrica más grande del país es la del complejo del Mantaro con una potencia nominal de 1008 MW, operada por la compañía estatal Electroperú.[282]​ Según el Ministerio de Energía y Minas del Perú entre los años 2004 y 2014, la producción de electricidad pasó de 6016 GWh a 11 284 GWh, con lo cual acumuló un aumento de 88 % y un promedio anual de 6,5 %.[283]

A agosto del 2017, el 47,6% de las necesidades energéticas peruanas son cubiertas con gas natural, proveniente mayormente del Gas de Camisea.

La energía hidroeléctrica satisface el 42,7% de las necesidades. Algunas centrales hidroeléctricas en el Perú son:

Tan solo el 3,2% de la energía en el Perú es generada por estos métodos. Algunas plantas de generación eólica y solar son:

Con una población de 32 162 184 habitantes según estimaciones y proyecciones del Instituto Nacional de Estadística e Informática hasta el año 2018,[286]​ el Perú es el quinto país más poblado de Sudamérica. Su densidad poblacional es de 25,02 habitantes por km² y su tasa de crecimiento anual es de 1,07 %.[286]​ El 55,9 % de la población peruana vive en la costa, el 29,6 % en la sierra, y el 14,5 % en la selva.[286]

La población económicamente activa equivale al 53,11 % del total de la población, es decir 16 903 700 habitantes.[287]​ Las mayores ciudades se encuentran en la costa, como Sullana, Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Lima e Ica. En la sierra destacan las ciudades de Arequipa, Cusco, Huancayo, Cajamarca y Juliaca. Finalmente, en la selva es Iquitos la más importante, seguida de Pucallpa, Tarapoto, Moyobamba y Tingo María.

Lima

Lima

Arequipa

Arequipa

Trujillo

Trujillo

Chiclayo

Chiclayo



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hi:
WHAT MUCHO TEXTO JAJAJAJAJAKAJKS
2023-12-05 20:57:16
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